Después de todo lo que nos enteramos y vimos en este lugar jamás creería que ocultaran en verdad al ninja Raizo... Dejaron que destrozaran el país, que les cortaran extremidades y aún así decidieron ocultarlo y fingir que no estaban aquí. Son realmente admirables los minks.

Todos estaban tan emocionados por conocer a Raizo que ya no podían esperar para subir este gran árbol de ballena.

-¡Ya quiero ver al ninja! ¡Nin-nin! -menciona Luffy emocionado.

-¡Veré a un ninja! ¡Nin-nin! -le sigue Chopper.

-Que suave... nin-nin -mencioné escondiéndome en la melena de Nekomamushi quien seguía subiendo con todos los demás atrás.

Me bajé cuando llegamos frente a una pared de la que se abrió una entrada con muchas escaleras.

-No... espera... Me subiré otra vez -murmuré sin ganas de caminar por todas las escaleras pero ya estaban muy al frente.

-¡Oigan! ¡No tan rápido! -pide Nami.

-¡Sí! Tengo tacones altos.... -le seguí lloriqueando por lo bajo aquello último.

-Nos vemos -dice Robin bajando a saltos.

-¡Esperen!

Nami y yo nos agarramos para no caernos o caer juntas mientras bajamos de la misma forma. Pero no pude evitar pensar en cómo sería el ninja.

-Si es mi tipo, me lo pido -comenté en broma haciendo reír a Nami y Robin.

-Pero si tu tipo está ahí -Nami murmura apuntando con la cabeza a Law.

-Nami... aún estamos bajando por las escaleras, ten cuidado -sonreí pero ella se esconde tras Robin.

Nuestras risas se detienen cuando escuchamos quejidos en lo profundo de las escaleras, eso emocionó a los hombres que salieron corriendo para ver al ninja. Pero sus emociones decayeron al verlo... las mías igual.

-¡Dijeron que el país estaba bien pero ¿es cierto?! ¡Si es mentira, te odiaré!

El ninja estaba llorando mientras se quejaba y reclamaba a Nekomamushi y a Inurashi. Terminamos de bajar las escaleras y yo apoyé una mano en mi cintura viendo la reacción de los hombres.

-¡No es como lo esperábamos!

Todos cayeron al suelo deprimidos por la gran sorpresa. Incluso Law estaba demasiado decepcionado.

-Vaya... al final no es atractivo como esperaba -mencioné más para mí-. Es una lástima. Salie con un ninja sonaba divertido.

-Oye.

Me espanté al escuchar el reclamo de Law atrás de mí. Reí nerviosa y me escondí con Nekomamushi quien ríe un poco.

-Ustedes no son de este país, ¿quiénes son? -pregunta el ninja mirándonos, pero entonces se sorprende a ver a los demás llegados.

-¡Raizo!

-¡Kin'emon! ¡Kanjuro! ¡Momonosuke-sama! Me alegra que estén bien -ellos se acercan corriendo a Raizo, pues este estaba encadenado, pero ellos se encargaron de quitarle las cadenas.

-Entonces, _________ -Nami se acerca burlesca- ¿Es tu tipo?

-¿Saben algo? ¿Quién soy yo para pedirme a alguien? Nadie, si ustedes lo quieren yo no puedo interferir -sonreí enarcando una ceja.

-¡¿Eh?! ¡No, para nada! ¡No! -Nami niega con la cabeza.

-Tampoco hay que ser tan malas, Nami -reí leve.

-¿Qué les pasa? -pregunta Raizo mirando a los hombres que tenían expresiones deprimidas, aún estaban decepcionados.

-Ese es... -miré a Robin y lo que estaba observando en la pared, el emblema pintado en el y la piedra roja, un Poneglyph.

-Te conocemos, Nico Robin -menciona Inuarashi-. Escuchamos que los de Ohara pueden leer esos símbolos.

Robin se veía sorprendida por esa revelación y por el color rojo del Poneglyph, pues nunca habíamos visto de ese color. Según Inuarashi es por su propósito así que dejó a Robin acercarse para leerlo. Volví mi atención a los hombres que seguían inspeccionando a Raizo.

-¡Si eres un ninja, lanza un shuriken! -exclama Luffy pero Chopper se le pega.

-¡Medita bajo una cascada!

-¡Di "nin" y usa poderes ninja! -pide Usopp.

Ellos piden que les muestre muchas cosas sobre los ninjas y sus poderes haciendo sorprender a Raizo por sus pedidos repentinos.

-¿Por qué unos piratas querrían verlos?

-No es por ser piratas -dice Franky y hace su pose- ¡Súper!... A todos los hombres les gustan los ninjas.

Todos ellos sonrien, incluso Law admite con su expresión que es parte de ese grupo. No creí que lo fuera a demostrar, ya que siempre quiere mantener una apariencia seria y fuera de lo infantil. Reí suavemente y más cuando volvieron a pedirle cosas para hacer que lo sofocaron y terminó explotando.

-¡Cállense! ¡Dejen de imponerme sus fantasía! Los ninjas no dicen "nin-nin". Esos ninjas son fantasía.

-¿No lo dicen? -escuché a Law aunque lo murmuró.

-Del uno al diez, ¿qué tan decepcionado te sientes? -pregunté recostándome contra su lado.

-Tsk -se ocultó con su sombrero y apartó la mirada.

-Escuchen. Se requiere una mente fuerte y tranquila para ser un ninja. Debemos vivir en las sombras. No podemos mostrar nuestras técnicas. El ninjutsu ni es para entretenimiento.

Eso solo hizo deprimir y decepcionar mucho más a todos. Tuve que darle palmadas en la espalda a Law al ver su expresión sombría.

-Ya, ya. Pobrecito de ti -murmuré.

Raizo, molesto por la presión social de los chicos, termina cediendo y desapareciendo en humo para sorprenderlos. Apareció tras Usopp y luego alrededor de los demás, usando clones.

-¿Feliz? -sonreí mirando a Law que se veía sorprendido por las técnicas de Raizo.

Luffy intenta atrapar a Raizo pero este se sustituye con un tronco. Raizo corre y lanza las shurikens que tanto querían ver. Los clones regresan a donde él.

-¡Raizo de la niebla está ante ustedes!

Todos sonríen satisfechos, otros se emocionan de más. Volví a acercarme a Nami y reírme un poco por la actitud de los hombres.

-Hombres -comenta ella.

-Bueno, hay que admitir que sí es algo genial -mencioné.

-Lo dices porque te gusta uno de ellos -me sobresalté por su afirmación.

-¡No es verdad! ¿Qué no me puede parecer genial un ninja de verdad? -aparté la mirada-. No me respondas.

-Ahá, ahá. Como digas.

Ambas nos fuimos a sentar mientras algunos acompañaban a Raizo afuera. Robin descifraba el Poneglyph mientras tanto.

-Entonces... ¿qué cambios ya hay entre ustedes? -menciona Nami con curiosidad y picardía.

-Que curiosa eres -sonreí divertida-. Pero... supongo que tienes razón. Siempre fuimos cercanos pero ahora... se siente diferente... es otro tipo de cercanía.

Volteé la mirada hacia el lugar en donde estaba Law escuchando la conversación de los otros simplemente. No pude evitar sonreír al verlo.

-¡Que linda! -me sobresalté por el chillido de Nami-. Deberías verte cada vez que lo ves, ¡te brilla la mirada! ¡Te ves reluciente!

-D..Deja de decir esas cosas, por favor -pedí cubriendo mi rostro-. Haces que me avergüence de mirarlo.

-¡Pero es verdad! -ella suspira-. Cielos, esto es como ver una historia romántica, ¡ya quiero ver el desenlace!

-Apresurada, cálmate. Quizás tenga un mal final...

-¡No digas eso! -ella me sacude- ¡Atraes a la mala suerte y no quiero eso! ¡Quiero mi final feliz! ¡O yo misma te lanzaré un rayo!

-Está bien, está bien. Deja de sacudirme o vomitaré sobre ti -pedí.

-Ya lo hice hace rato.

-¿Ah sí?

Estaba mareada por su culpa. Apoyé una mano en mi cabeza intentando detener el mareo, la miré como si fuera doble y dejé caer mi cabeza hacia atrás fingiendo desfallecer.

-Dramática.

En vez de ser la voz de Nami, escuché la voz de Law. Volví a levantar la cabeza y lo vi a él frente a mí en lugar de a Nami, quien estaba más atrás con estrellas en los ojos y aprobando la escena.

-¿L..Law? ¿E..En qué momento? -me enderecé sonrojada pero notando que sus manos me sostuvieron, él me suelta y resopla sentándose.

Sacudí levemente la cabeza para terminar de quitarme el mareo y vi a Robin con Nami, ella tenía una carta en la que Robin había escrito lo que decía el Poneglyph. Miré de reojo a Law y se me escapó una sonrisa por una idea en mente. Dejé caer mi cabeza sobre su hombro mientras resoplaba sonoramente.

-Me mareé bastante, Nami me sacudió mucho -me quejé.

-¿Es eso? ¿No te has enfermado? -preguntó.

-Estoy segura que no. Me cuido bien.

-Déjame ver -de repente Law se coloca de frente conmigo y apoya su mano en mi frente unos segundos.

Todo mi rostro enrrojeció por completo y mi corazón se aceleró de nuevo. Estaba segura que si estuviera de pie ahora mismo me habría desmayado.

-E..Está bien, Law. Te juro que no estoy enferma -aparté su mano suavemente-. Mira, deberíamos escuchar lo que dice en el Poneglyph, vamos.

Lo jalé hacia allá para acercarnos a escuchar y así olvidar el asunto porque si seguía con que estaba enferma seguro que querría escuchar mis latidos y volvería a pensar de que sí lo estoy. ¡No podría con eso!