Soy capaz de recordar pocos momentos felices en mi vida. Ella formaba parte de la gran mayoría. Desde que llegó, viví. Porque a veces vivir no consiste en respirar y tener un corazón latiendo. A veces, vivir consiste en sentir algo más que un gran vacío.

Cuando ella no estaba a mi lado, lo único que podía escuchar eran gritos en mi cabeza. Pero cuando ella aparecía, era como un mar en calma, callando cada uno de esos gritos.

Pero no todas las personas que entran a tu vida son buenas, y eso lo demostraron las dos siguientes personas más importantes de mi vida.