Capítulo 21
"Quien era aquel joven con el que bailó con su majestad" "Apuesto a que no es tan lindo como yo" "Debería ser yo quien este en el lugar de ese joven misterioso que bailó con Kardia".
Eran unas que otras expresiones que murmuraban los invitados especialmente las mujeres, después de que Kardia se encargara de abrir el baile con su acompañante misterioso.
— ¿Como estuvo este baile Degel? — Le susurró sin dejar de soltarlo de las manos.
— Jamás en mi vida lo había hecho... Pero fué un momento único, gracias — Agradeció el momento a su pareja, Kardia estaba por decirle algo más pero la llegada repentina de Pandora entre ellos arruinó el momento.
— Veo que ya abriste el baile Kardia — Se acercó con malicia — ¿Puedo bailar ahora contigo? — Al decir esto jaló a Kardia para alejarlo de ese sujeto misterioso de cabellos verdes.
Degel quería tratar de detenerlos pero fué tarde, Pandora se había llevado al joven rey en medio del gran salón para disfrutar de un baile con él.
Dejó escapar un suspiro y mejor tomó dirección en otro lado. Mientras caminaba entre la gente, quería buscar a Deuteros pero no lo veía por ningún lado.
A lo lejos pudo ver a su gemelo y al otro joven que conoció en la cabaña de los hermanos.
Quizá ellos sepan donde esté Deuteros.
— ¡Hey Degel! — Saludó muy animado Manigoldo con una copa en la mano — ¿Donde anda mi bello Albafica?
— Me da gusto verlos de nuevo... Siento decirte que Albafica no está conmigo, no sé donde pueda estar — Respondió Degel buscando con la mirada a su amigo.
— Si estás buscando a mi hermano, no está... Desde mucho antes que comenzara el baile fué a buscarte o a Kardia, cualquiera de los dos... Estaba muy preocupado — Contestó Aspros uniéndose a la plática.
— Quizá esté en la habitación que le asignaron para él... Iré a buscarlo — Después de decir esto el joven hechicero nuevamente tomó otro camino para poder subir nuevamente por las escaleras... Tenía la extraña sensación que algo malo estaba por ocurrir.
En el baile:
Kardia intentaba quitarse de encima a esa mujer, con la mirada buscaba por todos lados a su gran amor... Aquel que le robó su corazón con esos hermosos orbes violáceos pero sin éxito no lo veía por ningún lado.
— ¡Oh Kardia, estás bailando conmigo! Deja a tu adoración por un momento, es de mala educación dejar a una damisela esperando — Susurró cerca de su oído sin soltarlo, ambos se movían al compás de la música.
Tampoco quería dar una mala impresión frente a sus invitados.
— Ni creas que bailando conmigo para tratar de alejarme de mi Degel lograrás algo Pandora — Le susurró de la misma manera en un tono muy intimidante.
— Kardia, Kardia — Sonrió con malicia — Tan solo quiero un baile tranquilo con el joven rey que gobierna las tierras de su familia.
Degel caminaba por los largos pasillos, nadie más pasaba por ahí, solo se escuchaba el eco de sus pasos por cada vez que avanzaba.
— Deuteros — Susurraba Degel tratando de encontrarlo, pero no aparecía nadie... Estaba solo.
Mientras avanzaba poco a poco logró escuchar unas voces a lo lejos, con mucho sigilo se acercó para escuchar de donde provenía esa plática.
No demoró mucho en encontrar a quien pertenecían esas voces, era Radamanthys y Valentine con algunos de los soldados del castillo.
Para fortuna de Degel, lograba ver lo que ocurría en un pequeño agujero de la puerta de madera.
— Dentro de unos minutos comenzarán a servir nuestra victoria.
— ¿Y por lo menos te aseguraste que funcionara Valentine?— Cuestionó uno de los guardias con los brazos cruzados.
— Claro... El desdichado en probarlo fué Deuteros, ese sujeto cayó de inmediato en mi engaño.
Degel al escuchar eso quiso hablar pero rápidamente se tapó la boca con sus manos.
— Menos mal, no le doy más que unos cinco minutos que todos los invitados caigan en un sueño profundo... Pandora ya sabe lo suyo ¿No? — Contestó Radamanthys mirando su filosa espada, después la guardó en su costado.
— ¿Que sigue cuando todos duerman? — Preguntó otro de los guardias.
— Deshacernos de Kardia por supuesto... Todo lo tenemos a nuestro favor, hay rumores de que los hechicero están vivos nuevamente... Le sacaremos ventaja a esto, el día de mañana haremos una tremenda noticia "Atentado en el castillo en contra de su majestad, hechiceros atacan por vengaza"
¿Qué tal? — Se halagó a si mismo Radamanthys imaginando todo lo que va ocurrir.
Degel cuando escuchó todo lo que traman no pudo evitar dar algunos pasos retrocediendo pero a su paso tiró una de las antorchas del pasillo, este sonido alertó de manera inmediata a los guardias.
— ¡Alguien nos escuchó! — Gritó Valentine — Tras él.
Degel rápidamente abrió una de las habitaciones cercanas para poder ocultarse, por lo menos tuvo el tiempo a su favor, cerró la puerta rogando que aquellos guardias no se les ocurriera abrir para revisar cada cuarto del castillo.
Sentía como su corazón latía cada vez con fuerza, se colocó en una esquina y guardó silencio tratando de escuchar los pasos de los guardias.
— Parece que no hay nadie jefe — Gritó uno de ellos desde el pasillo.
— De acuerdo, entonces vamos al gran salón, la función está por comenzar— Respondió Radamanthys guiando a sus guardias nuevamente de regreso a la fiesta.
Cuando escucho que los guardias se habían alejado lo suficiente, se sintió más aliviado.
Afortunadamente estaba en un cuarto obscuro, necesitaba alcanzar a Kardia y advertirle lo que había escuchado.
Comenzó a dar algunos pasos en ese lugar pero no se percató que tropezó con algo que estaba en el suelo.
— ¡Ahh! — Se quejó justo en el momento que cayó al suelo, pero había caído en algo suave.
— Pero qué...— Comenzó a pasar sus manos para tratar de sentir que era aquello con lo que había tropezado.
De manera repentina se levantó de suelo y sacó su varita para poder invocar un sencillo hechizo que le permitiera iluminar el lugar, se llevó una gran sorpresa al ver que se trataba de:
— ¡Deuteros! — Rápidamente se agachó para tratar de auxiliarlo.
— Deuteros reacciona estamos todos en peligro... — Colocaba sus manos sobre su pecho tratando de reanimarlo — Deuteros por favor... Kardia está en peligro, necesito tu ayuda — Seguía moviéndolo esperando que reaccionara.
El gemelo menor lentamente despertaba de ese sueño, abría lentamente sus ojos...Grande fué su sorpresa al darse cuenta que estaba Degel a su lado.
— ¿Degel? — Lo llamó sin entender nada, poco a poco se levantaba del suelo.
— ¡Deuteros estás bien! — En ese momento repentino Degel lo abrazó, agradecía que estuviera bien.
— ¿Do... Donde estamos — Cuestionó mirando a su alrededor, estaba muy confundido — Lo único que recuerdo es que Valentine me dio de beber un ponche y después de ahí creo que perdí el conocimiento... Solo recuerdo que veía todo obscuro.
— Ellos son los que están detrás de todo esto... Quieren acabar con Kardia, su plan es dormir a todos y culpar a los míos por lo que pase — Respondió Degel muy exaltado.
— ¿Y qué esperamos? Busquemos a Kardia — Sugirió el gemelo menor abriendo la puerta de la habitación — Será mejor que guardes eso antes de que te culpen a ti por lo que llegue a ocurrir — Deuteros señaló la varita del joven hechicero.
Degel entendió a lo que se refería y guardó su varita entre su ropa, ambos comenzaron a correr entre los pasillos esperando que Kardia estuviera con bien antes de que los guardias se salieran con la suya.
En la fiesta, algunos de los invitados comenzaban a perder el conocimiento, Pandora sabía por palabras de Radamanthys lo que ocurriría, es por ello que a base de engaños se llevó a Kardia a un lugar más despejado... Se habían ido al balcón del castillo, así el joven rey no se daría cuenta de los planes malévolos de sus guardias, también le daría el tiempo necesario para hacerlo beber la pócima y así de una vez por todas deje de pensar en Degel.
— Pandora, la vista es hermosa pero... Necesito buscar a Degel, debe de estar preocupado por mi — Al decir esto se dio la media vuelta pero Pandora detuvo su andar.
— Antes de que te vayas... Quiero que pruebes este elixir de la sabiduría, es un obsequio de mi parte para que tengas el valor y la fortaleza de gobernar este lugar con inteligencia — Mintió mostrándole la botella.
Kardia no supo que decir, estaba por tomarlo cuando una voz, aquella que conocía a la perfección gritaba a lo lejos.
— ¡Ni se te ocurra beberlo Kardia... Eso que tienes en las manos es una poción de amor!
Ahí estaba el amor de su vida junto a Deuteros.
Aunque...
Eso que traía Degel en las manos era...
— ¿Una varita? — Susurró Kardia al ver a su amado sosteniendo en sus manos ese objeto que había guardado en su cajón.
Pandora miraba a Degel de manera desafiante..
❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro