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Capítulo 24

Desperté y Damon me abrazaba por la espalda, yo tenía sus brazos pegados a mi estomago; me separé y noté que estaba despierto mirándome.

-Buenos dias.- dijo Damon seriamente.

-¿Pasa algo?- pregunté curiosa.

-Te vez hermosa- aseguró sonriendo- vamos a que desayunes, hoy nos vamos de luna de miel.- dijo levantándose.

Desayuné y me aliste para salir, no sabia a donde me llevaba; sólo llegamos a un aeropuerto y me quedé dormida, por lo que no escuché a donde iríamos.

Cuando desperté estábamos en un taxi y Damon me miraba sonriendo.

-¿Casi llegamos?-pregunté cautelosa.

-Aquí es.- dijo señalando una pequeña casita. Había mucha nieve por todos lados y árboles por doquier; al bajar le pagó al chófer y me abrió la puerta de la casa para entrar en calor.

-Nos quedaremos aquí hoy.- dijo dejando las maletas en la entrada para cerrar la puerta.

-¿Sólo hoy?- pregunté curiosa.

-Si, el hijo de un amigo mio me invitó a una fiesta esta noche.-comenzó restándole importancia- mañana te llevaré a pasear.

-¿Yo iré a esa fiesta?-pregunté sarcástica.

-No.- me dijo seriamente -no tardaré mucho.

-¿Porqué no puedo ir?- me quejé.

-Es peligroso, habrán demasiados vampiros diferentes y aunque conmigo no te pasaría nada, no quiero correr el riesgo.- aseguró desapareciendo y dejándome allí.

Estaba arta que me prohibiera ir a esas fiestas, después de todo yo tenía un arma, ya había matado a uno y lo tenia a él.

Fui a la cocina y me preparé algo de comer, observé la casa entera y al llegar a la habitación me topé con Damon en la ducha.

-¿Quieres que llame a Charlotte?- preguntó saliendo envuelto en una toalla.

-¿Para que?- pregunté cautelosa.

-No tardaré mucho, pero no quiero que escapes.- dijo giñando un ojo.

-Estaré bien.-dije de mala gana- aunque podrías llevarme.

-No lo creo.- aseguró burlón.

Me crucé de brazos y bajé a ver televisión, después de unos largos minutos escuché como bajaba.

Estaba envuelto en unos jeans de mezclilla y una camisa negra pegada a su cuerpo, su cabello aún seguía mojado y tenía unos lentes negros.

Tomó la chaqueta de cuero que estaba en una silla y se la colocó mientras me miraba.

-No tardo- aseguró acercándose a mi y depositando un beso en mi mejilla.

-Asistí a un baile con más de doscientos vampiros. -me quejé.

-Tuviste suerte- se quejó Damon burlón.

Me dejó allí y salió, escuché como sonaba el cerrojo cuando me encerró con llave. Una vez que comprobé que se había ido subí a la habitación; me di una ducha y me quedé en el agua caliente unos minutos.

Pensé en huir, si podía salir de allí iría directo con Austin, pero por alguna rara razón quería ir a vigilar a Damon, comprobarlo que estaría bien entre vampiros; tal vez no me llevaba porque habrían muchas vampiras y quería lucirse con ellas.

Salí y me introduje en el closeth, saqué un vestido que él me había comprado, uno color negro escotado y ceñido al cuerpo. Me cepillé el cabello y me puse poco maquillaje, me coloqué mi chaqueta de cuero, aquella que él me había regalado hace tiempo; guardé la revolver cargada y abrí la ventana.

Miré hacia abajo, había un gran bulto de nieve que suavizaría mi caida; saqué primero mis piernas y me senté en el marco de la ventana preparándome para saltar, tome mi bolso y lo arrojé para después saltar yo del segundo piso.

Caí de sentón y al levantarme me sacudí el vestido, tenía las llaves de la camioneta de Damon, pues él se había ido corriendo. Entré en el coche y tomé mi celular, busqué él número de Patrick y llamé.

-¿Aló? -dijo Patrick picaramente.

-Hola- saludé- ¿irás a la fiesta de hoy?-pregunté cautelosa.

-¿A la del hijo de Reymy? -preguntó curioso- pensaba ir pero supe que iría Damon...- comenzó- y no quiero toparmelo.

-¿Podrías darme la dirección?-pregunté fingiendo inocencia.

-¿No está Damon contigo?- preguntó curioso.

-No...- comencé ideando una mentira- él se adelantó, le dije que lo vería allá.- mentí.

-¿Segura?- me cuestionó.

-Si, ¿Quieres llamarlo?- dije cautelosa.

-No, okey- se quejó rápidamente, era obvio que no quería toparse con él.- esta en Bettel, al norte, pasando el centro.-dijo dándome indicaciones.

Aceleré rápido y me dirijí a aquel lugar, cuando llegué estacioné el auto cerca para bajar en la entrada.

Cuando me acercaba noté que el lugar estaba escondido en un pequeño callejón oscuro y entre dos locales uno de libros y otro local abandonado. El lugar se veía tenebroso, al acercarme a la entrada vi a un sujeto con una camisa gris que decía el nombre del lugar en grande con letras en rojo; era un sujeto obeso y de poca estatura, calvo y con bigote.

-¿Qué quieres aquí, muñeca?-preguntó él sujeto.

-Voy a entrar- aseguré sonriéndole forzosamente.

-No, no lo harás. -me devolvió la sonrisa de forma bromista- da la vuelta y no te acerques.

-¿Qué pasa, Bob?- dijo una voz detrás de mi.

Me giré para ver a un chico de cabello castaño y ojos miel, parecía tener entre unos veinte, tal vez veintidós años.

Era muy apuesto y tras de él había un chico rubio con ojos color rojo intenso, eran vampiros.

-Déjala entrar. -le dijo el chico acercándome a él- entrará conmigo.

-Como quieras, Jason- dijo Bob mirándome como si no fuera a salir de allí.

Entré al lado de esos dos chicos, había una música muy fuerte y muchas luces de colores, personas bailando y tomando. Busqué con mi mirada a Damon por todos lados, pero no lograba verlo, noté que el tal Jason me dirijía a la barra; se sentó a mi lado y pidió tres tragos.

-¿Cómo te llamas, hermosa?- preguntó curioso Jason.

-Mellany- dije mientras buscaba a Damon.

-Soy Jason y él mi primo Liam. - dijo señalando al chico rubio que me dirigió una tierna sonrisa amigable.

-¿A quien buscas tanto?-preguntó Liam.

-A mi esposo. -dije seriamente escudriñando en la multitud.

-¿Quién es tu esposo? -preguntó Jason curioso.

-Damon Crauly- aseguré.

-¡Eso no puede ser!- dijo riendo a carcajadas.

-Lo es.-dije mostrándole el anillo.

-Es el mejor vampiro que jamás haya visto, es una bestia y un gran depredador, conocido por sus incontables mujeres...- comenzó- ¡¿y me dises que se ha casado?!- sonrió Jason.

-Si, ¡Conmigo! -me quejé por su tono de voz tan ofensivo.

-Y si no quieres que él te arranque la cabeza, déjala tranquila.- se quejó una voz detrás de mi.

Era Patrick con unos vaqueros y una camisa verde; me sonrió y después de saludarlo se sentó a mi lado y se bebió un trago.

-¿Porqué viniste? creí que no querías toparte a Damon..- comencé.

-No te creí nada, Damon no te dejaría sola. -aseguró mirándome molesto- ¡¿Porqué viniste sin él?!

-Me dejo encerrada y no podía permitirlo- aseguré- ¿Y porqué evitas aseguró Damon?- pregunté.

-Digamos que fui yo quien le dijo a Austin lo que había pasado, dónde encontrar a Damon y todo eso...-se quejó- Damon lo sabe, si me ve... tratará de romperme el cuello- dijo bebiéndose otro trago.

-Puedo protegerte.- sonreí encogiendome de hombros.

Entonces lo vi, estaba en la pista hablando con aquella mujer que fue a nuestra casa en Alaska hace unos días "Zafrina". Me levanté para acercarme a él, pero cuando aquella mujer se fue él fue directo a la barra para pedir un trago, me senté a su lado y lo miré esperando alguna reacción.

-¿Qué quieres?-me preguntó sin prestarme atención.

-Hacer de tu vida un infierno.- dije bromista quitandole su trago.

-¡¿Mellany?!- dijo Damon mirándome asombrado.

-¡Soy yo!- le sonreí triunfante.

-¿Pero que demonios haces aquí?-me regañó levantándose.

-¿Qué? ¿Te arruine la noche?- pregunté sarcástica.

-Nos vamos ahora.- dijo él seriamente.

-¿No van vana bailar?- preguntó Zafrina.

-Mell no se siente bien...-mintió Damon.

-Yo me siento bien.- dije sonriéndole pícaramente.

Suspiró con molestia y sin mirar a Zafrina, acabó su trago acercándose a mi.

Me tomó de la mano y me guió a la pista, era una canción de pareja así que puse mis manos en su cuello y él en mi cintura. Parecía tenso, miraba a todos lados y me pegaba a su cuerpo.

-¿Estas molesto conmigo?- pregunté cautelosa.

-¿Porqué te arriesgaste al venir aquí? -preguntó molesto.

-Porqué se que tu me protegerías.- dije seriamente- además quiero estar aquí.

-Me alegra que estés aquí.- me dijo al oído- la fiesta se ponía aburrida.

Bailamos un rato, hasta que vi que Damon iba por un trago, a un  lado de las vampiras cuando me di cuenta que una se acercaba a Damon. Él estaba sentado en la barra esperando su trago y una vampira rubia de piel pálida y con un cuerpo escultural se le acercó.

Me abrí paso para acercarme cuando escuché que ella hablaba con Damon de forma seductora.

-¿Así que tu eres Damon Crauly?-dijo ella sonriendo.

-Mi esposo- intervine sentándome en las piernas de Damon.

Éste ocultaba una sonrisa y aguantaba las ganas de soltar una carcajada. La chica se puso de pie confundida y se marchó de nuevo a la pista, miré a Damon y éste me miraba sonriendo con complacencia.

-¿Qué fue eso?- preguntó entre risas.

-Te salvé de esa bruja.-dije mostrándole una sonrisa.

-¿Y quien me salvará de ti, cariño?-preguntó Damon sarcástico besando mi mejilla.

-Hasta que la muerte nos separé.- dije bromista- o el divorcio.

-Vayamos a casa- sonrió Damon picaramente.

Me saco de ese lugar, caminábamos por el callejón cuando vimos a Patrick recargado en una pared al lado de una vampira con la cual charlaba. Al ver a Damon abrió los ojos a más no poder y retrocedía con cuidado, pero cuando miré a Damon, éste ya se encontraba apretando le el cuello a Patrick contra la pared; la vampira desapareció y yo me acerqué a ambos regañándoles.

-¡Damon! ¡Dejalo!- regañé.

-Lo-Lo siento.- decía Patrick asfixiándose.

-Arruinaste mi luna de miel.-se quejó Damon- eso no hacen los mejores amigos.

-Damon, porfavor- dijo Patrick queriendo zafarse del apretón de Damon.

-Por los viejos tiempos. -dijo Damon sonriéndole antes de tronarle el cuello.

El cuerpo de Patrick cayó al suelo y sonó como un saco al caer, miré como el rostro de Patrick caía al pavimento; me puse de rodillas a su lado y quise tomarle el pulso pero estaba muerto, quice comenzar a llorar, las lágrimas se arremolinaron en mis ojos.

-¡¿Qué haz hecho?!-regañe- ¡era tu mejor amigo!

-Ya se le pasará.- dijo Damon ayudándome amigo ponerme de pie.

-¡Lo mataste!-dije seriamente.

-¿Qué parte de que soy el malo y un monstruo aún no te queda claro?-me preguntó acercándose.

-Creí que...-comencé llorando.

-¿Qué cambiaría? -dijo Damon burlón- nunca lo haré.

Quiso acercarse a mi pero yo retrocedí molesta, me miró sonriéndome y ladeó un poco la cabeza para examinarme.

-¿Ahora me tienes miedo?- dijo Damon sarcástico.

-Tu no me puedes hacer nada.- dije seriamente.

-¿Segura?-dijo Damon seductoramente.

-Vamos, intenta de matarme. -dije molesta- no lo harás.

-No me tientes, Mell. -se quejó, caminó a donde estaba el cuerpo de Patrick y le dio una bofetada.

-¿Qué haces?- regañé.

-Ya tiene que despertar.-dijo Damon restándole importancia.

Emtonces a la siguiente bofetada Patrick reaccionó, tomó aire bruscamente y se levantó con la ayuda de Damon.

-¿Más tranquilo?- preguntó Patrick sarcástico.

-Si, un poco.-le sonrió Damon.

-Pero...-comencé.

-Estoy bien, Mell. -me aseguró Patrick- solo con plata matas a un vampiro.

-¡Ah!-me quejé furiosa- llévame a casa.-le dije a Damon

Al subir al coche estuvimos en silencio hasta que me miró mostrándose sonriente.

-Es mi mejor amigo...-comenzó- solo jugamos de vez en cuando.

Lo miré fulminándolo con la mirada y él sonrió aún más; cerré mis ojos y suspiré de alivio al saber  que todo estaba bien.

-Sobreviviste a tu primera fiesta vampirica- sonrió Damon.

-Fue una linda y larga noche- aseguré sonriéndole.

-Y aun no termina.-dijo giñeando un ojo.

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