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Capítulo 1

Levanté la mirada para observar el claro cielo celeste sobre nosotros. El agua estaba en calma y el barco se movía con tranquilidad... a diferencia de lo que pasaba en la tripulación.

-¡_______-chwan! ¡El té está listo!

Dejé escapar un suspiro junto a una leve risa al escuchar la voz del cocinero que me extendía una taza de té mientras me miraba con aquellos ojos de corazón. Me giré hacia él y agarré la taza de té.

-Gracias, Sanji-Kun... -dije con una sonrisa amable.

-¡Para servirte! -responde animado y al ver mi sonrisa sale disparado por el sangrado nasal.

-¡Oye, Sanji! ¡Deja de sangrar tanto! -Chopper va a socorrerlo.

-¡Superrr! -miré al otro lado en donde el Cyborg Franky hacia una pose para mostrar otro de sus artefactos y sorprender al capitán, sombrero de paja Luffy, y a Usopp, luego Chopper se unió a ellos.

-Que ruidosos son -escuché la queja de Nami.

-¡Nami-Swan! -Sanji inmediatamente fue hacia ella para ofrecerle de beber y comer.

-Al parecer están muy emocionados -menciona Robin a mi lado teniendo una taza de té en manos.

-Supongo, aunque creo que Sanji lo está solo por Camie -reí levemente y lo apunté ofreciéndole muchas cosas a la susodicha.

Robin y yo compartimos unas leves risas antes de ir a sentarnos junto a Nami mientras Camie mostraba un mapa a los demás. En ese momento vimos a Brook acercarse a nosotras.

-Señoritas, ¿me mostrarían sus panties? -dice levantando su sombrero.

-¡Claro que no! -Nami le da una patada en el rostro apenas termina de hablar.

Escuchaba las conversaciones hasta que en mi mente se fueron apagando, pues comenzaba a pensar demasiado en una sola cosa. De mi bolsillo saqué un pedazo de papel y lo observé, notando a qué dirección se dirigía.

-¿Una vivre card? ¿De quién es? -pregunta Robin con curiosidad. La guardé en ese momento.

-De una persona especial para mí -fue mi respuesta para luego volver a tomar el té.

-Apenas sabemos sobre ti, ________ en estos meses que llevamos juntas -menciona Nami con una sonrisa amistosa- ¿Es que no confías en nosotras?

-No es eso, te lo aseguro -respondí-. Es más... porque no me gusta mucho recordar lo que ya ha quedado en el olvido.

-Está bien, si es así.

-¡Bien, miren al frente! ¡Llegamos! -escuchamos a Pappag.

Nos levantamos de nuestros lugares para poder ver al frente lo que Pappag apuntaba. Todos demuestran su clara sorpresa por la belleza del lugar, era sumamente impresionante. Hermoso.

-Este es... ¡El archipiélago Sabaody!

-Finalmente... -murmuré yendo a por mis cosas mientras todos se mantenían fascinados por las burbujas y demás.

Anclaron el Sunny en el manglar cuarenta y uno de Sabaody, el primero en bajar claramente fue Luffy, motivado para ir a recorrer el lugar, pero entonces se detiene.

-Huh... cierto -él voltea y me ve bajar del barco, me acerqué a los demás con una sonrisa mientras acomodaba mi bolso en mi hombro.

-Chicos, gracias por aceptarme momentáneamente en su barco -mencioné-. Pero es aquí donde nos separamos.

-¡________-chwan! ¡¿En serio tienes que irte?! -Sanji estaba que lloraba o rogaba para que decida quedarme.

-¿Es en serio? -Chopper me hace ojitos tiernos.

-Sí, lo siento chicos -respondí intentando no entristecer por esto.

-_________ -me di vuelta hacia Luffy-. Únete a mi tripulación.

-¿De nuevo con eso? -reí levemente-. Gracias, Luffy, pero ya he tomado mi decisión. Ya he perdido la cuenta de cuántas veces me has invitado y sigo manteniendo mi respuesta.

Escuché las negaciones de Chopper, Sanji, Nami y Usopp, pero Luffy suspira y me muestra una gran sonrisa cálida.

-Está bien, no hay nada que hacer. Pero al menos acompáñanos mientras estemos aquí. Aún no te vas de Sabaody, ¿no? Acompáñanos en una última aventura aquí.

Los ánimos regresan en el resto de la tripulación que me sonreían estando de acuerdo con su capitán.
Resoplé resignada pero feliz de la propuesta.

-Bien, aceptaré esta última aventura con ustedes.

-¡Sí! -Luffy levanta los puños y Nami junto a Robin se colocan a mis lados alegres.

-Genial, podemos hacer una gran despedida si nos separamos luego de aquí -dice Nami.

-¡Chicos! -miramos arriba cuando de repente Luffy estaba sobre una de las burbujas- ¡Veo un parque de diversiones!

-¡¿Un parque de diversiones?! -suelta Chopper emocionado.

-Es Sabaody Park -responde Camie-. Una rueda de la fortuna debe ser genial... Mi sueño es subirme a una.

-¿Un sueño? ¿Por qué no puedes hacerlo? -pregunta el reno.

-¡No seas tonta! ¡No puedes hacerlo, Camie! -dice Pappag de repente llamando nuestra atención.

-Sí, lo sé -suspira Camie desanimada.

-¿Por qué será? -murmuré.

De todos modos el grito de Luffy nos alerta, pues la burbuja en la que estaba había explotado. Él cayó al suelo pero nadie más que Camie se había preocupado, pues como es de goma está más que bien, aliviando el susto de Camie.
Escuché sobre el revestimiento que le harán al barco, siendo Hachi el encargado de conseguir a alguien que sepa hacerlo bien para que no terminen aplastados en el agua.

