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V e i n t i o c h o

El día de la competencia había tanta desgana que los profesores intentaron levantarles el ánimo con palabras de aliento, canciones en el autobús y comida chatarra para cada uno. Sin embargo, nada podía hacer que siquiera esbozaran una sonrisa. El anuncio de la muerte de Fiorella llegó a oído de todos, haciendo que el ambiente se llene de incertidumbre, preocupación y tristeza. Incluso el equipo de fútbol lucía apesadumbrado. Sam reconoció a los dos chicos a los cuales repartió aquellas sustancias cuando Liam se lo pidió. Ellos eran los que más afectados se notaban entre los del equipo. Le gustaría pensar que era porque por fin se dieron cuenta de las consecuencias de lo que estaban haciendo, pero lo más probable era que estuviesen ansiosos porque no estarían recibiendo nada hasta que las cosas se calmen. Eso no hacía más que incrementar la ira que Sam venía acumulando desde días antes.

Entre los chicos, podía sentir la mirada de Connor hacia su dirección. No hablaron desde el ataque de Sam hacia Iker, quien ahora estaba con una cara de espanto, vendado en la mayor parte del rostro y con rastros de moretones y mirada asesina. Sam se preocupó al verlo, pensó que tal vez fue a causa de sus golpes que ahora Iker lucía como un saco de boxeo usado, pero eso sería tener demasiada autoestima, Sam no daba golpes tan fuertes como para ponerlo en esa condición. Además de él, también notó que los profesores susurraban preocupados, el único que estaba estoico y sin ganas de compartir nada, era el profesor Betancourt, que cada tanto miraba preocupado hacia Iker, como si supiera algo que los demás no. Tal comportamiento iba de la mano con la reacción de su hijo, pero este lo disimulaba mejor, lo que no podía pasar desapercibido para nadie, era su malhumor. Bueno, Jax siempre estaba de un humor de perros, pero el día de hoy estaba aún peor. Se podía ver como tamborileaba los dedos contra su pierna mientras que la otra se movía rítmicamente con nerviosismo, Yonka trataba de calmarlo diciéndole algunas cosas, cosas que Sam no llegó a oír, pero nada hizo efecto, por lo que se dio por vencida y recostó su cabeza contra el hombro de Jax, haciendo que su mente divague hacia el recuerdo de su amiga.

A quien tampoco vio entre los grupos de profesores, fue a Liam. Según escuchó de la señora Alarcón, estaría esperando en el lugar donde se llevaría a cabo la competencia para poder agilizar los detalles. Sam no podía creer la caradurez del hombre al presentarse de nuevo como si nada. Pero, después de todo, nadie sabía de su relación con la muerte de Fiorella salvo Sam. Dependía de él que se hiciera justicia por su amiga aún si eso signifique sacrificarse a sí mismo. Pero antes tendría que arreglar los asuntos que tenía pendientes con él. Si no lo hacía, no podría enfrentar a Connor. Es mejor que se mantuviera alejado de él mientras todo este caos se solucionara, aunque, después de que todo salga a la luz, probablemente ya no quisiera saber nada de él. Ni Connor ni sus amigos.

La idea lo aterraba, pero él podría con aquel castigo. Lo haría por Fiorella.

—Llegamos, chicos, bajen con calma —comentó la maestra Linda ni bien el bus se estacionó. El viaje fue largo, por lo que todos expresaron alivio por la llegada.

Sam esperó a que la mayoría de los chicos bajaran para poder hacerlo él también. Mientras agarraba su bléiser, que se había quitado en el viaje, para poder ponérselo de nuevo, escuchó como el profesor Ruíz, el entrenador del equipo de deportes, le dijo a Iker:

—Me alegra que hayas podido venir, si los organizadores no quieren dejarte jugar, solo diles que sufriste un pequeño accidente entrenando y que no es nada. ¡No queremos que quedes fuera por algo tan pequeño!

—No se preocupe, señor —cortó Iker con la cara mortalmente seria.

—Creo que lo mejor es que esté en la banca un tiempo, señor Ruíz, Iker no puede ejercitarse mucho en esta condición —añadió el profesor Betancourt.

—¿Qué sabe usted? Él mismo nos dijo que se hizo esa herida por pelear con algunos chicos que hablaron mal del equipo, solo es un percance menor.

—¿Percance menor? —para sorpresa de Sam, Jax se metió en la conversación.

Iker le susurró algo al chico y lo agarró del codo para sacarlo del autobús, no sin antes añadir:

—Ya les dije que jugaré. No hay nada más que agregar —para probar su punto, Iker se sacó las vendas que tenía y las puso en el bolsillo.

