Extra 2: Aioria x Shaka.
Samsara de la India 4 años después.
El ahora largo cabello de Shaka se movía al compás del viento de la playa, las olas chocaban con las piedras en las que estaba sentado mojando sus pies descalzos, al verse solo abrio esa carta que recién hoy le había llegado.
"Hola Shaka espero que te encuentres bien, te felicito por tus nuevos alumnos a los que guías por el camino del budismo, no tengo mucho que contarte ya sabes lo de siempre, me la paso viajando y cuando estamos en Grecia rabiando con los pequeños mounstros inquietos que tengo por sobrinos.
Bueno Shaka realmente el motivo de esta carta si tiene algo diferente a contarte de mi vida, y es que la próxima parada de mi etnia es india, por su puesto que pasare por el samsara para saludarte, ha pasaso demasiado tiempo desde la última vez que nos vimos, nos veremos en un par de días, me muero de ganas de volver a verte... siempre te recuerdo mi benefactor.
Saludos te envía tu mejor amigo Aioria."
El rubio abrió los ojos en grande, las cartas tardaban días en llegar eso quería decir que Aioria llegaría muy pronto, se fue corriendo a la posada donde vivía, aquella donde sus padres se conocieron y su padre Defteros compró.
Al llegar lo recibió su primo Shijima, aunque le decía tío al ser como un hermano para su padre doncel Asmita, eran muy parecidos verlo le hacía extrañarlo aún más.
—Tio necesito una habitación vendrá un ami...-
Sus palabras murieron en su boca frente a el estaba Aioria viéndole con una sonrisa de lado.
Shaka por poco no lo reconoce, estaba más alto que el y su cuerpo estaba bien trabajado, su espalda ancha y fuertes brazos no eran para nada los de aquel joven que no veía hace 4 años, además sus ropajes gitanos solo resaltaban su físico su mandíbula estaba más fuerte y hasta su tono de voz había cambiado.
Aioria ya era un joven de 20 años como el.
El gitano estaba en las mismas condiciones, estaba impactado de tener al blondo nuevamente frente a el, la última vez que lo vio su cabello estaba por los hombros y ahora le llegaba más abajo de la cadera como una cascada de oro, sus rasgos faciales antes eran infantiles, ahora Shaka había crecido, sus deslumbrantes ojos estaban más rasgados con sus rubias pestañas más largas y esas piernas largas...Aioria negó en su mente por el rumbo que estaban tomando sus pensamientos y extendió los brazos.
—¡Que gusto verte nuevamente!
—Aioria...—Shaka corrió a sus brazos.
Se abrazaron con añoranza, ambos sintieron lo mucho que habían cambiado sus cuerpos y se perdieron en el aroma del contrario sin creer que realmente se volvian a ver.
Shijima miraba la escena con una ceja levantada.
Carraspeo para llamar la atención de ambos jóvenes qué parecían en su mundo ignorando su presencia —Shaka me puedes explicar por qué abrazas a este hombre con tanta familiaridad—A falta de Defteros el tenía que velar por el rubio.
—Tio...—Se avergonzó por sus acciones y se separó de Aioria dejándolo insatisfecho —El es mi mejor amigo Aioria.
—Oh así que tú eres el que envía cartas toda la semana y el que ocupa el teléfono de la posada—Se rió un poco, no estaba nada mal —Que gusto conocerte Shaka siempre espera tus cartas y tus llamadas.
—El gusto es mío, y Shaka no sabía que te gustaba tanto que te escribiera y llamara, lo haré más seguido —Le sonrió y el blondo se avergonzó un poco al ser exhibido.
Shijima se asustó, prácticamente todos los días llamaba y el correo siempre era de el ¿Que más seguido lo haría? A este paso la cuota del teléfono sería millonaria.
Tiempo atras el día de la invasión a Gemak Asmita quedó muy mal herido por esa bala que casi le arrebata la vida, estuvo días en coma, días de tortura para Defteros y días muy difíciles para Shaka que estaba preocupado por su padre doncel, además saber las atrocidades que había hecho su tío, el origen de Camus y demás, pero durante todo ese tiempo Aioria estuvo con el hasta que Asmita por fin se recuperó y habían decidido mudarse al Samsara, desde entonces se comunicaban por cartas y llamadas telefónicas de teléfonos de pared, aunque la señal no siempre era muy buena así que siempre recurrían a las cartas.
—Es increíble que estés aquí Aioria, eso quiere decir que Camus está contigo —Dijo con emoción, aunque el pelirrojo realmente no fuera su primo de sangre se criaron juntos como hermanos y le alegraba que después de tantos maltratos al fin era libre.
—La etnia está a cientos de kilómetros, realmente yo me desvíe porque quería verte nuevamente —Bajo la vista algo avergonzado.
—Me hiciste muy feliz con esta sorpresa.
—Shaka...
—Aioria...
Sus ojos se volvieron a juntar era inevitable no verse, estaban embriagados de sus presencias, era como volver a conocerse.
Shijima rodó los ojos arto de que ignoraran que no estaban solos.
—Entonces una habitación para tu amigo, muy bien Aioria dormirás en el tercer piso tu número de puerta es el cuarto—Le entrego las llaves al gitano.
—Oh... podría dormir en el primer piso para que estemos más cerca—Sugiere el rubio ya que el estaba en ese piso, el gitano afirmó emocionado ante la idea.
—Ni lo sueñen.
Shaka se encargo de guiar a Aioria hasta la habitación donde se hospedaria para que se pusiera comodo y arreglará su equipaje, aunque Aioria como buen nómada no tenía mucho.
—Voy a tomar un baño y después te busco para que salgamos, quiero que me enseñes el pueblo Shaka—Dijo el gitano con emoción al tiempo que desabotonaba su camisa blanca para tomar una ducha, los ojos Zafiro del rubio se desviaron accidentalmente pero de inmediato se concentro en cualquier otro punto concreto.
—Pense que estarías cansado por el viaje y querrías descansar...por cierto¿cuánto tiempo estarás aquí?
—Me conoces, no me canso. Además es temprano y no quiero desaprovechar ni un momento, solo estaremos un par de días en la india.
—Solo un par de días...—Comento algo desanimado pues pensó que Aioria estaria allí mucho más tiempo —Entonces tengo poco tiempo para enseñarte todo, te veo en un rato Ría.
Salió de la habitación y se dirigio a la suya para alistarse y darle un recorrido a su mejor amigo por todo el lugar.
Después de un rato ambos caminaban a la par, la posada estaba a unos cuantos minutos del pueblo pero el rubio se desvío por un camino más largo para enseñarle al gitano su ruta favorita, un hermoso prado de verdes pastos y diversa flora silvestre, el clima era bastante Cálido pero la brisa fresca del campo abierto les refrescaba.
Aioria se perdió un instante en Shaka...la manera en que cerraba sus ojos disfrutando la brisa, su cabello ondeando, las mejillas coloradas por el sol y sus extravagantes pestañas con destellos rubios.
¿Que demonios era ese sentimiento?
El rubio lo descubrió mirándolo fijamente y levantó una ceja en una pregunta silenciosa "¿Tengo algo en la cara?"
—Ah...Que bonita posada, me alegra que tu familia la haya comprado —Cambio el tema con nerviosismo.
—Si además de estar en una buena zona tiene un valor sentimental especial para mis padres, ahí empezó su historia de amor.
—Amor...—Murmuro Aioria perdido en sus pensamientos, debía ser bonito vivir su historia de amor, se extraño de si mismo por sus cursis pensamientos y se imaginó a Aioros con sus babosadas, hizo una mueca de desagradó y mejor continuo hablando —Por cierto no vi a los señores Defteros y Asmita, tu tio es algo...gruñón.
Shaka se rió por la descripción que le dio a su tio—Mi tío Shijima es algo huraño, pero cuando lo conoces realmente te das cuenta que es muy dulce, es muy lindo conmigo y con mi padre Asmita, aunque siempre discute con papá Defteros por cualquier tontería.
—Es un fosforito como su cabello —Aioria se rió y Shaka se le unió a la gracia de su absurdo chiste.
—Mis padres no están, en este momento están en un crucero, mi papá Defteros quiere enseñarle todas las costas posibles a mi padre Asmita —Dijo con una sonrisa genuina, sus padres se la pasaban viajando y eso les emocionaba a ambos por lo tanto le alegraba a el.
—Debes sentirte solo Shaka —Aioria lo miro con algo de preocupación y le acaricio la mejilla, poniendo un mechón de su cabello detrás de la oreja.
Shaka se estremeció y sonrojo un poco, definitivamente Aioria no era el mismo joven con el que podía dormir en una misma cama, le ponía los nervios de punta.
—Estoy bien, además no puedo ir con ellos estoy estudiando, te llevaré a mi centro de aprendizaje, quiero que conozcas a mis alumnos —Dijo con emoción.
—Por supuesto.
Al fin estaban en el pueblo, era bastante colorido, Aioria estaba encantado por ver las costumbres de una nueva región diferente, Shaka lo había llevado a un mercado todos los hombres estaban con sus dhoti y las mujeres con sari que era su traje preferido, era un lugar bastante simple pero en su simpleza era hermoso, respetaban la belleza natural y aunque sus artesanías eran muy diferentes a las de su etnia gitana tenían un llamativo atrayente.
Después de andar por un par de minutos los ojos de Aioria que no podían dejar de seguir los pasos de Shaka notaron su interés en una artesanía en bambu. En la India es un tesoro cultural que combina habilidad, tradición y belleza en cada pieza. Desde cestas y muebles hasta joyería, Shaka se embeleso con un hermoso colgante de león.
—¿Te gusta?—Le pregunto el gitano con una sonrisa.
—Es muy lindo, pero el bambú no es barato, ahora debo ahorrar más para cubrir el espacio donde enseño—Menciono el blondo mientras volvía a poner el colgante de bambú en su sitio.
—Por favor me lo da—Hablo el gitano con un hindi bastante torpe con su acento muy marcado, por suerte el comerciante tenía experiencia en tratar con turistas y le entendió.
Después de comprar el colgante se lo puso a Shaka que estaba asombrado por su acción, pero sobretodo avergonzado cuando sintió las manos del leo poniéndole el collar.
—Aioria... No debiste, te lo pagaré, muchas gracias.
—No es nada Shaka, es un presente de mi parte por favor acéptalo.
Cuando supo que su próximo destino era la india decidió dejar de viajar con su etnia por un par de meses y se concentro en trabajar arduamente para poder atribuirle algo a Shaka, además quería que supiera que ya no era un niño que necesitaba ayuda financiera, quería que lo viera como un hombre capaz.
Andaron por el mercado hasta el anochecer donde probaron un montón de manjares típicos, en la puesta de sol decidieron ir hasta el malecón donde se podía ver el sol ocultándose pintando todo con un hermoso arrebol que se reflejaba en el mar, Shaka recostó su cabeza en el hombro del gitano y esa acción hizo que el corazón del rubio cenizo se acelerará.
—Aun no puedo creer que estés aquí —Rompio el silencio el blondo, Aioria rogaba que no escuchará sus fuertes latidos—Hablamos tanto por cartas y ahora no tenemos mucho que decir...¿Curioso cierto?
—Debe ser porque estamos disfrutando nuestra compañía...¿Sabes Shaka? El Samsara ahora es mi sitio favorito de todos los que he conocido.
El rubio le miro con asombro —¿De verdad? Pero si conoces tantos lugares ¿Por qué?
—Jumm, no te sabría decir con exactitud porque yo mismo no lo se, pero tiene algo especial.
Después de ver el atardecer volvieron a la posada riendo por las anécdotas que le contaba Aioria a Shaka de su familia, Shijima los miraba desde recepción con la ceja levantada, ya que su sobrino no acostumbraba a reírse tanto, verlos de ese modo y en esa misma posada le recordó a su primo con Defteros hace 20 años.
—Aun no puedo creer que el prometido de Camus resultó ser doncel y termino con tu hermano, que pequeño es el mundo.
—Si, y aquí estamos tu y yo, tal vez terminemos como mi hermano y su esposo llenos de hijos.
—¿Que?—Pregunto Shaka con asombro.
—¿Que?—Se pregunto Aioria a si mismo ¿Que putas había dicho?
—¿¡¿¡QUE!?!?—Exclamo con asombro Shijima que se atoro con el agua que estaba bebiendo.
Este sujeto era peor que Defteros de descarado, debía cuidar a su solecito.
Pasaron un par de días más en los que Shaka se encargaba de turistear con Aioria, y para alivio e incomodidad de ambos jóvenes Shijima se les unió cortando por completo aquella extraña tensión que tenían, ya se acercaba el día de retorno del gitano y antes de que se fuera Shaka lo invito a su centro de aprendizaje.
En india predominaba el Hinduismo, pero Shaka en los últimos años se había interesado y estudiado más el camino del budismo, había logrado un espacio en el cual impartir sus conocimientos, le contaba en sus cartas al gitano que estaba algo decaído por qué no llegaba nadie, hasta que hace poco se unieron dos aprendices, sus nombres eran Shiva y Agora.
Shaka empezó sus clases de meditación y a recitar algunos tomos todo iba bien hasta que el intuitivo león noto como ninguno le prestaba verdadera atención, lo que realmente le hizo enfurecer fue darse cuenta cuando Shaka se puso de pie a buscar algo y el par empezó a mirarle con morbo y decir obscenidades entre ellos.
—Mira esas piernas Shiva—Le susurro.
—Mira esa trasero mejor dicho, por esto vale la pena pagar estás patéticas clases—Se rieron entre ellos.
Una vena sobresalió de la frente de Aioria, sintió su sangre caliente y una irá desmedida que le aceleraba el corazón jamás había experimentado un sentimiento así, estaba realmente muy...como decirlo ¿Indignado? No sabía cómo explicar lo que le producía que esos dos estuvieran mirando de esa manera a su ¿Amigo?
Agarro a Shiva ya que lo tenía más cerca, sus fosas nasales se abrieron y su ceño fruncido —¿Que demonios dijiste maldito?
Agradecía que Shaka había salido un momento ya que no le agradaba que lo escuchará diciendo malas palabras como acostumbraba a hablar cotidianamente con Milo.
—Que te pasa imbécil s-sueltame.
—¡Sueltalo o te vas a arrepentir!—Salio en su defensa Agora.
—No quiero que vuelvan a ver a Shaka de ese modo, no los quiero volver a ver rondando por aquí.
—¿O si no que harás eh? Estúpido gitano somos dos contra uno, si no nos queremos ir que piensas hacer—Le reto Agora que no estaba sujeto a diferencia de Shiva que se mantenía callado porque estaba sintiendo la fuerza que tenía ese sujeto.
—A ustedes los haría pedazos.
Aioria levantó su rodilla y golpeó la entrepierna del que tenía en brazos dejándolo con un grito ahogado, Agora retrocedió un poco pues podía jurar que salían relámpagos de la irá que desprendía, pero el gitano no estaba dispuesto a dejarle ir después de su osadía y le dio un puño certero que por poco lo noquea.
—Este sujeto está loco ¡Vámonos de aquí!—Se fueron huyendo sorprendiendo a Shaka que estaba por entrar.
—Por buda pero que sucedió...—Miraba con asombro toda su sala que con tanto esfuerzo organizó hecha pedazos, además sus únicos alumnos se habían ido —Aioria que pasó...—Se acercó y noto como estaba alterado además era imposible no ver los nudillos de sus puños sangrando —Te agarraste a golpes con mis alumnos ¿Que te pasa?
—Shaka no lo pude evitar...ellos...ellos te estaban mirando.
Shaka frunció el entrecejo molesto —Eso que tiene que ver, Aioria sabías que era importante para mi—Sintio sus ojos aguarse —Todo está destrozado —Miro a su alrededor con enfado.
—Shaka yo...—Quedo paralizado sin saber que explicar.
El mismo se empezó a cuestionar que demonios había hecho y por qué actuaba de esa manera, últimamente su cuerpo parecía reaccionar por si solo, estaba muy confundido no sabía que demonios le estaba pasando, además ver esos ojos azules tan decepcionados lo hacía sentir aún peor.
—¿Que pasa contigo Aioria?—Le pregunto no con reproche si no con preocupación pues estaba actuando muy extraño.
—Lo siento...lo siento...no se que me pasa, yo...tengo que irme.
El gitano se fue, y no solo del pequeño templo budista de Shaka si no que se fue del Samsara, ni siquiera fue por sus pertenencias en la posada solamente se marcho, paso días viajando aún sin entender ese vacío en su pecho que lo atormentaba desde que se fue, no le había vuelto a escribir a Shaka, siempre escribía el primero ya que cambiaba tanto de locación para que el blondo supiera a qué dirección enviar su respuesta, paso semanas tratando de sacarse de su mente todo lo vivido pero solo empeoraba, hasta en las noches había comenzando a soñar con el.
Fue a dónde creyó encontrar una respuesta. Aioria volvía a pisar tierras Helenas, veía como su hermano estaba construyendo un espacio extra a su espaciosa cabaña.
—Mi Ria león estás muy callado ¿No quieres venir y a ayudar a tu hermano a terminar la habitación?
—No gracias aquí estoy bien...¿por cierto por qué otra habitación?
—Oh buenas noticias ¡Saga y yo estamos esperando otro bebé!—Dijo con emoción pero ya el rubio no se emociono, más bien se alteró.
—¿¡Otro!? Aioros ya sería el quinto deja de embarazar a Saga por los dioses, no sé quién la pasa peor, si el o tú aguantado sus cambios de humor.
—Oh vamos hermano, Saga es un amor, además se ve hermoso con su pancita.
—¡Aioros quiero fresas!—Escucharon el grito del doncel.
—Demonios no es temporada de fresas...—Murmuro el castaño con miedo.
—Pense que con el demonio de Arlés ya estarían satisfechos.
Tenía a sus gemelos Tenma y Seiya, a Touma otra réplica de Aioros y al pequeño Arlés que era su adoración por ser el único doncel, era idéntico a Saga con el cabello de Cain, hasta al viejo del demonio lo tenía tonto ya que le cumplían todos sus caprichos y ahora Saga estaba en espera de otro bebé, demonios su hermano no perdía el tiempo.
—Como crees mi bebé es un ángel —Aioria noto como el niño de 2 años que estaba detrás de su hermano le sacaba la lengua—Este quinto bebé no estaba planeado pero cuando estás con la persona que amas es una bendición.
Aioria recordó el motivo de su visita...—Sobre eso...tengo un amigo...que quiere saber que es exactamente esa babosada del amor.
Aioros levantó una ceja...¿Un amigo?
—Jumm el amor es maravilloso, es querer estar en las buenas y en las malas, es querer ver a tu persona amada feliz y se siente increíble.
—Pero yo...es decir, mi amigo no se siente del todo increíble, me siento...es decir, se siente horrible también hermano, es como un hueco en el estómago, rabia si alguien más lo mira, tristeza y si no lo veo..., es decir. Si no lo ve.
Aioros se rió un poco —Aioria dile a ese amigo tuyo, que el amor tiene muchos matices, no siempre será miel sobre ojuelas, existen los conflictos, los celos, las diferencias, lo importante es poder enfrentar cada una de esas pruebas, nunca faltarse el respeto y que el sentimiento maravilloso de amar sea más fuerte que todo lo malo.
Aioria lo miro con seriedad por primera vez no pensó que decía sandeces y hasta se vio así mismo siendo el mandilon de Shaka y no estaba mal con eso... realmente lo quería.
—Aioros gracias...tengo que ir al Samsara ya mismo —Aioros se levantó y lo abrazo.
—Shaka es increíble, buena suerte hermano.
Las mejillas de Aioria se encendieron.
—Tonto...
—Oh lo siento, dile a ese amigo tuyo que le deseo buena suerte.
—¡Aioros tu hijo y yo queremos fresas!—Se volvió a escuchar un grito de lejos.
—Oh por los dioses las fresas.
Aioria se rió—Buena suerte hermano.
Días después Aioria volvía a pisar el Samsara de la india, en todo su trayecto lo que hizo fue pensar y llegó a la conclusión inminente de que...
Le gustaba Shaka.
Quería a Shaka.
Amaba a Shaka.
No supo exactamente cuando empezó pero desde hace años siempre estaba en sus pensamientos y en su corazón, su momento favorito del día era cuando hablaban por teléfono o cuando le escribía una carta, la tempestad que era su ardiente corazón estaba calma pero cuando lo volvió a ver todo se desbordó y tenía en claro que lo quería, quería estar con el, el era Aioria y lo intentaría con toda su fuerza o fracasariá en el intento.
Volvió a pisar la posada donde vivía el rubí y lo recibió el gruñón pelirrojo.
—¿Que haces aquí? —Pregunto con molestia.
—Si, hola, quiero una habitación por favor.
—Habitacion...por los dioses esos griegos son todos unos patanes o que demonios, ¿como pides una habitación? como pisas este lugar nuevamente después de que dejaste a mi sobrino llorando por días.
Aioria se sobresalto...¿el había lastimado a Shaka?
—Shijima...no seas tan duro con el, sígueme Aioria.
Los ojos del gitano se iluminaron al ver la persona frente a el—¡Señor Asmita!—Dijo con emoción.
—Ya llegó el defensor de esos griegos, son atractivos los condenados pero como los hacen llorar—Dijo con molestia.
—Shiji eso fue hace 20 años, superalo por favor —Dijo Asmita con burla porque su primo no superaba que Defteros lo hizo llorar en el jardín hace dos décadas.
Si supiera todo lo que había pasado se infartaria, por eso su familia decidió jamás contarlo, fue una época oscura en sus vidas que no querían y no valía la pena recordar.
Aioria siguio a Asmita hasta el jardín donde tomaron asiento, el rubio mayor no era nada de lo que fue en el pasado, estaba más atractivo además desprendía una seguridad admirable para valerse por sí mismo, aunque habían pasado 4 años se veía más joven aún.
—Shaka sufrió mucho cuando te fuiste, lo único que preguntaba era que había hecho mal para molestarte —Rompio el silencio y el corazón del gitano se quebró.
—El no hizo nada mal, fui un idiota que no supo lidiar con sus sentimientos y huyó cobardemente... necesito pedirle perdón, señor Asmita yo lo quiero.
—Si querido, está bien, te creo solamente quiero que sepas que tampoco fue tu culpa, no te atormentes Aioria.
—Pero lo hice llorar, soy lo peor—Cubrio su rostro.
—Lo importante es lo que viene después, para eso quería hablar contigo, anda ve y hazlo mejor, somos humanos y aprendemos de nuestros errores.
—Gracias señor Asmita —Aioria se fue corriendo pero regreso corriendo—Por cierto con todo respeto...¡Esta usted radiante!
Asmita se rió con las mejillas coloradas, ese niño era un torbellino.
—No le basta con mi solecito, también es coqueto con mi esposo —Salia Defteros de los arbustos, quería darle una reprenda a ese gitano pero su adorable esposo no lo permitió.
—Dejalo, es buen muchacho, además Shaka lo quiere.
—Igual no se lo dejaré tan Fácil.
—Querido el pobre ya tiene a Shijima.
—Me recuerda un poco a mi sabes...este sitio tiene preciados recuerdos para mí Asmita, el sitio donde encontre el amor de mi vida y mi felicidad.
—Def uno siempre vuelve a dónde fue feliz.
Ambos juntaron sus labios en un beso lleno de amor, los años no habían hecho que su amor se debilitará y las abversidades los había enseñado a valorarse y amarse aún más.
Aioria pregunto por el número de habitación de Shaka, Shijima no se lo quiso dar así que tocó puerta por puerta del primer piso hasta que por fin abría el dueño de su corazón.
Agh, ya hasta pensaba como el baboso de su hermano.
—¿Aioria?—Pregunto Shaka somnoliento pues ya era de noche y estaba en el quinto sueño.
Aioria agarro a un despavorido blondo y lo besó apasionadamente, este solo abrió los ojos por completo y todo rastro de pereza desapareció de el, Aioria lo tomaba entre sus fuertes brazos, las piernas de Shaka se debilitaron y camino hasta atras hasta que cayeron en la cama aún con sus labios unidos.
Jadeaban tratando de recobrar el aire, entre la penumbra de la noche la calida lámpara de aceite iluminaba los verdes ojos felinos de Aioria que miraban fijamente los mares de Shaka.
—Ya no soy un niño perdido en el bosque Shaka, soy un hombre y aunque a veces no me porto como tal, te quiero como uno, eres mi primer pensamiento en las mañanas y el último en las noches, me tienes mal... tu...en palabras sencillas yo te amo. No habrá nadie más para mí que no seas tú.
—Aioria eres un animal...—Jadeaba recuperando el aliento —Pero yo también te quiero, te amo, sin darme cuenta te metiste en mi corazón en estos últimos años.
Se volvieron a besar, Shaka enredo sus manos en las cortas hebras del rubio cenizo, perdido en esa sensación tan mundana pero tan embriagante.
—Shaka no me quiero volver a separar de ti, si quieres venir conmigo viajaremos, si quieres quedarte eso haremos, entre todas las maravillas del mundo el Samsara no es mi favorita, eres tú.
—Quiero conocer muchas cosas a tu lado Aioria.
—Oh Shaka créeme que te enseñaré todo lo que pueda y también aprenderé de ti.
El beso empezó a subir de tono hasta que el toque alterado de la puerta los espantó.
—¡Sal de ahí griego! Deja a mi solecito.
Gritaba Shijima enfurecido, Defteros le agradeció en su corazón y Asmita negaba con la cabeza aunque internamente le divertía la situación.
Shaka y Aioria se rieron y salieron de la habitación de la mano para que no le diera un infarto a Shijima.
Fin: Aioria x Shaka.
Defteros x Asmita.
Y así terminaron juntos estos tortolitos, como dato extra Shaka no se dejó profanar hasta mucho después. 🤣
Espero que les haya gustado.
Nos leemos en el siguiente y último extra.🤗
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