
Cap. 44
Atsuko Kagari Pov
Ser el centro de atención por tener a una persona de clase alta a mi lado y que a cada momento me robe unos cuantos besos es...bonito, pero a la vez sospechoso, Diana no es de comportarse tan cariñosamente en público y menos cuando hay muchas personas observándonos. Note el comportamiento de Natsuki, esta decaída y desanimada, las sonrisas son fingidas y....siento algo de lastima en este momento, sin embargo, no puedo acercarme y hacerla sentir mejor, creo...que será mejor pasar de página y dejarla como un lindo recuerdo.
Después de permanecer unas horas más en la fiesta de graduación y pasarla bien con mis amigas y pareja e ignorando las miradas de mis padres y hermana, decidimos irnos a un restaurante cercano y cenar juntas, Miu nos acompañó e hicimos unos planes para salir mañana, pero, Diana explico lo que haríamos en tarde y propuso que salieran las demás en compañía de mi amiga japonesa; ella será su guía y uno de esos escoltara las acompañara.
Me encuentro sentada aun lado de Diana y la comida fue pedida hace unos diez minutos; no tardará en llegar. Amanda sigue coqueteando con Miu, pero a la vez está interesada en estar cerca de Hannah; lo que hace el alcohol. Cuando estábamos en mi instituto, le enseñe a Diana mi diploma y ella me sonrió tiernamente felicitándome por mi gran logro, le mencione que me gustaría retomar mi año en Luna Nova y ser una bruja oficial, ella en ese momento me miro no muy convencida de mi petición, pero propuso hablarlo luego; no se negó y tendré que convencerla, sin embargo, será un poco difícil, ya que estaríamos distanciadas otra vez...un año, pero, podríamos vernos todos los domingos o cuando este de vacaciones.
—Saca su celular—nos tomare una foto de recuerdo—dijo Amanda.
Miu se ofreció a tomarla y todas juntas posamos, la comida fue servida segundos después y el mesero le entrego a Diana un papel, ella acepto confundida y desenvolvió la pequeña hoja, luego de leerla la arrugo y dejo aun lado.
— ¿Que decía? —pregunto Barbara.
—Un número telefónico—dijo sin interés.
—Mira hacia atrás—bueno, no está mal—dice Sucy.
—Levanta una ceja—no corresponderé a su intento de acercarse—aclaro con firmeza.
Mire mi plato con el ceño fruncido y agarre mis palillos, Diana me observo y sonrió posando su mano en mi hombro. Volteé a verla y le devolví la sonrisa, unas personas que se encuentran sentadas en las otras mesas se quedaron observando ese hecho y no demoraron en tomar fotos. Diana no es una celebridad o algo parecido, pero obtener unos hospitales nuevos y reconocidos la hace especial, más por su apellido y linaje de bruja.
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Llegamos al hotel luego de hacer una parada para comprarme algo de ropa en esta noche, mis manos comenzaron a temblar de nervios al recordar nuevamente las palabras de Amanda, Diana lo noto y las tomo para fusionar nuestro calor. Le sonreí nerviosa con mis mejillas ligeramente sonrojadas; si supiera que la causa no es la temperatura. Suspire y entramos agarrada de la mano, después fueron separadas al subirnos al ascensor donde ella pidió su cartera y saco una tarjeta.
Extrañada mente mis amigas no se apartaron de nuestro lado y cuando llegamos a una puerta en especifica que, supongo que es la habitación de Diana. Ellas gritaron ''¡Sorpresa!'' a la puerta abrirse y encontrarme con una decoración ¿Cumpleañera?, globos flotando en el techo, otros en la cama y sala y un pastel que se encuentra en una mesa con otros dulces e incluyendo unos regalos y peluches con gorritos de graduación.
Entre a la habitación sorprendida y cautivada por el decorado en cada esquina, sonreí de alegría y me acerque corriendo a la mesa de regalos con los dulces, tome uno y en el momento que iba a darle un mordisco, Diana, me lo arrebato con cuidado.