Sam miró asombrado el enorme moretón y las raspaduras en su rostro. Jax se enojó, pero antes de argumentar nada, fue tironeado por Iker mientras murmuraba unas cuantas maldiciones que supuso que iban dirigidas al entrenador, luego se separaron para que el chico pudiera ir con el resto de su equipo.

Sam y Yonka, quien aún no había bajado, se miraron y esta le dedicó una sonrisa triste, para luego perseguir a su amigo quien había sido dejado de lado completamente enfurruñado.

Sam fue el último en salir, para su sorpresa, Connor estaba a un lado de la puerta, recostado contra el bus con los brazos cruzados, en cuanto Sam bajó, fue a su encuentro.

—Pensé que nunca saldrías —dijo con una sonrisa que solo llegó a medio camino en cuanto vio la expresión de Sam.

—No puedo hablar contigo ahora, necesito encontrar al profesor Liam —su nombre le dejó un gusto amargo en la boca.

—Solo necesito un momento, Sam. Escúchame, lo del otro día, lamento haberme enojado contigo, después de pensarlo, entendí que lo hiciste porque estabas enojado y dolido por lo de Fiorella...

—¡Tú no lo entiendes! ¿¡Podrías solo alejarte de mí!? —gritó Sam y dejó estupefacto a Connor. Luego de aquel arrebato, se alejó de él y siguió a los demás que ya estaban un poco alejados del lugar. Miró atrás por unos segundos y encontró a Connor con la mano en la parte trasera del cuello mirando desolado hacia su dirección, eso hizo que su corazón diera un brinco por la culpa, sus ojos se encontraron, pero Sam volteó de nuevo y siguió su camino.

Era lo mejor.

Para Sam, era preferible alejarse de él antes de ver su rostro al enterarse de todo. No podría soportar ver la decepción y el desprecio de Connor dirigido a él. Pero también, verlo cabizbajo le partía el corazón. Eso solo probaba que, de una u otra manera, terminó hiriendo al chico que amaba.

—Sam, por fin llegas, el profesor Morrison estará en el salón E-21, ahí será la primera etapa. Confiamos en ti —lo alentó el señor Betancourt poniendo una reconfortante mano sobre su hombro.

El chico que estaba suplantando a Fiorella, estaba recibiendo las indicaciones de la señora Alarcón, quien también parecía estar tocada por la muerte de la pequeña rubia. Sam juraría que la vio secarse un poco el ojo cuando pensaba que nadie la estaba mirando. Pero aludió aquel hecho a su imaginación.

El profesor Betancourt le dio un pequeño croquis donde mostraban los detalles del lugar. Era incluso más grande que la primera ronda y había más personas.

Sam estaba algo asustado por enfrentar a Liam, no podía negarlo, pero también, decidido. Con pasos firmes, caminó hasta el salón y se encontró con un escenario pulcro y lo suficientemente grande para abarcar a los competidores en frente, los jueces en una mesa y los espectadores detrás.

Pero no había rastros de Liam. Como si tuviera un radar, el teléfono de Sam vibró, lo sacó del bolsillo y se quedó estupefacto al leer el identificador. Con manos temblorosas, atendió.

—Si quieres hablar, me temo que no será frente a un montón de personas. Vamos a arreglar esto de una vez y como el buen chico que eres, me dejarás en paz y volverás a la competencia. Te espero atrás del edificio del ala E en quince minutos.

Liam Morrison no esperó una respuesta de Sam antes de cortar.

Sam miró a los presentes, quienes estaban preparándose para el inicio de la prueba. Nadie notaba el rostro asustado de Sam. Con sigilo, retrocedió sus pasos y salió del salón para ir al sector que el hombre mencionó con ayuda del croquis.

El edificio era enorme y rodearlo no fue tarea sencilla, cuando por fin pudo llegar a su destino, localizó al hombre. Ahí, recostado contra la pared con cara de aburrimiento, estaba Liam Morrison. En cuanto lo vio, se puso las manos en los bolsillos del traje y con seriedad, se acercó hasta él.

—Samir, por fin llegas, llevo más de veinte minutos esperándote —sonrió de lado.

—Tú, maldita basura humana, ¿cómo te atreves a venir aquí como si nada? —como el lugar estaba totalmente vacío, no había personas que pudieran escuchar su conversación. Aun así, Liam tuvo el descaro de verse sorprendido.

