Capítulo 53
Todos levantamos la mirada hacia el cielo que empezó a oscurecerse de la nada. La sensación de una fuerte vitalidad me hizo fruncir los labios, supe de quien se trataba y no me gustaba la idea para nada.
-¿Qué pasa?
-¿Va a llover? -preguntan Shichi y Penguin.
-No... -respondí.
-¡Oye, Sombrero de Paja-ya! ¡Ven aquí! -lo llama Law enseguida. Él aparece a nuestro lado y los demás lo siguen.
-¿Qué?
El viento empezó a ser tan fuerte que tuvimos que cubrirnos el rostro y esforzarnos para no salir volando como Chopper.
-Tenemos problemas, Sombrero de Paja-ya.
De las nubes negras aparece el tan molesto Rey de las Bestias, Kaido, en su forma dragón sorprendiendo a todos.
-¡Ese es... Kaido! -Luffy aprieta los puños mientras lo observa- ¿Kaido es un dragón?
-Sí... -responde Kin-. Lo que ven ahí es Kaido. Kaido puede... transformarse en un dragón.
Observé a Momo alterado y aterrado, los otros intentaban calmarlo. El problema es que ya sabe que Law, Luffy y Zoro están aquí, y eso es malo en muchos sentidos.
-¡¿Qué demonios haces, Law?! -Sanji y Law parecían a punto de pelear.
-¡No tienen por qué culparme a mí! -se defiende Law
-Seguro que fue culpa de Luffy -menciona Chopper.
-Lo sentimos -se disculpa Nami.
Los agarré por la cabeza a ambos para separarnos, no era el momento de señalar al culpable.
-Parece que nuestro capitán causo problemas. Lo siento -se resigna Sanji.
-Seguramente nos busca a Sombrero de Paja-ya y a mí -comentó Law tras suspirar más calmado-. Los Piratas Bestia, dirigidos por Kaido, necesitan dos cosas para mantener su enorme fuerza. Primero, las armas que Kaido hace que la gente fabrique aquí. Segundo, el tráfico de las Frutas del Diablo artificiales, SMILE, que hacían Caesar y Doflamingo.
Por los detalles era obvio saber que Luffy y Law son principales objetivos por todo lo que han hecho para molestar a Kaido. Destruyeron todo el tráfico de Frutas del Diablo artificiales, así que... ninguno de los dos se salvará tan fácil. Luffy, al escuchar a Law, decide salir corriendo de repente.
-¡Oye, Luffy!
-¡Espera, Luffy!
-¡Luffy-dono!
-¡No lo sigan! ¡Yo iré! -sentencia Law-. Si exponen a más de los nuestros, sabrán que todos los Sombrero de Paja y Piratas Corazón están aquí. Habrá una gran cacería. Piensen con calma, solo nos han visto a nosotros.
Me mira y asiente dejándome a cargo de nuestros compañeros, asentí en respuesta.
-Pase lo que pase, no se dejen ver.
Law usa su habilidad para llegar a Luffy más rápido. Yo me di vuelta hacia Kaido y suspiré pesadamente. Los demás no podían dejar de ver a Kaido y sorprenderse por lo grande y poderoso que se notaba.
-Me pregunto si el capitán estará bien -escuché a Bepo.
-Lo estará, ya lo conoces -respondí cruzándome de brazos-. Y nosotros también lo estaremos. Chicos, debemos escondernos... ¡¿Huh?!
Me giré para ver a Kaido acercarse hacia donde estábamos, alertando a los demás.
-¡No me digan que nos encontró!
-¡No!
-Es imposible que nos vea desde allá -menciona Sanji.
-Entonces alguien tuvo que decirle que viniera porque se acerca -resoplé apretando los puños-. ¡Vámonos, ahora!
Kaido se levanta sobre la montaña creando un viento muy fuerte que nos empuja. Abrí los ojos de par en par al ver que abrió la boca para lanzarnos una poderosa llamarada de fuego. Agarré a mis compañeros y salté de la montaña a la par que empujaba a los demás para apartarlos lo más lejos que pudiera de aquel disparo que se llevó toda la cima de la montaña. Podía sentir la vitalidad de todos... estaban bien, eso me hizo suspirar tranquila.
-¡Vice! -los tres estaban por llorar mientras se aferraban a mí.
-¡Pesan! -comenté planeando con las alas de sangre hasta caer entre árboles.
Primero cayó Shichi, encima de él Penguin, encima de ellos Bepo y por última yo.
-¿Están bien? -pregunté.
-Sí, nos salvó -sonríen los chicos al levantarse.
-Me alegro que funcionara -sonreí un poco pero me llamó la atención lo que pasaba en el pueblo con Kaido-. Será mejor alejarnos antes de que puedan vernos. Reunámonos con los Sombrero de Paja.
-¿Eh? ¿Cómo?
Sonreí de lado y los atrapé a los tres con lazos de sangre para empezar a caminar por el aire mientras ellos gritaban. Nos encontramos de nuevo con los demás quienes se veían bien.
-¡Chicos! -llamé su atención.
-¡_______-chwan! ¡Estás bien!
Bajé hasta ellos y solté a los tres. Sanji se apresura a rodearme y revisar que no estuviera herida en ninguna parte.
-Estoy bien, tranquilo, Sanji -respondí con una sonrisa que lo hizo salir volando de nuevo.
Pero dejamos eso de lado para repartirnos nuestras tareas. Nami y Shinobu fueron a espiar; Kin y algunos otros a encontrarse con los minks para reclutar a alguien que conocen; Sanji fue a vender comida para recaudar información y nosotros vigilamos desde lejos. Sin embargo, al caer la noche les ordené qué hacer a los otros tres antes de ir a buscar a Law para decirle todo lo que habíamos visto y escuchado. Lo vi corriendo junto a Sanji, Usopp y Franky, bajé del techo para quedar a su lado.
-¡_______-chwan! ¡Eres toda una kunoichi!
-Ya veo. Si atrapan a uno y revelan su identidad, habrá problemas -comentó Law luego de escucharme, asentí en respuesta.
-Empezarán a buscar al resto de la tripulación, no importa si solo somos nosotros, pero si saben que la familia Kozuki está involucrada el poan de venganza de veinte años se arruinará -completé.
-No... Aunque los atrapen y los torturen, no les digan nada de los samuráis y los Mink. Guarden silencio y dejen que los maten -ordena Law. Asentí enseguida comprendiendo y estando de acuerdo.
-¡Luffy no diría eso! -se queja Usopp.
-Yo soy más práctico.
-No pasará nada mientras no sepan quiénes somos. Entonces... -Franky aprieta su nariz y su cabello cubre su rostro- ¿Por qué no peleamos ocultando la cara?
-Por ahora será mejor no pelear.
-¡No actúes como si fueras el capitán! ¡Si me atrapan... lo diré todo para escapar! -sentencia Usopp.
-¡No fastidies! ¡Entonces, te protegeré! -Sanji lo fulmina y Usopp se alegra.
-¡¿Y ya está arreglado?! -Law los mira incrédulo.
-Era lo que quería lograr, ¿no? -murmuré mirando a Usopp.
Un grito femenino nos alerta, más a Sanji. Entonces vimos una casa salir volando. Pero de nuevo al escuchar la voz de una mujer, Sanji es el primero en detenerse.
-¡Sangoro!
-Este es su plan -comenta Law-. Nuestra prioridad debe ser huir.
-¡¿Cómo... podría hacer eso?! -claramente, Sanji se fue corriendo a socorrer a la mujer.
-Bueno... así es él -resoplé.
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