28
CASSIE
Me encuentro en un lugar totalmente blanco, no hay paredes ni sillas ni objetos, no hay nada, absolutamente nada. Solo estoy yo.
Lo último que recuerdo es haberle confesado a Lu que me gustaba, luego aparecí aquí.
Durante el primer mes, no entendía que ocurría, como había llegado aquí o como salir, no hasta que ella apareció ante mí.
La mitad del lugar se oscureció de un momento a otro y la voz de Raven se oyó en la lejanía. Al parecer no estaba sola como creía.
Tras unos segundos, la figura se Raven salió de entre la oscuridad.
—Al fin nos vemos las caras, ¿cierto?
Era algo irónico porque ella se veía igual a mí, solo que su ropa era negra como su maquillaje. Sin embargo, era cierto. Era la primera vez que veía su imagen, que la veía a ella. Hasta ahora sólo había oído su voz y había sentido su presencia dentro de mí, pero jamás la vi claramente. Hasta ahora.
Una parte de mí se asombraba de verla, era como tener una hermana gemela, pero por otro lado, sabía que eso no era nada bueno. Que las dos estemos en el mismo lugar solo significaba una cosa: ésta sería la batalla decisiva. La que gane se quedaría con el control para siempre.
—¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?— preguntó con arrogancia, yo asentí y ella se sorprendió—Vaya...
—Si, tengo miedo. Miedo de muchas cosas, miedo a ser rechazada, miedo a estar sola, miedo a que los pocos amigos que tengo se despierten un día y ya no quieran seguir a mi lado, miedo a amar, miedo a entregarme totalmente a alguien y que luego me abandonen. Tengo miedo de tí, de que te hagas con el control y que puedas dañarlos, miedo a no ser suficientemente fuerte para ganarte. Tengo miedo, pero eso no me va a detener.
—Fuertes declaraciones.—se rió con sorna—¿Crees que tu discurso va a conmoverme?
—Me extrañaría si te conmueve algo como eso.
—Bueno basta de charla, comencemos de una vez.—sentenció con una sonrisa siniestra.
Raven siempre había querido salir, siempre había añorado ser libre, sentir lo que era el amor y la felicidad, cosas que ella nunca había sentido. Aún así, jamás había sido tan insistente, jamás había puesto tanto empeño ni mostrado tanta determinación. Me preguntaba qué era lo que le había motivado tanto.
De pronto comencé a sentir su fuerza arrolladora intentando dominarme otra vez. Me golpeaba sin cesar, me hostigaba hasta el cansancio.
Ella no me dio ni un segundo de tregua.
***
LUCIAN
Veo salir al doctor mientras negaba con la cabeza otra vez. Eso significaba que no había buenas noticias.
Ya habían pasado casi tres meses desde que Cassie fue hospitalizada, meses en los que ella no despertó.
—¿Cómo sigue?— pregunto al doctor a pesar de que sé que va a decir.
—Igual que ayer, no ha despertado aún.—dijo con tristeza y luego su ceño se frunció— Pero, hay algo que debes saber.
Lo miré intrigado, cualquier dato que pudiera darme sobre su estado me daría esperanzas o eso creí hasta que me lo contó todo.
Me senté en la banca, apoyando mis codos sobre mis muslos y cubriendo mi rostro con mis manos. Estaba frustrado, enojado y triste. Estaba furioso conmigo mismo por ser un idiota. Por ser lento.
El doctor había notado un leve cambio en el estado de Cassie, uno no muy bueno. Casi imperceptible a la vista, pero que a la larga se notaría bastante. Al parecer, la lucha interna de Cassie continuaba y la estaba consumiendo de a poco. Si ella no conseguía vencer y despertar pronto, moriría.
Era cuestión de tiempo, dijo el doctor. Sin embargo, no había tiempo.
Teníamos que hacer algo, lo que fuera para ayudarla.
—¿Estás diciendo que su cerebro podría sufrir un fallo?—Diana estaba consternada.
Había llamado a los chicos para contarle lo que el doctor me había dicho. Ellos quedaron tan impactados como yo.
—Tiene que ser una maldita broma...—Scott se levantó abruptamente de su lugar y salió afuera del consultorio.
Reunirnos allí para hablar de Cassie se había vuelto casi una costumbre. Chris comenzó a buscar en sus contactos del celular.
—Al menos él tiene que saber sobre esto. Quizá a mi madre no le importe pero mi padre es otro asunto.—soltó mientras se iba a la otra sala para platicar tranquilo.
Diana salió a buscar a Scott y yo quedé con el doctor Müller. Él nos había ayudado bastante y nos había prestado su lugar de trabajo para que buscaramos soluciones. Sin embargo, aquí estábamos, pendiendo de un hilo.
—No debes sentirte mal, lo mejor será que pases tiempo a su lado. Hablarle no sería una mala idea.
—¿Ella es capas de oír nuestras palabras?
—No lo sé, pero no pierdes nada con intentarlo.
Tenía razón, no perdía nada con intentarlo de nuevo. Ya le había hablado antes, durante las veces que pude estar cerca suyo, pero no sabía si podría oirme, incluso ahora no lo sé pero no puedo perder la esperanza.
Salí del consultorio rumbo a hospital, ignorando los llamados de Diana quien había estado hablando con Scott todo ese rato.
Solo quería verla, hablarle y que despertara, que me dijera que iba a estar bien y que me diera a chance a decirle que yo también la quiero.
Me tomé un segundo para respirar antes de entrar a la habitación, ya que había corrido sin darme cuenta.
Abrí la puerta y me adentré en la habitación blanca. Me gustaba llevarle flores para darle un poco de color al lugar, para que si ella despertara no viera todo tan monótono.
—Hola Cassie...—dije mientras me sentaba a su lado.
Le hablé sobre muchas cosas, desde pequeñeces hasta cosas más importantes. Quería hacerle saber que estábamos tristes sin ella, que queríamos que volviese.
Acaricie su cabello con delicadeza y deje un beso suave sobre sus labios.
—Necesito que me des la oportunidad de decirte lo mucho que me gustas...
Sentí como levemente apretaba mi mano, la cual estaba entrelazada con la suya, y la emoción comenzó a recorrerme el cuerpo.
Si bien no despertó ese día, había mostrado signos positivos y eso era bueno.
N/A
Cada vez falta menos.
Si, ya se va a saber la verdad.
Próximamente...
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