Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14.

"Especial Defteros x Asmita"

A la edad de dieciocho años Defteros se fue de su casa para estudiar en la marina, su madre siempre lo ignoro como si no existiera, el no era más que una sombra, pudo estudiar ya que el mismo se esforzó para ello  además su amable gemelo siempre le ayudaba dándole útiles escolares o dinero ya que su existencia era completamente irrelevante para su progenitora, tuvo que arreglárselas por si mismo para poder lograr algo en su vida. Aunque fue una infancia y adolescencia dura dónde a pesar de que su familia fuera rica se vio obligado a enfrentarse a múltiples penurias y necesidades sin duda la paso mejor que su gemelo...conoció buenas y malas personas y aprendió por sus propias experiencias, formó su personalidad y apenas tuvo la oportunidad de independizarse por completo y salir de esa alcaldía lo hizo sin dudarlo para cumplir su sueño.

Los años pasaron y su energía y sueños de la juventud se realizaron gracias a su esfuerzo y perseverancia, ser de la marina no era nada fácil...ir de un lugar a otro y permanecer en un barco como mínimo seis meses, cuidar el área marítima del paso de sustancias ilícitas y perseverar la paz del territorio era sin duda alguna una profesión que le encantaba y valía cualquier esfuerzo.

Al terminar sus prácticas y ser oficialmente un subordinado de la marina comenzó a trabajar de inmediato gracias a la recomendación de su maestro capitán, Defteros ya con sus 23 años ya era parte de la marina y se encontraba cumpliendo su función en un buen puesto, para está ocasión tenían más de seis meses en alta mar y después de ejercer satisfactoriamente sus funciones se les daban unas largas vacaciones de seis meses, así era en la marina. Trabajabas sin cesar por un largo tiempo alejado del mundo siendo uno con la marea pero los descansos eran génerosos.

Defteros tenía un par de meses libres pero no sé atrevía a volver a la alcaldía, su madre había muerto recién y su hermano estaba con su esposo y no quería incomodarles así que decidió vagar por un bonito y humilde pueblo, por cosas de la vida y de la marea termino en este modesto lugar, tenía un buen ambiente y le pareció un lugar agradable para su descanso este par de meses.

Con una pequeña maleta e inocencia y picardía de la juventud Defteros llegó a el Samsara de la India, un lugar de bellos paisajes, gente animada y modestas arquitecturas para vivir unos meses.

Hablando el idioma de la región con un acento evidentemente notable logro dar con una posada en su mayoría de madera, era bonita y según lo que le dijeron esos jóvenes el servicio al cliente era fantástico y tenía exelentes y nutritivas comidas, el ambiente era familiar y tranquilo y lo más importante para Defteros...era económico, sin dudarlo pago por adelantado tres meses de estadía, y si le iba bien pasaría allí todas sus vacaciones.

Después de que le dieron las llaves de su habitación y le pusieron al tanto de algunas cosas como los horarios de la lavandería y las comidas se dirigío a la habitación que le correspondía, era bastante sencilla únicamente había una cama individual, algunos muebles y una ventana, pero era reconfortante y pulcra, el aire estaba impregnado con un agradable olor a incienso y canela, después de organizar su equipaje y de darse una ducha decidió dar un paseo por los jardines de la posada para que el aire secara su cabello húmedo.

Defteros bajo las escaleras y salió por la parte trasera del lugar, había llegado en la tarde a Samsara y mientras buscaba un buen lugar y organizaba su equipaje y se refrescaba el sol se estaba comenzando a ocultar, Defteros contempló maravillado el arrebol de la tarde, el firmamento tenía un tenue color naranja y acompañado con las diversas flores del pequeño jardín y los árboles de cerezo parecía una vista celestial.

Sin embargo más allá de la Belleza de la madre naturaleza hubo una hermosura que cautivo aún más los curiosos y soñadores ojos de Defteros.

Entre los árboles de cerezo en medio del atardecer un espléndido joven se encontraba regando las plantas, su cabello rubio parecía hilos de seda dorado reflejados con el cálido sol que se ocultaba, sus pestañas eran largas tupidas y rubias, esa piel era tan blanca que a Defteros le recordó a los inmaculados jades y sus ojos eran de un azul grisáceo inusualmente atrayentes, Defteros casi se tropieza en su lugar cuando noto la poca distancia que los separaba además esa persona lo estaba mirando directamente...sin pestañar mirando a su dirección mientras regaba las flores.

El seguro joven marino que era bueno con el actuar y las palabras por un momento no supo que hacer, con torpeza levantó su mano e hizo un gesto con su muñeca a modo de saludo sonriendo con timidez, sin embargo para su desconcierto el joven...¡Lo ignoró por completo! Miro hacia otro lado como si no hubiera visto que lo estaban saludando ignorando su existencia, Defteros se sintió como un estúpido.

Enojado sin saber por qué, se fue del jardín con el ceño fruncido, si. Era muy lindo pero eso no le daba derecho a ser odioso y presumido ¡Lo ignoró completamente! El moreno se hizo la idea de que aquel rubio se sabía hermoso y por ello actuaba de manera tan pretenciosa, definitivamente si se lo volviera a cruzar en un futuro no lo volvería a saludar.

De ese modo iban pasando sus días en aquel pueblito, algunas veces salía de la posada para pasear y conocer la zona, y otros días solo se quedaba en la pequeña habitación leyendo o durmiendo, no es como si Samsara fuera un lugar muy grande de por si, la razón principal de que eligio ese lugar para establecerse fue por qué estaba muy cerca de una hermosa playa donde iba muy seguido a tomar sol mientras escuchaba a las olas ir y venir, definitivamente el mar era parte de si mismo.

Aquel día después de que estuvo en la playa no fue directamente a su habitación sino que decidió pasear un rato por el jardín de la posada, el día estaba muy caluroso y aún no quería ir a meterse en ese cuartito, tomaría el aire de la tarde para después deshacerse del insoportable calor y darse un baño de agua fría, Defteros caminaba por el jardín y nuevamente el sol se estaba ocultando para darle paso a la noche, sin saberlo paso todo el día en la playa, miraba el hermoso atardecer pero cuando miro hacia donde estaban las flores y los árboles de cerezo casi se cae de la impresión. El bonito chico rubio de la otra vez estaba ahí nuevamente regando las flores frente a el.

¡Lo estaba mírando!

El chico nisiquiera observaba las flores mientras las regaba, sus ojos estaban enfocados completamente en Defteros, apesar de que el se prometió a si mismo que no volvería a saludar a ese jóven engreído su mano se alzó por si misma y con una sonrisa tonta empezó a hacerle al rubio un gesto de saludó, el chico lo miro por unos cuantos segundos más y cuando Defteros se empezaba a cansar de su mano...¡El rubio dió media vuelta y se fue!

¡Otra vez lo ignoro por completo!

Defteros frunció el entrecejo y sintió su sangre hervir, nunca había conocido a una persona tan odiosa en el mundo, dió media vuelta y se fue dando pisotónes definitivamente más nunca lo iba a saludar, no volvería a intentar ser amable con ese niño presumido.

Sin embargo por más que se prometió eso a si mismo al día siguiente fue al jardín a la misma hora del día anterior, no le sorprendió ver a ese chico nuevamente ahí regando las plantas, Defteros cruzó sus brazos, frunció el entrecejo y miro hacia otra dirección ignorandolo, no lo volvería a saludar. Definitivamente no, el era un hombre de palabra.

Aunque se repetía eso en su mente se dió cuenta que como días anteriores los ojos del chico estaban enfocados en su persona, de repente se empezó a sentir nervioso...tal vez ese niño bonito estaba esperando que lo saludara a si que nuevamente lo saludó mandando muy lejos todo su orgullo y dignidad, pero para su molestia el chico vio que lo saludo y miro hacia las platas ignorandolo por completo.

Otra vez.

Defteros está vez no pudo estar tan tranquilo, sintió su sangre calentarse del enojo, ese chico en verdad era de lo peor, no entendía por qué se quedaba mirándolo y cuando le saludaba lo ignoraba tan descaradamente, con una valentía obtenida por el enojo el moreno se acercó hacía el rubio que al oír las pisadas volvió a levantar su mirada, Defteros llegó frente a el y dijo con enojo.

—¿Eres ciego acaso? ¡Mocoso grosero! Llevo días saludándote y simplemente me ignoraste, eres un presumido y si sigues de ese modo terminarás solo el resto de tu vida—Le grito completamente enfurecido, la personalidad de Defteros era amable y tranquila por naturaleza sin embargo este chico lo saco de sus cabales, el moreno se espero una bofetada o que le gritara ya que se supone era un chiquillo rico y engreído, pero lo que sucedió lo dejo estupefacto.

El rubio escucho sus gritos y nisiquiera levantó la mirada, ahí frente a Defteros no pudo evitar empezar a sollozar en silencio haciendo sentir al moreno terrible.

—Oye tampoco te pongas así...—Intento tocarlo pero el rubio se fue corriendo y llorando, ni siquiera tomo sus implementos de jardinería.

El moreno quedó en su lugar extrañado con una enorme incomodidad consigo mismo, apesar de que ese chico fue grosero no tuvo que haberle dicho nada, sintiendo que hizo algo mal se empezó a dirigir a su habitación, no se espero que antes de pasar el umbral del patio hacia la posada alguien le metiera un puñetazo que lo dejo en el suelo.

—¡Que demonios sucede contigo!—Grito enfurecido tomando su nariz sangrante mientras se ponía de pie.

Un pelirrojo de afilados ojos azules lo observaba con desdén, sus dientes estaban tan apretados que parecía que se romperían, escupió sus palabras con enojo e ira desmedida.

—¿Que demonios sucede conmigo? ¡Que mierda pasa contigo! Cómo te atreves a hacerlo llorar, eres un infeliz...burlándote de su condición como todos los demás, juro que si te vuelvo a ver cerca de el te voy a matar—Dijo aquel hombre enfurecido mientras tomaba al moreno del cuello de su camisa.

—¿Estás hablando de ese niño rubio? Yo solamente le dije la verdad y se fue corriendo llorando, no entiendo por qué tanto alboroto, es su culpa por mal educado y engreído—Dijo mientras alejaba esas manos y sacudía su ropa de la tierra.

—¿Engreído? ¿Mal educado? ¡Tu qué sabes! ¡Tu no sabes nada!—Sus ojos azules estaban inyectados de sangre, estaba tan enojado que parecía un león rugiendo.

—Solamente intente ser amable y el fue grosero ignorandome por completo, no te preocupes no pienso acercarme más a personas como el—Defteros recordó su pasado, si bien logro estudiar gracias a su esfuerzo y a la ayuda de Aspros apesar de ser el hijo de la alcaldesa para su madre el no existía y así como se encontró en su camino a buenas personas también hubo gente que lo ignoro y desprecio...en verdad quería entablar una amistad con ese chico del jardín y hacer amigos en su estadía en Samsara pero nuevamente lo ignoraban como aquel entonces, a pesar de que creció siendo una buena persona y no guardo rencores los dolores del pasado siempre serían una herida que dejan cicatrices imposibles de desaparecer.

—No quiero que te le acerques jamás o conocerás a Shijima Bossi, y solo para que lo sepas no es que el te estuviera ignorando o siendo grosero, El en verdad es ciego...tuvo un accidente hace menos de un año y aún está adaptándose a su nueva vida, por ello no noto tu presencia, es noble, y tímido y está pasando por el momento más difícil de su vida y un imbécil como tú lo grita y hiere sus sentimientos, eres de lo peor...no te quiero ver cerca de mi primo jamás—El pelirrojo se fue de allí dejando a Defteros cayado e inmóvil en su sitio.

Así que era eso...ese chico no es que lo estuviera ignorando o mírando...el en verdad era ciego... Defteros se quiso abofetear a si mismo, fue un completo patán e hizo llorar a ese lindo chico, se sintió peor que su primera vez tomando agua salada, tenía que pedirle perdón a como diera lugar.

Decidido a pedirle una sincera disculpa fue al día siguiente al jardín en la tarde a la misma hora de los días anteriores pero está vez aquel rubio no estaba regando las plantas...lo mismo sucedió al día siguiente y al siguiente después de ese, Defteros fue al patio toda una semana a la misma hora pero no volvió a ver al rubio.

Cuando ya se estaba resignando a qué no lo volvería a ver jamás y aquella persona se llevaría una impresión terrible de el se lo encontró nuevamente, a diferencia de las veces anteriores en que se lo encontró era bastante temprano, al parecer el chico había cambiado su horario de cuidar del jardín para no encontrarse con el, el moreno se acercó vacilante en silencio, el chico no se había dado cuenta de su presencia y siguió regando las flores con la mirada hacia el frente, estando tan cerca el heleno pudo contemplar mejor y con descaro su rostro y facciones que eran suaves y serenas, había un rubor natural en sus blancas mejillas que lo hacía ver adorable.

Por un momento su determinación de hablarle se fue al carajo y se comenzó a sentir nervioso, en estos momentos era una suerte para el que ese chico fuera ciego, así no sería testigo de todas las veces que abrió y cerro la boca intentando vagamente que algún sonido coherente saliera de su boca, el rubio ya estaba terminando de regar las últimas plantas y se iba a marchar, Defteros se vio obligado a hablar si no quería que se marchara.

—H-hola—Dijo suavemente, el rubio pareció reconocer su voz y quiso caminar más rápido, Defteros se dió cuenta de su acción y le tomo de la mano impidiendo que se marchará—¡espera! Soy yo el tonto que te grito hace unos días, no tengo justificación y entiendo si te quieres ir pero antes de que lo hagas quiero que me escuches...—Suspiro y después hablo suavemente pero con sinceridad y determinación—Yo lo siento mucho, fui un patán contigo, ni siquiera te conozco y te juzgue...yo no lo sabía, he intentado buscarte estos días para decirte esto, como te había saludado tantas veces y me sentí ignorado yo solo... entiendo si no quieres perdonarme, ya no te daré más problemas.

El más bajo lo escucho con atención, su expresión se relajo después de escuchar que esa agradable voz estaba llena de sinceridad, cuando Defteros estaba listo para irse el joven ciego busco a tientas hasta encontrar su mano y está vez fue el quien lo detuvo.

—No te preocupes, yo soy el que debería disculparse por ser grosero—Sonrio suavemente, Defteros quedó bastante sorprendido, era primera vez que escuchaba su voz y veía su sonrisa.

—Para nada, como ibas a saber que te estaba saludando—Tosio secamente sintiendo que lo que dijo sonó un poco mal y explicó—Quiero decir...es mi culpa por no hablarte directamente.

—En todo caso lamento no haberte devuelto la cordialidad, mi nombre es Asmita—Le dijo sonriendo, Defteros se relajo de inmediato y respondió con felicidad.

—Es un placer Asmita, espero que los malos entendidos no sean impedimento para que seamos amigos—Extendio su mano para estrecharla con el blondo pero este no la tomo por motivos obvios, Defteros silenciosamente devolvió su mano sintiéndose un estúpido insensible.

Aquel día conversaron un poco sobre ellos y de ese modo comenzó su amistad, todos los días quedaron de verse en el jardín para el atardecer, Defteros le contaba a Asmita sus vivencias en la marina y explicaba con detenimiento cada lugar del mar y todo lo que conocía para que el rubio se hiciera una idea en la mente de cómo se veía, al pasar las semanas se fueron acercando más y el moreno se acostumbro a la ceguera de Asmita y ya no hacia tantas imprudencia que pusieran el ambiente tenso, ya no decía cosas impropias que dijo en días anteriores como:

"Mira que bonita flor Asmita"
"¿Has visto dónde dejé mi reloj?"
"¡Asmita tienes que ver el mar del este!"
"¿Vamos a ver las estrellas hoy?"

E infinidad de comentarios de ese tipo, por suerte el rubio no les daba importancia y en más de una ocasión se rió de ellos haciendo sentir a Defteros tan avergonzado que su piel monera se pintaba de carmín.

Ya habían pasado cuatro meses desde que Defteros llegó a Samsara y después de muchos malentendidos se hizo amigo del rubio, el heleno tenía muchos amigos que consideraba como hermanos en la marina pero Asmita era su amigo más especial...su compañía era la más grata del mundo y se le pasaban las horas como si fueran nada si estaba en compañía de el, sus conversaciones eran profundas como el océano y podía oír su suave y calma voz por horas, Asmita era ciego pero su forma de ver al mundo era más nítida y hermosa que el de muchas personas, era simplemente imposible no enamorarse de su espíritu, su bondad y su belleza interna, además su aspecto era como el que un querubín, en tan poco tiempo Defteros estaba completamente lleno de Asmita, su joven corazón se estremecía por aquel muchacho ciego, en sus pensamientos rondaba un solo rostro y sus horas de sueño se vieron sustituidas por los pensamientos de su mente y el latir de su corazón, cayó irremediablemente...cualquiera que se diera la oportunidad de conocer el gran ser humano que era Asmita estaría tan perdido como el.

Lamentablemente después de ese accidente Asmita perdió a sus padres que lo protegían y perdió para siempre los colores, todo era oscuridad para el...la única persona que se le acercaba después del accidente era su amado primo Shijima que era muy sobreprotector, Asmita sabía que su primo lo quería mucho pero a veces su actitud de no dejarlo siquiera caminar solo lo hacia sentir como una carga y un inútil... Defteros era su único amigo y la primera persona que lo trato como alguien normal, le agradaba su voz y compañía y aunque no pudiera verlo se sentía embelesado con sus historias sobre el mar y su personalidad, es como si los colores nuevamente estuvieran volviendo, ya no se sentía un completo inútil por qué alguien lo estaba tratando con sinceridad y como una persona.

Asmita no necesitaba mirar a Defteros para quererle pero un día quiso saber más de su amigó...después de comer unos bocadillos que el moreno compro de un puesto de la playa Asmita quiso "mirarle" por primera vez pero no sé atrevió a pedírselo, con la idea en mente pero sin expresarla siguió comiendo aquel dulce en silencio hasta que la voz de Defteros lo distrajo de sus pensamientos.

—Oye Asmita...estaba pensando...—Para este punto Defteros estaba completamente enamorado del rubio, estaba nervioso constantemente en su compañía, su rostro se calentaba y sus movimientos eran torpes, aunque sonaba cruel  en verdad era una suerte que Asmita fuera ciego y no viera su expresión miserable y tonta—Me gustaría que Mañana me acompañaras a la playa, la brisa se siente muy fresca y el olor del mar es exquisito.

—Me gustaría acompañarte—Dijo con  emoción el rubio, sonreía en la dirección donde creía estaba el moreno—Mmm tienes razón el olor de la playa es en verdad agradable, siempre estás impregnado con el y me gusta mucho.

Defteros se sintió a desfallecer, Asmita lo mataría un día de estos con tantas taquicardias que le provocaba, ese día se despidieron y quedaron de verse temprano para ir juntos a la playa.

Asmita vivía con su primo y tíos desde que sus padres murieron, eran los dueños de la pequeña posada y el dormía en una de las habitaciones del lugar, con el pasar de los meses se aprendió de memoria el camino de su cuarto al jardín y no tenía que usar un bastón para ir del patio a su cuarto, camino con cuidado por las escaleras y llegó hasta su habitación, abrió la puerta y escucho el ruido de alguien moviéndose en uno de sus muebles.

—¿Shijima eres tú?—Pregunto mientras se adentraba sonriendo, la única persona que entraba a su habitación era su primo.

—El mismo—Reia el pelirrojo, después suspiro y dijo fingiendo tristeza—Ya casi no te veo Asmita, prefieres al negro ese a estar con tu primo favorito, rompes mi corazón—Dijo en parte en serio y broma, a pesar de que no le agradaba para nada el guapo extranjero lo soportaba por qué le agradaba a su primo, pero temía que como todos los que se acercaban a Asmita algún día lo abandonarían cuando se cansará de el.

—Shijima...te he dicho que no le digas así a Defteros—Se sentó en su cama y llevo sus ojos ciegos a dónde suponía estaba su familiar—Ademas nunca me olvidó de tí, como lo dijiste eres mi primo favorito.

—Asmita...¿Puedes dejar de ser malditamente adorable?—Se acercó hasta el menor y comenzó a hacerle cosquillas, Asmita por su condición era más sensible en sus otros sentidos y tenía demasiadas cosquillas, se empezó reírse sin parar hasta que le dolió el estómago.

—Jajaja ¡Me rindo, me rindo!—El pelirrojo por fin lo dejo tranquilo, Asmita respiro y se seco las lágrimas que se le salieron de tanto reírse y le dijo—Shijima Mañana iré con Defteros a dar un paseo a la playa.

La sonrisa que tenía el pelirrojo se esfumó por completo.

—¡¿Que?! ¿Piensas salir con el?—Pregunto molesto.

—Si...¿Que tiene de malo?—Pregunto Asmita extrañado.

—¡Asmita tiene todo mal! El no sabe cuidarte y te puede pasar algo malo, no conoces esos lugares, definitivamente no. Mejor quédate en tu habitación y si quieres salir ve al jardín a regar las plantas, de ese modo estarás seguro.

Asmita de repente se sintió deprimido.

—No necesito que me cuiden Shijima...se que ante tus ojos soy un inútil pero puedo valerme por mi mismo, además Defteros es mi amigo y confío en el.

—¿Cómo puedes decir tales cosas Asmita? Si eres un niño, ni siquiera has cumplido la mayoría de edad, el es un hombre que ya es graduado y ha viajado por el mundo, es alguien experimentado y me temo que se quiera aprovechar de tu condición e inocencia.

—No lo creó así...me gusta pensar que hay buenas personas en este mundo, además el me hace sentir muy seguro y lo quiero mucho, confío en el, confía tu en mi Shijima.

—¡NO ASMITA! TIENES QUE ENTENDER QUE ESTAS INVALIDO Y NADIE QUE NO SEA TU FAMILIA TE QUERRÁ NI TENDRÁ BUENAS INTENCIONES CONTIGO, NO SEAS ILUSO—Grito completamente fuera de si, Asmita se encogió en su lugar y sus ojos ciegos brillaron con tristeza, a Shijima ver a su amado primo de ese modo se le rompió el corazón y trato de enmendar su error—No te pongas así Asmita...tú sabes que todo lo que hago y lo que te digo es por tu bien...

—Lo se...yo...lo siento Shijima estoy bastante cansado hoy y me gustaría dormir un poco, hablamos otro día ¿Sí? Tranquilo yo Mañana no saldré de mi habitación, si Defteros pregunta por mi dale una escusa.

El pelirrojo se sintió más tranquilo al saber que su primo no saldría a ninguna parte.

—Esta bien, que descanses—Salio de la habitación dejando atrás a una persona que en un principio estaba entusiasmada llena de inseguridades.

Las palabras de Shijima rondaban sin cesar por la mente de Asmita...¿En verdad nadie lo querría nunca sinceramente por su discapacidad? Por qué su destino tuvo que ser así...tenía tiempo que no lloraba, sin embargo esa noche extraño mas de lo usual su antigua vida, sus padres y sus ojos...los colores del mundo y sobretodo su seguridad y amor propio.

Al día siguiente Defteros se levantó muy temprano y alistó todo para su salida con Asmita, está contaría como su primera cita, aunque el rubio solo lo viera como su amigo el no podía evitar tener aquellos pensamientos, ya con todo listo fue hasta el jardín a esperar por Asmita, se le hizo extraño no verle ahí ya que el chico era muy puntual sin embargo no se molestó en lo más mínimo y se sentó en la banca dónde siempre se sentaban ambos y esperó...

Espero y espero pero nadie apareció, una, dos, tres...espero muchas horas hasta que se hizo de noche no se movió de su lugar por qué tenía la esperanza de que Asmita aparecería en cualquier momento disculpándose por su retraso, pero eso no sucedió.

Resignado se dirigió hasta su habitación, ya era de noche y tenía que aceptar que lo dejaron plantado, conocía a Asmita y no estaba molesto, estaba preocupado de que le fuera sucedido algo, quería verlo lo más pronto posible para preguntarle qué le había sucedido, se sintió bastante aliviado cuando vio al primo del rubio en la recepción de la posada, sabía que no le agradaba al pelirrojo y por ello lo evitaba lo más que podía pero está vez necesitaba saber sobre el rubio.

—Ah esto...¡Hola Shijima! ¿Sabes si Asmita se resfrío o tuvo que ir a algún sitio?—Le pregunto lo que creía sucedió, el pelirrojo puso los ojos en blanco y contesto con molestia.

—Nada de eso, simplemente no fue a esa estúpida salida contigo por qué te odia por negro, el me dijo que no quiere que lo busques más y que jamás le vuelvas a hablar, bueno adiós para siempre no le vuelvas a hablar a mi primo—Se fue de ahí.

—....

Algo anda mal...

Asmita jamás diría algo como eso, ese tonto cabeza de cerillo quería alejarlo de SU rubio y nisiquiera inventó una buena escusa, Defteros obviamente no creyó esas tonterías y se puso manos en marcha para descubrír la verdad de por qué Asmita lo dejo embarcado, ahora tenía más dudas.

Silenciosamente espero hasta que el recepcionista se fuera a dormir y se escabullo entre los papeles de la posada para buscar la habitación donde vivía el rubio, el lugar no era muy grande pero no quería tocar puerta por puesta hasta encontrar la correcta, después de una media hora encontró una habitación que estaba ocupada desde hace más de un año, el tiempo que tenía Asmita viviendo en la posada, Defteros fue hacia allí pero vio que había una puerta que impedía su paso hacia la habitación de Asmita, sin más opción dió la vuelta y se devolvió, solo que fue hasta el jardín y comenzó a trepar de un árbol para llegar hasta el balcón de esa habitación que estaba en el segundo piso, logro entrar en el balcón de Asmita después de unas cuántas caídas, rasguños y un montos de hojas en su largo cabello.

—Asmita... Asmita—Empezo a llamar en un susurro mientras tocaba la puerta, Asmita que ya estaba durmiendo se despertó de inmediato creyendo que deliraba se puso de pie y abrió la puerta de su balcón donde provenían los llamados.

—¿Defteros?—Pregunto extrañado y somnoliento.

—Si soy yo, no podía dormir sin saber que te había pasado, me quedé esperándote hasta hace poco ¿Estás bien?—Pregunto preocupado, aunque se alivio al ver que no parecía enfermo.

—¿Me estabas esperando hasta hace poco?—Pregunto tan triste...—Pero si es de noche ya.

—Asmita yo esperaría por ti una eternidad de ser necesario...

—¡Lo siento, lo siento mucho!—Asmita de pronto comenzó a llorar y se lanzó a los brazos de Defteros que lo abrazaba para tranquilizarle, le preguntaba suavemente que había sucedido pero Asmita solo repetía una  y otra vez que lo sentía—Siento hacerte perder el tiempo con un invalido como yo, ya no tienes que hacer más esfuerzo, alejate como todos y no me hagas quererte más.

Las palabras de Shijima siempre fueron duras y extremadamente realistas, se creyó inmune a ellas pero por un momento saber que nadie lo amaría...mejor dicho que Defteros no lo amaría le dolió como si le estuvieran quitando los colores nuevamente.

No lo pudo evitar y se enamoro del espíritu de ese hombre, se enamoro de sus historias y de su voz con ese encantador acento, se enamoro profundamente sin mirarle pero sabía que eso no sería necesario mientras conociera su interior, pero dolía tanto... Defteros ni nadie lo amaría por ser un inválido, su mismo primo que era tal vez la única persona que estuvo a su lado después del accidente se lo hizo saber.

—¿De que estás hablando tontito?—Seco esas gotas cristalinas que abandonaban los ojos sin vida de Asmita—Si yo jamás me iré de tu lado,  además el tiempo que he estado contigo han sido los mejores días de mi existencia, Asmita no digas que eres un inválido, para mí eres mi persona especial y no quiero oírte decir esas cosas, yo no me alejaré de ti y ¿sabes por qué? Por qué te amó.

—Defteros...¿tu me amas? Así no pueda ver ¿tu...estás dispuesto a quedarte conmigo?

—Con o sin vista, Asmita siempre será mi Asmita, estoy completamente enamorado de ti y no te vas a deshacer de mi tan fácilmente por qué ahora que te encontré de entre millones de personas no pienso dejarte jamás.

—Defteros...yo me enamore de tu alma, te amo con toda la intensidad de mi corazón y quiero estar contigo hasta el último de mis días, no me importa ser amado por Miles, solo quiero tener tu amor.

Bajo la luz de la luna en aquel balcón Defteros extinguió la distancia y saboreo por primera vez los labios de Asmita, dulces e inexpertos...esos labios los probaría toda su vida.

Por qué Asmita le enseño a ver la vida de una manera más bella.

Lo amaría y cuidaría hasta el último día de su existencia...

Defteros no fue nadie para su madre y fue humillado e ignorado por muchas personas pero tal como Asmita, mientras fuera amado por esta persona el sería infinitamente feliz, juntos eran su pequeño todo.

Aquella noche ambos saltaron por aquel balcón y fueron a la playa, Defteros tomo esa blanca mano y fue los ojos de Asmita, su bastón y la persona que lo guiaría de aquí en adelante, cuando llegaron los oídos de Asmita se llenaron con el sonido de la inmensidad de las olas y el exquisito olor de la plata que siempre tenía el moreno consigo.

—Asmita...¿Puedes sentir cuál grande y magestuoso es el mar que tanto amo?—Pregunto en su oído mientras lo mantenía abrazado por detrás.

—Si...puedo sentirlo—Dijo tomando esas manos que no estaba dispuesto a soltar jamás, cerro sus ojos ciegos y se encargó de escuchar y sentir las olas y  el aroma de aquel magnífico lugar, a pesar de que no podía ver la luna llena reflejada en el agua y la belleza infinita de aquel paisaje lo podía sentir, y mejor aún sentía ese amor de Defteros.

—Eres  para mí más grande y bello que el mar.

—Defteros...mi Defteros, yo...quería preguntarte si me dejarías "mirarte"—Le pregunto ruborizado mientras se alejaba un poco para quedar cara a cara, desde hace mucho quería hacer eso con Defteros pero no tenía el valor para preguntar.

—Solo tu conoces la desnudes de mi alma, mírame todo lo que desees, yo te pertenezco.

Asmita sonrió y Defteros lo volvió a tomar de la mano, lo guío hacia una piedra donde Asmita tomo asiento y Defteros recostó la cabeza en el regazo del rubio, se sentía bastante nervioso...a el le gustaba mucho el físico de Asmita, quería gustarle también.

El joven ciego que aún mantenía los ojos cerrados empezó a pasar suavemente la yema de sus dedos por el rostro de la persona que amaba, piel suave impregnada del olor de las mareas...labios gruesos y húmedos tan deliciosos, tocó con suavidad sus cejas gruesas bien definidas y esas pestañas largas y tupidas, sus dedos recorrían facinados cada rincón de esa cara, fue cambiando la dirección y subiendo más acaricio ese largo cabello que era tanto suave como grueso, sus delicadas manos de jade bajaron hasta esos gruesos hombros y acaricio sintiendo cada músculo, cada articulación y cada rincón, Asmita estaba embelesado "mirando" cada parte del moreno, no le importaba como fuera su físico mientras tuviera el espíritu de Defteros pero este hombre era un Adonis.

Asmita termino de "mirar" al dueño de su amor con el corazón acelerado y una tenue sonrisa, no decía nada y Defteros se empezó a preocupar por no gustarle a Asmita.

—¿Y...que opinas, aún te gustó?—Pregunto con nerviosismo.

—Eres tan bello...me gusta todo de ti.

Aquella noche se juraron amor eterno por primera vez, y un par de años después ante un altar, Defteros trabajaba en la marina y tenía que estar fuera de casa por más de seis meses pero en casa siempre había alguien esperando por el haciendo que volver del mar se sintiera mejor que nunca, antes no tenía dónde llegar, no tenía un hogar y solo esperaba que se acabaran las vacaciones para volver a su amado mar, ahora tenía algo más magnífico para el que el mismísimo mar y ese era su esposo...su amor era verdadero y frente a las adversidades se hacía más fuerte, un par de años después de casados nació el fruto de su querer...

Un hermoso niño de cabellos dorados y ojos zafiro de nombre Shaka.

Sus vidas no eran perfectas pero eran felices, Defteros quiso dejar la marina para vivir con su familia pero si había alguien que lo conocía en este mundo ese era Asmita, el sabía lo importante que era para su esposo el mar y no quería que dejara sus sueños de lado, el rubio estaba feliz esperando por el teniendo la certeza que siempre volvería por ellos, no podían verse siempre pero el tiempo que pasaban juntos era invaluable y de calidad.

Asmita conocía cada rincón de la casa que Defteros compro para ellos y su bebé, el sabía cómo andar en su zona de confort y atender a su pequeño Shaka pero lamentablemente seguía siendo ciego...un día ocurrió un accidente que le pudo haber pasado a cualquiera pero le ocurrió a el...

Defteros tenía tres meses en el mar y el seguía su vida en tranquilidad con su pequeño de ahora cinco años, las últimas semanas se había estado sintiendo mal así que se fue a hacer un chequeo dónde descubrió que nuevamente estaba esperando un hijo con su esposo, Asmita estaba feliz de darle a Shaka un hermanito y no veía la hora de que su amado volviera para darle la gran noticia.

Cuando ocurrió...

Era un día tranquilo como cualquier otro pero su hijo estaba creciendo y jugaba por doquier, el pequeño Shaka había olvidado recoger sus juguetes y lamentablemente Asmita no podía ver y no pudo evitar tropezar y caer por las escaleras, fue un golpe bastante severo que le fracturó un brazo, una pierna y le produjo esguinces en las articulaciones pero había algo aún más grave...tenía tres meses de embarazo y la sangre no dejaba de correr por sus pantalones blancos.

Cuando Defteros llegó a su hogar está vez no lo esperaban sus rubios en la puerta sonriendo, le esperaba la noticia que su esposo estaba hospitalizado desde hace un mes y su hijo mientras estaba en casa de los vecinos, Defteros corrió hasta el hospital donde le esperaba un Asmita destrozado... No solo su cuerpo estaba mal sino que había perdido a su bebé y quedó imposibilitado para siempre de tener más hijos...

Asmita se sintió completamente culpable...por culpa de su ceguera había matado a su hijo, desde aquel día perdió la confianza en si mismo y continuamente tropezaba o se quemaba, Defteros no quería que su esposo se lastimara más y le dolía profundamente verlo de ese modo, pero el era incapaz de contratar a un enfermero para ayudar a su pareja y hacerlo sentir como un inútil....

Un día que fue de visita con su familia a la alcaldía le comento de su problema a Aspros y este muy amablemente se ofreció para ayudarle como siempre, su hermano era una gran persona...

—Defteros se que si por ti fuera renunciarías a la marina para estar con Asmita y Shaka pero eso no le gustaría a tu esposo, Camus y yo estamos muy solos desde que Degel falleció después del parto, a nuestros hijos les caería bien la compañía mutua y yo prometo cuidar de mi cuñado como si yo fuera tu, mi casa es tu casa y tu familia es la mía, habla con Asmita y lleguen a un acuerdo, así el no estará tan solo esperando por tu regreso—Le dijo Aspros a Defteros con su sonrisa siempre gentil.

Defteros hablo con Asmita sobre aquella idea y aunque al principio el blondo no quería alejarse de su casa sabía que estar solo sería una bomba de tiempo, un peligro inminente...el era ciego y no podía cuidar de Shaka correctamente, tendría que hacer sacrificios para que su único hijo que tendría en toda su vida creciera sano y Salvo, además no quería darle preocupaciones innecesarias a Defteros que se encontraba trabajando en lo que más le gustaba.

Asmita aceptó.

Y con ello firmo una sentencia eterna, Aspros lo hacia suyo siempre que su amado esposo no estaba únicamente para vengarse y saciar sus instintos animales con el hermoso y ciego esposo de su gemelo, no podía hacer nada por qué Aspros que tenía el poder podía matar a las personas que más amaba, Asmita estaba completamente roto, su autoestima no existía ya que su cuñado todos los días se encargaba de decirle y demostrarle que era un inválido que no podía hacer nada para defenderse a si mismo.

Estaba tan cansado...

Tantas mentiras, violaciones, palabras sucias, lágrimas, súplicas e infidelidad...¿En qué momento su vida feliz se convirtió en este infierno?

¿Podría Defteros perdonarlo si supiera la verdad?

¿Podría proteger a su hijo y esposo usándose a si mismo como sacrificio?

¿Podría el fuerte amor que se tenían superar esta prueba tan grande?

¿Podría el seguir resistiendo...?

¿¡Cuándo sería el desenlace de este martirio?!

Acaso el....¿Tendría un final feliz?

🔸🔸🔸🔸🔸🔸

GiferRj.



























Después de este capítulo volveremos al presente, me gustaría saber ustedes cómo piensan que será el desenlace de la historia de amor de Defteros y Asmita.

¿Que opinan de todo en general?

A pesar de que a veces se me hace imposible responder los comentarios, siempre los leo y tomo en cuenta sus opiniones y me dan motivación.

espero que les haya gustado, Gracias por leer cuídense mucho. ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro