"Se volvió un castigo
Tratar de pretender
Que somos enemigos
Cuando tu piel quita mi sed"

Punto de vista de Jenna.

En semifinales, escalando puntos en liga, el equipo más feliz y unido que nunca, la derrota de ayer no nos está pesando a pesar de ser un jarro de agua fría, pero no bajaremos los brazos y estaremos el jueves a por todas.

-¡Ahh, joder! -escuché un gimoteo de dolor llegando a la cafetería donde solo me encontraba yo firmando los informes.

Al levantar la mirada vi a Lucas sentarse en una silla gimoteando de dolor y bajando su calcetín hasta por debajo del tobillo. Me acerqué a él, aunque no me puso cara de buenos amigos.

-Lucas, ¿estás bien? -dije preocupada. Cómo no voy a estar preocupada por el padre de mi hijo.

-Hasta que por fin me hablás, Jenna.

Lo admitiré ese Jenna me dolió.

-¿Qué? Ah cierto, no acostumbrás a que te diga Jenna. -dijo mirando hacia su pie recolocándose las botas. -A partir de ahora es cómo va a ser. Así quieres que sea contigo, un capullo.

-Lucas, no quiero discutir solo me preocupaba por ti. -dije girándome, de verdad que es lo que menos quería. Discutir con el amor de mi vida.

-Y por eso dejás de dirigirme la palabra.

Este chico no entiende nada, yo me alejé de él por petición de su novia, no por gusto.

-Tú no sabes nada, así que cállate.

-¿Sabés lo que sé? -dijo mirándome fijamente a los ojos. -Que me arrepiento de ese viaje a Gran Canaria, de todo lo que pasó y de haberte querido, Jenna. Porque en mi vida nunca va a existir mayor error que el haberme enamorado de ti.

Y aunque me había sentado como el culo y solo quería largarme a llorar, delante suya me mantuve fuerte.

-Pues bien, Lucas. Si eso crees estás en todo tu derecho. Yo te digo que no me arrepiento de nada en tres años, ni del viaje a Gran Canaria siquiera. Tuve dudas si, como todo el mundo, cuando sientes cosas tan fuertes por una persona y te da miedo. Tú también los tendrías. Pero tranquilo, que amar a una persona significa querer su felicidad aunque no sea conmigo. -iba a esquivarle para salir de la cafetería e irme a llorar a cualquier rincón de la ciudad deportiva. -Ah, y me alejé de ti porque Sara me lo pidió para que pudieseis ser felices, yo nunca me hubiese alejado de ti por mis propios medios.

Le sonreí a punto de estallar en un mar de lagrimas.

-Ponte hielo en el tobillo, lo que nos faltaba es que te lesiones.

Tras decir eso y medio aturdida, salí de la cafetería.

Punto de vista de Lucas.

De quedarme pensativo y querer agarrarle la muñeca para comérmela a besos, a salir corriendo tras escuchar el golpe en el suelo y verla tirada en él. La preocupación se apoderó de mí, el miedo a que le sucediera algo malo.

-¡Ayuda! -grité sujetándole la cabeza entre mis brazo intentando reanimarla. -¡Jen, despertá!

Dije acariciando su mejilla, pero ella no me hacía ninguna señal de estar bien.

-¡vamos, Jen. Amor, por favor! -dije envuelto en una preocupación enorme.

-¿Qué pasó? -dijo preocupado Jesús. -Voy a llamar a un médico.

-¡Jesús a una ambulancia!

Y eso fue lo que pasó, rápidamente vinieron a por Jen, mi Jen, la que no reaccionaba y me estaba haciendo temblar todo el cuerpo de pensar que le podía pasar algo malo.

-¿Quien la acompaña? -preguntó uno de los paramédicos.

-¡yo! -dije firme, pero entonces unas manos me rodearon las muñecas.

-Lucas, amor. Que vayan Oli y Gonzalo, tú no pintas nada con ella. -habló Sara.

-La mujer que está ahí, es el amor de mi vida. Así que me da igual lo que pensás. Sujetando la mano de la mujer con la que iba a casarme, voy yo.

Y así fue, igual me comporté un poco mal con la persona que era mi actual pareja, pero no me importaba absolutamente nada en ese momento más que el bienestar de Jen.

Al llegar al hospital se la llevaron rápidamente para chequearla y ojalá que todo estuviese bien.

Media plantilla fue llegando poco a poco, Mendilibar envió un mensaje al grupo preocupado y los lesionados también que se habían quedado entrenando.

-Familiares de Jennifer Guillén. -salió un médico.

-Nosotros. -dijo Cachete casi acosando al médico.

-Bien, Jennifer está estabilizada, la tenemos en observación. Todo lo que ha tenido es una bajada de tensión debido a su embarazo.

Al escuchar la última palabra casi me caigo al suelo yo, ¿embarazada?

-¿embarazada? -dije atónito. Óliver y Cachete me miraron.

-El viaje a Gran Canaria. -dijo el extremeño. -De ahí viene vuestro bebé.

-¿usted es el padre? Es una niña, felicidades. Puede pasar a verla, si quiere.

Sentía mis ojos húmedos y solo visualizaba ver a Jen, pedirle explicaciones y ahora todo cobraba más sentido.

Cuando llegue a su habitación en observación solo pude tomar su mano, era nuestro, la vida nos había devuelto aquello que habíamos perdido.

-Siento mucho no habértelo contado. -dijo mirándome. -No sabía cómo hacerlo y se te veía tan bien con Sara que yo...

-Shhh. No tenés que disculparte por nada. -dije acariciando su mejilla. -Jen, yo no me arrepiento de nada de lo que he vivido contigo, jamás. Esta niña es nuestra, la vida nos está devolviendo lo que un día nos quitó.

-Yo quiero tenerla contigo y que seamos esos padres que siempre quisimos ser.

Con esa sonrisa me quedé, con la sonrisa de la madre de mi futura hija.

HOLAAAAAA.

Segundo capítulo de hoy. Si llegamos a los cinco votos, publico la parte once. 😚

Nos leemos pronto. ❤️