Noviazgo
Cada día él se las ingeniaba para sorprenderme, hacerme sentir feliz, especial, todo era alucinante y no solo entre nosotros, las personas a nuestro alrededor lo percibían. Mery siempre me decía que parecíamos sacado de una novela romántica de esas que a ella le encanta leer. Mis padres estaban encantados con él.
Ya tenemos seis meses de novios y tan solo parece que fue ayer que nos conocimos en la fiesta de graduación de Mery. Ambos tenemos vidas full ocupadas, pero siempre nos ingeniamos para pasar tiempo juntos casi todos los días y cuando no es posible hacemos una video llamada antes de ir a dormir.
A estas alturas ya mi pastelería es una de las más reconocidas de la ciudad, incluso ya estoy pensando en abrir otra, estoy estudiando el mercado para ver en donde podría abrir una segunda tienda. Elvis ya me está ayudando hacer un boceto de la tienda y de esa forma me brinda su apoyo.
―Buenos días, ¿Cómo va la venta? ―entro a la tienda, hay varias mesas ocupadas. April se acerca contándome como ha sido la mañana.
―Hoy recibimos seis encargos para el fin de semana, tuve que declinar hasta el momento ocho encargos por falta de espacio, tiempo y personal. Hay que hacer una nueva planta, acondicionarla y contratar más pasteleros.
―Pues sí, también sería una buena opción mientras me decido donde abrir la nueva tienda.
Me voy a la parte de atrás, allí están cuatro pasteleros con dos ayudantes cada uno, me uno a ellos, verifico los pedidos y que estén haciendo justo lo que los clientes pidieron, todo en orden. El día se me pasa volando. Elvis llega a la tienda y enseguida April me lo hace saber, lavo mis manos y dejo a unos de los chicos que termine de decorar el pastel que vienen a buscar mañana a primera hora.
―Hola preciosa ―me da un beso que me hace olvidar en donde estamos.
―Hola amor, saliste temprano hoy ―corroboro al ver el reloj que está justo detrás de él.
―Tengo tres días sin ver a mi chica y ya no aguantaba ni un minuto más mi amor, eres mi droga y al igual que un adicto, me vuelvo loco si no te tengo conmigo.
―Ya váyanse y dense mucho amor ―grita uno de los chicos.
Voy a mi pequeña oficina por mis cosas y nos marchamos en el carro de él. Toma otra ruta, de una me advierte que es una sorpresa y que no me dirá nada. Cuando estamos llegando baja la velocidad y busca donde estacionar el carro, me ha llevado a un bulevar que esta frente a la playa, por ser viernes, hay muchas familias en el lugar. Me invita a bajar, tiene una sonrisa un poco extraña, parece nervioso o ansioso, pero no digo nada, no quiero arruinar la sorpresa. Me lleva a un lugar un poco apartado de la multitud.
―Me encanta este lugar ―me ayuda a bajar hacia donde están las piedras, desde allí siento las gotas saladas del mar cuando las pequeñas olas chocan con las piedras.
―Lo sé, por eso quise traerte aquí. ―se sienta a mi lado, me observa de una manera que hace que mi piel se erice― aún no sé qué hice para merecerte.
―Ni que fuera la Reina Isabel o alguien así.
―No, eres mucho más especial que ella. Eres mi vida, mi razón de ser, mi presente y mi futuro, mi motor del día a día, eres más de lo que yo esperaba encontrar, la mujer que quiero que lleve mi apellido y la que sea que me dé la bendición más hermosa que un hombre puede recibir de una mujer ―me da un suave beso, lento, romántico― ¿quieres ser mi esposa?
Si pregunta me toma por sorpresa, Mery ya me había advertido de sus intenciones, pero siempre pensé que exageraba, tan solo tenemos seis meses de novios, me parecía que era muy pronto, pero después de esas palabras tan hermosas como decirle que no. La verdad es que lo amo, me he visualizado con él en mi futuro y ¿Por qué no? Quien no arriesga ni gana ni pierde.
―Por supuesto que si mi amor. ¡oh por Dios!
Saca del bolsillo de su pantalón un pequeño estuche rojo, un anillo de oro blanco con un hermoso zafiro esta n el interior. Mis ojos se humedecen debido a la emoción del momento. Lo coloca en mi dedo depositando un beso en mis labios.
―Prometo amarte cada día de mi vida, aunque muera mi amor por ti nunca lo hará. Te amo mi princesa, más de lo que puedes imaginar y mucho más de lo que yo pudiera demostrar.
Los días siguientes fue de festejo nuestros padres votaron la casa por la ventana al celebrar nuestro compromiso. Mis padres ya se imaginaban que terminaríamos casados, pero no se esperaban que fuera tan pronto, pero igual lo aceptaron. Sus padres siempre me han tratado bien, aunque me la llevo mejor con mi suegro que con mi suegra, ella aspiraba algo más que una pastelera para su hijo Arquitecto con honores, como ella solía referirse a su hijo, espero que con el tiempo podamos limar asperezas.
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