"Creo en ti
Y en este amor
Que me ha vuelto indestructible
Que detuvo mi caída libre"

Punto de vista de Jenna.

-Jenna, vos tenés que estar descansando. -habló Erik sentado en la silla tomando su mate.

-Coco, estoy bien. Embarazada, pero no inválida. -le dije.

-No será bueno que con tan poco tiempo de embarazo te estés dando esos viajes.

-Erik, ten por seguro que si llegamos a la final estoy en Budapest desde el día del derbi.

-Boluda, quedan tres dias.

-Para que veas.

Mi amigo y yo nos empezamos a reír hasta que apareció en la cafetería Sara. Tenía cara de pocos amigos y a juzgar por la mirada que me echaba, no le caía muy bien.

-Mira que había maneras y maneras de intentar separarme de Lucas, pero he de decir que es la que menos me esperaba.

Coco se quedó mirándola con incredulidad y yo pude comprobar perfectamente que esta chica está fatal de la cabeza.

-Sara yo creo que vos...

-Tú no crees nada, Erik. No pintas nada en absoluto aquí. -respondió Sara.

-no te consiento que le hables así. Esto es entre tú y yo, a Erik le dejas. -suspiré. -Cuando me quedé embarazada tú ni siquiera habías llegado al club. No elegí esta situación, por si no te paraste a pensar un bebé en la situación de Lucas y yo era lo que remataba ya todo. ¿Pero que esperabas que hiciese, eh?

-¡pues no tenerlo, joder!

-No pienso hacer eso, yo ya perdí un hijo y Lucas también. Esto es la señal de que nos están devolviendo lo que un día nos quitaron.

-Me has jodido, Jenna. Si Lucas no podía olvidarte ni siquiera odiándote, todo se pone cuesta arriba en nuestra relación. Solo te pedí que te alejaras de él.

-Y lo intenté, Sara. Lo intenté, pero es que yo no mando en el corazón y mi corazón está enamorado de Lucas.

No fue un día fácil, los nervios de la semifinal se apoderaban de todos, principalmente de mí, que a penas estoy de unos dos meses y creo que me iba a poner de parto.

-Jesús Joaquín Fernández Sáenz De la Torre, ¿estas seguro que te sientes bien? -pregunté sentándome al lado de Suso en el living del hotel.

-Jenna, me lo has preguntado diez veces en tres minutos y por favor deja de decir mi nombre completo que pareces mi madre. -el gaditano me miró.

-Como te lesiones te meto una patada.

-tú verás si no juego la final es tu culpa. -le saqué el dedo de en medio.

-Me voy a hacer pis, la mini me pisotea la vejiga.

-Ahórrate las declaraciones por favor. -puso cara de asco y yo le dejé un beso en la mejilla.

Al girarme choqué con un portento físico, no al modo Marcão, pero si lo suficiente para ponerme cachondisima.

-¿como estás? -preguntó mi argentino favorito.

Desde que se enteró que íbamos a tener una bebé, que aún no tiene nombre, no dejó de prestarme atención ni un solo Segundo, siempre pendiente a lo que necesitaba.

-Bien estamos, bien. -me sonrió. ¿Por qué sigo enamorada de esta sonrisa después de todo? -¿tú? ¿Alguna molestia?

-No, nada, estoy cool. Listo para enfrentarme a Danilo. -le sonreí de vuelta. -Jen, tenemos que hablar. Yo llevo varias semanas pensando y...

-Lucas, no es el momento, ahora toca lo que toca. -le dije y acaricié su mejilla. Él cogió mi mano.

-Espero que no tengas planes para más tarde, porque pienso acaparar todo tu tiempo. -dejó un beso en mi mejilla y se fue.

Me dejo viendo como se iba entre risas con Marcos, y yo le observé de lo más enamorada del mundo.

-Esa sonrisa ya la he visto antes, a mi no me engañas, te mueres por estar con él. -dijo Oli tras mi.

-Pero tú eso ya lo sabías, vivo contigo Óliver, por si se te olvida. -me giré a mirar a mi mejor amigo.

-¿y por qué no hablas con él? Jenna, él no quiere a Sara, te quiere a ti.

-Lo sé, pero es complicado. Siento que esta bebé vino para unirnos más y ahora que estamos bien, no quiero que nada lo estropee.

-Lucas y tú, siempre vais a ser Lucas y tú.

Con las palabras de mi amigo resonando en mi cabeza es cómo emprendimos camino al Sánchez Pizjuán, toda Gran Plaza se tiñó de rojo, la hinchada estaba alentando al equipo hasta el estadio. Era impresionante todo, y lo más aún impresionante es como yo tenía este sentimiento desde pequeñita.

Durante el partido me estaban dando pequeños infartos, todo muy complicado, nada que ver con el gozo y disfrute de Manchester, en el banquillo no nos quedaban uñas que mordernos y el árbitro no estaba por la labor de hacernos las cosas más fáciles, aun así, éramos los claros dominadores del partido. Y como un jarro de agua Fría, el gol de Vlahovic.

-¡Vamos mi Sevilla, vamos campeón! -gritaba toda la grada vestida de rojo, a pesar de que las caras estaban totalmente desencajadas y que era así, por el momento nos quedábamos sin final.

Mis niños no se rindieron y como agua de mayo, el gol de Suso.

Me abracé a Óliver como loca, mientras absolutamente todo el banquillo estalló de felicidad, y sobre todo una liberación de tensión considerable.

Y como oxígeno en los pulmones, el gol de Coco.

Ahora sí, la locura se desató, esta vez no me abracé a Óliver, esta vez me abracé a Lucas, a mi Lucas en los brazos cuáles estallé a llorar de la emoción, estábamos a un paso de ser finalistas.

Y con el pitido final, todo fue una realidad.

-¡MENDILIBAR ME LLEVA A BUDAPEST, ME LLEVA A BUDAPEST!

Sentí los brazos del padre de mi hija rodeándome, mientras todos estaban celebrando como locos algo que nos merecíamos, luchar por ganar la UEFA Europa League.

Entonces me miro a los ojos y con esa sonrisa, pronunció todo lo que deseaba escuchar.

-Te amo, te lo vuelvo a decir aquí, en medio de todo el mundo. En el mismo lugar donde te pedí matrimonio hace un año. No hay nada más importante en mi vida que vos y esta niña. Jen, mi amor, que le den a todo si al final podemos estar juntos. -dijo Lucas. Ni siquiera sé cómo fue capaz de articular la frase después de lo que había saltado. -Nunca debí irme a Amsterdam, nunca debí dejarte aquí y nunca debimos dejarlo. Sos el amor de mi vida.

-¿y Sara? -tomó aire por un segundo.

-Es maravillosa, es todo lo que un hombre puede desear. -bajé la mirada. -Pero no sos vos, y con eso es suficiente para que no tenga hueco en mi corazón.

Mientras todo el Sánchez Pizjuan cantaba celebrando el pase a la final, Lucas se estaba abriendo a mí nuevamente.

-Lucas, estos meses alejada de ti han sido de los peores de mi vida. Enterarme de este embarazo y que nuevamente llegara en nuestro peor momento me mató. Pero pensé que la vida nos estaba devolviendo lo que un día nos quitó. -respiré hondo, mientras de fondo sonaba "somos ultras del Sevilla" -Lucas Ocampos, yo te amo, tal y como te amé cuando llegaste y tal como te amé cuando te fuiste, te amé cuando volviste y te amo hoy día dieciocho de mayo. Aquí, delante del Sánchez Pizjuan eufórico por una nueva final, te digo que quiero volver a estar contigo, y tener a nuestra niña, juntos. Y no sé qué más decirte así que por favor, solo bésame ya.

Mi argentino favorito se río, y en efecto hizo eso, besarme. Delante del Sánchez Pizjuan, tocando mi vientre, donde estaba nuestra hija, la que iba a vivir desde dentro, una final Europea con sus padres juntos.

Ahora sí. Los Ocampos, Road to Budapest.

HOLAAAAA.

Que Feliz que fui este día 🥺