Con las pocas fuerzas que me quedaban, gracias a la roca de mar en mi espalda, agarré un pedazo de madera que me sirvió de apoyo como un bastón para caminar hacia donde se encontraban los demás. Me costó llegar desde este desierto tan árido sin que otros me vieran, aunque dejara un poco de sangre derramada en el suelo.
Cuando finalmente vi aquel pueblo pude suspirar un poco y de nuevo evité llamar la atención para que no hicieran un escándalo por verme.

—Me preocupan. _________ y los demás fueron a espiar y aún no han vuelto —escuché la voz de Law.

—Por ahora... no lo harán —respondí al dejarme ver por ellos, quienes se espantan de inmediato.

—¡¿_________?! —Law se levanta y me sujeta a tiempo cuando caí hacia al frente— ¡Oye! ¡¿Qué pasó?!

—Hawkins... los usó para acorralarme. L..Lo siento... no pude... hacer nada —empecé a toser contra mi mano inclinándome más hacia el suelo.

—¡_________! ¡Tu espalda! —Usopp se veía aterrado y alarmado, hasta que vieron como sujetaba mi abdomen— ¡Cielos, esto es malo! ¡Está terrible!

Law se apresura a cargarme y gritar órdenes a los demás para atenderme. Me recostó en el suelo y presionó un paño sobre la herida en mi abdomen, me mantuvo de espaldas y pidió a los demás ayuda para quitarme toda la roca de mar. Apoyé una mano sobre mi boca para evitar la sangre que me daban arcadas.

—¿Cómo escapaste? —pregunta Law para asegurarse de mantenerme despierta mientras trabajaba junto a los demás.

—Había curado lo suficiente a los chicos... Bepo lo aprovechó para mandarme por los aires... ¡Hmhg! —me quejé por el dolor al quitarme los clavos—. Lo golpearé cuando lo vea, ¿cómo se atreve a hacer algo así? Estaba tomando una decisión importante y a él se le ocurre interrumpirme. Jm...

Reí amarga pero solté otro quejido y cubrí mi boca de nuevo. Escuché que Usopp mencionó haber quitado el último clavo. Suspiré sintiéndome mejor sin esas cosas, aproveché para empezar a circular mi sangre y absorber toda la que se había derramado.

—Oye —escuché. Abrí los ojos y vi el brazo de Law frente a mí, él asintió dándome permiso de hacerlo.

Levanté una mano y lo sujeté para transmitirme un poco de su vitalidad y algo de sangre para completar la mía, como si me hiciera mi propia transfusión, entonces lo solté.

—Eso fue casi nada...

—Fue lo que necesito... —respondí decidida—. No te quitaré más, Law. Lo necesitas, yo con esto estaré bien.

Chasquea la lengua pero lo acepta resignado. Se sienta recostándose contra la pared y sorpresivamente deja mi cabeza acostada sobre su regazo, solté un quejido al moverme pero me acomodé con la espalda hacia arriba y mi cabeza de lado hacia los demás, intentando mantenerme lo más relajada para calmar mi agitada respiración y poder tener un mejor control de mi sangre para empezar el proceso de curación sin vitalidad.

Al no tener demasiada de esta, usaría solo la sangre para curarme, pero este proceso es más tardado ya que no terminaría de formar la piel, solo una membrana fina de sangre que la sustituya mientras está se regenera.

—Law. Aquí está, es agua limpia —escuché la voz de Franky, no escuché respuesta por parte de Law pero me lo imaginé asintiendo con la cabeza.

—Necesito ver tu espalda —escuché de su parte.

—Lo sé... —murmuré con una leve sonrisa cansada.

Antes de moverme vi como todos se dan la vuelta enseguida y nerviosos, como si por una sola mirada de Law ellos sintieran la tensión por su clara amenaza. Me senté un momento dándole la espalda y me bajé el kimono para destaparla, pero aún cubriendo mi cuerpo por delante, volví a acostarme en la misma posición. Poco después empecé a sentir un paño húmedo contra mi espalda, quitando los restos de sangre que ya no servían para usarla.

—Me imagino la reacción de Sanji si estuviera aquí en este momento —reí un poco, pero escuché la risa de Usopp cruzándose de brazos, aún de espaldas.

—Es cierto, se hubiera vuelto loco y le habría sangrado la nariz como siempre —comentó.

—Así es, sería un ¡superr! sangrado —le sigue Franky.

—Eso le pasa por irse a espiar a los baños termales —vuelve a comentar Usopp.

Volví a reír un poco pero entonces me concentré en el paño húmedo deslizándose con suavidad para limpiar los restos de sangre. Suspiré profundo y fue como caer dormida pero aún siendo consciente de mis heridas para curarlas. No sé cuanto tiempo había pasado o lo que sucedió en el momento en que me había desconcertado de la realidad, pero entonces empecé a escuchar voces.

—No abandonaré a mi tripulación —distinguí la de Law, ya no estaba junto a mí—. Los salvaré.

—¿Estás loco? Sería como entregarte —luego la voz de Shinobu, se escuchaba molesta—. Atrapan a nuestros aliados en la batalla contra Orochi, uno tras otro, desde que tu tripulación lo echó a perder.

—¡Tsk! ¡¿Qué dijiste?! —abrí los ojos suavemente para ver a Law acercarse amenazante y molesto a Shinobu.

—¡Estoy segura de que ese oso y los demás les dijeron sobre el plan! —acusa ella.

