Capítulo 34
Al llegar a la mansión, Damon abrió mi puerta del auto, me dirigí adentro pues comenzaba a llover.
Tenía muchas ganas de llorar, mis ojos ya comenzaban a arder, no había nadie en casa, sólo Damon y yo.
Fui a mi cuarto y me acomodé en la cama, abracé una almohada mientras dejaba que las lágrimas fluyeran, al parecer me quedé dormida.
....
Había un niño, jugaba con un oso de peluche, su cabello era completamente negro, tenía a unos hermosos ojos azules. Se me acercó con una sonrisa brillante y feliz, acaricié su rostro maravillada de la perfección.
-"Mami, ¿Dónde esta papá?"
-"¿Papá?"- repetí alarmada.
-"Llegué amor, ven aqui pequeño"- decía un sujeto a mi lado.
Me giré para encararlo y en eso me besó.
-"Te amo."- decía Austin con mi hijo en brazos y abrasándome
....
Desperté un poco alterada, a mi lado estaba Damon, me observaba con una mirada sin expresión.
-Austin ya viene pata acá.- me aseguró Damon suspirando.
-Bien.- dije seriamente.
-Perdoname.- comenzó Damon mirándome.- lamento no ser lo que tu quieres.
-Solo te quería a ti.- comencé.
-Yo no soy lo mejor para ustedes.- aseguró él mirando mi estómago.
-¿Ya tomaste una decisión? - pregunté curiosa.
-Si.- suspiró pesadamente.
-Si renuncias a nosotros, no volverás a vernos.- dije molesta.
-Eso será lo mejor que haya hecho por ti y por el bebé. - aseguró evadiendo mi mirada.
Bajé la mirada y entonces él la atrajo a su rostro, me miró a los ojos y secó una lágrima mía.
Me besó con ternura los labios, fue corto pero lleno de un sentimiento que se puede interpretar como despedida.
Se levantó y caminó hasta alejarse.
Cuando volví a despertar el sol apenas salía, me di una ducha, me puse ropa cómoda y bajé a desayunar.
Allí estaba él, en el comedor con una copa de whisky y mi desayuno al frente, me senté a su lado y él me colocó el plato a mi disposición.
Comencé a desayunar, estábamos en silencio, pero no era incomodó, solo un poco doloroso.
Mi celular sonó justo cuando terminé de comer.
-¿Hola?- contesté.
-Mell, ya casi llegó, emm ¿Todo está bien?- preguntó Austin curioso.
-Si, si, yo... te esperamos aquí. - dije tallándome los ojos para limpiar las lágrimas.
-Okey, ya no tardo, te amo.- dijo Austin tiernamente.
Colgué antes de llorar por el cúmulo de sentimientos encontrados, guardé el celular y me levanté.
Supe que Damon había escuchado pues se quedó callado, pensé en ir a la puerta y esperar a que Austin llegara, pero cuando casi llegaba a la estancia Damon pareció frente a mi.
Su mirada parecía querer llorar y su labios temblaban un poco, estaba a un par de pasos de mi con la mirada fija en mi rostro.
-¿Qué sucede? - pregunté cautelosa.
-Tengo miedo.- comenzó Damon mirándome.- no quiero equivocarme.
-No entiendo.- dije cautelosa.
-Dejame hablar.- pidió y comenzó a hablar muy rápido. -siempre supe que tu, una simple humana correría peligro con nosotros, es muy peligroso. - hizo una pausa para tomar aire y comenzó a jugar con sus manos.- Intenté alejar de ti todo lo malo, lo que es un peligro, que tengas una vida normal, sin vampiros, lobos, brujas... sin mi...
-Damon.- susurré confundida.
-Pero no lo he logrado del todo, porque se que eso implica que yo también me alejé. Pero no puedo, ¡No quiero alejarme de ti, porqué te amo!- aseguró Damon sonriendo tristemente- Te amo sobre todas las cosas incluyéndome a mi.
No podía hablar, había un nudo en mi garganta, solo lo miré tratando de sonreír por sus palabras y él continuó.
-Escuché tu llamada con mi hermano y sentí que... que algo dentro de mi ardía en fuego, que si te dejaba ir, una parte de mi se iría contigo. Perdoname por lo que dije anoche.
-Ya tomaste una decisión, ¿Recuerdas?- regañé.- Esto no es un juego, no puedes decir que si y después irte de nuevo.
