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Capítulo 19

Esa declaración sincera hacía que el corazón del joven hechicero comenzara  a latir sin control.
Le regaló una sonrisa tierna, estaba decidido a contarle la verdad, de no ser por que llegaron a interrumpir su momento ideal de ambos enamorados.

- Su alteza... Disculpe mi atrevimiento - Yato hizo una leve reverencia ante Kardia.

- ¡Dije claramente que no quería a nadie! ¡Que rayos necesitas! - Gritó Kardia molesto golpeando con sus manos sobre la mesa, acto seguido, Degel se asustó con tremendo grito.

- Siento darle molestias pero... Esto es de suma urgencia, Asmita lo quiere en estos momentos en la biblioteca.

Kardia dejó escapar un suspiro molesto, ni un solo momento puede tener tranquilidad en ese lugar.

Tomó de la mano a Degel - Siento que todo esto no esté saliendo como debe de ser, sonará esto muy loco pero quiero que vengas conmigo para ver de que se trata todo este incidente.

Después de decir estas palabras hizo una seña con su mano a Yato para que pudieran seguirle los pasos.
Degel colocó su brazo sobre el de Kardia, aunque no han formalizado como tal una relación entre ambos con tantas interrupciones, no era impedimento para que ambos actuaran como si realmente fueran pareja.

Al llegar a la biblioteca, Yato se hizo a un lado para dejarlos pasar, Kardia colocó sus manos sobre aquella puerta de roble para abrir.
Dentro pudieron observar  al joven rubio sumamente preocupado caminando de un lado a otro jugando con sus manos nervioso.

- ¿Que ocurre Asmita? - Cuestionó Kardia mientras tomaba una silla para que su amado Degel se sentara.

- Esto es grave Kardia... Hoy en la mañana algunos de los guardias fueron a patrullar a los alrededores de Caristeas y... - Justo en ese momento se quedó sin habla.

- ¡Dime de una vez Asmita! Sabes que no me gusta que me den largas con los asuntos.

- Los... - Titubeaba nervioso.

- ¿Los qué? - Kardia odiaba que no le dieran las respuestas de manera rápida.

- ¡Los hechiceros estás vivos! - Gritó Asmita más tranquilo después de decir esto, su preocupación había sido liberada.

- ¿Qué? - Gritó Kardia asombrado ante tal revelación.

Pero no fué el único, Degel al escuchar eso no pudo evitar poner una cara de asombro. Daba las gracias que por lo menos tenía a Kardia de espaldas y no se daría cuenta de sus reacciones, quizá esto sería una probabilidad de encontrar a sus padres nuevamente con vida.
Eso le daba una idea, Sasha era la única capaz de lograr revivir a los muertos mediante rituales y pócimas, así como a los que estuvieran heridos, lograba curarlos.

Aunque...

Ahora se sentía entre la espada y la pared, por un lado tenía que asegurarse que sus padres realmente están con vida y en segunda era Kardia.
En tan poco tiempo ambos han logrado avanzar más allá de lo debido y aún no le revelaba la verdad.

Él era uno de ellos...

De aquellos que Kardia tanto odia...

Dejó escapar un suspiro que fué notado por Asmita.

- Degel... ¿Estás bien? - Cuestionó el rubio acercándose con pasos lentos y pasando su mano sobre su frente, esperaba que no estuviera enfermo o algo así.

- Descuida, estoy bien.

Kardia también se acercó preocupado - Degel, ve a tu recámara, te noto muy distraído y además te necesito muy relajado esta noche en mi fiesta, descuida... Yo estoy dispuesto a protegerte de todos los que quieran venir hacer daño al reino y sobre todo a nosotros dos  - Le susurró mientras depositaba un beso en su frente con suavidad.

Degel quería decirle la verdad, pero no sabía como... Solo tiene a una persona que sabe su realidad, ese es Deuteros pero, por mala suerte no está en el castillo.

Estaba por decirle algo cuando de manera repentina Kardia salió junto con Asmita de la biblioteca, dejándolo completamente solo.






Sin muchas ganas de hacer cosas,  Degel meditaba toda esta situación. Ya se había dado un baño en la tina con hierbas relajantes y lavanda para despejar su mente pero aún así no se podía concentrar.

Ahora se miraba frente al espejo del tocador, cepillando su largo y sedoso cabello para terminar de vestirse para esta noche.
Con la mirada perdida, dejó el cepillo y colocó su mano frente a él.
Concentró parte de su magia en la palma de su mano y dejó caer ligeros copos de nieve en la habitación.

- Aún me sale - Susurró feliz al darse cuenta que su habilidad seguía con él.
En eso se le vino a la mente aquella regla que había decretado la joven Sasha...

Si un hechicero o hechicera llega a unir su vida con un simple humano, el contrario adoptará una habilidad como uno más de nosotros.

Entonces esto quería decir que...

Si llegaba a casarse, necesitaba advertirle que Kardia también adoptaría una habilidad como él.

Y justamente esta noche conociendo a Kardia, en su cumpleaños daría a conocer que tomará como consorte a él.

Terminó de vestirse con el atuendo que le dejó Kardia. Se miró nuevamente frente al espejo esperando que todo saliera a la perfección y salió de su habitación para ir a la recámara de Kardia y poder hablar con él de una vez.

Aunque llegó en un momento incómodo, porqué  tan emocionado que iba que no se dio a la tarea de tocar la puerta.
Kardia estaba frente a su tocador solo con una toalla cubriendo de la cintura para abajo.
Aún sus largos cabellos azules estaban húmedos por el baño que se acababa de dar.

Degel tragó grueso al verlo de esa manera, estaba por irse de ahí cuando Kardia alcanzó a tomar su brazo.

- Con que espiando que hago Degel - Le susurró con una voz seductora, menos se esperaba que Degel llegara así de manera repentina a su habitación.

- No... Yo no... - Titubeó nervioso.

-Shhh - Susurró Kardia mientras lo tomaba de la cintura y lo pegaba más a su cuerpo - Vete acostumbrando porqué después estarás aquí en esta habitación conmigo - Lentamente tomó su rostro admirando esos ojos tan hermosos que deslumbran con la luz. Son tan enigmáticos que a cualquiera en su sano juicio se enamoraría al instante de esa belleza.

Sin perder más el tiempo, se fué acercando a esos suaves labios que desde al principio lo volvieron loco, despertando un sentimiento tan puro y sincero que jamás habían experimentado.

- Te amo - Susurró Kardia entre cada tierno beso que disfrutaba de la boca del contrario.

Ese beso hizo que hasta se le olvidara a Degel a que iba...









Radamanthys paseaba por la cocina mientras que con algunas mentiras inocentes alentaba a las cocineras, dando ánimos para que no lo sacaran de ahí.
Personas ajenas a la cocina no podían pasar, sin embargo el trataba de poner su mejor cara con las empleadas quienes corrían de un lado a otro.

- ¡Vamos señoras, ustedes son las que cocinan muy rico en la región! ¡La gente quedará fascinada con todos sus platillos!

Mientras gritaba esto daba unas palmadas a manera de motivación para las trabajadoras de ese sitio.
A nadie le molestó la presencia de Radamanthys, con mucho cuidado y mirando a todos lados asegurándose que nadie más lo viera, vació todo el contenido de la botella que llevaba entre sus pertenencias.
El ponche haría dormir por lo menos a la mayoría y cuando eso suceda, quitará a Degel de su camino. No por nada le dejó aquella pócima a Pandora, cuando Degel no esté, Kardia se enamorará de la primera persona que vea y esa será la joven Pandora.

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