Todo el camino estaba repleto de trampas y obstáculos para llegar al lugar donde se encontraba Kardia.
Dégel mantenía la varita en sus manos para hacerle frente a cualquier situación que se le presentara.

No fue fácil derrotar a unos ogros que salieron de unas extrañas cuevas, seguido de ello raíces que se movían por si solas sobre el suelo para tratar de atraparlo.

Ahora caminaba entre lo que parecía ser un inmenso laberinto dónde dejaba que su instinto lo guiará por la salida más fácil.
Ni siquiera pasó por su mente saber sobre el corazón escarlata, lo único que quería en esos momentos era llegar hasta el sitio donde se encontrara Kardia.

- Un viajero que solo le interesa saber dónde se encuentra su amado.

Ese susurro hizo que de inmediato tomara posición de defensa sosteniendo la varita entre sus manos.

- ¿Quien es?

- Tu corazón no lleva maldad dentro, lo único que quieres es saber sobre tu amado.

Dégel daba vueltas sobre si mismo intentando ver de dónde provenía aquella voz, lo peor era que se encontraba en un extraño laberinto que sin duda retrasaría su búsqueda.

- Así es, solo quiero saber dónde está Kardia.

En ese momento una neblina densa cubrió ese lugar en su totalidad, aquel laberinto había desaparecido mostrando un sitio demasiado hermoso y lleno de vida.
En el se encontraban diversas flores y plantas, al fondo se podía apreciar una cascada, más abajo rodeado de inmensos árboles frutales y el sonido de los animales era el complemento perfecto.

- Bienvenido al paraíso bajo la tierra.

Una mujer de largos cabellos lilas usando un vestido de color negro se hizo presente ante la mirada atónita de Dégel.
Sin embargo al verla un poco más de cerca se dió cuenta que era muy similar a la señorita Sasha.

Rápidamente movió su cabeza de un lado para otro, esto no podía ser cierto, si la señorita Sasha se encontraba con los suyos.
Luego recordó las palabras de Hakurei, que la señorita Sasha tenía una hermana gemela a la cual jamás conoció.
Entonces estaba en un grandísimo problema, pero no debía perder la cordura.

- Agradezco su recibimiento señorita - Dégel hizo una leve reverencia ante ella - Sin embargo solo quiero saber dónde está Kardia, eso es todo.

- ¿Estás seguro que solo quieres eso? - La mujer comenzó a caminar en círculos rodeando al joven hechicero.

- Así es, los dos veníamos platicando pacíficamente cuando uno de los árboles se llevó a Kardia, jamás creí que existiera un mundo distinto al de la superficie.

- Dégel Faure ¿Ese es tu nombre cierto?

El joven hechicero cerró sus ojos intentando no dejar intimidarse ante la cercanía de aquella mujer.

- Y usted es Saori ¿No es así?

La mujer de cabellos lilas dejo escapar una sonrisa maliciosa, después de todo si la conocía... No tenía caso seguir intentando mostrarse falsamente ante aquel joven.

- Eres más listo de lo que pensé. Verás, en realidad solo quería lograr ser como mi hermana mayor Sasha. Mis padres siempre mencionaron que ella lograba cosas inimaginables y yo... Solo era una mujer sin estrella.

Dégel escuchaba atentamente la plática de Saori mientras analizaba cada uno de sus pasos, aunque ella intentara hacerse pasar como una noble y amable mujer en el fondo no deseaba bajar la guardia.

- Si eran hermanas ¿Por qué sus padres las separaron?

Saori miró a Dégel de lado, después dejó escapar una sonrisa - Mis padres le borraron la memoria a Sasha para que no me recuerde, aunque la verdad detesto que esa mujer logré mejores cosas que yo - Saori levantó el báculo que llevaba en su mano diestra y lo elevó - Yo merezco ser reconocida también ¡Detesto vivir en la obscuridad!

Un estruendo acompañado de un destello lo suficientemente fuerte para hacer que el suelo comenzará a fragmentarse hizo que Dégel corriera hasta una de las rocas enormes que tenía a su derecha.

- Luz y sombra - Susurró Dégel intentando mantenerse en aquella piedra, el suelo comenzaba a desaparecer de ese sitio, aquel bello paisaje que Saori le mostró comenzaba a desaparecer ante sus ojos, todo se volvía obscuro, tétrico, mostrando una especie de caverna repleta de antorchas.

- ¡Jamás llegaras al corazón escarlata, primero debo ser yo quien lo tome! - Nuevamente Saori levantó su báculo y de aquel destello aparecieron unas especies de orcos detrás de ella.

Dégel rápidamente apunto con su varita y conjuró un hechizo dónde mantuvo a sus enemigos rodeados de anillos de hielo, lo los detendrían por mucho pero necesitaba pensar en otra cosa que le funcionara.

- Me sorprendes Dégel - Se burló con desdén la mujer - Aunque intentes con gallardía atacar a mis subordinados, jamás lograrás llegar al corazón escarlata.

- ¡Yo... Yo solo lo quiero para que todo esto acabe! - Dégel extendió su varita y volvió a conjurar otro hechizo pero esta vez, atrapando a los orcos en distintos bloques de hielo.

Saori apretó sus dientes molesta al ver que aquel joven reaccionaba inmediatamente a sus ataques, aunque no eran sus únicas armas.
En ese momento comenzó a reírse con un toque de malicia y dejó que su más leal sirviente tomara cartas en el asunto.

- Es tu turno Fafner, mientras tú lo detienes yo podré seguir por este arduo camino para encontrar el corazón escarlata.

Dégel terminó con aquel hechizo y miró como aquella mujer avanzaba hacia delante, intentó darle alcance pero el lich detuvo su andar.

- De nuevo volvemos a vernos Faure - Respondió con aquella macabra y gruesa voz.

- Fafner - Le devolvió el mismo gesto con desdén.

- Si das un paso más... - El lich alzó sus manos dejando que aquella larga y vieja túnica ondeara con fuerza, de estás mismas telas salió un destello color verdoso.

Dégel se cubrió con su ante brazo, espero que aquella densa neblina desapareciera poco a poco, lo que le reveló fue aterrador.
Frente a él tenía a Manigoldo y Aspros con ese mismo hechizo que les lanzó desde aquella ocasión en la cueva, aún eran de piedra.

- No te atrevas hacerles daño - Respondió molesto Dégel - ¿Dónde están los demás?

- En mi cueva - Se burló intentando molestar a Dégel - Lucen muy bien todos en la entrada aterrando a cada ser fantástico y cada despreciable humano que pasa por mi guarida.

- ¡Déjalos libres y a Kardia también!

- Claro que no los dejaré libres Dégel - Fafner se acercó repentinamente al joven hechicero - Si tú llegas al corazón escarlata harás que nuestro mundo mágico y el de los humanos coexistan en el mismo entorno... Nosotros somos los únicos merecedores de la tierra.

- ¡Es una gran alianza! - Exclamó molesto.

- No lo es, solo tus deseos giran en torno a salvar a un despreciable humano que le dió la espalda a los demás... ¿Cómo puedes defender a alguien que siempre nos detesto a todos nosotros?

Fafner lanzó un ataque a Degel, este reaccionó inmediatamente haciendo una gran pared de hielo, no fue lo suficientemente fuerte puesto que comenzó romperse en pedazos.

- Todos merecemos una oportunidad en esta vida.

Dégel apuntó con su varita a Fafner, lanzó un hechizo tratando de congelarlo pero el lich lo evadía.

- De aquí no pasas hasta que Saori regrese con el corazon escarlata en sus manos.

- Dos personas con el corazon más puro y sin maldad pueden encontrarlo - Recitó Dégel mientras mantenía aquel combate con Fafner - Saori jamás lo encontrará.

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Buenas noches personitas bellas, así como lo mencioné me voy a ir seguido un capítulo por día hasta terminarlo ya pronto llegará a su fin.
Mil gracias por estar aquí, los quiero mucho 💖💖💖💖