Capítulo 5❄️
Hannah:
La semana transcurre normal, Penn se ha estado juntando mucho con nosotras y puedo decir que es una más del grupo.
Los chicos la acogieron bien, y puedo ver las miradas que le dedica a mi mejor amigo. Lily estaba un poco celosa al principio ya que siempre fue la única chica que hablaba conmigo, pero luego conoció mejor a la pelinegra y ahora se toleran.
No puedo decir lo mismo de su mellizo, él también ha estado con nosotros por una extraña razón que descubriré tarde o temprano. Desde el día que me acompaño a casa que no pasamos tiempo a solas, y lo agradezco.
Trevor en cambio se ha integrado mejor al grupo, con el que más charla es con Zed, el cual y le compro un celular nuevo a Lily.
Y para mi sorpresa también me regalo una carcasa, yo se lo decía de broma. Es muy bonita y si es personalizada, es una foto que nos hicimos los cuatro hace poco.
Lo único que me ha tenido frustrada es Joshua, esa noche tuvimos un pequeño problema. Cuando le pregunte sobre Verónica todo a nuestro alrededor estallo.
Dijo que no me quería cerca de ella ya que no fue una buena amiga con mamá, que no sabía que sus hijos iban a mí misma escuela ya que ella mintió sobre eso. Le pregunte miles de veces porque no quería que me acercara a ella y termino enojándose conmigo.
Aún recuerdo sus hirientes palabras.
—Quieres dejar el maldito tema de una vez, Hannah —eleva la voz—. No desenterremos el pasado, mira que lo hacemos la única que saldrá perjudicada aquí eres tú.
—Joshua...
—No, Hannah, déjalo estar —su voz es dura y se clava en mi pecho—. ¿O quieres que te recuerde lo desastroso que fue ese año con lujos y detalles? Si lo hago, Verónica seria el mínimo de tus problemas.
—Vete a la mierda —mi voz suena rota—. ¡Y no me vuelvas a hablar en tu puta y miserable vida! —subo a mi habitación dejándolo solo.
Creo que nunca habíamos llegado a ese nivel, al punto en donde sacamos a relucir los errores del otro. Cometí demasiados errores en ese año, pero no tiene que recordármelos de una forma tan… cruel.
Nuestro padre intento que arregláramos las cosas durante las cenas y desayunos, ninguno de los dos quiso hacerlo. Él fue hiriente conmigo sin razón, yo no tengo la culpa.
Hoy por fin es viernes, el día que debo entregar el famoso trabajo y lo más importante el día de la fiesta la cual me servirá para olvidar todo la mierda que mi hermanito me hizo recordar.
Salas de hospital, funeral, cementerio, ropa negra, doctores y psicólogos; todo eso será olvidado hoy con ayuda del alcohol.
—Adiós, papá —beso su mejilla.
—Que te vaya bien, hija.
Miro a mi hermano que esta con la vista fija en su móvil, a pesar de estar peleados nos saludamos y despedimos.
Si hay algo que me enseño la muerte de mamá es que la vida es tan frágil y no debemos desperdiciar el tiempo.
—Adiós, Josh —deposito un beso en su mejilla, dudo unos instantes antes de hablar—. Te perdono y te pido perdón, ambos estábamos un poco alterados.
Sus ojos marrones se iluminan y me da un gran abrazo, correspondo de inmediato. Sus brazos se enredan en mi cintura y me aprieta con fuerza, como si no fuera real.
—Lo lamento mucho…
—Lo sé, no te preocupes —me separo de él.
—Cuídate mucho pequeña —aprieta mi mejilla—. Te quiero.
Miro a mi padre quien sonríe ampliamente, se lo mucho que le dolía ver a sus hijos peleados.
La bocina de Mason me alerta.
—Y yo los amo a ambos —digo saliendo de la cocina.
Cierro la puerta rápidamente y corro hasta el jeep de mi amigo sonriente.
Hoy está siendo un buen día para mí, arregle las cosas con mi hermano y hay una fiesta esa noche. Día perfecto para Hannah Campbell.
Le doy un sonoro beso en la mejilla.
—Alguien está de muy buen humor hoy —arranca el vehículo—. ¿Arreglaste las cosas con tu hermano?
Mason era el único que estaba al tanto de la razón de mi frustración, no quería preocupar a los demás con mis problemas. Y bueno a Mason Scott no puedo mentirle, siempre me descubre.
Hablo con mi padre para saber qué es lo que pasaba conmigo y él le conto de mi pelea con Joshua, ni siquiera puedo confiarle mi privacidad a papá. Sin embargo agradezco tener a alguien con quien hablar sobre ello.
—Sí, hace como cinco minutos —suelto una risa—. Además, ¡hoy hay fiesta!
Adoro las fiestas, creo que incluso las amo más a que mi mejor amigo. Está bien eso fue muy extremista, pero el punto es que me encantan las fiestas.
—También está el partido —bufa—. No solo la fiesta, alcohol y sexo son interesantes.
—Claramente van a ganar teniéndote a ti y a los chicos —revuelvo su cabello—. No te enfades, sabes que me gusta verte jugar más que ir de fiesta.
Digo la verdad, me gustan las fiestas, pero si me hacen elegir entre ir a ver a mis amigos o salir a un club a emborracharme, prefiero a mil veces a mis amigos.
—No me gusta que hagas eso con mi cabello, mariposa —se queja como un niño pequeño.
Sonrío con inocencia.
—Y a mí me gusta hacerlo, Mason.
Me da una mirada de advertencia la cual no dura ni cinco segundos ya que estallamos en carcajadas.
Mi mejor amigo es una de las cosas que están bien en mi vida. Siempre se las arregla para hacerme reír y está conmigo a pesar de todo lo que ha pasado.
Llegamos al instituto de los últimos como todos los días, al encontrar a nuestros amigos nos enteramos que hay una charla en el auditorio sobre nuestro futuro.
Charla sobre nuestro futuro y ni siquiera sabemos si existe un futuro para todos, solo tenemos asegurado el presente.
—Preparados para quedarse dormidos —Zed suelta un bostezo, el cual me contagia.
Comienzan hablando sobre diferentes universidades y carreras, ya ha pasado más de media hora y me estoy quedando dormida en el hombro de Lily cuando la presentación del directorio cambia a unas fotos.
Más específicamente imágenes de una chica, la reconozco de inmediato.
En ellas sale una Penélope en plena pubertad, está un poco distinta a como es ahora. Tiene un poco de acné y leve sobrepeso, pero fuera de eso sigue siendo ella.
Y yo considero que todas las mujeres somos hermosas, tenemos una belleza única.
En su situación yo estaría hecha una completa furia, nadie tiene el derecho de revelar cosas de tu vida privada delante de medio mundo.
La chica a mi lado comienza a sollozar levemente, la furia me invade.
¿Es necesario humillar a otros de este modo? ¿Qué ganan al hacer algo tan horrible?
Se intenta levantar de su silla, pero la retengo del brazo con delicadeza.
—Hey, no tienes de que avergonzarte —le doy una mirada dulce—. Todos aquí me van a escuchar.
Mi mejor amigo le tiende un pañuelo como el caballero que es.
—Creo que fue Chloe —se limpia la nariz—. Le negué la entrada a mi casa y dijo que me arrepentiría.
—Esa estúpida… —murmura Lily.
—Esto es mi culpa —admite Noah cabizbajo.
La furia que tenía hacia la rubia se traspasa a él.
—¿Por qué? —contengo mis ganas de insultarlo sin parar.
«O también podrías darle duro sin parar», odio a mi conciencia.
Ignoro ese tipo de pensamientos sobre el sexo, no es momento para eso.
«Siempre es momento para sexo», mejor ignoro esa voz en mi cabeza y me concentro en lo importante: Penny.
—No quise acostarme con Chloe —dice, frunzo el ceño—. Envié a mi hermana para que la sacara de la casa.
Por un leve instante creí que iba a decir que el hizo el video, gracias al cielo no están mal hermano.
—No es motivo para hacer algo así.
Me levanto de mi asiento al ver que nadie hace nada, ¿por qué nadie las quita? Lily observa cada uno de mi movimiento mientras lo hago.
—¿Vas a…
La pregunta queda suspendida en el aire cuando asiento.
—Claro que lo haré, encárgate de que Penn no se vaya —le pido—. Quiero que todos me escuchen.
Sin decir nada más me encamino al estrado. Los profesores están atónitos mirando las imágenes, pero no hacen absolutamente nada por quitarlas.
—¡Quieres sacar eso de una maldita vez! —le grito al de mantenimiento, quien no tiene la culpa de nada, o eso espero.
Abre sus ojos debido a la impresión y desconecta todos los cables con rapidez. Cuando la presentación deja de reproducirse, el salón se llena de murmullos.
—Silencio —exijo, para mi sorpresa obedecen.
«Aun tienes tu autoridad intacta, Hannah Campbell».
Las autoridades del instituto me observan esperando mi reacción. Estoy en un grupo de apoyo para personas con baja autoestima, es algo secreto dentro de la institución por lo que solo los integrantes saben de él. Ni siquiera se lo he dicho a mis mejores amigos.