-Pero a cambio quiero que me hagan una promesa -menciona el pulpo.

-Claro. ¿De qué se trata? -pregunta Luffy.

-A veces, puede haber Nobles Mundiales caminando por la ciudad.

Supe enseguida de qué se trataba esta promesa. Los habitantes de la tierra sagrada, Mariejois, no son tan amigables... Es por eso que Hachi pide que pase lo que pase, no hay que meternos con ellos, lo sé. Recalcando que aunque alguno de ellos mate a alguien frente a los chicos, no hay que meternos con ellos.

Luego de aquella advertencia nos encaminamos unos cuantos a la ciudad, quería recorrer y comprobar que aquel que quiero ver estuviera aquí... Luego de aquella carta que recibí con la vivre card, sabía que este sería un punto de encuentro.
Volví a sacar la vivre card y observar a dónde apuntaba, hasta el momento apuntaba hacia el mar, por lo que sé que aún no estaba aquí. Volví a guardarla y a concentrarme en los demás mientras Hachi advertía sobre más cosas. Hasta encontrarnos con las bicicletas de burbujas. Bastante prácticas.

-¡Robin! ¡________! ¡Miren! ¿Será un centro comercial? -apunta Nami a un edificio donde claramente Dice "shopping".

-Mm... Quizás lo sea -murmuré con un tono levemente sarcástico.

-¡No te burles! -me reclama Nami haciéndome reír.

-Bueno, bueno, vamos de compras -dije para calmarla, y funcionó.

-¡Vamos! Camie-chan, ¿quieres venir con nosotras? -pregunta Nami.

-No, está bien, vayan ustedes -responde algo nerviosa y un poco desanimada.

No pudimos hacerla cambiar de opinión, por lo que nos subimos a la bicicleta burbuja de Nami quien pedaleo para acercarnos al centro comercial.

-Camie-chan no aceptó nuestra invitación... -menciona Robin.

-Sí. Ha estado algo reservada desde que llegamos a la isla -responde Nami- ¿Qué le pasará?

-Quizás esta isla tenga una mala historia -dice Robin.

-Quizás... -murmuré mirando hacia el cielo unos segundos.

Cuando empezamos a hacer las compras todo en mi cabeza se dirigió a eso, amaba comprar sin límites pues el dinero no es algo que me hacía falta ni era difícil de conseguir. Gracias a mi trabajo antes de conocer a Luffy y los chicos.

-¿Aún te queda dinero? -pregunta Nami sorprendida- ¡Si compraste casi todo en las tiendas!

-No es nada, apenas compré cosas -miré a un lado para ver la gran pila de burbujas que sostenía llenas de cosas-. Porquitas cosas.

-¡¿"Poquitas"?!

Reí levemente antes de suspirar y volver mi atención a los alrededores.

-Bueno, ya saben el trabajo que tuve antes así que... ¿por qué te sorprende? -respondí.

-Cierto, olvidaba que fuiste una mercenaria... -responde ella susurrando más para sí misma por los recuerdos.

-Sí. Diez años trabajando me hicieron tener de más -mencioné encogiéndome de hombros-. Gracias a esto invierto en mis investigaciones.

-¿Cómo vas con eso? -pregunta Robin.

-Mejor, cada vez conozco más de lo que puedo hacer con mi poder de la Chi Chi no Mi -respondí levantando una mano, envolví mi muñeca en sangre hasta formar un brazalete que luego desapareció al absorberlo con mi piel.

Hace años he comido la fruta del Diablo de la sangre, puedo controlar mi propia sangre y la de otros al tener contacto con esta. Puedo hacer muchas cosas... pero aún estoy descubriendo mi límite y mi experiencia en la biomedicina me ayuda para la experimentación y desarrollo de mi poder.

-Ya veo, que suerte -sonríe Robin.

Asentí.
Queríamos volver a las compras pero entonces escuchamos a Franky gritar y acercarse a nosotras.

-¡Secuestraron a la sirena! -gritó.

-¡¿Camie?! -abrí los ojos de par en par claramente sorprendida y preocupada.

Nos subimos enseguida a aquellos pescados voladores para salir volando. Me había olvidado de todo lo demás, ahora mi prioridad es Camie.
Nos dieron los detalles de que existe una subasta en donde las sirenas valen setenta millones de berries, haciéndome enfurecer. Apresuramos a los compañeros de Duval para que nos llevaran al manglar uno, que es en donde estaba la casa de subastas.

-¡Sanji! ¡Chopper! -solté al verlos en el manglar.

Tras nosotros iba Nami y Hachi. Saltamos de los peces voladores para reunirnos e ir a la puerta para exigir que nos devuelvan a Camie, pero es imposible... no lo iban a hacer y tampoco podíamos entrar a la fuerza, pues Camie seguramente tenía puesto aquel collar que explota si la persona que lo llevaba puesto intentaba revelarse, teníamos que jugar en su juego, debemos entrar a la subasta y Nami lo sabe.

-¡Oye, chica! ¿Adónde piensas ir? -pregunta Franky deteniéndola.

-Si no podemos usar la fuerza, recuperaremos a Camie siguiendo las reglas de este sitio -soltó decidida.

-Déjenmelo a mí, no dejaré que vendan a Camie -mencioné dando un paso al frente-. Aunque tenga que gastar todo mi dinero en esto, lo haré.

-¡_______-San! -algunos lagrimeaban agradecidos.

-Vamos -dije parándome frente a los guardias de la entrada principal-. Háganse a un lado, participaré.

No tuvieron más opción que hacerlo.
Nos adentramos al lugar luego de conseguir nuestra paleta con el número.

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