Capítulo 25
Deuteros llegó al castillo nuevamente, estaba hecho un caos el lugar.
Todos corriendo de un lado para otro, al parecer el efecto de ese ponche que los hizo dormir ya había pasado y muchos se movían en cada rincón cómo si hubieran perdido algo.
- ¡Deuteros...! - Gritó Asmita emocionado al ver que se encontraba con bien, ambos sintieron un cálido abrazo que los envolvía a ambos.
- Lo bueno de todo esto es que estás bien - Susurró el rubio sin romper ese momento entre ambos - ¿Donde está Degel?
El gemelo menor miró a su alrededor para que no lo escuchara alguien más y le susurró de cerca - Degel está bien, es quien cuida de Kardia, así que no digas a nadie.
- ¿Qué? - Cuestionó Asmita rompiendo ese emotivo abrazo entre ambos. Todos estaban perdiendo la cabeza con tal de encontrar a su Rey y resultaba ser que ese joven se encontraba con el aprendiz de Albafica.
- ¡Shh guarda silencio Asmita! - Le susurró el moreno al percatarse que Radamanthys e acercaba hasta ellos.
- Con que ya regresaron Deuteros... Eso fué muy rápido - Respondió El guardia mirando en todo su entorno - ¿Donde está Degel? Pensé que venía contigo.
Asmita sentía que estarían perdidos sin embargo Deuteros trató de calmarse y fue quien respondió aquella pregunta.
- Degel tuvo un imprevisto con su familia, tuvo que regresar lo más pronto posible con ellos - Esperaba que al menos esa parte fuera creíble.
Radamanthys miraba fijamente a Deuteros, alzó una ceja sin mostrar preocupación - Menos mal, ojalá regrese pronto. Mientras sigan buscando alguna pista de Kardia.
- ¿Qué pasaría si no lo encontramos Radamanthys - Ahora esta ocasión era el turno de Asmita intentar lanzar un anzuelo para saber que más podría ocurrir si su majestad no aparecía pronto.
El guardia esbozó una sonrisa con malicia - Si él no aparece... Con todo el dolor de mi corazón tendré que tomar el puesto de nuestro amado Rey - Claro que estaba exagerando, pero tenía que actuar como si realmente le preocupara la situación.
- ¿Y porqué tú? - Cuestionó el rubio, lo que menos querían era una desgracia así.
- Kardia no tiene familia ni descendencia... Es por ello que le conviene tomar como esposa a la señorita Pandora, sin embargo está renuente y quiere unir su vida con el aprendiz de Albafica... Jamás heredará a alguien y siendo yo el guardia con mayor jerarquía aquí, tendré que tomar su lugar, el reino no se puede quedar sin alguien que gobierne - Después de dar esta explicación, Radamanthys se llevó una mano a su frente para hacerse notar preocupado. Unos momentos después se dio la vuelta dejándolos solos nuevamente y seguir buscando a Kardia.
- Eso no es buena opción - Susurró Deuteros sin quitarle la vista de encima al guardia quien se mostraba tranquilo y sereno ante los demás invitados procurando ayudarlos.
- Necesito saber que ocurrió... Kardia y Degel tienen que regresar lo más pronto posible al reino.
- Lo sé... Yo te explicaré lo que sucede, pero no aquí.
Después de decir esto tomó la mano de Asmita y trató de buscar un lugar apropiado para que le pudiera contar lo sucedido.
La noche era cada vez más fría, Degel no tuvo opción más qué buscar alguna cueva que le ayudara como refugio para no exponerse a las bajas temperaturas de la madrugada.
Mientras llevaba al pequeño escorpión en sus manos para evitar que se le escapara, encontró un lugar ideal.
No era una cueva muy grande pero si lo suficiente para pasar ahí la noche.
Cuando entró, con ayuda de su varita colocó una barrera que le permitiera observar que pasaba afuera, pero a ellos no los verían.
Simple precaución.
Agotado de caminar se sentó en una piedra y extendió su mano para que el pequeño escorpión caminara a su gusto.
- Siento todo esto Kardia, aún no sé controlar mi magia y... Ahora es mi culpa totalmente.
Después de decir esto miraba como el pequeño bichito se encontraba desesperado y con sus pinzas apretó los dedos de Degel.
- ¡Hay Kardia! - Gritó Degel por el dolor que le causó, aunque el pequeño bichito seguía a la defensiva.
- Sé que estás desesperado y quisieras que te volviera a la normalidad pero... Aún no he dominado bien varias de mis habilidades. Además te estamos protegiendo de tu guardia que quiere quedarse en tu lugar.
Platicar con el pequeño escorpión era muy extraño, cualquiera que mirara a Degel pensaría que está completamente loco. Hablar con un pequeño bichito era algo demente.
- Y yo aquí platicando contigo como si pudieras responderme - Dejó escapar un suspiro, comenzó acomodarse en el suelo para poder dormir.
Aquel pequeño escorpión se acercaba rápidamente cerca de Degel, aunque Kardia hubiera querido tener una noche a lado de su amado, el hecho de estar convertido en un bichito no se lo impedía. Se acomodó cerca del joven de cabellos verdes, esperando caer ambos en el mundo de los sueños.
La llegada al alba, los primeros rayos del sol se colaban tras aquellos frondosos árboles.
Degel tenía la costumbre de levantarse temprano, cuando estaba con sus padres siempre hacían eso ya que constantemente se movían de un lugar a otro.
Aún adormilado se incorporaba del suelo, se dio cuenta que aún el pequeño bichito seguía profundamente dormido.
Se acercó para tomarlo entre sus brazos pero de manera repentina se escuchaba unos murmullos a lo lejos.
A los pocos minutos observó como pasaban los guardias del castillo, parecía que llevaban prisa por buscar algo con suma urgencia.
- ¡Llevamos toda la madrugada buscando a Kardia! Parece que se lo tragó la tierra - Exclamó uno de los guardias molesto.
- No podemos perder tiempo... La orden de Radamanthys es acabar con él si lo llegamos a ver con vida - Contestó otro de ellos mirando en todo su alrededor esperando no ser escuchado por alguien más.
Al oír esto Degel, rápidamente tomó a Kardia en sus manos, pero nuevamente el pequeño bichito se puso a la defensiva, estaba por levantar sus patitas y sus pinzas cuando Degel le hizo una seña que escuchara la plática de los guardias.
Al menos eso era ayuda para Degel, colocar una barrera para que nadie se diera cuenta de su presencia era su mejor aliado.
- ¡Dejen de estar ahí parados! - Una voz se aproximaba a los guardias - ¡No estén perdiendo el tiempo!
- Valentine - Susurró Degel observando como se acercaba con ellos también para seguir con su búsqueda.
- Para que veas que no estamos locos Kardia... ¡Quieren acabar contigo! - Exclamó Degel mirando al pequeño bichito que sostenía en sus manos.
- Tendremos que ser muy cautelosos, tu vida depende de que yo te cuide... Así que quiero que te comportes - Le susurró mientras se lo colocaba en su hombro - Hay que esperar a que se vayan para seguir con nuestra búsqueda Kardia.
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