Si lo hago es porque sé por experiencia propia lo difícil que puede ser llegar a quererte a ti mismo tal como eres, más viviendo en esta prejuiciosa sociedad.
Tomo una larga inspiración antes de comenzar mi discurso improvisado.
—La gorda, el feo, la anoréxica, la baja, el nerd y muchas otras cosas —enumero con mis dedos—. Los estereotipos nos están afectando muchísimo. Gente que se odia a si misma por no parecerse a la modelo que vio en la tele el otro día, aquella chica que le hacen bullying por usar el cabello corto, personas que lloran por las noches pensando que no son suficientes para otra, otros que no quieren comer porque los trataron de gordos en la escuela.
Todos me observan atentos, ningún sonido se escucha a excepción de mi discurso. Fijo mi vista en mi grupo de amigos, los cuales ahora están junto a la puerta listos para irse de este infierno de charla.
Sonrío inconscientemente.
—¿Saben qué? A la mierda con todo eso —espeto sorprendiéndolos—. Tienes que ser quien tú quieras porque la única persona que te puede definir eres tú. No hay mejor amor que el propio, lo digo por experiencia. Y esas personas están muy equivocadas, no existe lo hermoso y lo feo, al final todos somos carne y hueso —me encojo de hombros—. Amate y vas a ver como la opinión de los demás no te importa, sé que no es fácil, pero hay que intentarlo. Hace lo que quieras con tu cuerpo, total eres libre.
Lily me observa orgullosa. Penélope está aferrada a su brazo, parece un animalito indefenso en medio de una manada de leones.
—El amor propio es la base de todo el amor. Tú, Penélope Evans eres preciosa tal cual, nunca pienses lo contrario —la señalo—. De hecho todas las mujeres somos hermosas y únicas. El problema es que la sociedad es una mierda.
Me separo del estrado, todos observan atentos mis movimientos, sin embargo no me intimido.
Me levanto la camiseta dejando ver mi abdomen.
—También tengo rollitos —los señalo—. No son tan notorios, pero están y eso no me hace menos hermosa. También tengo estrías, en su momento tuve acné y seguía siendo Hannah Campbell.
Por un instante se me cruzo la idea de mostrar las estrías en mis muslos, aunque eso sería mostrar mi trasero a muchas personas así que lo descarte.
—Y con respecto a la persona que hizo esto —señalo la pantalla en negro—. Solo me queda decir que es un cobarde o una cobarde. Mostrar cosas de la vida de alguien solo por venganza, ¿qué edad tienes?, ¿cinco? —Niego con la cabeza—. Nadie es perfecto y debemos aprender a vivir con ello. Además de que te sirve el exterior si por dentro estas completamente podrida.
Bajo del estrado y me encamino a la salida por donde acaban de irse mis amigos, antes de irme me doy la vuelta y digo lo último de mi discurso.
—Solo espero que ninguno de ustedes haya tenido baja autoestima. Y sé que puedo ser una perra la mayor parte del tiempo, pero siempre estaré aquí para recordarle a cada uno de ustedes lo lindos que son.
Salgo en busca de mis amigos ya que aún nos quedan un par de clases y no se pueden ir. Como era de esperar están todos en el campo de fútbol. Noah abraza a su hermana, la cual no ha dejado de llorar, y mis amigos intentan consolarla.
Si tan solo supieran que unas simples palabras no ayudan demasiado cuando tienes el autoestima hecho mierda.
Debo admitir que soy tremenda negativa cuando se trata de mí, aunque cuando se te trata de los demás busco hasta lo bueno que no tienen.
—Quererse a uno mismo significa entender que no hay que ser perfecto para ser buena persona —me acerco a ella—. Las personas debemos entender que la belleza real no es física, sino espiritual y se encuentra en lo más profundo de un corazón bondadoso.
—No es para nada fácil —solloza—. Además mírate, tú eres hermosa.
Niego con la cabeza ante lo último, no estamos hablando de mí. Y tampoco soy una modelo de Victoria Secret.
—Solo tú puedes definir quién eres —aprieto su mano—. Si tú crees que eres hermosa y lo demuestras, los demás también lo verán.
—Eres una chica linda, no solo físicamente sino también psicológica —comenta Mason con tono dulce—. Y esas dos cosas son difíciles de encontrar hoy en día.
La pelinegra se ruboriza y muerde su labio inferior.
—Es complicado mirarte al espejo y sentirte satisfecha con tu apariencia —admito—. Pero no podemos dejar que las opiniones de otros nos afecten, de ser así todos seríamos infelices.
— ¿Por qué eres tan buena dando consejos sobre esto? —inquiere Penn.