—¿A qué te refieres? Yo solo quise alentarte antes de que empezara la prueba —dijo con falsa consternación.

—¡Tú sabes lo que hiciste! —gritó Sam.

Decidido a no dejar las cosas a medias, se preparó para poder gritarle más cosas, pero el profesor lo agarró del brazo y acercó su rostro muy cerca del suyo.

—Ten cuidado con lo que dices, Sam. No quieres conocerme cuando me enojo. Será mejor que dejes este estúpido arrebato tuyo y vuelvas a obedecerme. Ya me cansé de este juego —amenazó.

La piel de Sam se erizó ante su tono. No quiso demostrar el miedo que le generó sus palabras, pero tampoco pudo ocultarlo. Satisfecho, Liam lo miró con suspicacia y una sonrisa ladina.

—No te tengo miedo —afirmó Sam, aunque su voz desmentía la afirmación—. Me niego a participar en la competencia contigo a mi lado, sabiendo lo que hiciste.

—¿Y cuál es exactamente tu plan? No tienes pruebas de nada. Además, no pensé que fueras tan tonto para intentar confesarlo todo sabiendo el riesgo que eso significa para ti —le recordó sutilmente.

El chico no pudo evitar lanzarle una mirada de desprecio. ¿En verdad esperaba que Sam guardara silencio y siguiera siendo su títere?

—No sabes de lo que soy capaz. Asesinaste a mi amiga, ¿no te parece eso motivación suficiente para que decida exponerte?

—¿En verdad quieres hacer eso? —Liam lucía cada vez más irritado. Como si Sam fuese solo una pequeña molestia.

—Ya te lo he dicho. No me callaré más. Tal vez antes fui un cobarde que no podía siquiera decir una opinión en voz alta debido a mis inseguridades, pero eso cambió, lo hizo con cada vínculo que fui creando en todo este tiempo. Aquellos conocidos, amigos, familiares, y un dulce chico de ojos dorados, me demostraron que no puedo seguir refugiándome en la cobardía. No pararé hasta que todos se enteren de lo que hiciste conmigo, de cómo me usaste y de quién en realidad eres.

En medio de aquel desierto, Liam Morrison rió. Lo hizo hasta llevar sus manos sobre el estómago y llenar sus ojos de lágrimas, después de eso, no contento con aquella demostración, juntó sus manos en un aplauso sarcástico.

—¡Bravo! Me conmoviste hasta las lágrimas —volvió a reír.

—¿¡Quién te crees que eres para burlarte de mí!? —Sam lo empujó contra la pared del edificio.

En un arrebato repentino, Liam volteó la situación haciendo fuerza sobre Sam para esta vez, ser él el arrojado contra la pared. No contento con eso, agarró el cuello de Sam y lo apretó en un agarre hermético. Sam luchó para poder respirar, llevó sus manos junto a las de Liam para poder liberarse, pero fue inútil, después de unos segundos que le parecieron eternos, Liam recobró el sentido y, aunque no lo soltó por completo, le dio la oportunidad de tomar un poco de aire.

—Samir, te dije que no me hicieras enojar —su voz era gélida y furiosa. Infundió terror en Sam—. ¿En verdad crees que dejaré que un niño ingenuo e idiota como tú me diga lo que tengo que hacer? Yo no retrocederé un solo paso, haré que te arrepientas de cada palabra que salga de tu boca —La mirada del hombre congeló al chico—. Escúchame bien, tú no eres tan especial como crees, el hecho de que te haya elegido a ti como mi nuevo chico de los recados, fue porque no eres más que un títere manipulable. Estabas tan necesitado de afecto, tan solo y vulnerable... si no fuera por mí, todavía seguirías rondando los pasillos del colegio como si fueras un fantasma. Solo das lástima y yo aproveché el momento. ¿Quieres saber una cosa? ¡Ni siquiera tuve que esforzarme tanto! De todos mis chicos, fuiste el más fácil.

Aquellas palabras se incrustaron en el corazón de Sam como si fuesen cuchillas.

El agarre de Liam empezaba a asfixiarlo de nuevo.

—¡Suéltame! —exclamó a duras penas.

Liam soltó su cuello súbitamente haciendo que Sam cayera el piso tosiendo, se llevó las manos en la zona adolorida.

—Así que ya lo sabes, Samir —El hombre se agachó a la altura de Sam y le acarició el pelo como si lo que hizo segundos antes jamás hubiese ocurrido—. Es mejor para ti que te calles, o quien sabe, incluso otras personas podrían pagar las consecuencias de tus actos. ¿Cómo dijiste que se llamaba aquel chico que tanto quieres? ¡Ah, sí, Connor! Sería una pena que algo malo le pasara...

Sam, bajo un impulso repentino, escupió cerca del rostro de Liam, lastimosamente, no tenía tanta buena puntería. Supo que cometió un error en el momento en que su propio rostro fue golpeado y puesto a un lado tras la cachetada de Liam. Sus oídos quedaron zumbando luego de sentir el arrebato y su cabeza también recibió un golpe al chocar contra la pared. Antes de poder procesar los golpes, Liam lo pateó en el estómago haciendo que su aliento se atascara por unos segundos.

—Espero que eso te sirva de advertencia —luego de eso, se levantó, se arregló el traje y miró su reloj—. Mierda, la competencia ya empezó. Es una lástima, ahora tendré que inventar una excusa creíble del porqué estás tardando tanto.

Sam estaba aterrorizado. El hombre en verdad pensaba que podía ir y enfrentarse a números en un momento como ese, ¿acaso no dimensionaba la situación? Como si todo su cuerpo estuviese hecho de piedra, se levantó con dificultad, todavía le escocía el cuello y la mejilla palpitaba con dolor. Ni hablar del abdomen. No podría entrar en el salón sin que los demás notasen sus heridas. Liam Morrison miró de arriba abajo a Sam como si se hubiese percatado de ello también. Solo que él estaba más analítico que agitado.

—¿Profesor Morrison? —preguntó alguien al final del corredor.

El corazón de Sam se llenó de alivio, pero al darse cuenta de quién era la persona que se iba acercando, la esperanza se esfumó.

—Por fin llegas —respondió Liam con fastidio. Luego, llevó sus dedos a la altura de la boca para señalarle a Sam que no dijera nada. Ese gesto no pasó desapercibido para Archer.

—¿Sam? —dijo al verlo—. ¿Qué pasa aquí?

—No es necesario que preguntes tanto, solo ven y ayúdame —lo regañó el hombre. Archer de inmediato obedeció.

Aquel intercambio solo confirmaba las sospechas de Sam de que tanto Archer como Liam trabajaban juntos.

Archer se molestó al ser tratado de esa manera, Sam podía ver que el chico admiraba al hombre a un nivel que lo ponía enfermo, era ahora que las cartas estaban sobre la mesa, que podía verlo con claridad.

—¿Qué quieres hacer con él? —preguntó—. Por lo que veo, el pequeño pelirrojo decidió que ya no quiere danzar a tu gusto. Eso para mí, es un problema bastante serio. Yo puedo encargarme de él solo. Sé muy bien como callar a rebeldes como él —se acercó al hombre hasta quedar tan cerca, que mirarlos era incómodo—. Después de todo, tú me lo enseñaste —susurró cerca de Liam.

Sam estaba a punto de tener arcadas por aquella muestra de subordinación y seducción en partes iguales de Archer.

—Siempre supiste como llamar mi atención —Liam tomó la mandíbula de Archer y lo acercó más a él— ¿Estarías dispuesto a renunciar a la competencia si te lo pido?

—Haría lo que fuera por ti y lo sabes —afirmó Archer.

Sam no podía moverse de su lugar, si pudiera, ya estaría corriendo lejos de ellos, pero sus piernas se negaban a obedecerlo.

—Bien, encárgate de él mientras voy a decirle a los jueces que empiecen de una vez ya que mi querido ahijado desapareció de mi vista y ya no pude localizarlo. No me decepciones, Archer —amenazó Liam.

—Moriría antes de hacerlo —sonrió el chico.

—Volveré enseguida —El hombre salió del corredor dejando a Sam y a Archer solos.

—¿Qué se siente ser desechado, Sam? Te advertí que te alejaras de él —el chico se agachó sobre sus pies para quedar a la altura de Sam.

—Creo que estas mal informado. Fui yo quien le dijo a Liam que ya no permitiré que se aproveche de los demás —afirmó y Archer levantó una ceja poniendo en duda su declaración—. ¿Por qué haces esto? —quiso saber Sam.

—No podrías comprenderlo aún si te lo explico, Sam. Tú no tienes idea de lo difícil que es tener una familia que espera que seas perfecto, amigos que solo están contigo por interés, nadie que tenga un afecto real por ti. Liam es la única persona que me valoró cuando nadie más lo hizo.

Aquello sonó sospechosamente similar a la manera en que Sam se involucró con el hombre. También recordó las palabras de Liam, "de todos mis chicos, fuiste el más fácil" lo cual significa que ni Sam, ni Archer eran los únicos bajo su influencia. Quién sabe de cuántos más se aprovechó. Sam no permitiría que volviera a hacer lo mismo con otro inocente más.

—También pensaba lo mismo, pero él solo te está usando, al final del día, volverás a sentirte solo. Él no es la solución, solo está provocando que te alejes cada vez más del resto —Archer no dijo nada, todavía sentado sobre sus pies, miró a otro lado.

—De todas maneras, en el hipotético caso de que quisiera alejarlo, no podría. Él tiene poder sobre mí, sobre cada acción, sobre cada respiración que tomo. Él me tiene por completo —Archer volvió a mirarlo de frente, esta vez, Sam notó la desesperación en sus ojos—. Si decido hacer algo contra él, será solo si estoy dispuesto a sacrificarlo todo —volvió a su seriedad y se despojó de cualquier rastro de vulnerabilidad.

—Si decides hacer eso, yo podré ayudarte —dijo Sam todavía con la mano en el estómago. Lo más probable es que tuviera al menos una costilla rota.

Archer chistó ante sus palabras.

—Si yo fuera tú, Sam, me preocuparía más por mantenerme a salvo antes de hacer promesas en vano —Archer se levantó.

—¡No son en vano!

—¡Cállate! —Archer volvió a patearlo desde su lugar. Sam pudo amortiguar el golpe con sus manos, pero el dolor lo hizo jadear—. ¿Quién te crees que eres para ofrecerme tu amistad por lástima? —alegó con furia—. ¡Ni siquiera sabes el tipo de persona que te rodea! ¡Eres tan patético! Te aconsejo algo antes de andar haciendo este tipo de promesas, fíjate en los que te rodean, en aquellos que dicen estar de tu lado, en las personas que dicen ser tus amigos, alguno quizá tenga otras intenciones contigo, y no buenas precisamente.

—¿De qué estás hablando?

—¿Olvidas el encuentro en aquel parque de atracciones? ¿De lo que tu amigo se olvidó ese día?

—El celular de Connor.

—Así que se llama Connor —Archer sacó el celular del bolsillo—. ¿Estás seguro de que ese chico es solo tu amigo? Encontré algunas cosas bastante... peculiares en su galería.

Sam quiso decirle que Connor no es solo su amigo, pero luego calló. Tal vez lo mejor era que no supiera toda la verdad. Lo que le hizo ruido, fueron sus palabras de burla.

—No sé de qué me estás hablando, pero confío en Connor. Él jamás me haría daño —aseguró con seguridad. Archer rió.

Liam volvió ni bien terminaron de hablar, Archer fue el primero en notarlo, razón por la cual, con una sonrisa petulante, se agachó y colocó disimuladamente el celular de Connor en su bolsillo.

—Compruébalo tú mismo, Sammy —luego se levantó. Sam sabía que, si decía algo de lo que Archer acaba de mencionar, eso traería problemas para Connor. A la vez, estaba intrigado. Sabía por el gesto meticuloso de Archer, significaba que Liam no sabía que él y Connor lo descubrieron vendiendo las drogas.

—Los jueces decidieron posponer el evento ya que dos de los competidores no estaban. Será mejor que reflexiones sobre esto, Sam, si no quieres que todo se salga de control. Ya me estás dando demasiados problemas.

—No hay nada que pensar. Ya te he dicho que no voy a retroceder ni un solo paso.

—¿Estás seguro? —aquella sonrisa no le gustó a Sam—. ¿Piensas desechar lo que pasó entre nosotros tan a la ligera? —al decir esto, Sam vio como el rostro de Archer se oscureció.

—Tú mismo lo has dicho, solo me utilizaste. No te debo nada —se paró de duras penas usando la pared de apoyo.

—Eso no es lo que parece aquí —Sam no entendió lo que dijo hasta que le puso su celular en frente.

En el video, salían él y Liam besándose dentro de su auto. Lo peor, era que desde ese ángulo, no se podía identificar al hombre, solo Sam estaba expuesto.

—¿De dónde sacaste eso?

—Lo grabé yo mismo el día en que decidiste terminar con nuestra bonita relación. ¿Cómo crees que se sentiría Connor al ver esto?

Archer, quien no sabía el pequeño detalle de que Sam y Connor estaban saliendo, pero lo sospechaba, se puso estoico y miró al chico con el ceño fruncido y pensativo.

