21
En cada ocasión, solía perder la conciencia durante el tiempo que ella estaba libre. Las primeras veces, fueron unos simples minutos. Por suerte, en unos minutos no podía hacer nada, pero pronto el tiempo que estaba libre comenzó a aumentar.
Una hora, dos...
Hasta ahora, rompiendo su récord, quedando dos días libre.
Luego de notarlo, casi entro en pánico, no me podía explicar como había sucedido o en que momento había empezado. No podía recordar nada.
Traté de calmarme, tenía que poner orden no sólo en mi casa sino en mi mente. Le mande un mensaje a Diana y no tardó ni un minuto antes de que sonara el timbre.
—¿Qué demonios te ha pasado?—chilló una vez que vio el mal estado en el que estábamos la casa y yo
—Solo se que necesitaré ayuda para limpiar este desastre.—dije abriéndole paso para que entrara.
—¿"Raven estuvo aquí"? ¿Qué clase de adulto haría eso? ¿Acaso tu otra personalidad es una niña?—preguntó exaltada y yo me encogí de hombros.
—No, pero tiene rabietas al igual que una.
La verdad es que nunca llegué a cuestionarme por qué atentaba contra mis cosas o mi hogar, pero me alegraba que no lastimara a la gente.
Con ayuda de Diana comencé a ordenar todo. Tuve que tirar muchas cosas que Raven había roto e intentar quitar las manchas de la alfombra fue un fracaso. Al final, fuimos a comprar una nueva y unas latas de pintura para la pared.
Nos tomó casi todo el día y terminamos sin energías. Diana me invitó a dormir en su departamento porque el mio olía a pintura fresca. Le agradecí sinceramente toda la ayuda que me había brindado.
—Me encargaré de la cena. Te aseguro que mi sillón es más cómodo que el tuyo.—dijo guiñandome el ojo.
Y tenía razón.
Su sillón era tan cómodo que me vi tentada a ceder a los brazos de Morfeo, sino fuera porque estaba hambrienta ya me habría dormido.
Me gustaba ese ambiente, todo se veía alegre y lleno de colores, igual a Diana. Ella sabía que mi hermano estaba necesitando un lugar y que yo pensaba cederle el mío, aunque eso significara que viviéramos lejos la una de la otra. Para mi sorpresa, me sonrió y me dio una palmadita en el hombro mientras decía que no importa la distancia si la amistad es verdadera. Ella siempre trataba de verle el lado bueno a todo.
Después de cenar, le rogue que me dejara dormir en ese sillón celestial. Se rió de mí durante tres minutos, pero luego accedió.
***
Una vez que el departamento quedó como nuevo, comencé a guardar las cosas en cajas para la mudanza. Diana se había ofrecido a ayudarme así que se encontraba a mi lado viendo que cosas guardar en que caja.
—¿Qué es esto?— preguntó alzando un libro en sus manos, era pequeño y de color negro.
—Es el diario de Raven, suele escribir en el cuando sale.
—¿Lo has leído? Me pregunto que cosas escribirá...—soltó mientras comenzaba a abrirlo.
—No te atrevas a tocar mi diario, zorra estúpida.
Pude oír como las palabras salían de mí boca sin que yo quisiera y vi como Raven se apoderaba del control. Le arrebató el diario de sus manos y lo metió en una caja.
Así es, Raven nunca dejaba que nadie, ni siquiera yo, leyera su diario.
Diana quedó impactada, inmóvil. Era la primera vez que se encontraba con Raven y supo que los encuentros con ella nunca son buenos. Por suerte, tras guardar el libro, Raven desapareció.
—Lo siento, Diana.—dije apenada.
— Eso fue muy extraño, tu rostro cambio completamente en un segundo y tu voz se llenó de odio, fue... Increíble.—dijo asombrada.
Ella me tomó de los hombros y me miró con detalle, como buscando algo.
—Me gustaría hacerme amiga de Raven también.—soltó.
Sus palabras retumbaron en mi cabeza. ¿Acaso estaba loca? Ella quería ser amiga de Raven, sin importarle quien era o lo que hiciera.
—Deberias ver tu expresión—dijo entre risas—, pareces haber visto un fantasma.
Le lance una mirada regañadora pero no sirvió para callar su risa, por lo que terminó con la boca sellada con cinta de embalar.
La mudanza se llevó a cabo al día siguiente por la mañana. Diana había hecho un gran alboroto, exagerando con la despedida como si nunca nos volviesemos a ver y eso que ella iba a acompañarme.
Nos subimos al camión y nos dirigimos hacia el otro departamento donde nos esperaba Lucian para ayudarnos.
¿Alguna vez les tocó vivir una situación super incómoda y quisieron meterse bajo tierra? Bueno, algo así me pasó cuando llegamos y nos encontramos a Lucian y a Scott en medio de una guerra de miradas.
El señor de la mudanza pensó que se iban a pelear y corrió a llamar a la policía. Aunque intentamos detenerlo fue inútil. Tuvimos que explicarle al uniformado que llegó al cabo de unos minutos que sólo era un mal entendido y todos fuimos regañados.
—¿Y bien?—pregunté una vez que el policía se había ido—¿Qué haces aquí, Scott?
—Pasaba por aquí y lo vi a él aquí, así que vine a preguntarle lo mismo que tu me preguntaste a mi—bufó.
—Bueno ya que está aquí puede ayudar.—sentenció Diana y Scott se quedó mirándola pensativo.
—Supongo que no es mala idea.—solté.
Mirando a mi alrededor pude notar la gran diferencia entre mi yo de hace unos meses y mi yo de ahora. Mi entorno se ve mucho más alegre que antes y tengo amigos, buenos amigos. Me sentía feliz de haber avanzado tanto, de estar aquí con ellos.
«Sería una lástima que alguien decidiera salir y arruinar toda esa felicidad, ¿no?»
La voz de Raven resonaba en mi cabeza, hasta que de pronto comencé a sentirme mareada, como si todo se volviera una escena lejana. Ella estaba intentando salir y pensé, por un momento, que iba a lograrlo.
—¿Estás bien? ¿Andy?
—Si—dije intentando sonar bien—, entremos de una vez.
Después de ese día las cosas solo empeoraron.
***
N/A
Hola, como están? Espero que bien.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿A alguien le gustaría leer el dichoso diario de Raven?
Jsjjsjs yo hago preguntas aunque se que nadie las va a responder jajjsja.
Hasta la próxima será ;3
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