Cap. 53
Diana Cavendish Pov
Comprar una computadora no fue difícil; lo complicado vendrá luego. Mi tía, me mandara unos archivos a través de un correo electrónico y debo elaborarlos; trabajar en ellos antes que sean publicado. Esos documentos hablan de la relación que hice publica hace dos días atrás y los siguientes cambios que serán realizados en los nuevos hospitales, posiblemente hablé con un reportero en una, ¿Videollamada? respondiendo preguntas relacionado a esos temas u otros, a las ocho de la noche. Daryl, me advirtió que ese tipo de personas pueden llegar a hacer muy introvertidas en la vida privada de uno y mi comportamiento y contestaciones tienen que ser impecable, también agrego que, cuando vuelva a Gran Bretaña llevara lentes oscuros puestos para evitar algún de cambio repentino en mis ojos, luego inventaría una excusa ligera que no será tomado mucho en cuenta.
Cuando la llame y explique lo que está sucediendo con mi cuerpo, no lo agarro muy bien y me aconsejo que me mantuviera cerca de Akko. Después escuche su tono de voz enojado al hablar de Luna Nova, nuevamente recordó que, si llego a fallecer, ella personalmente se encargaría de desplomar cada muro de la academia. No obstante, le hable que esas acciones no son necesarias, mi muerte no debe involucrar a los demás, sin embargo, no puedo impedir que las personas culpables de ese suceso, se hagan responsables; mi tía tiene todo el derecho y voto a favor en esa parte.
No pienso y no quiero morir, mi corazón no se siente vacío como antes, hay una persona que lo llena completamente, pero...no puedo evitar sentirme de esa manera a veces; desierta, enojada y con ganas de matar a esas personas que le hicieron daño a mi pareja. Con un hechizo realizado puedo encontrarlas y acabar con su miserable existencia, sin embargo, no soy asesina y no me convertiré en una, prefiero fallecer antes que cometer un crimen similar.
—214,041.00 —hablo el cobrador.
(2,000 dólares estadounidenses. 7,346,980.00 peso colombiano. 44,348.20 peso mexicano).
Entregue mi tarjeta pagando lo debido, el sonrió amablemente una vez que hizo la transición y empaco en una bolsa resistente el ordenador, mi escolta cargo la cajeta y salimos del almacén. Guardaron el empaque en el maletero del auto y antes que subiera, observe mi alrededor, encontrándome con una tienda de dulces, lleve una mano a mi mentón analizando el sitio, y después unos segundos pensándolo, me encamine a ese lugar dispuesta a comprobarles algunos aperitivos a Akko para el vuelo de mañana; posiblemente este comiendo los que tiene en la habitación y no tendrá luego.
Le conté a mi tía de la propuesta que le hice a Akko recientemente, ella pego un grito de negación que casi me deja sorda; literalmente. Una unión de esa manera puede ocasionar una muerte segura a la persona que escogí para ese ritual; si esta llega a traicionarme con alguien más. No obstante, si no quiere seguir a mi lado y desea romper el lazo, las consecuencias son menores; quedar un mes en coma, y cuando despierte será totalmente libre. Después de una larga conversación, Daryl acepto con la condición que fuera para salvar mi vida, seguidamente menciono que mandaría a Maril y Merrill a buscar lo libros; tenerlos preparados y encontrar el hechizo apropiado antes de la ceremonia. Pienso que, cuando estemos en el avión regreso a mi hogar, contarle de las controversias que conlleva el acuerdo matrimonial de los Cavendish.
Al estar en la tienda escogí dulces en variedad, llenando por completo una bolsa grande. Unos de los escoltas permanecen en el auto, mientras el otro está a mi lado protegiéndome y esperando pacientemente que termine de comprar. Mire con curiosidad uno llamado ''manjū'' y lo mande a pedir acompañado de dos más que me parecieron apetecibles, me acerque a la caja registradora y saque mi tarjeta de la cartera; suerte mente el sitio no se encuentra lleno. Akko no ha almorzado y debería llevar algo más sano, pero será mejor que lo hagamos juntas en el restaurante del hotel o podríamos salir, no me molestaría.
—Qué casualidad —hablo una voz reconocible a mi espalda.
Natsuki... Lo que me faltaba... Si ella está aquí, significa que termino de conversar con Akko; eso es un alivio para mi corazón y emociones, creo.
—Volteo a verla, agarrando el recibo de mi compra—
—¿Puedo hablar contigo? —sonríe fingidamente.
—Levanto una ceja—
Negativo. No respondí y mi escolta agarro la bolsa de los dulces, para después caminar hacia la salida del lugar; ganándome miradas curiosas de las personas que empezaron a llegar. Antes de abandonar el sitio, un mano sujeto fuertemente mi muñeca, deteniendo mi andar e intenciones. Creí haber dejado las cosas claras en esa fiesta, pero ella sigue pasando sobre mí, trayendo consigo a esas personas para conversar obligatoriamente con Akko, no tuve otra acción que acceder cuando los miré con más detalles y reconocí. No obstante, conmigo no conseguirá nada.
—Serán solamente unos minutos, lo prometo —libera el agarre.
¿Unos minutos? Su presencia me crea disgusto y enojo, no la quiero cerca de mí y es preferible que mantenga su distancia o podría convertirse ella en la primera víctima de mi lado oscuro; aunque no pienso permitirlo, pero, tampoco quiero comprobarlo. Suspire profundamente expulsando vapor frio de mi boca, la mire de reojo apreciando su semblante serio y dudoso, sonreí con burla y superioridad saliendo de la tienda. No gastare mis palabras y aliento para comenzar una conversación que terminara mal; la persona que intento enamorar a mi novia con un cometido muy repugnante, no merece mi atención.
Una vez dentro del auto, suspire de nuevo calmando el enojo que ocasiono al verla, recosté mi cuerpo en el mueble sintiendo las venas de mis manos palpitar. Inhale y exhale tres veces seguidas tratando de tranquilizarme, pero nada resulto y mi molestia incremento en cada segundo que paso. Comencé a murmuras en voz baja cosas sin sentido, maldije internamente la aparición de Natsuki en ese lugar, y abrace mi cuerpo conteniendo mis ganas de devolverme y lanzarle un hechizo que le cause la muerte. Mire mis manos percibiendo una pequeña magia de color de negro emanar, pero... ¿Se encuentra...débil? Que extraño... Debería tener fuerzas, potencia, firmeza y seguridad, mi magia viene de mi corazón... Espera... Mi corazón... ¿Está muriendo en este instante? ¿Por eso me siento tan frágil y vulnerable?
—Coloco una mano en mi pecho, sintiendo el latir de este—
No es eso... Es algo más y no comprendo lo que me sucede, estos síntomas no tienen comparación a las que obtuve hace un año atrás. Mi respiración es acelerada e intento que no sea notable para no preocupar a las dos personas que me acompañan, estruje la camisa sintiendo mi palpitar cada vez más fuerte, arrugue el entrecejo reprimiendo con esfuerzo el dolor que ahora empezó a molestarme. Mire por la ventana el hotel y un diminuto alivio recorrido mi pecho, dándome a entender lo que necesito en este momento para calmar mi malestar.
Una vez que el auto se estaciono en la entrada, Sali rápidamente y camine deprisa hacia el ascensor, al estar dentro aprete el botón correspondiente con dificultad. Mis manos tiemblan y me cuesta respirar con normalidad, moví mi pierna derecha inquieta observando los números subir en la pequeña pantalla. Saque mi celular del bolsillo de mi abrigo Camel marrón y contemple con la pantalla suspendida mi reflejo, asegurando el color de mis ojos; negros...maldición. Cuando las puertas del ascensor se desplegaron hacia los lados, guarde mi teléfono y avance entre los pastillos apoyándome de las paredes para sostenerme. Cada vez pierdo más fuerza para moverme...
Llegue a la puerta de mi habitación, toque con cuidado dos veces...no queriendo parecer desesperada. Aprete mis manos contra mi pecho soltando un quejido gutural al sentir una punzada en mi corazón, algunas lágrimas contenidas salieron de mis ojos innecesariamente, arrugue mi frente molesta de esa sensación y con el dorso de mis manos las limpie. Es insoportable...siento que un lado de mi está siendo enterrado y acribillado sin piedad.
La puerta se abrió, mostrando a Akko con una sonrisa en sus labios, dentro se encuentran las chicas charlando animadamente. Ella al verme dejo de sonreír y antes que pudiera hablar o acercarse, me abalance hacia sus brazos, escondiendo mi rostro en el espacio vacío de su cuello. Arrugue su camisa con mis manos aun temblorosas e intente tranquilizar mi respirar agitado, trago saliva por mi garganta seca y mantuve ocultos rasgos faciales.
—¡Di-diana! ¿¡Que paso!? ¿¡Que sucedió!?
Repentinamente mi respiración comenzó a calmarse, la fuerza que había perdido volvió, el dolor desapareció y una calidez...agradable acuno mi corazón... Solté un suspiro un alivio dejándome caer lentamente de rodillas en las frías baldosas... ¿Que fue todo eso?... Akko...ella...con tan solo su presencia pudo tranquilizarme, ¿Cómo es posible? Me hace suponer que, algo sucedió cuando estaba en la enfermería conmigo, soportando esas acciones incorregibles de mi parte.
—¡Diana! —gritaron las chicas, acercándose a mi ubicación.
Akko actuó de inmediato sujetándome por mis hombros con fuerza, mi vista está perdida en algún lugar del suelo, escuche las preguntas y palabras preocupantes de mis amigas, pero... inconscientemente mis parpados se fueron cerrando, mi cabeza se sintió ligera y mis oídos se volvieron sordos... Perdiendo la conciencia...
.
.
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—Suelto un quejido—
Me duele la cabeza... ¿Qué paso? ¿Dónde estoy? Esta muy oscuro... ¿Me encuentro debajo del agua? No...no creo, esto es diferente...el silencio del lugar me cede a oír el latir de mi corazón y el respirar dificultoso de mis pulmones; es nuevo. Un humo blanco apareció imprevistamente ocultando mis piernas, cubrí mi nariz con mi brazo y cuando traté de caminar no pude, quedándome atascada o pegada en el mismo sitio. Levante mis cejas confundida y nuevamente trate de moverme, sin embargo, fue en vano. Empecé a irritarme y asustarme al encontrarme en un lugar completamente sombrío. No obstante, una luz blanca que me alumbro completamente llamo mi atención llenándome de tranquilidad y armonía.
Repentinamente empecé a toser con fuerza, acercando mis manos a mi pecho en un intento de detener esa actividad que, golpea mi pecho intensamente. Sin embargo, no funciono y al sentir un líquido bajar por mi labio tape mi boca, tosiendo una última vez. Aleje mi mano observando la gran mancha roja en mi palma que, reflejo mi rostro cansado y seguidamente apareció una estrella de cinco puntas, acompañado de una silueta reconocible que lo invoco. ¿Qué tiene que ver ese recuerdo con lo que me sucede?
—Diana.
¿Akko?
— ¿Esta despierta?
¿Hannah?, espera... Siento humedad... Agache la cabeza contemplando la neblina dispersarse y el agua comenzar a inundar el lugar, como no puedo moverme inhale todo el aire posible y cuando sobrepaso mi cabeza, los mechones de mi cabello empezaron a flotar y mis piernas se despegaron del suelo, comenzando a elevarme lentamente. Escuché voces llamándome, sentí un apretón fuerte en mi mano izquierda que...al momento de quedarme sin aire, comencé a expulsar burbujas por mi boca y cerrar mis ojos despaciosamente...
. . .
—¡DIANA!
Abrí mis parpados asustada, empecé a tomar grandes bocados de aire desesperadamente y toser, agarre con fuerza mi pecho cambiando mi posición a una fetal y cerré mis ojos conteniendo ese pequeño malestar, unos brazos rodearon mi cintura atrayéndome de una manera sutil, e instintivamente me di la vuelta ocultando mi rostro en su pecho.
—Estoy aquí —susurro, depositando un beso en mi cabeza.
Se que lo estas... Me limite a no derramar lágrimas otra vez y contuve el nudo en mi garganta, poco a poco comencé a sentirme mejor y me separe con respiración normalizada; estar cerca de ella me hace bien... Mire por la ventana la oscuridad de la noche y me sobresalte en mi lugar recordando la entrevista y los documentos enviados por mi tía; necesito elaborarlos.
—Diana, ¿Como te-
—¿Qué hora es? —interrumpí, sentándome en la cama.
—Siete de la noche.
Falta una hora... Aún tengo tiempo. Voltee a ver a las chicas en la habitación unos segundos y mire a Akko, percatándome de su semblante preocupada.
—E-estoy bien. ¿Sabes usar una computadora? Mi ti-
—No dejare que realices un trabajo que llegue a estresarte —interrumpió esta vez, cambiando de expresión a una seria.
Tense mi mandíbula ante esa mirada dura y agache mi cabeza arrepentida. Tiene derecho a estar enojada, quiso acompañarme y no la deje, pensé que estaría bien y que podría ella hablar con las chicas tranquilamente. Akko...muy pocas veces me observa de esa manera y me siento...intimidada.
—¿Que sucedió? —pregunto, en un tono molesto.
Natsuki... Si no me la hubiera topado, no estuviera en esta situación. Mis emociones no están estables y debo mantenerme al margen, necesito representar a mi familia y hacer la ceremonia para nombrarme la líder oficial de los Cavendish y realizar...el compromiso, aparte de eso, los papeles que aún tengo que firmar y arreglar, e incluso aclarar ciertos rumores a la pren-
—Diana—llama, Barbara.
—Volteo a verla—
—¿Que ocurrió cuando estuviste afuera? —pregunto preocupada, tomando asiento en la esquina de la cama.
No hay remedio... Es requerido cambiarme a una vestimenta más formal para ser entrevistada en una hora y no puedo perder mucho tiempo.
—Suspiro resignada—me tope con Natsuki en una dulcería, no intercambiamos palabras, pero intento hablarme y la ignore —hago una pausa pequeña—. Eso es todo.
S—¿Eso te hizo enojar?
—Yo-
—Sucedieron cosas con Natsuki, no muy buenas, la entiendo—hablo, Akko.
La mire de reojo sintiéndome nerviosa por el tono neutro y grave que uso, en un acto impulsivo e irreflexivo la abrace, queriendo llenarme de esa sensación agradable que me trasmite, y funciono, sin embargo, espero sienta mis disculpas de esa manera, no obstante, estar en sus brazos me crea un sentimiento acogedor. Sus manos acariciaron mi cabeza y demore unos minutos cortos en esa posición, hasta soltar una pequeña risa que, me hizo separarme de inmediato, aclarando mi garganta con mis mejillas ligeramente ruborizadas. Mis amigas están presentes, tengo que controlar mis acciones, aunque en la fiesta de graduación me vieron muy amorosa, no quita el hecho que fueron por los celos del momento y que, aun me avergüenza un poco demostrar afecto públicamente.
—Suspira calmando su semblante, y agarra mi mano con cuidado—es hora de cenar, ¿Pueden bajar y esperarnos? No demoramos.
L—¡Claro! —contesto, alegremente.
B—¿Levantamos a Amanda?
H—Si —se pone de pies—, no quiero que moleste en mi habitación tarde en la noche porque tiene hambre.
S—Y ella sabe que guardas alimentos en tu cajón.
H—Guiña—exacto.
L—¿Segura estas bien? Diana —me mira.
—Asiento ligeramente—pueden ordenar lo que gusten, bajaremos en unos veinte minutos —me levanto y camino en donde se encuentra la cajeta del computador.
B—No puedes morir, Diana —soltó súbitamente—. Akko nos contó lo que esta sucediéndote —se acerca y sujeta mis hombros volteándome a verla—. No quiero llorar, otra vez —dijo, mirándome con inquietud.
S—Odio admitirlo, pero harías mucha falta y más para una persona —la señala con el pulgar sin mirarla.
Lo sé... Akko no debe sufrir y me mantendré con vida hasta realizar el hechizo.
—Sonrió ligeramente—gracias, Sucy. Estaré bien.
Todas me miraron con inseguridad unos minutos que, me tome para desempacar mi compra. Luego, avisaron que esperarían en la planta baja y abandonaron la habitación, dejándome a solas con Akko. Analice la caja en mis manos y alce la mirada buscando una mesa en un lugar cómodo para colocarlo; observe en las tiendas este equipo y debe estar sobre algo. Camine a pasos lentos a un escritorio pegado a la pared, teniendo a los costados dos jarrones y tres potes pequeños con plantas pequeñas. Despoje el ordenar de su caja y agarre los... ¿Qué es esto? ¿Para qué son estos cables?
—Diana.
—Volteo a verla— ¿Sí?
—Levanta sus cejas—no trabajaras.
—Debo, y me enseñaras a cómo usar un...computador. Mi tía me hablo de unos documentos que serán enviados a mi nuevo ¿Correo electrónico?, Y tengo una entrevista con un reportero dentro de una hora.
—Hace una mueca vacilante, quedándose en silencio unos pocos segundos—bien, me encargare de esas ocupaciones y solamente dialogaras con esa persona, ¿Sera videollamada?
—Si...—miro el equipo en la mesa—puedo hacer mis responsabilidades, Akko. Únicamente necesito que me compartas tus conocimientos de equipos electrónicos.
No puedo realizar magia en esto...
—Diana, ven —ordeno, palpando la cama.
Gire nuevamente mi cabeza para verla con confusión, notando a un costado de la cama el regalo de la directora Finnelan... ¿Desde cuándo esta ahí? ¿Como no me percate antes?, me acerque a pasos lentos dudosa, tome asiento delicadamente mirando el gran obsequio.
—¿Quieres abrirlo ahora mismo?
—Si, tal vez tenga algo que nos ayude con...ese estado tuyo.
Es probable... ¿La directora Finnelan habrá imaginado que tendría nuevamente estos efectos? No lo creo, estaba estable en la academia y nadie noto un comportamiento extraño de mi parte. Sin embargo, me da curiosidad en saber lo que contiene. Me puse de pies, y busque mi varita mientras Akko empezó a desenvolverlo, agarre mi pequeño bolso cerca de la puerta y la extraje. Conociendo a la nueva directora, se tratará de algo mágico. Me devolví a la cama sentándome nuevamente, miré curiosamente a Akko con dos frascos sostenidos en sus manos; uno de color rojo y otro azul. ¿Pociones? ¿Qué tipo de sustancias habrá utilizado? Necesito saber los ingredientes usados para conocer su efecto. Aclarando que, dentro de una grande caja venían dos pócimas llenas de plástico de burbujas y espuma de polietileno, ahora entiendo el tamaño; es sumamente frágil.
—Trae una nota.
Agarré la pequeña hoja mencionada y leí mentalmente sus palabras. Finnelan felicita nuestra relación y cumpleaños recientes de Akko, e incluye unas cortas palabras de cómo funciona estas pócimas y cuál es su objetivo. Unión de corazones... Akko podrá sentir mis sentimientos por unos escasos minutos y yo...sentiré el de ella. Las pociones deben tomarse al mismo tiempo y nuestras manos deben estar sujetas, no debemos hablar hasta que pase el efecto, lo sentiremos mutuamente cuando acabe. No me siento segura de hacerlo, aunque admito que crear este tipo de pócimas es difícil, las flores necesarias y objectos de duendes, hadas y aves casi extintas son muy complicado de conseguir.
Tome el frasco de color rojo y lo observe con detenimiento, Akko pregunto su utilidad y le explique detalla mente su función. Ella parecido procesar la información inclinando un poco su cabeza mirando fijamente la poción que sostiene, la contemple de reojo dibujando una media sonrisa en mis labios y agarre su mano libre llamando su atención.
—Me mira—
—¿Estas lista? —pregunte, un poco insegura.
—Asiente—uno...dos —observa el líquido nuevamente—. Tres.
Bebi de un solo trago todo el contenido, amargándome y arrugando mi nariz por el rancio y desagradable sabor que posee; una combinación de tierra...fresas verdes (acidas) y miel. No hacen una mezcla muy buena...tengo ganas de vomi- Espera...
—Cierro mis ojos—
¿Qué es esta sensación? Es suave...demasiado...el palpitar es lento y....rítmico...tan pacifico como el danzar de las olas del océano. Puedo escuchar el latir de su corazón comparándolo con ese lugar en mis sueños, sin embargo, no es el mío. Entrelace mis dedos con los suyos inconscientemente, sintiendo un cosquilleo satisfactorio, afectable y conmovedor, en mi mente súbitamente comenzaron a aparecer muchas imágenes mías; sonriendo, enojada, irritada, alegre, estresada y riendo. Todas estas escenas tienen un brillo peculiar, como una luz amarilla envolviéndome en cada una de ellas... Akko... ¿Me ve de esta manera? Tan...deslumbrante, hermoso y delicado... Puedo sentir sus sentimientos, recordando cada rose de nuestras manos, besos de nuestros labios, abrazos cariñosos, palabras, risas y sonrisas intercambiadas, absolutamente todo... Su amor hacia mí, es puro y confiable... antes lo tenía claro y ahora...lo tengo aún más.
Al percatarme del desenfoque de las imágenes en mi mente, y volviendo a escuchar los latidos pertenecientes de mi corazón. Una sonrisa complacida se dibujó en mis labios y cuando abrí mis parpados para observar a la maravillosa persona que conservo junto a mí; decirle cuanto la amo y aprecio con toda mi vida. Repentinamente esa sonrisa se esfumo, al apreciar abundantes lagrimas deslizarse sin consentimiento en sus mejillas.
¿Por qué está llorando? ...
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Fin del Cap. 53
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