Capítulo 51
Todos los minks aparecen emocionados por ver a Raizo fuera de la cueva y en buen estado que incluso hablan de hacer otro banquete por él, por la reconciliación del perro y el gato y la reunión del clan Kozuki.
-¡Vaya!
Kanjuro y Momo sonríen ampliamente mientras Kin se veía sorprendido y Raizo estaba conmovido, tanto que hizo un gran corazón con sus lágrimas que de este desprendían corazones rosados. Tan tierno. Agarré uno con una gran sonrisa y lo soplé hasta que golpeó suavemente el rostro de Law, me reí por su expresión.
Regresamos con los demás. Los Minks ya estaban listos para el banquete y los demás estaban decidiendo quienes irían con Luffy para rescatar a Sanji. Todo estaba bien... pero no duró demasiado.
-¡Hm! -abrí los ojos de par en par al sentir la presencia de los enemigos cerca. Zoro y Law se pusieron igual y los minks también.
-¡¿Qué es eso...?!
Miramos a todos lados pero de pronto escuchamos al elefante antes de que todo empezara a moverse bruscamente, tirándonos a todos. Me aferré a un árbol pero los temblores se hicieron más fuertes y hacia el lado contrario que terminé soltándome.
-¡Mhg! -abrí los ojos cuando Law me cambió de lugar con otro objeto para sujetarme rodeando mi cintura.
No desaproveché esta oportunidad para estabilizarme usando la sangre del elefante para sujetar nuestras piernas al suelo.
-¡Zunesha está gritando! -exclama Nekomamushi.
-¿Qué sucede? -pregunta Inuarashi.
-¿Quién es Zunesha? -cuestiona Usopp, Carrot apunta al suelo, o sea, al elefante.
-Es un gran temblor, nunca había pasado -comenta Inuarashi.
Todo parece detenerse por un segundo, solté nuestras piernas pero miré confundida a Luffy cuando este preguntó por una voz desconocida. ¿Qué le pasaba?
No tuve tiempo de seguir mirando a Luffy cuando los temblores volvieron. Vi una casa que estaba por caer sobre nuestros compañeros, usé la sangre de Zunesha para levantar un pilar que detuvo la casa mientras Law usaba su habilidad para sacarlos de ahí y regresé la sangre.
-¡Capitán! ¡Vice!
Volví a mirar a los alrededores como otros se encargaban de proteger a los minks civiles. Levanté otro pilar para detener otra casa antes de que aplastara a otros minks.
-Deprisa, aléjense de los edificios -comenté.
-¡Gracias!
Ellos se van corriendo, volví a mirar a Luffy quien seguía gritando por alguien que hablaba y al ver a Momonosuke, pareciera que le dolía la cabeza como a Luffy. Los temblores continúan al igual que los gritos de Luffy.
-¿Qué está pasando?
-Gold D. Roger y también Oden-sama. Escuché que experimentaron lo mismo -responde el mink que sé que se llama Pedro-. Escucharon una voz fuerte, pero no podían hacerla responder.
De nuevo hubo más temblores, los demás se encargaron de proteger a los minks. Law aferró su brazo en mi cintura mientras nos equilibrábamos.
-¿Qué es lo que pasa? -cuestiona Law.
Nadie pudo responder, solo sabíamos que algo le estaba pasando al elefante de nombre Zunesha. Momo se agarró la cabeza con dolor y cayó de rodillas pero por más que Kin lo llamaba él no respondía.
-¡Es Jack! -exclamó de repente espantando a todos-. Jack... ¡Jack ataca al elefante!
-Iré a ver -comenté a Law quien asiente.
-Pero no te involucres -ordenó.
-Lo sé.
Me separé de él y di un salto para empezar a crear aquellas plataformas. Me impulsaba con fuerza pero al estar en lo alto, finalmente cambié mi método.
-"Alas de sangre".
Estas aparecieron en mi espalda, pero no servían precisamente para volar. Son como un ala delta, me ayudan a planear. Bajé hasta una distancia prudente para observar lo que estaba pasando. Abrí los ojos de par en par al ver cómo disparaban a la pata del elefante con sus cañones. Apreté los dientes queriendo interferir, pero Law me había ordenado no hacerlo. Regresé donde ellos a toda prisa, dejándome caer a un lado de Law.
-Es él, le están disparando a Zunesha -comenté consiguiendo que los minks empezaran a murmurar entre ellos con terror a Jack.
-El grito de Zunesha y los temblores... ¡Maldito Jack! ¿Cómo se atreve a atacarlo? -espeta Inuarashi.
-Pero mejor que siga vivo ¡Pelearemos! -afirma Nekomamushi.
El gato y el perro mandan a sus tropas a pelear pero los temblores no los dejaban caminar. Pero entonces, Momo afirma que la voz que escucha es de Zunesha pidiendo que le dé una orden. Todo el desastre se hizo aún más caótico. Imité a Robin e hice una red de sangre que sujetó a los demás y los ayudó a aferrarse de algo para evitar caer.
