07
—¡Cassie! ¡Abre por favor!—Scott no dejaba de llamar a mi puerta.
Habían pasado varios días desde el acontecimiento, y no tuve el valor de afrontarlo. Me encerré en mi departamento y no quise volver a salir.
—Cass... Se que estás ahí...—su voz se estaba quebrando.
Sabía que no podía seguir así, no era bueno para mi salud. Me acerqué lentamente a la puerta, y apoyé mi mano. Tenía la sensación que él estaba haciendo lo mismo. Scott se merecía una oportunidad, no podía huir o pasaría lo mismo que con Lucian.
—Lo siento...—susurré.
—¿Cassie?—su voz recobró vida—, déjame verte...
Comencé a abrir la puerta lentamente, pero Scott la abrió de golpe y se me lanzó encima. Me abrazó muy fuerte y yo quedé en shock. ¿Qué tan importante era yo para él? Esa pregunta vino a mi mente y retumbaba sin cesar.
—¿Cómo estás?¿Has comido bien?—dijo separándose solo lo suficiente para que pudiera verme.
Asentí y lo vi suspirar. Su mirada se clavó en mi, estudiandome tanto como podía, y yo me puse nerviosa. Estaba a escasos centímetros de mí y parecía ser la única incómoda con esa situación.
—Scott...—lo llamé, pero no reaccionaba. Su atención estaba totalmente centrada en mis ojos.
Noté como su mirada bajaba hasta mis labios y entonces mi celular comenzó a sonar. Scott reaccionó y se alejó de golpe.
—Lo siento, me dejé llevar por la emoción...—se rascó la nuca y miró de reojo al móvil en la mesa— Deberías atender.
Cuando vi la pantalla, sonreí y contesté. Le hice una seña a Scott para que se sentara en el sillón de mientras y me fui a la cocina a platicar tranquila.
***
SCOTT
La vi entrar en la cocina, muy sonriente. Me preguntaba con quien estaría hablando para sonreír así.
Me acerqué al sillón para sentarme a esperarla, pero me detuve al ver algo que llamó mi atención. Tras él, había una ventana no muy grande que daba a la calle del costado del edificio. Me acerqué más para ver si no me confundía y resultó que no, de hecho estaba en lo cierto.
El mismo tipo de la otra vez estaba parado allí, viendo hacia la ventana, con una mano sosteniendo su móvil. Entonces caí en la cuenta.
Ella estaba hablando con él.
Sentí una sensación bastante desagradable. No sabía decir que era, pero no me gustaba. Él no me gustaba, y que la hiciera sonreír tampoco.
Nuestras miradas se cruzaron y pude sentir algo parecido a... ¿Rivalidad?
Sonreí y cerré la cortina de golpe. Si aún no sabía que estaba allí, yo no se lo diría ni dejaría que se enterara.
¿Era raro sentir deseos de monopolizar a tu mejor amiga?
—Lo siento, Scott—su voz suave me sacó del trance— ¿Te hice esperar mucho?—su mirada era tan inocente.
—No, no... ¿Quién era?—dije aparentando curiosidad. La verdad es que ya lo sabía todo.
—Lucian—sonrió—, quería invitarme a ver una película.
—¿Y qué le dijiste?—pregunté, esta vez si curioso.
—Que no.—su sonrisa se apagó y me miró con seriedad— Tengo que hablar contigo, sobre lo de la otra vez...
Pude notar su nerviosismo, y vi como trataba de evitar mi mirada. Quizá ella no lo notaba, pero nunca se acercaba demasiado, siempre mantenía la distancia con las personas, conmigo. En sus ojos siempre veía su lucha interna por alejarse o dejarse llevar, y eso me hacía querer llevarla por el mal camino, romper sus defensas y adentrarme en ella hasta resolver cada uno de sus misterios.
De pronto, me exalté al notar mis propios pensamientos. No era bueno que pensara así, definitivamente no. Tenía que poner un freno.
