Cap. 37
Diana Cavendish Pov
— ¿Y cómo eran?
— ¿De qué hablas?
—Su primera semana de relación.
—Me ruborizo—bueno...en esos primeros días la ignore.
—Levanta una ceja— ¿Qué?
—No soy buena demostrando afecto físico y me daba nervios en cometer un error—entrelazo mis dedos—si la abrazaba o hacia otra cosa sentía que iba muy rápido y si no hacía nada pensaba que iba muy lento, no quería apresurarme, pero tampoco quería atrasarme—hago una pausa—era confuso.
—Sonríe—entiendo, siempre fuiste cerrada al tema del amor y las relaciones—agarra su vaso—supongo que Akko se preocupó y hablo contigo.
—Asiento—me daba vergüenza admitir que no sabía manejar un noviazgo y la comencé a ignorar hasta encontrar una solución a mi problema—suspiro—después dijo que no tenía que cargar con la relación sola, explico que es algo compartido y no debe encargarse uno, si no, las dos personas que componen ese amorío.
—Muy buenas palabras—toma sus cubiertos— ¿La has hecho sentir mal?
—En algunas ocasiones, pero nada grave, a veces acepto muchas cosas que me quitan casi todo mi tiempo, una vez hablamos de ese tema y tuve que acoplar mis actividades dadas por las profesoras para pasar unas dos horas o tres a su lado.
—Comprendo—bebe de su chocolate.
—Sonrió de lado—una noche le pregunte a una de las profesoras, ¿Como puedo demostrar mi amor hacia Akko físicamente? Ella confundió las cosas y pensó que quería tener relaciones intimadas—bebo un poco de mi chocolate.
—Espera un segundo—deja el vaso en la mesa—lo que voy a preguntar puede ser personal, pero ahora que lo mencionaste, ¿Ustedes no han tenido?... —une sus dos dedos en forma de tijera.
—Me sonrojo y agacho la cabeza tratando de ocultar mi vergüenza—po-por supuesto que no—doy otro sorbo a mi chocolate.
— ¿Enserio? —pregunta sorprendido—llevas tres años de relación con Akko, pensé que habían llegado a ese paso.
—Lo miro de reojo y dejo mi vaso en la mesa—n-no ha sido ne-necesario demostrar nuestro amor físico de e-esa manera—aclaro mi garganta.
Me estoy trabando mucho al hablar, debo calmarme.
— ¿Y no quieres? —dice curioso.
—Cambiemos de tema—agarro mi baso nuevamente.
—Sonríe—está bien, tengo otras preguntas.
— ¿Cuáles son? —digo teniendo aun mis mejillas algo ruborizadas.
— ¿Como fue la reacción de Akko al verte viva? Otra vez—aclara.
—Feliz, ella no podía creer que estaba respirando y... ¿Caminando?, recuerdo que acabe la relación en ese momento, pero aun en ese estado deseaba tenerla cerca porque sentía una sensación extraña en mi cuerpo, era como una luz...que me hacía sentir bien y ¿Viva? —hago una pausa nuevamente—en realidad, Akko era la única que podía calmarme cuando mi magia negra se salía de control y supongo que, me aferraba a esa fuente de tranquilidad para no lastimar a nadie.
—Mastica su dulce y traga—el amor es increíble y la magia también, ella cambio mi perspectiva de verla esa noche en la fiesta.
— ¿Donde la abeja te pico?
—A ti igualmente te pico.
—Estaba distraída—me defiendo.
—Claro, no cambiemos el tema, quiero saber más.
— ¿Por qué? Mejor hablemos la relación que has estado estableciendo con Mary.
—Se ruboriza—te lo comente anteriormente, las cosas avanzan con normalidad, no hay apuro para adelantarlas, pero—coloca una mano en su mentón y me observa— ¿Crees que vaya muy lento?
—Rio bajo—escogiste a la peor persona para hacer esa pregunta, tal vez cuando Akko este, pueda ayudarte.
—Ríe—tienes razón, entonces—llama a la mesera— ¿Decidiste ir a su graduación?
—Si, tengo listos los boletos de avión y en cinco semanas estaré en Japón junto con Sucy, Lotte, Amanda, Hannah y Barbara, Jasmika y Constanze no pueden asistir por motivos familiares.
—Vaya, nunca creí que les ofrecieras viajar—llega la mesera—tres pasteles más, por favor.
—A la orden—hace una reverencia y se retira.
—Poseo dinero suficiente para garantizarles una buena estadía, alimentos y transporte y por órdenes de mi tía debo llevar a tres hombres de seguridad conmigo obligatoriamente.
—Es bueno que lo haya hecho, muchos querrían robarte, y créeme—agarra la servilleta—pedirían demasiado por tu cabeza.
—Comprendo, será mi primera vez viajando al extranjero y espero no sea la última.
Andrew...me alegra haber recuperado mi amistad con él, es agradable pasar tiempo a su lado y distraerme un poco de mi preocupación, Akko sigue sin mandarme cartas y no puedo dejar de pensar en eso. Quiero saber cómo se encuentra y no pienso usar ese hechizo nuevamente, debo ser paciente, falta poco para ir a verla y tengo sus regalos casi listos, necesito convencer a la directoria Finnelan de firmar un permiso, anhelo poder ver a Akko realizando uno, otra vez.
Conociéndola, debe extrañar mucho la magia y quiero cumplir ese deseo, la directora aún está pensando en mi pedido y eso es otra de las cosas por la que debo ser paciente, si insisto mucho tal vez no lo consiga. El otro regalo que le tengo preparado sería un collar con un dije de un conejo, pulseras y argollas (todos esto de una alta calidad) aparte de los dulces y la sorpresa que haré en el hotel, pienso decorar el lugar y llenarlo de peluches, claramente este no es mi estilo, pero lo intentare.
En la academia las chicas están emocionadas por el viaje y hablan de lo que van a hacer en ese país, en mi caso me mantengo un poco alejada y a veces me uno a su conversación, he aceptado trabajos de la directora y me encuentro muy ocupada recientemente, soy la encargada de arreglar el gran salón para la fiesta de celebración entre familiares y estudiantes, todo debe salir perfecto y la profesora Croix me apoyara en algunas cosas electrónicas, también se ofreció a enseñarme a usar un celular, ya que ella y la profesora Ursula están enteradas de mi viaje.
Antes de salir de este país, necesito comprar algunas cosas necesarias; por ejemplo, un celular y cambiar billetes de libras esterlinas a yenes japoneses, no quiero hacer una larga fila en Japón y prefiero ahorrar tiempo para llegar a la hora exacta que debe comenzar esa graduación. Espero verla recibir el diploma.
Atsuko Kagari Pov
— ¡Mira! —saco doce cartas de mi maleta.
—Toma una— ¿Quién es ella?
— ¡Shiny Chariot! ¡Mi ídolo! —agarro la tarjeta premiun— ¡Esta es mi favorita! Con...—tomo otra— ¡Esta!
— ¿Ella fue la que hizo un...espectáculo de magia?
— ¡Si! ¡Ella misma! ¡Mi propio ídolo Shiny Chariot me dio clases! —abrazo la carta premiun—esta me la entrego Diana al descubrir que ella robo mi magia en ese evento y desvelar que mi maestra de astronomía era Chariot.
—Levanta una ceja—Espera, ¿Robo tu magia?
—Asiento—por eso no podía hacer hechizos correctamente y me salía todo mal—señalo la descripción de una carta—todas las tarjetas tienen un hechizo con su significado, las puedes decir teniendo tu varita en mano y obtendrás el resultado—apunto una—esta es, Papillio Fillio Nymphodya—suspiro sonriente—fui escogida por la bruja Woodward para encontrar las siete palabras de Arcturus.
— ¿Palabras de Arutus?
—Arcturus—corrijo—la primera fue, Noctu Orfei Aude Fraetor; segunda, Phaidoari Afairynghor; tercero, Arae Aryrha; cuarta, Mayenab Dysheebudo; quinta, Sybilladura Lelladybura; sexta, Lyonne; y séptima, Phasansheer Shearylla.
—Digamos que entendí, la pronunciación se me hace curiosa—mira la carta que sostiene en su mano— ¿Que hechizo puedes realizar?
—De todo un poco, algunos pueden salirme bien y otro tal vez no, llevo más de siete meses que no uso magia.
—Gira la carta—conocer estos tipos de hechizos son interesante y me da curiosidad como es sentirse estar... ¿Arriba de una escoba flotante?
— ¡Oh! Para lograrlo, tienes que decir ¡Tia Freyre! —recojo las cartas—siéndote sincera soy mala en la escoba, puedo mantenerme a flote por unos treinta minutos, luego me pongo nerviosa y pierdo el equilibrio, Diana trataba de arreglar ese fallo mío.
—Me entrega la carta—entiendo, ¿Ella fue tu instructora?
—Ella y la profesora Ursula.
— ¿Tu ídolo? —pregunta insegura.
—Si—me acerco—no le digas a nadie que ella es Chariot—susurro—no le gusta que le recuerden su pasado y prefiere que la llamen Ursula.
—E-está bien.
—Tengo otros objectos guardados en mi casa de Shiny Chariot, como poster, una remera, su sombrero de bruja, una varita idéntica de juguete—dije contando con mis dedos—pero al final, tuve el Claiomh Solais en mis manos.
— ¿El que?
— ¡La vara brillante! —extiendo mis brazos al cielo emocionada.
— ¿Dónde tuviste que despertar los sietes palabras?
— ¡Exacto!
—Wow...—pone sus manos en la cabeza—es mucha información para procesar en poco tiempo.
—Y es sorprendente para mí que te haya dicho los hechizos pronunciados de las siete palabras y el nombre de la varita brillante—sonrió nerviosa—supongo que estar más de dos horas en la biblioteca con Diana ayudo mucho a mi mente de nuez.
— ¿Estudiaban juntas?
— ¡Si! Nos quedábamos hasta las doce de la noche aprendiendo y adelantando algunas tareas, variedades de veces me quede dormida y tuvo que cargarme a su habitación.
— ¿Dormían juntas?
—Me ruborizo un poco—si...—rasco mi mejilla nerviosa—algunas noches podíamos compartir momentos entre nosotras.
— ¿Han tenido relaciones? —pregunta curiosa.
—Aumenta mi sonrojo— ¡N-no! —aprieto mis puños.
— ¿Por qué? Han podido compartir una habitación y supongo que quedaron solas.
—Aparto la mirada—Di-diana es una persona muy conservadora físicamente y mentalmente, n-no hemos llegado a...eso.
— ¿Ni un manoseo? —dice confundida.
—Hago un puchero inflando mis mejillas—ta-tal vez...su-sucedió algo como eso...—juego con mis dedos—to-toque sus se-senos arriba d-de la ropa.
—Que traviesa—sonríe con burla.
— ¡No hice nada más! —digo en mi defensa.
—Pero te gustaría—aclaro.
¡Siento mis mejillas muy rojas!
—Aprieto mis dientes tratando de calmar mi vergüenza—
—Ríe—deberías ver tu cara, creo que puedo freír un huevo en tu mejilla.
—Cruzo mis brazos—no es gracioso.
—Para mí si—se levanta—vamos por unos helados, te ayudara a bajar esa calentura—extiende su mano.
Acepte su ayuda me levante del césped con mi maleta chica. Me encuentro en un parque cerca de una plaza con Miu, mis padres me dieron permiso de salir después de calmar un poco ese alboroto en el colegio y disculparme a regaña dientes con mi hermana cuatro veces por haberla ''golpeado''. Decidí salir con mi amiga para despejar mis pensamientos y respirar aire puro; el oxígeno de mi hogar es toxico y el de la institución igual.
Miu se ofreció a pagarme el helado y caminamos juntas a una de las bancas frente a una fuente. Saqué mi celular al recibir dos mensajes, pero cuando leí de quien es lo volví a guardar; no quiero hablar con Aiko o Natsuki. Mi amiga atendió un mensaje que le llego a su celular de un numero desconocido, luego me mostró lo que le enviaron y me puse a leerlo.
Grabación de una conversación entre la joven Diana Cavendish y el joven Andrew Hanbridge, captados nuevamente juntos en un restaurante.
— ¿Que pienses de ella?
—Una palabra descriptiva, seria...maravillosa.
— ¿Solo eso?
—Ríe bajo—por supuesto que no, mi pareja tiene muchas palabras hermosas que la pueden describir, con una, no es suficiente, Andrew.
Diana Cavendish en esta conversación aseguro tener una pareja mujer. Desmintiendo los rumores creados entre el joven Andrew Hanbridge y ella.
¡Estaban hablando de mí! ¡Que emoción! ¡No puedo creer que haya dicho eso! Quiero decir ¡Fue muy dulce! Mi corazón late de felicidad y mis ánimos subieron gracias a ese audio. Le devolví el celular a Miu sonriente y agradecida, luego comimos nuestros helados mientras jugamos a contar los autos de color amarillo y verde.
En este mes que paso me mantengo unida a mi amiga e ignoramos a Kokoro, Takeru y Ren, ellos aun nos ven a distancia, como si quisieran acercarse pero a la vez tienen miedo; las personas molestas siguen burlándose, pero no tanto como antes, al parecer se están cansando y Natsuki...anteriormente seguía tratando de hablar conmigo, sin embargo, la rechace muchas veces y ahora cuando me dirige la palabra es para darme una orden; y después quedamos discutiendo.
Aún recuerdo cuando golpee a Diana estando en la camilla de la enfermería, esa fue la primera vez en esos tres años de relación que la agredí y no se sintió para nada bien, pero tampoco me arrepiento de haberlo hecho, porque gracias a que pude dejarla inconsciente, la traje devuelta a base de sufrimiento y cicatrices en mi espalda, no están tan feas, pero se notan un poco y no deseo pasar por eso otra vez, en mis pesadillas puedo recordar el sentir de mi piel desgarrada y no es bonito.
Siempre creí en mi corazón, eso me ayudo a recuperar la magia sellada y al amor de mi vida. Confió en que ella vendrá, no sé cuándo lo haga, pero no importa cuánto demore, yo la esperare.
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Fin del Cap. 37
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