10
Ahí estaba yo, parada en mi puerta, con los brazos cruzados. Scott estaba sonriente frente a mí, invitandome a salir a divertirnos.
Ya habían pasado un par de semanas desde aquel día que se había mostrado raro. Luego de eso todo fue normal.
—Scott, tengo trabajo que hacer. No puedo salir hoy contigo, y creo que tampoco podré por unos días.—dije y solté mis brazos—Lo siento, pero deberás volver a casa.
—¿Necesitas ayuda con el trabajo?—preguntó con una sonrisa.
—No, puedo hacerlo sola.—dije tajante.
—Vamos Cass, déjame pasar tiempo contigo...—y concretó su petición con un puchero.
Lo miré y supe que no se detendría hasta lograrlo, así que terminé por desistir. Me hice a un lado para que pasara y sonrió victorioso. Entró y se sentó en el sillón al lado mío y me observó trabajar. Por suerte no hacía tantas preguntas, sólo me observaba.
Luego de un par de horas, él ya se había visto una película y yo ya había terminado uno de los textos.
—Cass, tómate un descanso—dijo mirándome con picardía.
—Te dije que estaba ocupada, no puedo descansar aún.
—Vamos Cass... Disfrutemos de una película juntos.
—Ya te he dicho que...—lo miré y negué, seguir hablándole sería perder tiempo, así que opté por volver mi vista a la pc y seguir en lo mío.
Scott se levantó de su lugar frente a la tv y se paró frente a mí, tapando la pc. Puso ambas manos a mis costados, acorralandome contra el sillón. Su rostro estaba muy cerca del mío y eso me inquietaba.
—Tómate un descanso o te obligaré a hacerlo—dijo seriamente.
—¿Por qué insistes tanto?—dije molesta.
Su mirada era indescriptible, había mucho en ella que no sabría decifrar. Él estaba invadiendo mi espacio personal y laboral y no me gustaba.
—Porque quiero que me veas...—dijo mientras acariciaba mi mejilla con su dedo pulgar.
Me quedé sin palabras, sorprendida ante la forma en la que había dicho aquello. Que estaría pensando él para decir eso y por qué de esa forma...
—Ya te estoy viendo, Scott... No necesito tomarme un descanso para...—Scott se estaba acercando lentamente, con la mirada perdida—¿Scott?—dije nerviosa, pero él no respondía.
Estaba tan cerca que podía percibir su respiración y yo no podía moverme. Mi corazón latía muy fuerte, tanto que pensé que me iba a dar un infarto ahi mismo. Cerré los ojos con fuerza e intenté calmarme.
—¿Te desagrado?—su pregunta me sorprendió y lo miré. Scott no me desagrada así que negué con la cabeza.—Entonces...¿Puedo?— miró expectante y yo no podía reaccionar—tomaré eso como un sí.
Entonces cerró completamente la distancia entre nosotros y presionó sus labios contra los míos. Al principio fue suave, pero luego se volvió más intenso.
Pude sentir como transmitía sus sentimientos con cada movimiento. Era algo impresionante. Era mi primer beso.
Scott se separó de mí y pude sentir el ardor en mis mejillas. Estaba anonada. No entendía lo que estaba pasando, no quería entenderlo.
Lo miré a los ojos y noté que también estaba avergonzado. Entonces se sentó a mi lado y se rascó la nuca.
—Cass, yo...—me miró y notó que yo aun no reaccionaba—¿Cass?
—¿Por qué lo hiciste?— pregunté en un hilo de voz y él sonrió.
—Yo... Creo que me gustas...—soltó.
Estaba sorprendida, podía entender su forma de actuar las últimas veces que nos habíamos visto, pero no me parecía algo real. No quería creerlo. Scott era mi amigo, él dijo serlo. ¿Por qué de repente le gusto? No lo sé.
—¿Cass?—dijo al ver que no respondía.
—¿Cuáles son tus intenciones Scott?—dije con un tono serio.
—Yo quería ser tu amigo, pero ahora... Yo...
Algo no andaba bien conmigo, no podía escuchar lo que Scott estaba diciendo. Escuchaba otra voz. Una que no quería oír.
—Vete—dije como pude.
—Cass, yo...
—¡Vete! ¡Ahora!—él me miró extrañado.
—¿Qué ocurre?—preguntó.
—¿Por qué no escuchas cuando ella te habla?
Pude ver la cara de Scott volverse seria antes de perder la conciencia. Ésta vez, Raven estaba molesta. Furiosa. No entendía por qué, no aún. Desee que nada malo ocurriera y ya no supe más nada.
***
Escuché la alarma sonar una y otra vez. La luz se escabullía por debajo de la puerta. La única luz en toda la oscuridad.
Me levante con mucho pesar y noté que Raven había hecho de las suyas. Estaba todo revuelto, hecho un desastre, algo normal en ella... Excepto por una cosa: sangre.
Mi mano estaba lastimada, llena de pequeños cortes. No sabía que había pasado con ella, hasta que salí del cuarto y encontré vidrios rotos en el suelo.
Regrese hasta la cocina, en busca de la escoba y me encontré con la nevera escrita con lápiz labial rojo. Genial. Alguien había tenido la mayor rabieta de su vida en mi casa.
«Te odio, Cassie» estaba escrito al menos diez veces seguidas.
Me pregunté por qué estaba tan furiosa. De las veces que se había manifestado era la primera que dejaba ese tipo de rastro.
Tome la escoba y cuando estaba por irme noté algo fuera de lugar. Una nota pegada en mi taza favorita.
«No es quien aparenta ser»
Me quedé viendo el papel por un rato, intentando decifrar el misterio, pero no hubo caso. Así que lo guarde en mi cuarto y me dediqué a limpiar el desastre.
Cuando por fin terminé, desinfecté mi mano y la vendé adecuadamente.
Ya no podía dejar que eso siguiera sucediendo. Cada vez era peor y temía que algo malo pasara. Algo de lo que me arrepentiría toda la vida. Por eso, a pesar de que no me gustara, intentaría buscar una solución.
Estaba determinada a hacerlo, sin saber a lo que me enfrentaría luego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro