"Si esta Luna llena te me llevarás
Dime que al mirarla me recordarás
Dime que me quieres, porque yo sé que me quieres
Y, aunque debas, no me olvidarás"

Punto de vista de Lucas.

Aunque me dieron días libres por el ingreso de Jen y el nacimiento de Logan, no quise faltar a mis entrenamientos, el partido del sábado es duro y muy importante para salir de la zona baja, demostrar que todavía tenemos mucho que pelear.

Cuando acabé el entrenamiento me fui con Óliver hacia el hospital, hoy podría ver por fin Jen a Logan y estoy deseando ver ese encuentro de las dos mujeres de mi vida. Lo necesito para creer que el destino nos ha mandado esto porque todo va a salir bien.

-Cachete. -dije poniendo mi mano en su hombro, en lo que Óliver y yo entrenabamos, él se había quedado al cuidado de Jen.

-No hablés fuerte, se acaba de quedar dormida. -dijo el argentino poniéndose de pie del sillón. -Los nervios de ver a Logan le podían, aunque le dijeron que ya podía verla, ella no quiso verla sin que estuvieras tú.

-Lo sé. -Dije sonriendo al ver todos sus rasgos faciales relajados, sin preocupaciones.

Todo va a salir bien, Jen. Te lo prometo.

-Buenas. -dijo una doctora entrando en el cuarto. Jen al oírla se despertó. -Necesito llevarme a los papis para que puedan ver a su bebé. ¿Cómo te encuentras Jennifer?

-Por favor solo Jenna. Estoy bastante adolorida, pero con muchas ganas de ver a mi bebé.

-De acuerdo, pero antes debemos de registrarla ¿Cuál será su nombre?

-Logan Guillén Ocampos. -Hablé antes de que pudiera decir el nombre. -El apellido de ella va primero, no es justo que haya pasado por todo el proceso de embarazo y esto para que ahora vaya mi apellido, no, de eso nada.

-Lucas pero...

-Así será, Jen. Tu apellido irá antes.

-Bien, pues una vez completado el registro ya podemos pasar a que vayan a ver a la bebé. -dijo cogiendo la carpeta en uno de sus brazos. —¿Puedes levantarte, Jenna?

—Por ver a mi hija soy capaz de salir corriendo. —dijo riendo suavemente. Conservaba su sentido del humor hasta de la forma más adolorida. Simplemente es que la amo Dios.

La ayudé a caminar hasta la UCI de neonatos, donde no podíamos tocar a Logan, pero si podíamos ver.

La realidad era que nuestra bebé al ver nacido de forma tan espontánea y muchísimo antes del tiempo que le tocaba iba a tener que pasar bastante tiempo en la UCI neonatal, sin que pudiéramos si quiera tocarla.

Me dolió ver a mi hija entubada, ver cómo era tan pequeña que ni siquiera era capaz de respirar sí sola. Jen al verla así comenzó a llorar y tuve que ayudarla a sentarse.

—No puede ser, debería de estar dentro de mí aún. —decía llorando. —No pude ayudarla y ahora su vida corre peligro.

—Jen, amor. No es tu culpa. Podía pasarle a cualquiera, pero mirala aunque sea difícil está ahí, y si está ahí es gracias a vos. —dije sujetando su mano.

—Ni siquiera puedo abrazarla, Lucas. No puedo darle ese abrazo con el que llevo meses soñando.

—Solo hay que esperar, mi vida. Al menos, está con nosotros y está bien cuidada. Logan es igual de fuerte que su mamá y va a tener la misma purasangre que su papá. Lo guerrera le va a venir de serie.

Mi chica mostró una débil sonrisa y volvió a mirar por el cristal a nuestra hija que dormía entre tanto cable, me partía el alma, pero sabía que estaba bien.

—Logan, mi amor. Te prometo que vamos a estar juntas muy pronto, que mami podrá tocarte y abrazarte. No voy a dormir tranquila hasta ese día, tienes que ponerte fuerte, yo voy a estar aquí siempre.

A pesar de que quisimos quedarnos ahí durante toda la vida, ni Jen podía estar tanto tiempo de pie, ni se estaba permitido permanecer tanto tiempo en cuidados intensivos y menos de cuando eran neonatos.

Cuando regresamos a la habitación ahí estaban Óliver y Cachete, esperando a que llegásemos.

—Es preciosa. —dijo Jen acostándose en la cama sin poder contener la emoción.

—Yo tengo un debate, ¿Quién será el padrino? —dije yo, para tratar de animarla sobre todo.

—Eso está claro que soy yo. —habló el extremeño a lo que Cachete frunció el ceño.

—Ni loco, ni pensés que serás vos, está claro que seré yo. —replicó Montiel.

—¿para qué va a querer la niña un padrino que esté en Nottingham pudiendo tener uno en Sevilla?

—Porque yo voy a ser el padrino guay que le dé carne y vos serás el tío aburrido de la soja.

—¿Podéis parar de discutir por favor que son las once de la mañana y estoy recién parida por así decirlo?

—Jenna, vos tenés que decidir esto. —habló Cachete ya de última.

—Yo decidiré cuando crea el momento. A Logan ahora mismo no se le puede hacer un bautizo ni una fiesta de bienvenida y creedme soy la primera interesada. Pero ni siquiera he podido darle un beso, ¿Creéis de verdad que lo que pienso ahora mismo es en quién de vosotros dos imbéciles será el padrino de mi hija? —dijo notoriamente molesta.

—Tienes razón, lo siento. —dijo Óliver.

Jen pareció relajarse un poco más después de un rato.

—¿Podéis salir afuera para que pueda hablar con Lucas? —le dijo a sus dos mejores amigos que se marcharon después de escucharla hablar.

—Jen...

—Aún no me has dicho el por qué me ocultaste lo de Sara si no tuvo importancia, pero ya da igual Lucas. Logan está entubada y ni siquiera puedo acercarme a ella, y no dejo de pensar que ha sido culpa mía por preocuparme por cosas que no tenían sentido y no, no me refiero al partido.

Suspiré sabiendo que se refería a mi.

—Te noto confuso en cuanto a este tema. Así que he decidido que en cuanto salgamos Logan y yo de aquí, nos marcharemos a casa de Óliver. Necesito pensar, y necesito saber qué esperar de ti.

—Pero Jen...

—Te quiero muchísimo y me duele de verdad esto, pero lo más importante ahora es Logan y le he fallado, Lucas, le fallé a mi hija por esperar algo de tí que nunca sucedió.

Escuchándola decir esas palabras mientras lloraba, mi corazón se rompió.

Tenía razón, había sido un cobarde.

HOLAAAAAA.

Una vez superado ya lo del martes, vuelvo a tener ganas de Sevilla, a esperar el robo del sábado.!!!