🖤 Capítulo 17 🖤
🖤 Capítulo 17 🖤
Any
Me miro por última vez en el espejo. No soy para nada metrosexual pero siempre quiero tener buena presencia.
« Admite que solo te gusta presumir »
Bueno, sí.
Voy hacia la pequeña cómoda, cojo el antifaz que hay en ella y me lo coloco.
Han pasado dos semanas desde que llegamos a Roma. Tres días después de lo sucedido en la playa, la madre de Nick vino a visitarnos y nos trajo dos invitaciones. Eran para ir a una celebración de fin de año que iban a hacer. Según me contó, se hace todos los años y ella siempre era invitada pero esta vez prefirió que fuéramos nosotros dos en su lugar. No olvido las miradas que nos dedicó, esa señora o es muy observadora o sabe lo que hay entre Nick y yo. La verdad entre él y yo no hay nada.
También me comentó que este año la celebración iba a tratar de porte y elegancia. El tema me resultaba interesante y aunque ojos grises no estaba muy contento con eso decidió que fuéramos. Y lo más emocionante, pues sería una fiesta con antifaces.
El sonido de mis tacones de aguja suena por toda la casa. Agarro por la parte de abajo mi vestido para no pisarlo. Es de color rojo sangre con toques negros. Es sin mangas con un escote en forma puntiaguda, con gran separación entre mis pechos. En mi cuello hay una gargantilla que va desde el inicio de este hasta el espacio entre mis pechos, de color negro y con un bonito grabado. Debo de admitir que la señora Murray tiene buen gusto, ella me ayudó a escoger el vestido. Mi antifaz es de color rojo con detalles del mismo color y algunas perlas.
Afuera de la casa ya me estaba esperando Nick. Me detuve frente a él y lo observé con detenimiento. Está enfundado en un hermoso traje negro y su antifaz era del mismo color. Su cabello rubio estaba perfectamente peinado hacia un solo lado. Él también no perdió la oportunidad de escanearme por completo y volví a notar como sus ojos se oscurecieron. Está jodidamente sexy.
- Estás jodidamente sexy. –me susurra
Rio. Acabas de quitarme las palabras ojos grises.
- Cuando no. –le guiño un ojo
Sonríe de lado y me hace una seña para que me suba en el auto. Esta vez vamos en un Audi y no en su Lamborghini. Veo que nunca va a perder sus gustos por ellos. Durante el viaje nadie dijo nada pero fue un silencio cómodo. Cada cual estaba en su mundo, yo pensando en como mi vida a cambiado y él seguro pensando en su situación. Me quedé con la boca abierta cuando llegamos al lugar de la fiesta. Era una hermosa edificación estilo antiguo, con columnas de arcilla blanca y pisos de azulejos de la cerámica más fina. Fuimos avanzado por un pasillo hasta llegar a la sala principal. Según me fue contando Nick, el lugar era antes un museo que iban a demoler y un señor de buena posición decidió comprarlo.
Diría que de buenísima posición.
Un bello candelabro de cristal nos recibe y solo puedo sonreír mientras admiro toda aquella belleza. Música clásica suena a nuestro alrededor y puedo ver a muchas personas, el salón está casi lleno por completo. Unas personas le hacen unas señas a Nick.
- Ahora vengo. –me dice
Él se va y yo me dedico a observar todo a mi alrededor. Mi teléfono suena y cuando lo cojo veo que es un número desconocido.
- ¿Hola? –contesto desconfiada
- Vaya, que voz más bonita. –una voz ronca suena al otro lado de la línea
- ¿Quién es y qué quiere?
- Es muy rápido como para empezar con el interrogatorio agente. –parece que ríe
Me llamó agente, sabe que soy policía.
- Estoy perdiendo la paciencia. ¿Quién mierda eres?
- ¿Mi sobrino sabe quién eres tú por casualidad? –mi respiración se detiene– No me juzgues entonces querida.
Es Daylon, el tío de Nick. ¿Cómo consiguió mi número? ¿Por qué me llama? No me está gustando como va la cosa.
- Señor Daylon, ¿qué quiere?
Suelta una carcajada.
- Sabes mi nombre. Perfecto. –hace una pequeña pausa antes de hablar– Solo quiero avisarte, pues soy una persona muy buena. Vete bien lejos, aléjate de Nick Murray y no saldrás herida. Tú no tienes nada que ver en esta historia pero en ocasiones hasta el personaje más simple e inocente es el que sufre las consecuencias.
- ¿Me está amenazando? –le pregunto
- No, como ya le dije, solo le estoy avisando. Querida, voy a por todo o todo y no me importa eliminar a media cuidad para lograr lo que quiero. Deje a mi sobrino en mis manos y márchate.
Ahora soy yo la que rio.
- Está loco de verdad. Me tutea pero también me trata de usted. –me pongo seria– Ahora la que va a darle un pequeño aviso soy yo. No se meta conmigo. A usted no le importa eliminar media cuidad, a mí me importa una mierda la muerte. Además, no suelto lo que quiero tan fácilmente.
Y cuelgo antes de que pueda decir otra cosa. Me doy cuenta de que no estaba respirando siquiera. Tocan mi hombro y me volteo bruscamente.
- Oye tranquila, soy yo. –sus ojos grises me suavizan– Te noto extraña, ¿qué pasa?
«Tu tío me acaba de llamar para amenazarme, solo eso».
- Nada.
No digo lo que pensé para no armar lío. Trataré de olvidarlo por ahora.
- Bien, ¿bailamos? –me invita tendiéndome su mano.
Sonrío y la acepto. Caminamos hasta la pista de baile. Él coloca sus dos manos en mis caderas apretando un poco su agarre y yo coloco las mías en sus hombros. Sus ojos no dejan de buscar los míos en ningún momento. Hace una seña y la canción cambia. Talking to the Moon de Bruno Mars suena y Nick empieza a moverse. No entiendo porque escogió esa canción pero le sigo. Me abraza fuertemente a él y de momento pierdo toda razón en mí. Meto mi cara en la curva de su cuello e inhalo su loción, es adictiva. Va susurrando pequeñas partes de la canción en mi oído. Estoy tan nerviosa y a la vez tan excitada. Sí, estoy excitada a más no poder.
La canción termina pero seguimos bailando. Ninguno de los dos quiere apartarse. Otra canción empieza y no nos importa. Bailamos varias canciones más. Empiezo a notar como las personas se preparan para contar, ya va casi a comenzar el nuevo año. Muchas solo buscan a alguien a quien besar.
5
Nick se separa un poco y se detiene.
4
Siento que mi corazón se va a salir.
3
Acerca poco a poco su rostro al mío y yo hago lo mismo.
2
Nuestras respiraciones se mezclan y nuestras narices se rozan.
1
Y me besa.
- ¡Feliz año nuevo! –gritan todos
Yo solo puedo concentrarme en sus labios sobre los míos. Dios, se siente tan bien, mejor que en mis sueños. Me atrae más a él, me devora con deseo y no me quedo atrás. Y doble Dios, su lengua hace maravillas en mi boca. Siento que si no me estuviera sujetando caería al piso. Parezco un simple adolescente.
Al carajo el señor Smits.
Al carajo mi puesto.
Al carajo el imperio Murray.
Al carajo con Erik y Daylon.
Y mando al carajo mil cosas más cuando deja libres mis labios y me dice:
- Perdí Any, no aguanto más. Volvamos a casa y déjame llevarte a las estrellas.
Nota de la autora:
¡Holi, Holi, Holi!
Espero que les haya gustado el cap. Aquí les dejo la vestimenta de Any en la fiesta. Se les quiere.😘
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