—Ni creas que te dejare comer más de lo que consumiste en esa fiesta—se acerca y deposita un beso en mi mejilla—, mañana podrás comer un poco.
—Hago un puchero y cruzo mis brazos— ¿Puedo abrir los regalos?
—Si, hay uno de la directora Finnelan.
— ¿Que? —digo confundida.
¿La directora Finnelan me mando un regalo? Eso es inusual y nuevo tomando en cuenta las veces que he entrado a su oficina sin su permiso para robar las tartas que guardaba.
—Menciono que tenemos abrirlo juntas.
—Yo si me llevo unos cuantos—dijo Amanda agarrando cinco dulces de la mesa y dos cartones de jugos.
—Espero descanses bien Akko y felicidades—dice Miu.
—Gracias a todas por estar conmigo—dije contenta.
Me acerque e hice un pequeño abrazo grupal, luego se despidieron y comenzaron a discutir con quien dormiría Miu, bueno, Amanda empezó a hacer ese revoltijo. Mire nuevamente el alrededor y agarre uno de los regalos, Diana se sentó en el sillón de la sala y despojo sus tacones, observe de reojo cada una de sus acciones y nuevamente un calor se apodero de mis mejillas, la habitación quedo en silencio y a pasos lentos me acerque con mi regalo en mano, para después tomar asiento a su lado.
— ¿Estas segura de ir sola mañana? —pregunto en un tono cansado.
—Asiento—buscare mis cosas y me despediré de la mejor manera.
—Recuesta su espalda en el mueble—está bien, estaré cerca por si algo ocurre.
—La miro—no es necesario.
—Voltea a verme con una ceja levantada—
—Trago pesado y desvió la mirada—e-está bien.
—Suspira—Akko, ¿Algo te sucede? has estado un poco callada.
— ¿Que hablaste con Natsuki? Específicamente.
—Frunce el ceño— ¿Eso es lo que te ha estado molestando?
—No, es solo una curiosidad, la note muy triste en la fiesta.
—Akko, te explique las consecuencias que obtiene una persona cuando comete un robo, y el dinero que ella pagara, le servirá a la academia como fondos para nuevos cambios que tiene en mente la directora Finnelan.
—Agacho la cabeza— ¿Crees que debi-
—No, los sentimientos y acciones de una persona sin auto control no se pueden manejar—agarra mi mano—, ahora que respondí la pregunta, quiero saber la razón de tu desconcierto e incomodidad.
—Me ruborizo— ¿Quieres ver una película? Aun la noche es joven.
—Akko, faltan cinco minutos para las doce y no me gusta que esquives-
— ¿Qué te parece una de terror? —vuelvo a interrumpir.
—Suspira resignada—está bien.
La hice enojar, eso es un mal comienzo.
—Amanda, hablo conmigo—solté para calmar el ambiente.
— ¿Te dijo algo malo?
—N-no, fue vergonzoso—rasco mi mejilla nerviosa.
—Entiendo—agarra el control y extiende a mi dirección— ¿Una de terror? —sonríe de lado.
—Asiento y enciendo la televisión—
Diana Cavendish Pov
Admito que en la fiesta estaba muy cariñosa con Akko y siento un poco de vergüenza con tan solo recordarlo, pero mis celos estaban algo altos con las miradas de Natsuki constantemente; esos reojos de enojo y odio. La habitación la decoraron bien y a mi parecer quedo hermosa, esta noche puede convertirse en una relajante si pudiera prepararme una taza de té, me encuentro un poco cansada.
Akko cambio los canales hasta decidirse por uno; es la primera vez que veo una... ¿Televisión? y me parece sorprendente este tipo de tecnología. Me levante del sillón con permiso a mi retirara de unos minutos y busque en mi maleta mi ropa de dormir, luego me cambie en el baño y al salir, Akko, se encuentra con la suya; que rápida. Mire la mesa con los dulces y regalos comprados, después observe el obsequio de la directora Finnelan; ¿Que tendrá?
