Han pasado cuatro meses, pero mi barriga parece estar a punto de estallar. Damon estaba muy emocionado, por lo que él solo se puso a arreglar toda una habitación para nuestro hijo, sin permitirme verla hasta que no estuviera terminada.

Él junto con la ayuda de Charlotte arreglaron todo para la llegada del bebé.

Con respecto a Austin, no sabia casi nada de él, lo último fue hace tres meses, cuando llegó a casa a dormir y a bañarse, para después ir con un amigo suyo (al cual no conocía) a una fiesta.

Sabía que Austin estaba bien, porque a veces Charlotte nos comentaba de cuando hablaba con él, nosotros decidimos dejarlo tranquilo para que asimilara mejor la situación.

Mi esposo no tardaba en llegar, había ido a arreglar unas cosas de la empresa familiar y a cazar un poco. Mientras yo me recostaba en un sofá de la biblioteca y leía un libro.

Hasta que mi celular sonó.

-Hola hija...- me saludó Charlotte.

-Hola, ¿Cómo éstas? -pregunté.

-Bien, emm oye sólo quería avisarte que ya vamos para allá los chicos y yo, hoy regresa Tyler ¿Recuerdas?- me preguntó alegre.

Claro que si, después de varios meses mi hermanito volvía de Londres para verme, lo extrañaba demasiado.

-Si, claro. Aquí los espero.- dije animada.

Entonces me puse de pie y me dispuse ir a la cocina, ya que deseaba un poco de té.

-Llegué. -anunció Damon apareciendo.

Entonces me giré para sonreírle. Me estaba examinando de cabeza a pies y luego frunció el ceño.

-¿Qué sucede?- pregunté cautelosa.

-¿Qué haces?- preguntó Damon seriamente.

-Acabo de colgar con Charlotte y ahora voy a hacerme un té.-dije cautelosa.

-Debes guardar reposo.- me regañó.

Entonces en menos de un segundo ya me encontraba sobre sus brazos.

-Estás exagerando.-me reí.

-Lo hago porque te amo.- sonrió besándome.

Me recostó en un sofá para continuar besándome, teniendo mucho cuidado.

-Charlotte viene para acá.- susurré agitada.

-Espero que estemos vestidos para entonces.- susurró en mi cuello.

-Damon...- susurré moviéndole un poco, pero él atrapó mis manos y las colocó en su cintura.

Se arrodilló frente a mi y continuo besándome, colocando mis piernas en a su alrededor.

-Tengo antojos.-susurró en mi cuello, dejando besos húmedos.

-¿Ah si?- me burle.

-Si, si no me cumples, lloraré toda la noche.- dijo Damon tiernamente.

Entonces lo atraje a mi y lo besé apasionadamente, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo.

Lo deseaba, mi cuerpo reaccionaba de una forma diferente cuando estaba sola con él.

Pero entonces él timbre sonó, ambos nos separamos y él agudizó su oído para escuchar.

-¿Quién es?- pregunté recuperando el aliento.

-Patrick.- se quejó mi esposo sentándome en sus piernas.

-Que bien me recibes.- se quejó Patrick.

-Estábamos ocupados.- se quejó Damon mirando a su amigo mientras me guiñaba un ojo.

-Me imagino.- se burló Patrick sonriente.-¿y como va mi sobrina?- preguntó Patrick sonriendo pícaro.

-¡NIÑO! ¡Será niño!- se quejó Damon.

-Será niña, te apuesto lo que quieras.- sonrió Patrick sonriente.

-Cuando nazca mi hijo la pagarás.- se quejó Damon.

Entonces un auto se escuchó afuera, me levanté para ir a abrir pero entonces Tyler apareció y al verme corrió a abrazarme con cuidado.

-¡Te extrañe mucho Mell!- dijo mi hermanito abrasándome.

Se veía un poco más fuerte y grande, llevaba puestos unos pantalones azules y una camisa de manga color negra, al abrazarme su calor me proporciono tranquilidad. Vaya que lo extrañaba.

Detrás pude ver a Alex y a Xiomara, tan bien estaba Charlotte con varias bolsas y justo detrás de todos estaba Austin. Él parecía no querer acercarse, solo estaba allí de pie, mirando todo a su alrededor.

Cuando me separé un poco de mi hermano, Xiomara se acercó a mi para saludarme.

-¿Cómo va el bebé?- preguntó Tyler tocando mi barriga.

-Bien- sonreí.-algo gorda.

-Parece que te comiste una vaca.- se burló Alex.

Lo fulmine con la mirada, pero entonces Charlotte avanzó y me mostró las bolsas.

-Le trajimos regalos.- sonrió ella anchamente.

-Queríamos hacerte un babyshawer.-aseguró Xiomara.

-Gracias.- le sonreí.

Entonces Damon se colocó a mi lado para tomar mi mano y hacerme sentar en el sofá, yo veía unas cuantas prendas de bebé en una bolsa hasta que noté que todos se habían quedado en silencio.

Austin y Damon se miraban.

-Hola hermanito, ¿dónde has estado?- preguntó Damon sarcástico.

-En Nueva York, tomé prestado tu lamborgini.- aseguró Austin restándole importancia.

-¿Y piensas quedarte?- preguntó Damon seriamente.

-No lo se, eso depende..- dijo Austin mirándome- ¿Puedo quedarme señora Crauly?

