Epílogo
Narradora Pov
A la vista de todas las personas cuando pasan frente a una de las múltiples casas lujosa del vecindario para personas millonarias. Creen que la dueña de ese hogar en específico, es alguien que poseyera una gran suma de dinero al año, ya que no muchos tienen la oportunidad de mantener esa riqueza. Sin embargo, la vivienda, aunque resalte mucho, se asemeja a las demás casas.
En la planta baja, se hallan dos cocheras diferentes para un total de tres vehículos. En este, se encuentran dos autos de marcas reconocidas y verdaderamente caras que, no cualquiera podría comprar al instante con un sueldo común.
La sala de estar y el comedor están divididas, pero, la vista que regala la parte de la cocina, es un hermoso jardín con una fuente en forma de pez; el agua sale de su boca y cae en cascada. En las noches esta alumbra de un hermoso color azul cielo. Al costado, específicamente en el patio trasero, una hermosa piscina rectangular con una profundidad de cuarenta y dos metros, está rodeada por muros hechos de ladrillos de tono chocolate con luces amarillas que iluminan la oscuridad nocturna. No obstante, la piscina también posee unas luces de color verde que hacen juego con las que se encuentran puestas en las paredes fuera del hogar.
Dentro, las habitaciones adquieren un diseño peculiar que fue cambiado en ciertas áreas. La cama doble posee una sábana de tono gris oscuro que combina con las paredes del sitio, encontrándose también, una gran ventana de vidrio translucidos que enseña una hermosa vista a los jardines, pero no mostrando lo que hay dentro del cuarto; considerando la privacidad.
La cocina es otro de los lujos que relucen cuando el lugar se llena de visitas, teniendo esta, una gran mesa de mármol junto a otra de tres sillas. A simple vista, se puede apreciar el costo de cada utensilio u objecto comprado.
En la sala de estar, se encuentra una estantería grande con fotos y recuerdos de países diferentes. La televisión de sesenta pulgadas y los adornos que le dan un tono más tranquilizador al sitio. Es amado por las personas que asisten para hablar entre ellas de las cosas que hicieron en su semana, pasándola sumamente bien.
En el sillón en forma de ''L'' color crema se halla una persona cansada de su trabajo, contemplando y escuchando el pronóstico del tiempo, aclarando que en pocos días empezara a llover, causando una mueca de disgusto en sus labios. Al parecer en su día libre la pasaría en casa, arruinando sus planes de visitar un nuevo museo de objectos arqueológicos.
Agarro su celular y reviso la hora, disgustándose nuevamente por no haberse preparado algo desde que llego. Totalmente agotada y aburrida, no tuvo la molestia de cambiarse la ropa de trabajo. Acomodo completamente su cuerpo en el largo sofá, depositando aun costado su celular en la mesa de vidrio. Restregó su mano en su rostro, dejando escapar un suspiro de frustración, pero a la vez de alivio al sentir sus huesos descansar.
La puerta se abrió, dando la llegada de una nueva persona al hogar que, sujeta un dulce en sus manos, sonriendo ampliamente. Cuando escucho el sonido de la televisión, camino hacia la sala, tratando de no causar mucho ruido con cada pisar. Al llegar, deposito el pastel en la mesa con un par de bolsas que cargaba en sus antebrazos.
—¡Feliz cumpleaños! —grito emocionada, levantando sus brazos, y llevando aun su bolso personal en su hombro.
—Voltea a verla—. Es mañana... —susurro cansada.
—Quise adelantarlo y ser la primera. Tus amigas del trabajo siempre me ganan —se excusó, inclinando sus rodillas para estar a la altura.
—Sonríe ligeramente—. ¿Estas, celosa?
—Se llama ser competitiva —abandona su bolso en la mesa, asegurando antes que las llaves de su auto y hogar se encuentren dentro.
—Ríe divertida, tomando asiento en el sofá—. Gracias.
—¿Quieres abrir los regalos? —se sienta a su lado, juntando sus manos entre sus piernas.
—Niega con la cabeza—. Esperare.
—Hace una mueca, recostado su cabeza en el hombro de la contraria—. ¿Como te fue hoy?
—Bien, pero, es agotador —acerca su mano, entrelazando sus dedos con la persona a su lado—. ¿Y a ti?
—Lo mismo. Mi trabajo no cansa mucho, como el tuyo —cierra sus ojos.
—Sonríe lascivamente por un pensamiento repentino que paso en su mente—. ¿Que otro regalo de cumpleaños tienes pensado entregarme? —pregunto curiosa, empezando a descender encima de la falda su mano derecha entre los muslos ajenos, provocando esto, un pequeño estremecimiento como respuesta a su acción.
—Aparta su cabeza, mirándola con curiosidad—. ¿N-no estas cansada?
—Un poco, pero podríamos adelantar ese obsequio —acerca su rostro.
—Retrocede, poniendo su dedo índice en los labios que desean unirse con los suyos—. ¿Desde cuando eres la activa? —dijo extrañada, levantando una ceja.
—He aprendido contigo —agarra su muñeca—. ¿No te gusta? —introduce dos de los dedos a su boca, rodeándolos y mojándolos con su lengua.
—Se sonroja excesivamente, admirándola de manera sorprendida—
El salón quedo en silencio, simplemente escuchando a la persona de la televisión hablar de unas noticias poco importantes para este momento. La que inicio acerco sus labios besando con pasión los otros, siendo correspondida de inmediato, pero detenida minutos después cuando la tensión excitante empezó a hacerse cada vez más fuerte. El tocar de sus dedos en su piel algo descubierta, le comenzó a estorbar de una forma irritante, queriendo despojarse de ese malestar lo más rápido posible. Sin embargo, cuando estuvo a punto de decir una palabra, fue remplazado por un gemido agudo al sentir unos dientes morder un poco fuerte la zona sensible de su cuello; una que solamente conoce su pareja.
—N-no... —sujeta sus hombros, apartándola delicadamente.
—¿Porque no? —pregunto desconcertada, observándola con indignación.
—Ha sucedido antes. Te conozco —frunce el ceño, teniendo aun, sus mejillas pintadas de rojo—. Estas estresada y no pienso dejar que desquites ese sentir con mi cuerpo.
—Exhala resignada, pasando su cabello hacia atrás—. Lo siento... —susurro en arrepentimiento.
Tiene razón.
—Arregla tira de su camisa—. ¿Qué sucedió?
—Desvía la mirada—. Problemas normales que se pueden resolver, pero, ninguna colabora.
—¿Les has hablado?
—Es complicado —sitúa una mano en su frente, cerrando sus parpados.
—Ladea su cabeza, mirándola con atención—. Estoy segura que lo resolverás, pero, esta vez, déjame ayudarte.
—Arruga el entrecejo—. No lo sé...
—Sonríe con cariño, juntando nuevamente sus manos—. Lo haremos juntas y.... cambiando el tema hay algo que deseo hablar contigo.
—Vira a verla—. ¿Tienes problemas?
—No, bueno... sí, pero, no así —niega con sus manos—. Eso no importa ahora.
—Levanta confundida una ceja—
—Aparta la mirada—. Se trata de un... asunto delicado y, sinceramente no creo que sea el momento adecuado para hablarlo.
—Está bien —sujeta sus manos—. Lo mío es simplemente problemas familiares debido al trabajo. ¿Que necesitas?
—La mira con duda—. Y-yo... —se pone de pies, arreglando su falda y agarrando su bolso—. Hablémoslo después.
—Akko... —llamo, un poco decepcionada.
Aun insegura, volteo a verla con un semblante triste. Lo que piensa pedir no es algo fácil y puedo llegar a hacer tomado de manera negativa. Teniendo sus veintiséis años y viviendo establemente sin problemas económicos; poseyendo una empresa propia. La ilusión de una posible criaturita corriendo por los lugares de la casa, no la ha dejado descansar correctamente más de una noche.
En otras noticias, la empresa Shima ha recaudado una gran suma de dinero después de mucho para continuar entregando sus productos. Todo gracias al esfuerzo de Shima Natsuki que ha estado trabajando en distintos negocios reconocidos.
Escuchar ese nombre, causo un poco de enojo en Akko. Haciéndola rememorar lo ocurrido hace tan solo unos tres días. Años de no verla y topársela por ''casualidad'' saliendo de su empresa, no le crearon bonitos recuerdos y menos le agradaron sus intenciones. Empezar a presumir su estatus económico, ¿Es correcto? Considerando que ahora posee más dinero que ella. Es ridículo.
Claramente su actitud egocéntrica no le agrado e, incomodo completamente. Tomando la decisión de ignorarla y seguir con su camino de regreso a casa. No desea crear un nuevo problema conversando con esa persona que técnicamente causo en partes, molestias. Y pensar que su comportamiento sea igual después de mucho tiempo, le produce disgusto.
Akko, trata aun de olvidar todas las cosas malas que sucedieron en su pasado, pero, es algo difícil cuando su familia hace un mes empezaron a llamarla, y su hermana, es demasiado insistente. Marcándole más de cinco veces al día, estando ella ocupada. No importa si bloquea el numero o cuelga, vuelve a llamar luego de unos minutos.
Soltó un pesado suspiro, caminando hacia la sala con su uniforme de empresaria aun puesto; falda ajustada y camisa de botones manga larga blanca. Agarro el control y apago la televisión, queriendo no escuchar más acerca de esa chica. En el instante que estuvo a punto de voltearse, dos brazos rodearon delicadamente en su cintura, deteniéndola. Creándole un leve y agradable cosquilleo en su corazón. Sonrió inconscientemente, envolviéndose más en los brazos ajenos que la sujetan con confianza.
—¿Quieres viajar?... —susurro, acercando sus fosas nasales en el cuello expuesto.
—Ríe ligeramente—. No —acaricia con sutileza las manos que tocan su vientre.
—Deposita un beso pequeño, para después tomar distancia y mirarla con insistencia a los ojos—. ¿Que deseas?
—Un bebe... —dijo en un desliz.
El salón quedo en completo silencio, otra vez, pero sin oír la molesta voz de la señora en la televisión. Demostrando, la sorpresa e impacto que tuvo sus palabras en la otra joven. Akko, se sonrojo fuertemente después de entrar en conciencia de lo dicho, eliminando su sonrisa suave y cambiando su expresión a uno de inseguridad, esperando como respuesta una posible negación. Abrazo su cuerpo y bajo su cabeza, retrocediendo un paso.
Pocos minutos pasaron cuando se escuchó un sutil suspiro. Akko, levanto la mirada, observando a su pareja tapando sus labios y observando a otro lado, tratando de ocultar su notable sonrojes de vergüenza; teniendo en cuenta la función de la posición elegida para poder tener hijos. Luego, posiciono su mano libre en su cintura, pensando detenidamente esa repentina petición que le causo felicidad.
—Exhala cansada—. Olvídalo, hablamos después.
Sin más que decir, camino en dirección a su habitación compartida. Dispuesta a quitarse la vestimenta que posee antes de relajar sus músculos y quitar ese pequeño estrés del trabajo con una ducha ligera. Abandonando a esa persona aun aturdida en la sala.
.
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Estando con una ropa más cómoda, después de haber tomado un baño; calmando totalmente la pesadez de su cuerpo. Agarro su celular revisando los mensajes y notificaciones entrantes. Se sentó en su cama oyendo una voz conocida hablando por teléfono en la sala de estar. Suponiendo de que se trata, no le dio importancia. Centrándose en su aparato de nuevo, sin embargo, al recibir una llamada desconocida, no dudo en apagarlo; estando consiente de quien es la persona.
Suspiro nuevamente, recostando su espalda en el suave colchón. Mirando el techo como lo único interesante en ese momento.
Siempre se consideró una persona fuerte tras haber pasado por demasiadas cosas. Luego de cinco años, todo se encuentra tranquilo. Uno de sus mayores apoyos, fue una de sus amigas que, se dedicó a la psicología. Ayudándola a superar pequeños traumas que no la dejaban tranquila, pero, aun el miedo continúa atormentándola... ya que... la persona con quien esta y formo una vida a lo largo de sus años.
—Abre la puerta—. Akko... —llamo en un tono exhausto.
Es, Diana.
—¿Que sucede? —cierra sus parpados.
—Tengo que volver al hospital. Mis primas hablaran personalmente conmigo. Tal vez no regrese para la cena, pero agradezco que hallas comprado el dulce de mi cumpleaños. Prometo celebrarlo mañana contigo sin interrupciones.
—Está bien... —susurro—. Ten cuidado.
Miedo... Miedo de perderla, otra vez. A pesar de permanecer a su lado cinco años desde su regreso, aun no se siente isegura. Creándole un malestar en su corazón que la agobia en los días que se encuentra sola. Imaginando inevitablemente su vida sin Diana, causando que su pecho se estrujara más de lo soportado; deseando acabar con esas dudas.
Anteriormente la bruja de magia negra, aclaro que su aparición frente a la puerta de la mansión, es una clara respuesta del hechizo que hizo. Dando a entender que, de ahora en adelante, no habría ningún inconveniente, pero, si llega a morir de nuevo por un accidente o algo parecido. No podrán traerla por razones obvias.
La vida le dio otra oportunidad.
¿Esa oportunidad acaso no es de ella? Estar con la persona que ama compartiendo momentos inolvidables a su lado, debería ser suficiente para quitar esa duda, pero... después de todo, la perdió dos veces. La tercera es la vencida ¿no?
Tiene la casa de sus sueños, una vida confortable, buenos amigos y una hermosa y amorosa pareja. ¿Qué más necesita? ¿Un bebe? ¿Eso será? ¿Cuándo apareció ese deseo? No es necesario tener uno para complementar su relación por completo, ya que... esta, se encuentra bien. Puede seguir viviendo sin tener que criar a un pequeño o pequeña, pero... en cierta parte, desea hacerlo. Darle el privilegio a ese niñ@ de tener una vida normal. Seria lindo llevarlo a su escuela y ayudarlo en sus tareas.
Un bonito sueño.
Sueño.... En un punto de su vida, empezó a creer que estaba soñando; que nada de lo que sucedía era real; que ella nunca regreso; que jamás se había casado; que todo... lo que veía, no existía. Por ese y otros motivos, acudió a ayuda psicológica por un año. Estando separada ese tiempo de Diana; tomando un respiro de todo.
Su apellido en términos legales es, Atsuko Kagari Cavendish. Y en el mundo de la magia es: Atsuko Cavendish. Aclarando la culminación del ritual y los tres años que tuvo que pasar superando su trauma a lo vivido en su pasado. Encontrándose mucho mejor después de ese tiempo. Sintiéndose ahora dispuesta a cuidar de alguien más, luego de explorar otros países, viviendo su propia vida con esa persona que ama demasiado, Pero... ¿Ella lo aceptaría?
Restregó su mano en su rostro, soltando un suspiro de frustración para luego, acomodarse en su cama y arropar su cuerpo. Dándole poca importancia a la mirada ajena de curiosidad y vergüenza. Seguidamente, sintió el colchón hundirse cerca de su ubicación, volteando a verla con confusión.
—¿Qué haces? Llegaras tardes.
—Acaricia su cintura, estando sentada a un lado—. Deberán entender un pequeño retraso.
—Ríe burlonamente—. No eres de-
—Lo sé, Akko —interrumpió, frunciendo el ceño—. Pero esto es importante —aleja su mano—. Había pensado lo mismo anteriormente —soltó sin más, dejando escapar un suspiro cargado de cansancio.
—Abre sus ojos en grande, totalmente sorprendida ante esa declaración—
—Gira la cabeza, fijándose en un punto irrelevante de la habitación—. No sabía cómo... decírtelo. Evidentemente es necesario que alguien remplace mi título como la líder de los Cavendish y.... me lo he estado pensado hace tres meses atrás —hace una pequeña pausa—. No quiero que me malinterpretes, no lo deseo por ese motivo. Es una ilusión que me hice cuando... —se queda en silencio unos segundos, pensando bien sus palabras—. Me lo pediste un día en la mansión.
—¿Lo hice? —pregunto asombrada, sentándose en la cama.
—Vira a verla, sonriéndole con cariño—. Si, lo hiciste. No lo recuerdas porque fue causado por una de las reliquias mágicas —rasca de manera nerviosa su mejilla—. Primero habías dicho que lo estabas de mi... y de ahí empecé a imaginar una vida más adelante con... esa posibilidad —abre un cajón de la mesa pequeña cerca de la cama—. Hace tres meses me puse a trabajar en una posición muy similar a lo que deseamos... —despoja una llave—. No estaba segura de... hablarlo por mis ocupaciones pendientes, necesito aun acomodarme primero en mi trabajo para no dejarte todo el peso cuando... nazca —le extiende lo tomado—. Esta en mi oficina.
—Se sonroja—. ¿L-lo haremos ahora mismo? —agarra la llave.
—N-no... —aparta la mirada, sonrojándose levemente—. No hay apuro, puedes pensar que día o mes, sería el más ade-
Sus palabras se vieron interrumpidas por un imprevisto abrazo que la tomo por sorpresa. Dejándola aturdida y tomándole unos segundos para reaccionar. Acaricio delicadamente su cabeza, depositando un sutil beso en esta.
—Gracias... —susurro.
—No tienes por qué agradecer, Akko.
De igual forma, te lo mereces.
Mereces ser feliz.
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¿Valió la pena?
Akko: Valió cada segundo.
¿Le gusto? Ahora creo que entenderán un poco de lo que ocurrió. Dándole un pequeño resumen en esa parte. Si aún hay dudas, pueden preguntármelas y las responderé con gusto en los datos e ideas eliminadas.
Ahora, si damos el final de esta historia.
Quiero agradecerles nuevamente por tenerme paciencia y por haberla leído. He estado revisando los comentarios anteriores y me alegra mucho haber podido trasmitir los sentimientos de los personajes en ustedes. Es cierto que algunas cosas se quedaran sueltas y posiblemente sean respondidas por mí, si tienen dudas aún.
Sinceramente al comienzo de este epílogo iba a poner algo que los impactaría; que le diera vuelta a toda la situación, pero mi corazón no pudo :'(. Así que, después de pensarlo desde el cap. 40, decidí por fin dejarlo con este final. Akko merece ser feliz, mis criaturitas. :')
Obviamente no deje pasar en alto el estado de su mente. Luego de haber pasado por tantas cosas, nuestra querida protagonista necesitaba un respiro. Aclarando que estuvo separada de Diana un año para asimilar ciertas cosas que pasaban en su entorno, acudiendo a su amiga psicóloga durante un tiempo en donde se sintió capaz de volver con ella y seguir sus tratamientos.
Si nos ponemos a pensar un poco, no pondría a Akko como... ¡Oh! ¡Volvió! ¡Qué bien! Y luego continuar como si nada hubiera sucedido. Claramente el miedo de perderla, no la dejara tranquila hasta un tiempo determinado que entre en conciencia de algunas cosas que aún no logra superar. Obviamente Akko no es la única víctima, Diana también tuvo ayuda para quitar esas inseguridades. Ninguna de las dos se sentía dispuesta a volver por miedo a causarle daño a la otra.
Esta historia tendrá una edición como agradecimiento, igual que ''Había una vez''. Sin embargo, esta no la he subido por razones de que... :v después lo sabrán cuando haga la actualización en esa historia. No obstante, luego de haber subido los datos y las ideas eliminadas, explicando también ciertas cosas escondidas que tiene ''Corazón Muerto''. Se subirá la pequeña edición uwu que utilizara la canción de ''Lady Gaga- Paparazzi'' (La que puse al inicio en el capítulo del reencuentro que sucedió en el instituto de Akko. Específicamente el capítulo 41)
Acabando aquí la pequeña charla. Vuelvo a agradecerles por haber llegado hasta aquí conmigo :'). Espero les guste los datos e ideas eliminadas que se subirán. Mientras estoy trabajando en el siguiente One Shot y la corrección de los otros que tengo listos. También la historia de NicoMaki, muy pronto saldrá una pequeña parte para darle su inicio.
Los quiero y nos leemos, bye bye.
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