***
Miré a Scott atentamente, parecía sumido en sus propios pensamientos. Quizá esa sería mi última oportunidad de escapar, y lo hubiera hecho si Lucian no me hubiera animado a decirle sobre mi estado.
—Yo...—tomé aire y lo solté con pesades, y él me prestó atención— Tengo trastorno de identidad disociativo...—solté al fin.
Esperaba todo tipo de reacción de él, que se me riera en la cara, que me mirara raro, que se fuera, que me despreciara, cualquier cosa. Sin embargo, sólo me miraba...¿con admiración?
—Debiste haber reunido mucho valor para decirlo—dijo acariciando mi cabeza y yo me estremecí.
Lo miré asombrada y él sonrió.
—Si, de hecho, Lucian me ayudó a juntarlo—dije y noté como se exaltaba.
—¿Lucian?—dijo con su voz rasposa—¿Él ya sabía de esto?
—Si—dije algo dudosa—, él sabe todo sobre mi... Bueno la mayor parte.
Su semblante se tensó y su rostro se enserió. Al parecer esa idea no le agradaba mucho, pero al cabo de unos segundos, recobró su compostura y sonrió.
—Ya veo.
—¿Estás molesto?—pregunté y asintió.
—Lo siento, Cass... Es que yo también quisiera saber todo sobre tí...—se volvió a rascar la nuca— desde que te ví, quise saber más de ti...
—Scott...—dije cruzandome de brazos—conozco a Lucian desde hace muchísimo tiempo, fuimos amigos por casi tres años antes de que nos separaramos...
—Lo siento—dijo viendome con carita de perro mojado—, sólo sentí un poco de celos.
—Tonto, no te preocupes, en un par de años seremos iguales...—reí—seremos superamigos—bromee.
—Claro...—dijo no muy convencido.
Nos sentamos en el sillón y yo le mostré un cuaderno, lleno de dibujos y palabras. Él lo ojeó y yo lo observé.
—¿Estos dibujos los hizo Raven?—preguntó y yo asentí.
Oír ese nombre me daba escalofríos, pero tenía que ser fuerte. No debía dejar que ella retomara el control.
En ese cuaderno, ella había descrito su odio por el mundo, por mi familia. Aún no le había contado nada sobre ellos a Scott y esperaba no tener que hacerlo nunca. Nuestra amistad tenía un límite.
—Ella aparece cuando estoy muy cansada o cuando la mencionan mucho...
—¿Podrías contarme más?—me miró fijamente y yo accedí, claro que omitiría ciertas cosas.
Pasé el resto de la tarde platicando con Scott, no sólo sobre mí sino sobre todo lo que nos rodeaba. Sacó muchos temas a relucir, incluido su primer amor. Al parecer tuvo un amor unilateral por una niña en su infancia, pero no la volvió a ver, y eso me recordó a Lucian. Me pregunté si él había sentido lo mismo que Scott cuando yo me alejé—claro que si era correspondido en nuestro caso.
Hacía mucho tiempo que no pensaba en cosas como el amor o la amistad. Cosas que para mí ya no eran buenas, ya no las merecía. Un día de éstos debería agradecerle por todo, no sólo a Scott sino también a Lucian.
Ambos me han ayudado y eso es algo que merece...
«Lastimarlos» oí una voz en mi cabeza y me exalté.
Las cosas habían cambiado, y no todo era para bien.
***
N/A
Hice un pequeño edit a este capítulo en particular para corregir mi error, y es que lo que antes se conocía como Trastorno de Personalidad múltiple se lo empezó a conocer como Trastorno de Identidad Disociativo (TID) a partir de 1994 aprox. Esto es algo que yo no sabía al momento de escribir esta historia, pero que fui aprendiendo este último tiempo. Tengo la intención de editar esta historia como ya lo había mencionado antes, de hecho quería hacerlo hace un par de años pero me pasaron muchas cosas y mantuve (me mantengo y me mantendré) alejada de la escritura, así que lo dejé para más adelante cuando me sienta lista para volver a escribir.
Hasta que nos volvamos a leer, un abrazo virtual y cuídense.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro