Capítulo 31
Conducir hasta aquel lugar donde casi fui asesinada y dónde por mi culpa Damon salió herido no era muy agradable.
Patrick manejaba el carro de Damon a toda velocidad, hasta que nos estacionamos cerca pero lejos de la vista de los vampiros, entraríamos por la pared trasera, así que necesitábamos escalar.
-¿Cuál es el plan?-preguntó Alex mirando las ventanas, todas cerradas.
-Entrar, buscar a Xiomara y hacerla revertir el hechizo.-aseguré sonriéndole de forma nerviosa.
-¿Así o más fácil? -se burló Patrick.
Alex comenzó a escalar ágilmente y logró abrir una ventana para entrar. Desapareció de nuestra vista, tomé en cuenta mis posibilidades y miré de reojo a Patrick. Él tenía que ayudarme a subir.
-Ven aquí, preciosa.- me guiñó un ojo.- no muerdo.
-No te creo. -le sonreí.
Me trepé en su espalda y él me sujeto de los pies, comenzó a escalar la pared conmigo en la espalda, aferrándole el cuello con rudeza.
Entramos rápido y él me ayudó a bajar de su espalda, miré a los lados. Habían un par de guardias, estaban inconscientes a los pies de Alex.
-Separemonos.-sugerí.
-Okey, si algo pasa, solo grita mi nombre como si me desearás. - pidió Patrick en tono seductor.
-Lo tomaré en cuenta.- dije cautelosa.
-Yo no gritaré eso.- se quejó Alex.
Ambos desaparecieron y yo me dediqué a buscar en aquel lugar dónde las había visto la última vez.
Abrí una puerta de madera y me topé con olor a incienso y con muchas velas a medio terminar.
Habían dos chicas altas, muy parecidas entre sí, morenas con ojos marrones.
Estaban de pie junto a una mesa con muchas cosas, al verme retrocedieron y me examinaron.
-¿Quién de ustedes es Xiomara?- pregunté curiosa.
-¿Qué quieres?- me preguntó una voz detrás de mi, era una chica menos alta pero parecida a las otras.
-Necesito que vengas conmigo.- pedí.
-No puedo, el amo se enojará. -se quejó.
-Mi esposo esta muriendo. - aseguré preocupada porfavor tienes que romper ese hechizo
-No lo haré. -se quejó.- es un vampiro.
-Lo se, pero lo amo.- aseguré.- Además él no es malo.
-Claro que lo es.- se quejó ella.- Todos lo son!
-Ayudame, te lo suplico. -Le dije acercándomele.
-No, ¡Vete!, No queremos problemas. -advirtió.
Los guardias no tardaban en aparecer, se darían cuenta de que vinimos y me atraparían, debía irme de ahí ya.
Pero no sin ella, era la única cura.
-¡Patrick! -lo llamé un un tono no muy alto, como si estuviera en la habitación.
Él aprecio a mi lado y me examinó, después a ellas y de nuevo a mi.
-Ese no era el tono que pedí.- se quejó cruzándose de brazos.
-¡Llévatela! -susurré acelerada. Estaba casi segura que ya venían por nosotros.
-La dormiré.- aseguró acercándose a ella con un trapo mojado.
Ella quiso gritar pero él le cubrió la boca y ella cayó dormida.
Alex apareció detrás de las otras e hizo lo mismo, las durmió y las dejó en el suelo.
-Toma.- le dijo Patrick a mi hermano dándole a Xiomara.
Salimos de allí por dónde entramos y cuando nos hayabamos en el auto nadie habló por un rato.
Tome mi celular y marqué a Tyler.
-¿Mell? -contestó.
-¿Cómo está él?- pregunté curiosa.
No muy bien, esta temblando mucho y se ve amarillo, parece un Simpson.- aseguró Tyler preocupado.
-Ya vamos para allá. -dije seriamente alarmada.
-Estará bien.- me aseguró Patrick a mi lado.
-Eso espero.- aseguré tímida.
-Yo también lo quiero, quiero que esté bien y verlo de pie.- aseguró Patrick- No se lo digas, pero él es mi mejor amigo y no se que haría sin él.
-Ni yo.- dije y una lágrima me traicionó.
-No llores, primor. -dijo limpiando mi lágrima- No dejaremos que algo le pase a ese vampiro.
Al llegar a casa, literalmente corrí por las escaleras hasta llegar a su habitación, Tyler estaba allí secando su sudor y al verme retrocedió dándome espacio para verlo.
-Ya llegué, estoy aqui.- dije tomando la mano de Damon y examinándolo.
Se veía fatal, su rostro denotaba dolor, estaba sudando terriblemente y aun así temblaba. Su hermoso rostro parecía el de un cadáver.
-¿Mell? -me llamo él en sueños.
-Estoy aqui.- dije calmándolo.
-No te vayas. -pidió entre una fuerte tos.
-Jamás. -le prometí colocando su mano en mi mejilla.
Austin apareció y me miró cauteloso, se acercó y me pidió que lo siguiera. Dejé la mano de Damon y caminamos unos pasos lejos de la habitación.
-Te arriesgaste mucho yendo allí. -se quejó Austin.
-Ella es la única que puede ayudarlo. -aseguré molesta- Debía traerla.
-No querrá ayudar. -aseguró Austin.
-La haremos cooperar. -dijo Patrick apareciendo.
Pero entonces fue junto a Damon y se sentó a un lado.
-Damon. - le llamó Patrick
Damon abrió le vente sus ojos y sonrió, levanto un puño cerrado y le dio un golpesito en la mejilla a Patrick.
-Hola tonto, ¿Estarás en mi funeral?-preguntó Damon sarcástico.
-Cállate maldito bastardo. -sonrió Patrick tristemente.
-Me alegra que estés aquí. - dijo Damon sonriente volviendo a dormir.
-Vas a estar bien, amigo.- dijo Patrick a Damon mientas este dormía.
Salió de la habitación y yo lo seguí junto con Austin. Fuimos a una habitación dónde Alex había acostado a Xiomara y donde Tyler trataba de despertarla.
-¿Hola? -decía Tyler a Xiomara cuando despertaba. - ¿Estás bien?
-¿Qué hago aquí? -dijo ella alarmada.
-Te necesitamos para que nos ayudes a salvar a mi esposo.- dije firmemente.
-Ya te dije que no lo haré. -se quejó molesta.
-Porfavor.- pidió Tyler.
-¡Está muriendo! -se quejó Alex.
-Te lo suplico...- dije yo acercándomele.
-¿Porqué todos se preocupan por él?- se quejó confundida.
-Porque lo amamos, es nuestra familia. -dijo Austin- Es mi hermano, porfavor ayúdanos.
-No lo haré. -se negó Xiomara.
Después de un rato bajé por órdenes de mis hermanos para comer algo, Patrick preparaba un té y al verme me ofreció uno.
-¿Cuantas de azúcar?- preguntó curioso.
-Diez.- le sonreí.
-Oye, tranquila. -susurró levantándome la mirada.-Eres fuerte y él va estar bien.
-Tengo miedo. -dije comenzando a llorar.
-Lo sé, primor. Es mi mejor amigo, del tipo que cuando nos enojamos nos rompemos el cuello, con el que puedo ser yo mismo. ¡Él y tu son mucho más!- aseguró sonriendo picaramente- Yo también tengo miedo, pero dime ¿Quién no tiene miedo alguna vez?
-¿Y si no lo logramos?-le dije tristemente.
-Pues, entonces hay que aprovechar estos momentos y decirle lo mucho que lo amamos.-dijo Patrick secando mis lágrimas.- No le digas que dije eso.
Lo abracé, me hundí en su pecho y lloré por un rato, el acariciaba mi espalda y trataba de calmarme. Pude notar que él también estaba asustado y muy molesto por lo que pasaba, pero estaba calmado.
-Iré a hablar con ella.- dijo Patrick tronándose los nudillos.
-Se amable.- regañé.
-Claro, este puño se llama cortesía y este otro paciencia.- sonrió mostrándome sus manos.
Le miré de mala forma y entonces suspiró con cansancio.
-Okey okey.- se quejó desapareciendo.
Subí a la habitación de Damon y lo vi sentado y algo pensativo, tosía levemente y al verme sonrió y suspiró con tranquilidad.
-Hola.- saludé entrando.
-Hola.- dijo al verme al su lado.
-¿Cómo te sientes? -pregunté cautelosa.
-Cansado.- susurró tocándose la herida.
-Esto te ayudará.- dijo Austin entrando acompañado de dos mujeres, ambas de unos 30 años.
Eran altas, hermosas, de piel aperlada y cabello castaño. Mis hermanos las sostenían de los hombros y las miraban fijamente.
-¡Oigan! Ustedes dos esperen abajo.-regañé.
-Pero Mell... -se quejó Tyler.
-¿Porqué nunca me regalaste una, Mell?- Dijo Alex sonriéndome.
Los miré a ambos de forma asesina y comprendieron que debían irse.
Damon las miró y después a mi, me miró cauteloso esperando que dijera algo, yo me levanté para irme y soportando los terribles celos que me embargaban, los dejé ahí.
-Te dejaré comer algo.- aseguré lléndome.
-¿Podrías volver cuando termine? -preguntó Damon curioso.
-Claro. -le aseguré con voz forzada.
Pasaron unos minutos donde no había más que silencio. Salió Austin de la habitación con los cuerpos sobre los hombros uno a cada lado e inconscientes.
-¿Están..?- comencé asustada.
-Dormidas y algo mareadas.- aseguró -Pero vivas.
-Está bien.- le sonreí.
-Te está esperando.- aseguró seriamente.
Entré de nuevo y lo miré secar un poco de sangre de sus labios. Al verme se levantó de la cama y camino hacia mi.
-Hola.-dijo examinándome.
-¿Satisfecho? -me reí bajo.
-Algo.- sonrió- Mell, quiero decirte que se que estás preocupada por mi, pero te estas cansado mucho y esto no está bien.- se quejó Damon.
-Estoy bien.- aseguré sonriéndole.
-No, no lo estás. -dijo preocupado.- Mell, voy a morir.
-No, ¡No es cierto!- me quejé molesta.
-Voy a morir y no quiero que sufras por mi, así que te pido que me dejes hipnotizarte, porfavor. -pidió tomando mis manos.
-¡No!- aseguré furiosa.
-Sólo asi me iré tranquilo. - aseguró Damon sonriéndome.
-¡No vas a morir!- lloré- ¡No vas a dejarme!
-Mellany.- susurró él, pegando su frente contra la mia.- porfavor, no quiero que sufras.
-Pues lucha, ¡Lucha por vivir! - pedí llorando- ¡Quédate conmigo!
Me miró a los ojos y parecía estarse debatiendo entre hipnotizarme o no, ya fuera con mi permiso o sin el.
No quería olvidarlo, quería saber lo que pasaba.
Quería que se quedara conmigo, que estuviera bien, era mejor estar consciente hasta el final.
Pasara lo que pasara, yo quería recordarlo a él siempre.
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