Sam recordó que ese día había empujado a Liam asqueado por ser forzado de esa manera, pero el video solo grabó hasta el momento en que se besaron, haciendo manipulable la situación.

—¡Eres un tramposo! ¿Cómo te atreves a chantajearme de esta manera? ¡Ese día te dije que todo había terminado y me forzaste a besarte! ¡No eres más que una basura!

— ¿Fue así? —dijo realmente intrigado, luego se encogió de hombros como si no le importase realmente—. ¿Así que te callarás o no? Me imagino que a Connor no le gustará saber que estuviste con dos personas al mismo tiempo.

—Corté contigo ni bien aclaré mis sentimientos por él. Lo que sentí por ti en aquel entonces, no es ni una milésima parte de lo que Connor despertó en mí. Mi amor por él es inconmensurable y jamás jugaría con sus sentimientos.

En este punto, Sam cerró la boca. ¿Acaso no es eso mismo lo que estaba haciendo?

—Ah, sí —Liam entendió su silencio repentino—. ¿Por eso lo tienes a tus pies como si fuera un cachorro persiguiendo a su dueño? Me pregunto la clase de expresión que pondrá en cuanto vea el video, ah, pobrecito. ¿Sabes cuál es la peor parte? Que ni siquiera podrás negar lo que pasó aquí —movió el celular.

Sam quedó en silencio, pensando en sus posibilidades. Quería escapar del lugar, pero era muy probable que tanto Archer como Liam lo detengan y hagan algo con él. Aunque, pensándolo bien, era un espacio abierto, había mucha gente en la parte frontal, incluso están los que vinieron a apoyar a los clubes deportivos. Solo tenía que llegar hasta ahí y ellos ya no podrían hacerle nada, pero, ¿cómo lo haría si ahora no podía ni avanzar dos pasos debido a los golpes? Maldijo su complexión tan débil.

Solo había una forma de resolver esto.

—Está bien, iré —aceptó a regañadientes.

Liam lo analizó de arriba abajo como si quisiera comprobar si decía o no la verdad. Evidentemente, no le creyó.

—¿Tan fácil? —dijo sonriendo—. ¿Piensas que soy un maldito estúpido?

—Prácticamente me estás obligando a hacerlo. Solo te pido que borres ese video —A Sam no le importaba la grabación, no si lo comparaba con la muerte de su amiga, pero debía hacerle creer que lo tenía en sus manos—. No quiero tener problemas con Connor —eso era partes verdad, pero la situación entre ellos dos, al menos si Sam confesara todo, ya no tenía punto de retorno, por lo que una variable más no hacía daño. Pero por supuesto, esto no lo sabía Liam.

—¿Vas a confiar en él? Creo que no deberías subestimarlo —añadió Archer, mirando fijamente a Liam, como si no le gustase que le prestara tanta atención a Sam.

—¿Por qué no? —se encogió de hombros—. Si Samir sabe lo que le conviene, no hará nada en mi contra, o podría terminar como su amiguita —ante la mirada dolida de Sam, el hombre rio con satisfacción—. Cuando vi que la linda y pequeña Fiorella estaba tan deprimida por su rendimiento, no pude evitar darle un "contacto" que podría ayudarla. Debiste ver su reacción, estaba tan feliz...

—¡Cállate! ¡No tienes ningún derecho a nombrarla o hablar de ella! ¿Cómo pudiste hacerle eso? —Sam murmuró algunas maldiciones más mientras que las lágrimas amenazaban con rodar sobre sus mejillas ante el recuerdo de su amiga.

—No fue mi culpa, la prescripción decía la cantidad que debía de ingerir y ella se sobrepasó. Si murió, fue por ingenua.

Sam sintió aquella misma sensación que tuvo segundos antes de atacar a Iker aquella vez, solo que ahora, era aún más intenso. Sin importarle el dolor, saltó sobre Liam e impactó su puño contra su rostro. Estupefacto, el hombre cayó al piso y Sam se puso encima de él para golpearlo reiteradas veces. Esto es lo que quiso hacer desde el funeral de Fiorella. No se desahogó lo suficiente a causa de Archer, quien lo sacó a la fuerza de encima de Liam, el hombre, en cuanto se vio en libertad, se levantó con la mano sobre los sangrantes labios y Sam juraría que si fuera por él, lo mataría ahí mismo. En cambio, fue hasta él y lo agarró del cuello de la camisa para después darle con el puño cerrado contra su mandíbula. Sam vio estrellas por el dolor y sintió un diente flojo después de eso. Cayó en el piso con las manos sobre la mejilla soportando el sufrimiento.

