I
Les dejo el one-shot del que haré continuación, que pertenece a AbbyTaisho y me dio su permiso para hacer esto.
PD: si ya leyeron este one-shot en Facebook, son libres de pasar a la siguiente parte.
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***Corazón Dividido**
__ La amas? Al menos dímelo, Maldito!! __
El mayor de los platinados lo miró con desden, sin inmutarse en lo absoluto.
__ Desde, cuando eh-? En qué momento?
O es una venganza? A caso aún quieres la espada, quieres a Colmillo de Acero? __
Sesshomaru detuvo su andar haciendo acopio de su mayor auto-control, girando lentamente y dorados con dorados chocaron, analizandose.
Las manos de Inuyasha temblaron sobre la empuñadura del único recuerdo que tenía de su padre.
Claro que no era miedo lo que sentía, nunca le había temido a su único hermano, si había sido el, quién cortó su brazo sin ningún tipo de problemas incluso cuando aún era un inexperto en el tema de su manejo pero lavo sus culpas cuando el mayor lo había recuperado.
Eso no quitaba el hecho de que era consciente que Sesshomaru era un poco más fuerte que él pero casi no había diferencia entre ellos a la hora del combate, ambos eran muy poderosos, dignos hijos del General Inu-No después de todo por sus venas corría la misma sangre y ahora no solo era eso lo que compartían..
__ Cállate __
Su mokomoko ondulaba con el viento en cada paso que daba acercándose hasta Inuyasha con su elegante caminar.
Quedando a centímetros de distancia ambos se batían a duelo con sus miradas, sus ojos cambiaban de matices y el viento hacía mecer las largas y plateadas cabelleras.
__ Porfavor, no! __
Giraron sus vista, divisando la pequeña figura femenina que apretaba fuertemente con sus pequeñas manos la tela del bonito vestido que su madre había regalado esa misma mañana.
Kagome los miraba sin saber que hacer.
Solo habían pasado dos días en donde habían derrotado a un gran Yokai, el cual tenía la habilidad de poder ver atraves de los corazones de los demás.
El mismo demonio que la había dejado expuesta porque cuando ella había llegado al lugar de la escena junto con su amiga Sango para ayudar a los demás.
En donde se econtraban el monje Miroku y los platinados luchando contra aquel malvado ser, este había posado inmediatamente su vista en ella, sonriendo perversamente de lado.
Y fue en ese momento donde aquel repugnante reptil gritó a los cuatros vientos que su corazón estaba divido en dos, que ella amaba a dos hombres.
La joven en aquel entonces cayó arrodillada antes todos, ella no quería que Inuyasha escuchase aquella confesión pero era cierto, era real y el malvado demonio, no mentía.
Ella los amaba, amaba a su adorado hanyo tanto como lo amaba a él, si a su temido hermano mayor, su corazón estaba divido en dos y no podía hacer nada al respecto.
Y ahora se econtraba allí, frente a ellos que la observaban expectante, podía sentir el aura de ambos tan elevada que le hacía picar su piel incluso sintiendose un tanto mareada pero lo que no podía controlar era como su corazón se aceleraba al ver la perfección de ambos, aquella irreal belleza que portaban era utópica, ellos no eran un humanos después de todo y ella...
Ella ni siquiera pertenecía a aquella época pero sabía bien, adonde pertenecía su corazón.
-- Quién era el que había dicho que no se podía amar a dos personas al mismo tiempo?--
La azabache llevó sus temblorosas manos hacia su pecho, las cartas ya estaban echadas sobre la mesa cuando vio que ambos se acercaban hacía ella caminando lentamente y solo por instinto retrocedió unos cuantos pasos.
__ Dile, dile que no lo quieres!__ Exclamó, Inuyasha.
Sesshomaru solo arqueo una ceja aunque realmente deseaba oír que aquello saliera de esos labios que tanto lo volvían loco pero diciendo que al que no quería era a su medio hermano.
Kagome bajo la vista nerviosa.
Estaba perdidamente enamorada de ambos, cómo se suponía que les iba a explicar eso a ellos?
Que incluso cuando no la conocían, ya se odiaban de antemano.
Por primera vez los hermanos decidieron no abrumarla pues podían oler perfectamente cada emoción que surgía en ella y eran demasiadas, generando una gran incomodidad en ambos, haciendo que desenfundaran sus espadas pero por un extraña razón las arrojasen lejos para que pudiera sentirse más segura.
Aquel detalle no pasó desapercibido para la ojiazul y su rostro volvió a subir notando como ellos seguían observandola.
Por un momento se perdió en esos ojos dorados que tanto la hacían suspirar unos llenos de emociones y los otros carentes de ellas.
Esos rostros tan perfectamente hegemónicos y masculinos con esos rasgos exóticos que solo seres humanoides como ellos podrían tener, se mordió los labios porque se sentía codiciosa al querer que ambos fueran suyos.
Obviamente ella no era de esa época y apesar de ser una sacerdotisa no podía resistirse, ante los encantos de semejantes dioses.
Eran poderosos, su belleza era irresistible y ambos sabían muy bien lo que hacían.
Movió sus piernas buscando algún tipo de fricción y cerró sus ojos olvidándose por un momento que los tenía en frente, dejandose llevar por sus claras hormonas que se alborotaban cada vez que estaba en presencia de ellos, pero esta vez, cerró sus ojos con fuerza tratando de controlar un poco ese cúmulo de emociones.
Ambos platinados copiaron su acción y también cerraron sus ojos, inclinando levemente sus cabezas hacia atrás , dejandose impregnar por el dulce aroma que desprendía ella cuando se sentía totalmente excitada que la mezcla con su delicada esencia a vainilla, los hacía babear como los perros que eran.
Kagome abrió los ojos de golpe parpadeando rápidamente recordando que ambos estaban en frente suyo y ellos podían oler exactamente cada emoción.
Sus pupilas brillaron y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso el mismo que llevaba en sus labios.
( Es mía)
Sus bestias hablaban, rugían en su interior, ellos solo trataban de controlarse y no devorarla así eran los de su raza los Inus.
Cuando elegían a su hembra predestinada nada los hacía cambiar de parecer y la Azabache había llegado de otro mundo a poner el de ellos de cabeza.
( 🌙 AbbyTaisho 🌙)
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