-¡Elefante! -grita Momo- ¡No te rindas, elefante! ¡No puedes caer! ¡Jack...! ¡Haz que Jack se vay!
Volví a elevarme pues me interesaba saber lo que pasaría y si es verdad que Momo podía darle una orden a Zunesha. Aún veía los barcos de Jack pero entonces Zunesha levanta su trompa y los golpea hasta destrozar sus barcos por completos, cayendo todos al mar.
-¡Eso es! ¡Genial! -exclamé sorprendida y fascinada, pero podía ver la herida en su pata-. Se ve mal... y es muy grande.
Volví hasta abajo para dar la noticia, ellos se sorprenden por la fuerza del elefante.
-Pero la herida es grande, me di cuenta que su piel es muy frágil por los años que tiene -mencioné-. Puedo detener el sangrado pero tendrán que atenderlo, no puedo curarlo.
-Está bien con eso -menciona Inuarashi-. Te agradecemos los esfuerzos, __________.
Asentí con una sonrisa. Me concentré para detener el sangrado, pero como suponía, al ser tan grande y profunda, y de un animal como lo es Zunesha, tendría que concentrarme bien en esta tarea pues a la vez estaba impidiendo que Zunesha cayera y sostener tanto peso es... muy complicado la verdad.
Por suerte los demás se esforzarán para apresurarse en ayudar a Zunesha. Robin hará los vendajes. Franky construirá el mecanismo que los dejará atender la herida y Chopper se encargará de curarlo.
-Bien, ¿podrás resistir _________ en lo que preparamos todo? -pregunta Chopper.
-Déjamelo a mí, tengo un buen control de la sangre -respondí-. Zunesha no perderá más y se mantendrá en pie hasta que ustedes terminen su trabajo.
-Genial, contamos contigo -sonríe ampliamente.
Asentí en respuesta. Todos empiezan con sus labores y yo me senté para una mejor concentración, cerré los ojos y solo dirigí mi atención en detener la sangre de Zunesha y mantenerlo en pie.
-Etto...
-¿Hm? -abrí los ojos para encontrarme a unos niños frente a mí.
-¿Zunesha... estará bien? -preguntaron con timidez.
-Sí. No necesitan preocuparse -apoyé mi mano sobre la cabeza de uno-. Todos los que están ayudando saben lo que hacen perfectamente. Estará como nuevo en poco tiempo.
Ellos sonríen ampliamente y saltan sobre mí por sorpresa. No dejé mi concentración de lado, pero sí me dediqué a acariciar a los pequeños quienes se frotaban contra mí.
-Garchu -incluso algunos adultos.
Los preparativos ya estaban listos, ahora todos estaban en marcha. Me levanté y usé las alas para planear y revisar el proceso de curación. Todo iba muy bien hasta el momento, cuando empecé a sentir una ráfaga de viento muy fuerte.
-¿Qué...? -miré al frente, sorprendiéndome enseguida- ¡Maldición, es un mal momento!
Cubrí mi rostro con mis brazos pero el viento me arrastró hacia atrás empujando las alas. No tuve más opción que deshacerlas, intenté caminar en el aire hasta la loma del elefante pero el viento seguía empujándome hacia atrás.
-¡_________! -escuché.
Vi a Law a lo lejos, muy lejos en realidad. Me mostró la katana, lancé una cuerda de sangre que se enredó a esta y me jaló con fuerza hasta que llegué a su lado estrellándome con él y cayendo ambos al suelo.
-Gracias... -murmuré levantándome y ayudándolo a hacer lo mismo.
Observamos por el borde el desastre que estaba provocando la tormenta. Los rieles se rompieron, usé prestada la sangre de Zunesha para sujetar las piezas rotas y darles tiempo para que Robin creara redes de manos y ellos subieran hasta el lomo. Fue un descanso hasta que la tormenta haya pasado y luego poder terminar con el trabajo.
-Al fin... -pude soltar la sangre de Zunesha-. Realmente era pesado de soportar.
-Pero lo hiciste bien -comenta Law cerrando los ojos.
-¿Eso crees? -sonreí.
-Eso sé -respondió.
Mi sonrisa se hizo más ancha, dejé caer mi cabeza sobre su hombro y ambos miramos las vistas del mar desde aquí.
-Todo está tan tranquilo ahora... -murmuré.
-Realmente lo está.
-Ojalá estar así siempre. Me gusta esto.
No respondió más, pero pude sentir como se acomodaba para hacernos sentir mas cómodos y solo con ese gesto me hizo sentir las mejillas ardiendo. De repente... me siento tan tranquila que podría dormirme así. El fresco viento golpeando mi rostro, el aroma del mar, bosque y... Law, además de su calidez que contrarrestaba el viento pero que a la vez envolvía mi corazón. Suspiré profundo. No hacían falta palabras para tener un momento cómodo y eso era lo mejor.
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