-Claro, si te sientes a gusto.- aseguré mirándolo seria.

-Ten en cuenta el genio de embarazada que a de tener.- se burló Patrick.

-Lo soportaré, igual que Damon.- dijo Austin sonriendo sin alegría.

-Si puedes.- dijo Damon burlón.

Entonces noté que de nuevo el ambiente estaba tenso, no quise quedarme así que me puse de pie y sin mirar a nadie comencé a caminar.

-Voy a la cocina.- me quejé.

-Te acompaño.- dijo Xiomara acercándose a mi y tomando mi mano.

Cuando llegamos a la cocina coloqué la tetera para comenzar a calentar el agua y hacerme un té.

-Eso fue incómodo.- dijo ella entre un suspiro.

-Siempre lo es.- me quejé- pero los ignoro.

Cuando el té estuvo listo, me serví una tasa y también una a Xiomara. Pero entonces sentí un golpe en mi útero.

-Uf...-dije recuperando el aliento.

-¿Estás bien?- preguntó preocupada.

-Me dolió.- aseguré.

Entonces él dolor aumentó, se hizo más fuerte y un ardor recorrió mi vientre, algo me rasgaba, algo se estaba desprendiendo de mi.

Me sostuve del fregadero, y comencé a asustarme.
¿Qué estaba pasando?

-¿Mellany? -dijo Xiomara preocupada.-Ayuda.

Solté un grito de dolor y para cuando volví a abrir mis ojos Damon ya estaba a mi lado sosteniéndome en sus brazos.

-¿Qué tienes?- preguntó Damon cauteloso.

-El bebé. - me quejé adolorida.

-¡Sangre! - dijo Xiomara alarmada mirando mis piernas.

Al verme, vi un charco de sangre, de la que escurría por mis piernas, aferré la camisa de Damon cuando el dolor había vuelto. Vi el miedo en su mirada, estaba asustado.

Mi esposo me llevó a nuestro cuarto y allí me recostó con cuidado en la cama, a mi lado él sostenía mi mano.

-¡Llamen a un doctor!- gritó Tyler.

-¡Charlotte!-gritó Damon molesto.

-¡Ya estoy llamando al doctor! - aseguró ella ansiosa.

Entonces él dolor hizo que mi cuerpo se retorciera. Damon apretó mi mano un poco y se sentó a mi lado en la cama para abrazar mi cuerpo.

-¡Duele! -grité.

-¿Qué hago? Dime, ¿Qué quieres que haga?- dijo él tiernamente asustado.

-Hay que ayudarla a que saque al bebé.- dijo Xiomara.

-¿Qué hacemos?- preguntó Alex.

-Tu y Tyler vayan por toallas.- les dijo Xiomara mientras me acomodaba junto con Damon.

-¿Yo que hago?- preguntó mi esposo alarmado.

-Tranquilizala. - dijo Xiomara saliendo de la habitación.

-Todo estará bien, mi amor.- me dijo Damon mirándome con ternura. Pero aún así vi que tenía miedo.

-Tranquilo.- le susurré acariciando su mejilla.

El asintió y besó mis labios levemente.

Cuando Xiomara regresó, me pidió que me desnudara, y Damon me ayudó a hacerlo. Recostada en la cama cubierta sólo por sábanas aguantaba el dolor, sentía que ya era hora, porque mi útero comenzaba a dilatarse.

Austin apareció con unas colchas de bebé, colocándolas en una mesa.

-Ayuda a Mell, yo voy por las tijeras esterilizadas.- dijo Xiomara.

Después de que ella saliera el dolor aumentó de nuevo hasta el punto de hacerse irresistible.

-¡Ya... viene!- dije entre la contracciones.

Ambos hermanos se miraron y Austin se colocó frente a mi, abrí mis piernas y sentí como algo salía de mi.

-Puja más.- me dijo Austin preocupado.

Así lo hice, puje con todas mis fuerzas hasta que sentí algo fuera de mi cuerpo.

Se escuchó un lloriqueo y entonces vi en los brazos de Austin un pequeño bulto rosado, cubierto por una colcha color celeste.

-¡Damon!-le llamó Austin.

Entonces mi esposo se acercó a su hermano y me miró.

Aún no terminaba, aun había algo dentro de mi. Comencé a pujar con las pocas fuerzas que me quedaban, el dolor se sentía aún más punzante en mi vientre.

Mi esposo se colocó entre mis piernas y sostuvo otro pequeño bulto rosado envuelto en una sabana rosa.

Me sentí más relajada, mi cuerpo estaba exhausto. No me había dado cuenta cuando Xiomara regresó y había cortado los cordones umbilicales, ni cuando Damon y Austin se acercaron el uno al otro y limpiaron a los bebés.

Pero cuando abrí mis ojos de nuevo, me topé con mi esposo a mi lado, sosteniendo a una pequeña bebida con cabellos negros y rizados; tenía unos pequeños ojos azules igual que su padre.

Y cuando vi a Austin, me entregó con cuidado la sábana celeste donde dentro se encontraba mi bebé.

Un pequeño de cabellos negros, igual que su hermana, ambos de una piel tan pálida y ojos azules como los de Damon.

Lo acerqué a mi pecho y le besé la frente, a lo que él bebé respondió con una leve sonrisa.

-Es hermoso...- susurré mirando a Damon.

-Son hermosos, gracias mi amor.- dijo Damon sonriente besándome.