—________... —Nami rápidamente me ayuda cuando vio mis intenciones de sentarme.

—¿Qué está pasando...? —pregunté sujetando lo que traía sobre los hombros, era el haori de Law. Me miré el cuerpo, ya estaba completamente vendada y con la ropa bien puesta.

—¡Bepo y los demás morirían antes que hablar! —responde Law con seguridad, pues conoce a su tripulación— ¡No los subestimes!

—Bepo... —murmuré recordando todo enseguida, pero unos pasos decididos llaman mi atención de nuevo.

—¡Espera! ¡Eso es lo que quiere el enemigo, Torao! —menciona Sanji al ver que este tenía intenciones de irse.

—¡No puedes decirme qué hacer, Piernas Negras-ya!

—Cálmense los dos —sentencia Sanji, Shinobu no estaba de acuerdo en hacerlo— ¡Tienen que confiar en sus amigos!

Sanji intenta hablar con propiedad pero al estar repleto de golpes apenas se le podía comprender lo que decía. ¿Y a ese qué le pasó?

—¡¿Vas a huir?! —grita Shinobu al ver a Law listo para irse— ¡Hay que eliminar a los que atraparon! ¡Para silenciarlos!

—¿Qué? —la mira aún más molesto e irritado. Me sobresalté por la idea y me negaba a hacerlo rotundamente.

—Es lo que hacemos los shinobi.

—¡Eso de miedo, Shinobu! —responde Usopp.

Pero me sorprende verla llorar en este momento. Estaba frustrada y asustada de que por culpa de otros el plan de venganza de hace veinte años vaya a fallar. Lo entendía, pero aún así no comparto su idea de matar a mis compañeros o siquiera culparlos de revelar los planes. Por suerte, Kanjuro detuvo a Shinobu afirmando que con nuestra ayuda podremos hacer realidad el deseo del señor Oden. Todos guardan silencio por poco tiempo hasta que un hombre sonriente entra al lugar.

—¡Con permiso! Escuchaba sus voces afuera ¡Todos tienen buenas voces! —comenta el recién llegado.

—Oye, ¿quién eres tú? —pregunta Nami confundida llamando la atención del hombre hacia nosotras.

—¡Wau, que hermosas! ¿Son diosas?—preguntó de repente.

—¡Cielos! —Nami y yo sonreímos apenadas por el halago, apoyando una mano en la mejilla—. Adelante, pasa.

—Nami —reaccioné y la regañé por dejarlo pasar sin saber quién es.

—¿Tú eres Shinobu? ¡Ah, Kanjuro! —señala el hombre—. Ya veo, ya veo. Entonces, esto era de verdad. Es de lo que todos hablan en la capital. Que emocionante. ¡¿La batalla final será pronto?!

Me aferré al haori en mis hombros pensando en mis compañeros. Si hubiera llegado antes, si no me hubiera separado de ellos... quizás hubiera sido distinto. Habría evitado que los usara para sus muñecos vudú y así podría atacarlo sin importante a quien esté lastimando.

—Oye —levanté la mirada para ver a Law frente a mí, apoyando su mano en mi hombro—. Deja de lado todo en lo que estás pensando, ya no tiene caso que lo sigas haciendo. Los sacaré de allí.

Hice una mueca de frustración bajando la cabeza y apretando la mano en el haori. No estaba de acuerdo, aún me sentía frustrada por lo que sucedió con ellos.

—Si lo atacas a él los chicos recibirán el daño —comenté—. Por eso no pude seguir... Los hizo muñecos vudú para protegerse. No podía atacar a mis compañeros.

—¿En serio? —frunció el ceño mientras yo asentía en respuesta—. Tsk... es un bastardo.

—Sí, lo es. ¿Pero cómo piensas sacarlos de allí sabiendo esto? —cuestioné.

—No necesitas preocuparte. Sé lo que haré —él se levantó para irse pero yo sujeté la manga de su ropa.

—Iré contigo —afirmé.

—No. Tú quédate aquí, primero recupérate y luego ayuda en lo que necesiten.

—Law si piensas tomar su lugar, no puedo dejar que... —él me interrumpe.

—Dije que sé lo que voy a hacer y que tú tienes que quedarte. ¿O vas a desobedecer una orden? —sentencia con dureza en su tono de voz.

—O..Oye, Law... e..estás siendo muy duro con ella —los demás intentan defenderme.

—Así es. Ella solo quiere asegurarse de que estés...

—Está bien —respondí interrumpiendo a Nami. Me levanté del suelo, ya que en realidad estaba mejor, y le tendí su haori—. Como digas, capitán. Me quedaré aquí. Pero si no regresas pronto, te juro que no evitarás que vaya, no me quedaré de brazos cruzados esperando a que milagrosamente aparezcas. Iré a buscarte.

Law agarra el haori y se lo coloca de nuevo mientras mantiene una sonrisa suave en sus labios. Asiente con la cabeza estando de acuerdo y se aleja hasta la entrada de la casa, en donde se detiene y apunta con el dedo a Shinobu.

—No olvides que sospechaste de los míos —la acusa—. Si no confiamos entre nosotros, ¿cómo pelearemos en una batalla a muerte?

Él la mira con desprecio antes de irse, aunque Usopp intentó detenerlo, pero sin éxito. Me senté de nuevo en el suelo, recostándome contra la pared y concentré toda mi energía en reabastecerme de vitalidad.