—Solo digo las cosas que me hubiese gustado escuchar en tu lugar —me encojo de hombros.
La confusión tiñe el rostro de los mellizos. Suelto un suspiro, odio hablar de mi misma.
—Se cómo se siente cuando todos te miran, hablan y te juzgan —sonrío con tristeza—. Ninguna vida es perfecta ni mucho menos un cuento de hadas.
—Hoy nos olvidaremos de todo en la fiesta —el entusiasmo en la voz de Lily es contagioso—. Nada de autoestima, nada de chicos idiotas y mucho menos de chicas envidiosas.
Suelto una carcajada ante eso.
—El sexo nunca me viene mal.
Zed sonríe con picardía.
—Estoy de acuerdo contigo, preciosa —me abraza por los hombros.
—Ustedes dos parecen conejos —Drake rueda los ojos—. Solo piensan en sexo, sexo y más sexo.
—Son placeres de la vida, querido amigo —el rubio pone una mano en su hombro—.Solo disfrutamos nuestra juventud y libertad, ¿no es así Hann?
—Claro que sí, promiscuo.
Nuestra charla cambia el tema drásticamente gracias a Zed, cosa que agradezco ya que Penélope se está divirtiendo mucho con las locuras que dice el rubio sobre el sexo.
—Y por eso, niños —finge una voz grave mientras eleva un condón—. Recuerden siempre utilizar protección, previenen enfermedades y futuros bebés llorones.
Me lanza el sobre y lo miro indignada.
—Es para que te cuides, Hann —sonríe inocentemente—. No quiero ser tío aún.
—Siempre me cuido, Zed —bufo—. O si no, no tendría sexo.
—Seguridad antes todo, Hannah Campbell —espeta Lily.
Todos estallan en carcajadas mientras yo los fulmino con la mirada. Luego de unos segundos me uno a sus risas.
A veces lo que necesitas para olvidar un mal rato es simplemente pasar tiempo con amigos.
❄️ ❄️ ❄️
Luego de entregar el famoso trabajo y terminar todas nuestras clases nos pusimos a entrenar como locas y los chicos del equipo igual. Ninguno se fue a sus casas, no había tiempo que perder. El partido de hoy es muy importante ya que se comienza el campeonato y todos los equipos quieren ganar.
Después de hacer nuestra rutina de presentación nos quedamos en una esquina viendo el partido. También animamos a nuestro equipo.
Quedan alrededor de diez minutos para que acaba y están empatados dos a dos. El nerviosismo en todos es evidente.
Olvide mencionar la parte en la que este año el campeonato es más estricto y si pierdes un solo partido quedas descalificado. Es una verdadera mierda, pero es así porque hay becas y esas cosas de por medio.
Dejo de mover los pompones y busco a mi mejor con la mirada, es el número 7. Está esperando a que Zed le dé un pase. Cuando el balón toca sus zapatillas emprende carrera hacia el arco esquivando a todo jugador contrario. Le da un pase a Drake, el cual está al otro lado, este juega un poco con la pelota en sus pies distrayendo a los demás. En el momento menos inesperado se la vuelve a lanzar a Mason. Todos están expectantes en el minuto en el que el castaño golpea la pelota en dirección al arco.
Lo segundos parecen eternos hasta que…
—¡¡¡GOL!!! —grita el entrenador antes de correr en dirección al campo a felicitar a los chicos.
¡Pasamos a la siguiente fase!
Aprovecho todo el alboroto para escabullirme junto a Lily e ir a felicitar a nuestros amigos. Mason se encuentra bebiendo una botella de energizante y su pecho sube y baja rápidamente debido a la adrenalina. El uniforme los hace ver sexys, consiste en una polera azul con toques amarillos y pantalones cortos de color negro.
Sus ojos color miel se encuentran con los mío y sonríe de inmediato. Es un gran logro para él haber anotado el gol ganador. A pesar de estar completamente sudado no dudo ni un segundo en abalanzarme sobre él y colgarme de su cuello. Aprieta mi cintura con fuerza y me da una vuelta en el aire.
—¡Felicidades! —exclamo feliz—. Estuviste increíble, anotaste el gol ganador.
Suelta una risa.
—Es un trabajo en equipo, no podría haber logrado nada sin los chicos.
Luego de unos segundos me suelta y yo saco mis manos de su cuello. Revuelvo su cabello y beso su mejilla.
Detrás de mi mejor amigo veo una persona de cabello rubio dándonos la espalda, reconozco ese trasero medio plano de inmediato. No dudo en saltar sobre su espalda, él me atrapa de inmediato y casi nos caemos.
—¡Estas completamente loca! —grita asustado—. Podrías haberte caído, preciosa.
Suelto una carcajada.
—Me atrapaste justo a tiempo, siempre lo haces, Zed —lo abrazo por el cuello y apoyo mi barbilla en su cabeza—. Felicitaciones, fue un gran partido.
—Lo sé —bebe agua, su nuez de Adán se mueve en el proceso—. Teníamos que ganar, o el entrenador nos mata.
Arrugo la nariz.
—Nadie mata a mis chicos, solo yo puedo hacer eso.
Niega con la cabeza mientras ríe.
—¿Fiesta de celebración?
—¿Cuándo Hannah Campbell se ha faltado a una fiesta? —Digo incrédula—. Nunca me perdería algo así.
Me baja de su espalda con delicadeza, se da la vuelta y suelta mi perfecto moño. Entrecierro los ojos en su dirección, me costó mucho que mi rebelde cabello queda bien.
Estoy por hablar cuando una voz masculina lo hace.
—Fue una gran presentación, Hann —comenta Drake detrás de mí—. Las porristas estuvieron geniales, como siempre.
—Gracias —mascullo—. Gran jugada, Drake.
Me acerco y rodeo mis brazos en su cintura. Apoyo mi mejilla en su pecho y él pone sus manos en mi espalda, comienza a trazar caricias. No lo aparto ni me molesta ya que lo está haciendo de forma amigable y cero invasiva.
Si hay algo que adoro de mis amigos es que no ven a las chicas como objetos sexuales. Pueden darle un abrazo a una chica sin segundas intenciones o sin sobrepasarse.
Mis amigos son increíbles.
—Vamos por esa fiesta —Zed nos separa, pasa su brazo por mis hombros para comenzar a caminar de vuelta al camerino—. Será una gran noche, Hann.
❄️ ❄️ ❄️
Una hora después terminamos de arreglarnos en mi casa. Me miro en el espejo por última vez, estoy satisfecha con lo que veo en él.
Y eso es extraño.
Escogí un short de cuero negro ajustado al cuerpo, un crop top rojo que deja ver mi abdomen y unos tacones del mismo color. Hice unos rulos en las puntas de mi cabello y decidí no aplicarme maquillaje, no quiero parecer un mapache por la madrugada.
—Deberías llevar un abrigo —sugiere Lily—. Hay algo de viento.
Ella viste un lindo vestido azul con detalles dorados hasta un poco más arriba de medio muslo y tacones del mismo color. Su cabello esta al natural y ligero maquillaje. Se ve hermosa.
—Lo haré —ruedo los ojos, tomo una chaqueta de cuero de mi armario—. ¿Vamos?
—Un segundo —pide Penn desde mi baño—. Salgo de inmediato.
La bocina del jeep de Mason nos alerta. Le envío un texto diciendo que estamos por salir, al parecer no comprenden el tiempo que nos toma arreglarnos. Y debemos agregar el hecho de que soy más lenta que un perezoso cuando quiero.
La puerta del baño se abre dejando ver a Penélope con uno de mis conjuntos. Luce un lindo vestido negro sin espalda que le llega a medio muslo, ella optó por zapatillas ya que no está acostumbrada a caminar con tacones.
—¡Ambas están hermosas! —aplaudo como una mamá orgullosa—. Ahora vamos, los chicos están desesperados por llegar a la fiesta.
—Tú no te quedas atrás —me alaga Lily.
Bajamos las escaleras rumbo el salón. Mi casa está sola, papá anda en un viaje de negocios y Josh salió con unos amigos.
Conclusión: tengo la casa sola hasta mañana cuando llegue mi hermano.
Cierro con llave y activo la alarma. Nos subimos al jeep y nos ponemos en marcha rumbo a la casa de Drake. Las tres recibimos unos cuantos piropos de ellos, nada obsceno.
La casa de nuestro amigo es de dos pisos. Sus padres andan de vacaciones por lo que ofreció su casa para celebrar el triunfo o ahogar nuestras penas si es que perdíamos. Para nuestra suerte ganamos. Al llegar lo primero que percibo son los autos aparcados por el sector, adolescentes emborrachándose en el césped y la música que proviene del interior.
Nuestras fiestas son conocidas por ser escandalosas, entretenidas y con libertad de hacer lo que se te la maldita gana. El drama nunca puede faltar, claro.
Algo me dice que esta fiesta será distinta a las otras, y yo confío en mi intuición.
¿Qué les pareció el discurso de Hannah?
¿Alguién se ha sentido inseguro/a de su cuerpo?
¿Qué pasará en la fiesta?🤭
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