Volví a suspirar y me senté en el mueble nuevamente con mi bata puesta y ella hizo lo mismo, pero se sonrojo al verme con mi pecho un poco descubierto, levante una ceja e ignore ese hecho; he dormido con Akko vestida de esta manera anteriormente, no entiendo su reacción. La película fue reproducida y cruce mis brazos observando la gran pantalla, Akko tomo mi mano y recostó su cabeza en mi hombro, sonreí de lado y acaricie su mejilla.
— ¿Cuál sería tu casa ideal? —murmure.
—La que sea cuando este contigo—abraza mi cintura.
—Eso ha sido algo muy dulce de tu parte, Miss Kagari, ¿Las golosinas no te han afectado? ¿Cierto? —pregunto en un tono de burla.
—Hace un puchero—no, pero puedo decirte cosas cursis—levanta su cabeza y me mira.
—La miro de reojo—no es necesario, disfrutemos de la película.
— ¿Te da vergüenza?
Sonreí y me acerque depositando un beso en su mejilla; puedo acostumbrarme a hacer afectuosa, me gusta. En el momento que me comencé a alejar ella me detuvo con sus manos y unió nuestros labios profundizándolo enseguida, abrí mis ojos sorprendida por su acción repentina y correspondí temerosa a sus movimientos, pero luego de unos segundos la presión creada fue disminuyendo y sus manos bajaron hasta mi cintura creándome un cosquilleo agradable en mi abdomen y convirtiendo el beso en uno lento.
Nuevamente sonreí entre medio del beso y abrace su cuello cerrando mis parpados, dejándome llegar por la suavidad de sus labios y complaciéndome de esa sensación que hace que mi corazón se sienta más enamorado. El calor de mis mejillas aumento cuando su lengua se deslizo por mi labio inferior, arrugué un poco mi frente confundida por esa nueva acción realizada e inconscientemente abrí mi boca tímida e insegura.
Al sentir su lengua introducirse en mi boca y rozar con la mía, mi calor incremento y mi sorpresa no se hizo esperar cuando esa temperatura comenzó a invadir nuevas partes de mi cuerpo. Por instinto al experimentar este nuevo sentimiento baje mis manos y sujete sus hombros arrugando su camisa. Ella se separó y nos miramos con la respiración jadeante, la observe avergonzada y extrañada, Akko me miro con miedo y se encogió en sus hombros.
Eso es nuevo...la última vez que sucedió algo intimo entre dos fue en la academia, acaso... ¿Akko querrá llegar a ese paso? Estoy confundida. Agache mi cabeza y deslice dos de mis dedos en mi labio inferior analizando y recordando el beso.
—L-lo siento, me excedí—dijo rompiendo el silencio.
—No...—hago una pausa—está bien...—susurre.
Fruncí el ceño al no encontrar una respuesta a mi pregunta anterior, la mire en busca de una con mis mejillas ruborizadas, Akko levanto una ceja y me observo desconcertada teniendo un sonrojo similar al mío. Acerqué mi rostro despacio y ella retrocedió cayendo de espalda en el mueble, no le di importancia a ese hecho y volví a juntar nuestros labios con intenciones de encontrar un veredicto a mi duda.
Me posicione arriba y tome sus mejillas delicadamente empezando a mover nuestros labios con el mismo ritmo utilizado anteriormente, sus manos se posaron en mi espalda con timidez y lentamente sus dedos me acariciaron sobre la suave tela de mi pijama. Nuevamente nuestras respiraciones comenzaron a agitarse cuando nuestras lenguas hicieron contacto y se movieron al compás de una manera tranquila y paciente. Bajé mis caderas y me senté sobre su regazo para tener una mayor comodidad.
Aparte nuestros labios cuando el aire hizo falta y uní nuestras frente respirando entrecortado con mis ojos cerrados. Al momento de abrirlo hice contacto con sus orbes de color rubíes que me miran con profundidad y demuestran un brillo especial, me quede unos segundos observándola y cautivándome con sus esferas, pero al percatarme de nuestras posiciones y en donde me encuentro sentada, la mire con pena y me senté correctamente tapando mi boca con mi mano izquierda, mientras la otra se encuentra en su pecho estando aun encima.
Su ropa de dormir consiste en un pantalón largo rojo y camisa totalmente blanca. Luego de unos minutos en silencio entre en cuenta de ese calor que desprende nuestros cuerpos al estar cerca y pensé en la posibilidad de llegar a complementar nuestra relación a un nivel mayor, pero ¿Ella estará de acuerdo?
—Akko...
— ¿S-si?
—Volteo a verla insegura—
¿Como debería preguntárselo? Nunca antes he hecho algo como esto y solamente con pensar que partes pueden llegar a tocar sus manos si se lo permito me da mucha vergüenza, pero al mismo tiempo mi cuerpo desea que lo haga, esto es confuso. Trague pesado y observe de reojo la cama cubierta de confetis; si queremos hacerlo, debemos buscar una mejor comodidad.
— ¿Has pensado? en....
No puedo decirlo. Cerré mis ojos con fuerza y mis mejillas se sonrojaron aún más. Esto es muy vergonzoso. Ella se sentó con cuidado y me acomode en el mueble teniendo mis piernas abiertas a sus costados, seguidamente agarro mi cintura y apego nuestros cuerpos, mire sus labios y luego sus ojos con nervios.
— ¿Tú quieres?... —susurro con un poco de impaciencia.
Un pequeño jadeo cargado de deseo e inquietud se escapó de mis labios ante su pregunta y sus manos hicieron un recorrido por mis muslos hasta llegar al final de mi bata, me estremecí ante el contacto y abracé su cuello acercando cada vez más nuestros rostros. La observe...con la misma profundidad y sonrojo, lentamente mis labios se aproximaron a los suyos y al rozarlos sus dedos comenzaron acariciar mi piel debajo.
Cerré mis ojos y acabé con el poco espacio que separaban nuestros labios, los movimos fueron al compás y sus caricias llegaron a mi abdomen, mi cuerpo cada vez se sintió más caliente y excitado. Con más confianza, acerque nuestros cuerpos y la bese con intensidad, lleno también de un anhelo que comenzó a hacerse más deseoso. Nuevamente se separó un poco y rozo su lengua para incitarme a abrir la boca, lo hice sin dudar soltando un pequeño gemido al sentir sus dedos jugar con mi pantalón de tela bajo la bata.
Ella se separó de mis labios dejando un pequeño hilo de saliva y descendió lentamente hasta mi cuello. Suaves besos y lamidas fueron depositadas con pasión y mi respiración se volvió pesada, entrelace mis dedos en su suave cabello y disfrute de esta nueva sensación.
—Akko...—solté en un suspiro cargado de aspiración.
Sus manos me acercaron con firmeza y sus piernas se abrieron, provocando que nuestras intimidades hicieran contacto sobre la ropa. Un gemido se escapó de mi boca y el calor fue aumentando en nuestros cuerpos, luego subió y volvió a besarme haciendo presión con nuestras partes y rozándolas con más entusiasmo, una de mis manos descendió y posiciono en su abdomen, inconscientemente comencé a mover mis caderas levemente causando un poco de ficción.
Una necesidad muy grande me cegó y empecé a gemir entre el beso, luego me detuve y abrace su cuello con firmeza, sus manos agarraron mi cintura y nuevamente comencé a mover mis caderas, pero con más grado y seguridad, me separe de sus labios llegando a rozarlos para tomar un poco de aire, abrí mis ojos y junte nuestras frentes respirando agitadamente. Cuando estuve a punto de volverlos a unir, unos toques en la puerta interrumpieron el momento.
— ¿Están despiertas? No podemos dormir, cambio de horario—dijo Amanda.
No puede ser...
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Fin del Cap. 44
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