Ella era mi fan. Ahora yo soy la suya.

Todavía recuerdo ese 23 de diciembre. Sí, mis habilidades para socializar eran malísimas, de eso no cabía duda. Sin embargo, a ti no pareció importarte, porque me seguiste escribiendo. De algún modo, supe que ibas a ser alguien muy importante para mí.

Puse nuestra canción —23, de Morat—, empecé a escribir esto y comprendí que cada día que pasa eres aún más importante para mí. He de reconocer que me da miedo. Me da miedo que algún día decidas rendirte y me dejes aquí, como un pájaro al que han cortado las alas. Ojalá supieras cuánto te admiro de verdad, y lo mucho que te quiero.

Eres como un fantasma, pues nunca te he visto. Pero eres de esos fantasmas que quiero abrazar, así tenga que convertirme en uno para hacerlo. Eres mi hermana sobre todas las cosas. No compartimos la sangre, pero de algún modo conectamos.

Siempre quise una hermana menor. Nunca supe que la iba a encontrar a miles de kilómetros de distancia. Argentina y Canarias están demasiado lejos, pero contigo me siento muy cerca.