—Jamás vuelvas a ponerme una mano encima —amenazó, luego fue hasta él y le propinó una patada en las costillas, ahora también tendría fracturas en el otro lado. ¿Acaso el hombre tenía piernas de hierro?

—¿Estás bien? —le preguntó Archer. Liam lo miró enojado y este calló.

—Pagarás por esto, Sam —lo golpeó de nuevo, esta vez, Sam perdió el conocimiento.

La mente de Sam era una nebulosa seminconsciente, sentía a Archer y Liam hablando, pero no podía discernir qué estaba pasando, solo unas cuantas palabras sueltas.

—¿Y si alguien nos ve?

—Tú ve adelante y vigila, yo tengo que cargarlo. De haber sabido que tendría tantos problemas...

—Deberías controlar mejor tus ataques de ira...

—¿Estás cuestionándome? ¿Necesito recordarte cuál es tu lugar?...

—Lo siento yo... —Sam perdía el hilo de la conversación.

Sentía su cuerpo en una pose extraña que no pudo descifrar, luego empezó a moverse mucho.

—¡Liam, alguien viene! Creo que el partido de fútbol ya terminó, vamos por otro lado...

—¡Mierda, no puedo hacer esto mucho tiempo! Lo pondré en una de las salas y lo encerraré ahí.

Después de eso, probablemente fruto de su imaginación, escuchó una voz

—¡Alto! —gritó Connor.

Sam escuchó que alguien lo llamaba desde muy lejos, a medida que recobraba la consciencia, fue capaz de distinguir que no era su imaginación, Connor realmente estaba ahí.

—Sam, despierta, por favor —le suplicó Connor dándole palmadas en las mejillas. Lastimosamente, ahí fue donde recibió el golpe de Liam.

—¡Auch! —exclamó.

—Lo siento, no quise lastimarte —se disculpó el chico.

Sam abrió los ojos y se encontró con un almacén aparentemente olvidado. La luz parpadeaba cada cinco segundos y un olor a herrumbre, proveniente de los artículos de metal dentro de la sala, llenaron sus fosas nasales.

Lo más extraño de eso, era que el chico a quien había gritado y dicho palabras hirientes horas antes, ahora tenía sus piernas bajo la cabeza de Sam y dándole ligeras caricias en el pelo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó confuso.

—Digamos que soy propenso a meterme en problemas —se encogió de hombros. Sam se levantó con energía renovada, al menos eso pensó antes de sentir dolores agudos en las costillas.

—Estoy siendo serio aquí, Connor. Se supone que Liam y Archer...

—Te estaban llevando a un lugar desconocido, lo sé. No es que quiera evadir la pregunta, es solo que quiero que te sientas mejor antes de explicártelo —Ambos chicos se sentaron uno en frente del otro.

—No es por nada, pero mientras más pasa el tiempo, me siento más adolorido.

Connor se fijó en la herida de su rostro y en cómo sostenía el estómago con fuerza, su mirada se ensombreció y una expresión indescriptible apareció en su rostro.

—Voy a matar a Liam Morrison por lo que te ha hecho —dijo. Sam enmudeció. No lo había visto así desde... bueno, nunca.

—Hay cosas más importantes que resolver ahora, Connor, primero que nada, quiero saber qué haces aquí y por qué estamos encerrados —dijo Sam al fijarse que las puertas dobles del lugar, estaban cerradas herméticamente.

—¿Cuándo ibas a decírmelo? —preguntó él, en cambio. Sam no sabía a cuál de todas las cosas se refería, por lo que solo guardó silencio mientras se miraban de frente—. Encontré al profesor Morrison y al primo de Iker en el pasillo.

—¿Archer es el primo de Iker? —preguntó con asombro.

—Sí, ¿no lo sabías? Al principio me sorprendió verlo, no sabía que fue con él con quien te enfrentaste en la primera parte de la competencia, tampoco lo reconocí cuando nos siguió aquel día en el parque de atracciones. Solo até los cabos sueltos cuando lo vi de nuevo hoy y me atacó. Cuando te vi con ellos en el corredor, corrí hasta ti para poder entender lo que estaba pasando, pensé que te habías desmayado y ellos estaban ayudándote. Sin embargo, aprovecharon esa confusión. Me dijeron que alguien te había golpeado y que estaban yendo a la enfermería, debido a la conmoción no pude darme cuenta de que me estaban engañando, solo cuando tomaron una sala vacía y te arrojaron ahí, caí en la cuenta de lo que estaba pasando, pero ya era muy tarde, me acorralaron y me golpearon la cabeza con algo. Cuando desperté, ya estábamos encerrados —se tocó la parte posterior de la misma.

—¿Te duele? —Sam fue a supervisar la herida, encontró un ligero rastro de sangre, eso lo asustó.

—No te preocupes, no siento más nada, en cuanto recobré la conciencia, estaba en este lugar contigo, intenté abrir la puerta, pero creo que lo cerraron con algo desde afuera, como este es un depósito abandonado, tampoco hay ventanas —Sam miró alrededor y comprobó que las palabras de Connor eran ciertas—. Así que, ¿cuándo ibas a decirme?

—¿El qué? —preguntó con cautela.

—Que tenías problemas con el profesor Morrison, Sam, ese hombre está loco. No sé cuál es su relación con Archer, pero él tampoco está muy bien de la cabeza que digamos si es que está ayudando a ese hombre. ¿Esa es la razón por la que estás tan alejado últimamente? Lo que sea que se trae ese hombre entre manos, puedes confiar en mí para ayudarte.

Sam no sabía qué decir, quiso suspirar de alivio porque no se enteró de toda la verdad, pero a la vez, sentía una necesidad enorme de decirle todo. Estaba harto de mentirle, y más teniendo en cuenta en lo que estaba metido ahora por su culpa.

—Antes debes decírtelo todo, quiero saber, ¿qué hacías por los pasillos traseros? ¿Cómo llegaste hasta nosotros? Si mal no recuerdo, deberían haber estado jugando.

—Terminamos de jugar contra el equipo rival y como perdimos, no me apetecía escuchar los comentarios despectivos de mis compañeros, más teniendo en cuenta que el otro quipo era mixto y ya sabes cómo son algunos ante ese tipo de circunstancias. Así que decidí ir junto a Yonka y los demás, encontré a uno de los profesores por el corredor y me dijo que tu enfrentamiento se canceló porque no aparecías, te empecé a buscar, al igual que todos, te encontré un momento después a espaldas de Liam Morrison. El resto ya lo conoces.

—Eso es bueno, quiere decir que los demás me están buscando, entonces Liam no puede salir de aquí conmigo a cuestas.

—Exacto, por lo que puede hacer una cosa, esperar a que nadie más esté aquí para poder encargarse de nosotros —esa idea no le gustó para nada a Sam.

—Aunque también hay otra opción...

—¿Qué?

Antes de responder, escuchó un ruido afuera. Tanto Sam como Connor se levantaron y golpearon la puerta con fuerza.

—¡Auxilio! ¡Sáquenos de aquí! —dijeron, pero era inútil, nadie parecía atender sus súplicas, estas eran contrarrestadas con el ruido de afuera.

Escucharon que un salón a lado de ellos se abrió, por lo que se miraron esperanzados, hubo ruido de muebles y si Sam no se equivocaba, voces que parecían discutir.

—Usemos los muebles, Sam.

Connor, para probar su punto, encontró una vieja silla sin pupitre ni respaldo, y golpeó con ella la pared adjunta al otro salón. Sam quiso imitarlo, pero el dolor le impidió hacerlo, por lo que solo agarró un pequeño pedazo de metal, quizás la pata de alguna de las mesas, y golpeó también.

Sus intentos fueron en vano, las voces disminuyeron y salieron del salón. Sam y Connor se miraron con impotencia, pero segundos más tarde, escucharon que alguien preguntaba.

—¿Qué demonios es esto? Mira, alguien dobló una varilla de hierro sobre las manijas —una voz perturbadoramente conocida se escuchó—. ¿Crees que haya alguien adentro?

—¿Por qué no preguntas, idiota? —escuchó otra voz familiar—. ¿Hay alguien ahí? —gritó el otro.

—¡Jax, Iker! ¡Somos nosotros, por favor ayúdennos! —gritó Sam.

—¡Qué demonios! —exclamó Iker. 

Hola a todos mis bellos lectores, ¡por fin terminaron mis exámenes! Fue una larga ausencia, pero no podía traerles un capítulo improvisado y mucho menos con el final tan cerca <3

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Lograrán Jax e Iker salvar a Sam y Connor? ¿Qué creen que Connor oculte de Sam? ¿Qué pasará con Archer? ¿Qué estará tramando Liam? Demasiadas preguntas, pero pronto serán respondidas, aunque igual me pueden dejar sus teorías locas para que pueda leerlas <3

Nos vemos pronto (y esta vez en serio) c:

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