-Si y lo sé, pero me he equivocado. Y ya no quiero eso, no quiero que te vayas de mi lado.- aseguró Damon molesto. - Dejame estar a tu lado, cuidar a nuestro hijo y estar una eternidad amándote. ¡Te lo suplico! - dijo Damon sonriente tomando mi mano.
Su mirada tenía esperanza, esperaba a que yo hablará, pero no podía. Asentí viéndolo y le sonreí, terminó con la distancia y me abrazó fuertemente pero con cuidado.
Me miró tiernamente a los ojos y un hermosos brillo estuvo en ellos con tanta esperanza qué me olvidé de todo.
Pero se separó y miró en dirección a la entrada, supe entonces que había llegado Austin. Caminamos hasta llegar a la estancia, Damon me colocó detrás de él y me sonrió levemente para tranquilizarme.
Austin apareció frente a nosotros con la mirada fija en mi.
-¿Estas bien? -me preguntó Austin.
-Si.-dije en un susurro.
-¿Qué sucede?-preguntó Austin preocupado.
-Como ya deberías de saber, Mell espera un hijo mío. -anunció Damon seriamente.
-¿Estás embarazada? -dijo Austin alarmado.
-Si, y por lo que te llamé es que yo no quería hacerme cargo del bebé. -aseguró Damon suspirando fuertemente.
-¿Ibas a dejarla así y te ibas a ir?-le preguntó Austin molesto.
-Si, pero he dicho "Quería"-repitió Damon- Ahora no quiero separarme nunca de su lado.
-¿Y para que me dices esto? ¿Quieres regodearte? -se quejó Austin sarcástico.
-No, lo hago porque se que no soy tan bueno como tu para ella y quiero que ella pueda elegir un buen padre para su bebé.- comenzó Damon y tanto Austin como yo lo miramos.
-¿Ella elegirá entre ambos?-preguntó Austin cauteloso.
Ambos hermanos posaron sus miradas en mi. Mi mente se había congelado, no sabia que decir, me límite a negar con la cabeza.
-Tranquila, no te estamos exigiendo una respuesta ahora.- comenzó Damon mirándome.- tienes todo el tiempo que necesites.
-Aunque ambos sabemos que yo soy su mejor opción. - se quejó Austin.
-Yo también puedo ser capaz lo intentaría.- aseguró Damon molesto.
-¿Porqué no admites que peleas por esto porque siempre quisiste arruinarme la existencia? Me odias y por eso me robas mi felicidad. -aseguró Austin mirando fríamente a su hermano.
-Yo no te odio, hermano.-comenzó Damon seriamente- ¡Te amo! Se que tuvimos diferencias y que me gustaba molestarte; pero ahora es diferente.
-¿Porqué es diferente? Tu sabias que yo la amaba y me la robaste. -se quejó Austin furioso.
-Sólo estaba luchando por ella, porque yo también me enamoré de ella, incluso antes que tu. Desde aquel día que llegó y la vi por primera vez, en el juzgado recibiendo la herencia... -aseguró Damon mirándome de reojo al decir esto.
Desde el primer momento, desde que nos vimos, escuchar aquello provocó algo dentro de mi, como un alivio, una rara sensación de alegría. Me amaba, siempre lo hizo.
-Pues no dejaré de pelear por la chica que amo.- dijo Austin firmemente.
-Ella es quien elije.- le recordó Damon a su hermano.- pero no quiero que esto arruine aún más nuestra relación. Quiero que todo sea como antes. -dijo Damon sonriendo levemente.
-No se si quiera que sea así.-dijo Austin fríamente, retrocedió unos pasos y me miró.- Iré a prepararte algo de comer. - dijo para luego desaparecer.
Miré a Damon quien parecía dolido, al mirarme escondió la tristeza en una sonrisa, se acercó un poco a mi y acarició mi mejilla.
Terminé con la distancia que me incomodaba y lo abracé, lo pegué a mi y acaricié su espalda mientras era correspondida por él y me pegaba más a su pecho.
-Me odia.- susurró él débilmente - Me odia, Mell.
-No te odia, no digas eso.-me quejé calmándolo.
-Debí esperarmelo.- se quejó Damon burlón.
-Todo estará bien. -aseguré sonriéndole levemente.
Esos ojos me miraron y me congelaron como siempre, pero algo había allí, algo que hasta hace unos meses no sabía.
Me amaba, ese sentimiento estaba allí y no lo había visto antes.
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