Capítulo 6.
Su mirada esmeralda estaba perdida entre las letras que lo transportaban a otro mundo, era de noche. Amaba cuando la luna se apoderaba de todo, cuando está salía de su escondite el podía ser el, podía leer aquellos libros de romance que compraba a escondidas y podía observar la belleza del firmamento y los jardines, su temple era imponente y su altura un poco intimidante,sin embargo el que cruzará un par de palabras con Saga Polux se daría cuenta lo sentimental y sensible que era el joven de 21 años.
Perdido en los párrafos y sonrojandose cuando los protagonistas tenían un acercamiento se le pasaron un par de horas, sus ojos estaban cansados así que decidió continuar al día siguiente, se levantó de su gran y cómoda cama y camino hacia el baño para darse una ducha, el agua tibia lo relajaba y sentía que está se llevaba sus preocupaciones, al salir del baño se alistaba para dormir, mientras peinaba su larga cabellera azulina, su vista se topo con aquella carta que guardaba con recelo...
—Kanon...—Susurro para si mismo mientras sus dedos sostenían aquella carta con la impecable caligrafía de su hermano y una fotografía de este con su esposo—Te vez tan feliz hermano,me alegra tanto—Abrazo contra su pecho aquella imagen sonriendo, extrañaba a su igual que era su mejor amigo, aunque lo extrañara no deseaba que estuviera con el, su hermano era feliz con su esposo y con eso el estaba conformé.
Tampoco abandonaba el yugo de su padre pues si lo hacía sabía que este se enfocaría en dañar la paz de su gemelo y el no quería eso.
La puerta de su habitación se abrió de par en par y el solo pudo asombrarse ante la intromisión, Caín entro a la recamara de su hijo y lo vio abrazando una carta.
—Damela—Exigio, Saga aún asombrado se negó, era una de sus adquisiciones más preciadas ya que en aquel escrito su hermano le contaba lo feliz que estaba con su nueva vida—¡Que me la des maldición!—Jalo sus cabellos con brusquedad sacándole un jadeo adolorido—Los donceles son unos blandos inservibles—Al ver qué el sobre contenía la fotografía de su otro hijo decidió rasgar aquella carta en pedazos ante la mirada húmeda del joven heleno—Kanon y sus estupideces son una mala influencia para ti. Mi único hijo, un hombre fuerte y frívolo.
—¡Yo no soy así! No soy frívolo como tú y nunca lo seré—Le grito dolido por haber destruido aquello que tanto quería.
La bofetada que le soltó Caín resonó por toda la habitación dejando después un silencio profundo, apesar de sentir la mejilla caliente y de ver borroso a causa de las lágrimas retenidas no lloraría frente a el, Saga no le daría el gusto de verlo llorar.
—¡Vuelve a retarme y no la contarás Saga! Deja de lado tus estupideces y alístate, el estúpido niñato de Aspros está desaparecido desde hace unas horas y como buen prometido debes encontrarlo ¿Entendiste?—Le pregunto muy cerca de su rostro, pudo percibir el desagradable olor a nicotina.
—Si—Fue su escueta respuesta, más que por obedecer a su padre ayudaría a buscar a Camus por qué le agradaba y le preocupaba su bienestar, además intentaría amar a ese pelirrojo para poder ser un hombre completo y así su vida tomaría un rumbo mejor.
Caín salió de la habitación y Saga se dispuso a ponerse ropa abrigada para salir al frío de la madrugada en busca de su prometido.
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Aspros tomaba con persistencia de su botella de vino, sus ojos estaban cargados de irá desmedida, su pie se movía con ansiedad mientras sus topacios se cruzaban con las gemas amatistas que estaban reflejadas en el cuadro de la enorme sala de la alcaldía.
El retrato de su fallecido esposo, Degel.
—Tranquilo mi amor...ya verás que ese mocoso no se saldrá con la suya, lo traeré aquí y cumpliré la promesa que te hice hace 18 años—Le sonrió a aquel lienzo sin vida para encaminarse a el comando, después pasaría a hacerle una visita al esposo de su hermano.
La alcaldía no estaba muy alejada del comandó, solo un par de cuadras que caminaría entre la oscuridad, aprovecharía ese intervalo de tiempo para perderse en sus pensamientos, no le permitiría a Camus irse jamás, lo tendría a su Merced hasta el último día de su existencia.
Sin importar cuánta sangre deba derramar.
Llegó al comando y de manera inmediata fue recibido por la recepcionista que lo invito a pasar hasta dónde se encontraba el jefe de comando, Rasgado. Analizaba unos documentos cuando escucho la puerta de su despecho abrirse, iba a bufar por la intromisión pero desistió de aquella idea al ver de quién se trataba.
—¡Alcalde!—Dijo asombrado poniéndose de pie—Buenas noches, tome asiento por favor, dígame qué necesita.
—Querido comandante, vengo a pedirle...no. A exigirle que mande su mejor pelotón en busca de mi hijo que está desaparecido, quiero que lo encuentren y maten a quien lo tenga secuestrado—Dijo demandante, El albino era incapaz de negarse a una orden del alcalde así que asintió.
—Mis mejores hombres buscarán a su hijo mi Señor, ¿Cuánto tiempo lleva desaparecido?—Pregunto tomando nota.
—No lleva mucho, no debe de estar muy lejos, quiero que lo encuentren lo antes posible o usted se las vera conmigo querido comandante...—Sonrio con autosuficiencia acompañado de una mirada amenazante, Aspros era un tirano que abusaba de su poder.
Rasgado paso saliva antes de hablar-Ya vera que muy pronto le traeré a su hijo sano y Salvo. Por ahora necesito un retrato de él y del resto mis hombres se encargarán, lo buscaremos hasta debajo de las piedras de ser necesario-Dijo con firmeza.
—Muy bien—Una vez todo aclarado se levantó con intenciones de retirarse pero el albino lo sorprendió con una pregunta que lo lleno de irá.
—¿Está seguro que fue un secuestro? Tal vez el...
—¡No!—Golpeo la mesa con fuerza—Mi hijo es un joven respetable, a él lo han secuestrado y eso es todo lo que debe saber absténgase de hacer preguntas estúpidas y de mal gusto ¡Y encuentrelo! Sabe muy bien que con mover mis influencias lo puedo poner de patitas en la calle.
—Lo encontraré—Dijo, se moría de ganas por partirle la cara a ese sujeto pero lamentablemente era su superior y no podía perder su puesto que alcanzó con tanto esfuerzo.
Aspros salió del comando y una vez solo rasgado llamo a uno de lo sargentos que acudió al llamado del comandante de manera inmediata.
—A sus órdenes Señor.
—Alista a nuestros mejores hombres, debemos encontrar a Camus Gemak lo más pronto posible, se trata de un secuestro. Que lleven el mejor armamento...lo necesitaran, si hay obstáculos que se deshagan de ellos pero al hijo del alcalde lo quiero intacto.
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Al día siguiente en la mansión Gemak todos estaban conmocionados por la desaparición del jovencito pelirrojo, llevaban horas de no verlo y mientras Aspros estaba en la comisaría y Asmita rezaba para que nada malo le pasará Shaka estaba sumamente feliz...
Sabía lo que significaba el que Camus ya no estuviera ahí.
¡Estaba siendo libre!
Lo conocía y lo sabía, ambos conversaban durante horas desde que su padre Defteros se unió a la marina y se lo pasaba de viaje, el moreno creyó conveniente dejar a su amado esposo en el calor familiar a tenerlo con un enfermero que hiciera sentir a Asmita como un inútil, estaba seguro que su hermano lo protegería mientras el no estaba...
Que equivocado.
Shaka pidió a las mucamas el mismo llevar el desayuno a su madre, debía conversar con Asmita y le parecía el momento indicado. Tocó la puerta y desde adentro se escuchó un "adelante" por parte del rubio mayor, el de cabello corto al adentrarse vio a su progenitor al frente de la ventana era un día espléndido pero lamentablemente su madre no lo sabría por su ceguera.
—Es un día muy bello...—Murmuro el hombre de mirada perdida, Shaka se sorprendió al oírlo decir aquello—El aire se siente fresco y el aroma del rocío de la mañana es tan exquisito-Sonrio a dónde supuso se encontraba su hijo y se acercó a el.
—¿Cómo amaneces mami?—Pregunto el menor mientras dejaba la bandeja de plata en la mesa y se acercaba a darle un beso a la mejilla a su progenitor—El tío Aspros se enojo por qué no quisiste bajar a desayunar ¿Enfermaste otra vez?
—Si Shaka...me duele—No le dolía el cuerpo ni se sentía con malestar, le dolía el alma...en la madrugada Aspros lo había vuelto a poseer y el solo sucumbió ante el como siempre hacía.
—Voy a buscar al medico...—Se levantó dispuesto a pedir que asistieran a su madre pero este se negó.
—No te apresures, lo que me duele no se cura con medicinas mi sol... yo solo extraño mucho a tu papá—Aquello no era del todo una mentira.
—Yo también mami, mucho. Pero se que pronto volverá, así que no te pongas triste por favor...odio verte asi—Se refugio en su pecho y el mayor lo rodeo con sus brazos mientas acariciaba su suave y corta melena rubia.
—Te noto ansioso, dime aquello que guardas mi sol.
—Me conoces muy bien...venía a pedirte un permiso especial.
—¿Permiso especial?—Repitio confuso.
—¡Si! Quiero irme unos días a un lugar hermoso, solo yo para meditar.
—Antes dime por qué tan de repente.
—Quiero pensar unos días y encontrarme a mi mismo, caminaré en las montañas para respirar aire fresco—Queria encontrarse a si mismo para ser libre tal y como Camus.
—Claro que te otorgó permiso, todos necesitamos un momento a solas para meditar y liberarnos, a tu edad yo hacía eso muy seguido—Sonrio recorando su adolescencia.
—¡Muchas gracias mamá!—Lo volvió a abrazar para después ir a su habitación a empacar, el también sería libre.
Una vez Shaka se fue Asmita suspiro con frustración y pavor...ahora estaría completamente solo con Aspros en aquella mansión.
—Defteros...—Murmuro anhelando llegara a salvarlo para volver a su anterior vida. Sin embargo ya no esperaba que lo salvaran...solo se resignaba sin mas opcion...
Mientras el mayor se fundía en su melancólia Shaka alistaba sus maletas listo para buscarse a sí mismo.
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El amanecer los acariciaba, después de caminar encontraron un hostal en buen precio en medio de la ciudad vecina a la que habían llegado por medio de sus pies, no sabían a dónde iban pero...¿Y eso que importaba? Sabían que la vida los llevaría a dónde ellos debían estar, para ahorrar dinero rentaron una sola habitación, Milo durmió en el sofá para no incomodar a Camus.
El primero en despertar fue el galo ya que la luz del sol se filtraba por la cortina transparente, parpadeo repetidas veces para adaptarse a la claridad de la mañana y lo primero que enfocó su vista fue a Milo durmiendo de una manera muy incómoda en el pequeño sofá, río un poco sintiéndose mal por el, pero en parte se lo merecía por no querer dormir con el.
Camus se acercó y lo contempló descansando unos instantes, dió un suspiro a la nada y comenzó a jalar con suavidad sus rubios cabellos para hacerlo despertar.
—Milo... despierta—Logro su cometido y el rubio fue abriendo sus ojos.
—Buenos días Camus—Dijo aún somnoliento y con la voz ronca.
—¿Dormiste bien en ese sofa? No sé ve muy cómodo.
—Dormí de maravilla, esto es uno de los lugares más cómodos en los que he dormido, en los viajes con los gitanos hemos tenido que descansar en rocas algunas ocasiones, pero no quería que pasarás la noche de ese modo.
—Milo...si nos vamos a ir no podemos siempre quedarnos en hoteles y lo sabés, yo también puedo caminar y adaptarme a las circunstancias, no me subestimes por favor—Bajo el rostro, no quería que lo hiciera sentir como un inútil, sabía que toda su vida estuvo rodeado de comodidades y nacio en cuna de oro, sin embargo el era humilde y se adaptaría.
—Creme que se que eres fuerte, es solo que si en mis manos está que tú estés bien haré todo por qué así sea—Lo tomo de las manos y sus miradas chocaron, un gran sonrojo se apoderó de Camus en ese momento... tener al gitano frente a el con su torso desnudo estando ambos en una misma habitación solos lo ponía nervioso.
—Y-yo te desperté para que me acompañaras...—Le dijo con semblante tímido que solo hacia enternecer a Milo.
—Vamos...—Ni siquiera pregunto a dónde, el lo seguiría a dónde fuera.
—Ven...—El pelirrojo se dirigió hasta el balcón de la habitación y abrió la puerta de par en par, los tonos naranja se colaron por la habitación y iluminaron sus ojos carmesí dándole un tono más profundo y hechizante que hizo que Milo se concentrada en esas gemas rubí hasta que volvió a retomar palabra—Queria que vieras conmigo mi primer amanecer siendo libre... despertar nunca se sintió tan fantástico, y todo te lo debo a tí.
—Camus...—Susurro su nombre y se fue acercando, sentían sus respiraciones frescas y calientes y las pestañas de ambos habían cosquillas en la piel contraria, cuando se disponían a romper la molesta distancia el sonido de la puerta de recepción siendo abierta con brusquedad llamo la atención de ambos.
—¿Que fue eso?—Pregunto el galo alejándose dejando a Milo con los ojos cerrados en espera de aquel beso.
—No lo sé...mejor sigamos con lo que estábamos—Nuevamense cerró los ojos en espera de sentir los labios con sabor a vainilla del galo.
—No Milo, enserio escuchá...—El rubio presto más atención en la conversación que se sucedía a unos metros de ambos.
—Tenemos órdenes de buscar en todos los establecimientos al hijo del alcalde. a continuación pasaremos a revisar cada una de las habitaciones—Decía una voz masculina a la recepcionista que accedió a su petición.
—No puede ser...—Murmuro Camus—¡Vinieron a buscarme!
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Los hermanos gitanos estaban en el bosque dando vueltas como leones enjaulados -En especial Aioria- el mayor había pedido el consentimiento de su padre para volver unos días después y así evitar que Milo fuera desterrado pero el rubio ¡No estaba en ningún lado!
—No puede ser...—Aioros jalaba sus cabellos castaños estresado—Necesitamos encontar a Milo cuánto antes para reunirnos con los gitanos en Francia, el camino es muy largo y no podemos perder tiempo.
—No has pensado que tal vez el ya se encaminó hacia allá...
—No lo sé... Sabes que Milo es muy impulsivo y es difícil saber que pasa por su cabeza, lo que podemos hacer es...-
—¿Que sucede por qué dejaste de hablar?—Le pregunto el cenizo extrañado a su hermano mayor que dejó de hablar para quedarse mirando hacia el frente con cara de tonto, Aioria llevo su mirada hasta el lugar donde indicaba la de su hermano—Ay no puede ser...—Golpeo su frente con la palma de su mano, frente a ellos había un hermoso joven peli azul y sabía lo que acontecería.
—Lindo...—Murmuro el castaño perdido por completo.
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Gifer1710.
¡Gracias por leer!
Espero les haya gustado.❤️😄
Nos leemos el otro domingo.👀
O quizás antes.😉
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