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Capítulo 13.

22 años atrás.

Cómo era costumbre las puertas de la alcaldía se mantenían cerradas, el lugar era tan grande y estaba tan vacío que cuando rara vez se escuchaban las voces se hacía un profundo eco, en un inmenso mesón lleno de diversos libros y hojas se encontraba un atractivo joven de hermosa cabellera larga de un azul profundo y ojos celestes, aunque sin duda alguna era un joven muy bello como alguna hermosa pintura se encontraba completamente solo.

Al ser el hijo de la alcaldesa por supuesto que no se le tenía permitido entablar relaciones con personas fuera de su círculo social, por lo que Aspros tenía que pasar su juventud en compañía de largos y tediosos ejemplares sin tener permitido divertirse como los jóvenes de su edad, al ser el hijo mayor de Integra  Gemak como lo era la tradición del pueblo sería el próximo alcalde, su hermano gemelo apesar de tener su misma edad tuvo la suerte de nacer unos minutos después por lo tanto el peso de la herencia recaía en sus hombros. Así mientas Defteros cumplía su sueño y estaba reclutado en la marina para en el futuro ser un capitán, Aspros tenía que poner todo su empeño en ser un digno alcalde, destino que no quería pero le fue otorgado desde antes que naciera.

Desde que Defteros se marchó para estudiar la alcaldía se volvió aún más silenciosa...Aspros rara vez veía a su madre que estaba ocupada con los asuntos de la alcaldía, la persona que veía más seguido era su tutor que venía una vez al mes a dejarle docenas de ejemplares para leer y verificaba su progresó.

Que irónico...vivía en el mejor lugar del pequeño pueblo de Atenas, su familia por el simple echo de ser Gemak no le faltaría la comida, un techo y le sobrarían los lujos pero...estaba tan solo, no tenía con quién hablar sobre un libro, las tres comidas del día eran el con la soledad, era tan frustrante, pasar su juventud de ese modo era simplemente devastador.

Aspros ya estaba resignado a la vida que le tocó, viviría de este modo hasta que le tocará tomar su rol como alcalde y después pasaría sus días en el despacho como su madre, estaba tan apático y resignado que no se molestó en desear o ansiar algo con todas las fuerzas de su corazón, hasta que hubo un día que su apática monotonía se vio iluminada por un deseo unipersonal...

El joven muchacho despertó muy temprano en la mañana, se vistió con uno de sus muchos finos trajes y bajo a desayunar en soledad como le era costumbre, al bajar las escaleras se encontró con que la cocina estaba más animada de lo usual, seguramente vendrían a comer unas personas para hablar con su madre de política o economía, tenía una pequeña curiosidad y en verdad quería preguntar pero lamentablemente no podía, una de sus muchas prohibiciones era cruzar palabras con la servidumbre, a palabras de su madre eran "personas inferiores que no están a tu nivel social, no les hables"

Aspros no tenía ánimos de ser testigo de esas tediosas conversaciónes, en un futuro ya tendría su dosis diaria de  política, además no es como si pudiera opinar si se quedara, solamente tendría que hacer como uno de los accesorios de la casa y quedarse callado para que los adultos conversaran, sin ganas de ello ordenó que llevarán su comida a su habitación con la escusa de que se sentía indispuesto y así se ahorro tal molestia.

Así lo hizo, desayuno en su habitación  al ver que no tenía nada que hacer y obviamente no podría salir, bajo silenciosamente por las escaleras sin siquiera asomarse al comedor y se dirigió a la biblioteca para pasar sus horas entre letras, al abrir la puerta le dieron la bienvenida Miles de ejemplares de los cuales la mayoría habían sido ya leídos por el a lo largo de su vida, así que se dispuso a buscar alguno que no haya leído con anterioridad para pasar el rato, caminaba por los pasillos pero no encontraba nada que llamará su atención, todos ya los había devorado o los temas no eran de su interés, cuando ya estaba por resignarse y volver a su habitación sus ojos zafiro notaron un libro de pasta marrón que tenía como título "Libertad, sentido del existir" parpadeo repetidas veces no creyendo del todo que hubiera un libro así en esta amplia biblioteca que solo tenía libros de estrategia militar, política y administración, a pesar de que solo podía leer para distraerse nisiquiera habían libros ociosos como novelas o cuentos solo política, política y más política.

Cómo si estuviera siendo atraído su mano se fue acercando hacia ese libro, Aunque antes de que lo tomara paso algo completamente inesperado; una blanca palma estaba sobre la suya impidiendo que tomara el ejemplar, al parecer el y otra persona de entre Miles de libros eligieron el mismo, por consecuencia sus manos estaban tocándose entre si.

Aspros miro hacia la persona que había tomado el libro, decir que estaba estupefacto era poco; un joven de largo y sedoso cabello carmín, piel blanca y tersa como un inmaculado mármol y atrayentes ojos amatista protegido por un par de anteojos lo miraba de igual manera asombrado.

—Oh lo siento, puedes tomarlo—Hablo aquella persona alejando su mano dejándole el libro al gemelo, esa voz era como una caricia al oído, tan clara, tranquila  y con un exquisito acento francés.

El joven que nunca había socializado con nadie a demás de su gemelo, por un momento no supo que hacer...

—Uh, no, este, puedes quedartelo es más te lo regaló—Hablo torpemente.

El joven pelirrojo soltó una risita.

—No me atrevería, es de tu familia y además hace un momento parecía que tenías interés por este libro, he estado buscando por más de una hora y solo este parece interesante, no me gustaría privarte de el, para mí los libros son portales a otros mundos que no deben ser restringidos a nadie—Mientras hablaba un brillo se asomo por sus ojos amatista, Aspros le miraba anonadado con tanta belleza, no conocía a muchas personas y de repente se cruzaba con alguien así, el pelirrojo noto que el joven lo miraba y se avergonzó de si mismo por su palabrería—Lo siendo, creo que me he excedido, cuándo se trata de libros siempre suelo hablar de más, olvida todo lo que dije...fue bastante tonto.

Sus padres siempre lo reprendian por "su comportamiento infantil y palabrería absurda", el joven de cabellos rojos sintió que hizo algo mal y se sintió muy avergonzado, cuando las cosas son dichas muchas veces sin cesar entran en lo más profundo de las personas, sus padres siempre le decían que hablar de ese modo de la ficción era absurdo y burdo, se lo habían dicho tantas veces que en verdad creyó que expresar sus sentimientos abiertamente sobre algo que le gustaba estaba mal.

Aspros negó suavemente con la cabeza.

—Para nada, no creo que sea tonto, de echo me parece una visión hermosa y acertada—Le sonrió para transmitirle confianza, el joven se sintió más tranquilo—Por cierto jamás te había visto en la alcaldía, ¿Cómo te llamas?—Le pregunto con curiosidad, al juzgar por su dialecto y deslumbrante apariencia no creía que se tratara de la servidumbre, no era por ser clasista pero este joven parecía una deidad que se escapó del cielo y descendió al mundo de los mortales, Aspros estaba deslumbrado.

—De echo es primera vez que vengo a Atenas, mi familia y yo pertenecemos a Francia, Mi nombre es Degel—Le dió una pequeña sonrisa al heleno.

—Es para mí todo un placer conocerte—Le devolvió la sonrisa—Yo soy Aspros.

—Joven Aspros, ya que ambos nos interesamos en un mismo libro ¿Por qué no lo leemos juntos? Mis padres al parecer tenían unos asuntos que discutir con la alcaldesa y no terminarán pronto.

—Me parece una exelente idea.

De ese modo ambos jóvenes se sentaron en una pequeña mesa de la biblioteca, habían mesas más grandes pero solo en aquel rincón entraba la luz del sol, aquella tarde la pasaron entre risas y conversaciónes triviales intercambiando opiniones sobre el libro que leían juntos y conociéndose más, para dos jóvenes que eran cautivos en sus hogares obligados siempre a cohibirse en cada cosa que hacían y sin tener la oportunidad de conocer a alguien fuera de su círculo social este encuentro fue una bocanada de aire fresco.

A pesar de que Aspros estaba de un humor increíble como nunca antes, también se sintió bastante triste cuando llegó el momento de despedirse, lamentablemente este momento de tranquilidad y felicidad fue muy efímero, después de haber saboreado nuevamente una dulce compañía ¿como podrá estar con su usual apatía? Días después logro ver a su madre y le pregunto por Degel.

—El joven Versau es hijo de unos importantes ministros de la orden europea, su familia es influyente y a Atenas Grecia le conviene fortalecer lazos con grandes potencias como Francia, está cena que tuve con los Versau es para intentar lograr una alianza por medio de un matrimonio—Hablaba Integra sin mucho entusiasmo a su hijo que no había visto en días mientras se concentraba en unos documentos.

Aspros de repente sintió que su corazón comenzaba a acelerarse, por un momento su voz se atoro, se aclaró la garganta y pregunto con incredulidad.

—Ese compromiso...

—Entre tu y el joven Versau, aunque no se lo menciones a nadie, es algo en lo que aún estoy trabajando para lograr, esto nos beneficia más a nosotros que a ellos así que debo lograrlo a como de lugar, a veces para que un plan rinda frutos debe hacerse lentamente, lograre ese compromiso a como de lugar—A ella no le importaba la opinión de su hijo para nada, aunque esta vez el heleno no tuvo ningún reproche para hacer.

Se retiró a su solitaria habitación y por primera vez en toda su vida un  pensamiento en específico cruzo por su mente, tal vez haber nacido con el apellido Gemak y con todas sus responsabilidades no fue algo tan malo...tal vez y solo tal vez su soledad acabaría muy pronto.

Durante dos años enteros Integra y los Versau se encargaron de reunirse continuamente para que sus hijos se relacionarán, Aspros que sabía que Degel podía ser su futuro consorte se emociono cada vez más con la idea y con cada momento que pasaba junto al pelirrojo le gustaba más, Degel era de personalidad tranquila, amable por naturaleza y muy interesante, además su belleza era única ...era simplemente imposible no sentirse enamorado.

Durante dos años enteros Aspros soñaba con que anunciarán su matrimonio con ese jóven para que de una vez por todas el pudiera tener lo único que anhelaba, una compañía y amor, no le importaba la alcaldía el solamente quería casarse con Degel y más nunca volver a caer en la soledad, el galo era tan amable con el que sintió que también era correspondido.

Su relación era bastante buena, hablaban por horas, comían y reían juntos, se cuidaban y querían...todo era ideal y parecía que tenían un futuro brillante, los padres de Degel por fin tomaron la decisión de aceptar ese compromiso arreglado pero hubo algo que nadie tomo en cuenta...

Aspros obviamente estaba de acuerdo, durante cientos de noches soñaba con su futuro junto a su amado pelirrojo sin embargo aunque Degel apreciaba mucho al hermoso joven heleno no lo amaba, el conoció a un gitano que apesar de ser descarado y coqueto era su primer y único amor.

Para un joven prisionero en los confines de su existencia conocer a un gitano que le mostró la belleza de la libertad y el amor era difícil sacarlo de su corazón, y aunque Aspros era un joven bueno y solitario que merecía amor, Degel no podía dárselo por más que quisiera...su corazón latía por otra persona.

Pero...¿Quien lo escucharía? Sus sentimientos y sus añoranzas jamás fueron tomadas en cuenta, por más que le suplico a sus padres que cancelaran el compromiso no fue escuchado, la palabra ya estaba dicha y el se casaría con Aspros Gemak, era simplemente inaceptable. Aspros era su amigo más querido ¡No lo amaba! Jamás lo amaría y casarse con el solo lo haría infeliz a él y a su amigo pero nadie escuchaba sus gritos de auxilio.

Un día ambos jóvenes estaban en el patio como de costumbre, Aspros estaba más feliz de lo usual sin embargo esta vez el galo se veía sumamente demacrado y sombrío, como si estuviera llevando una carga que consumía poco a poco su espíritu y de echo así era...

—¿Sucede algo malo Degel? Llevo más de cinco minutos hablándote y no pareces escuchar—Pregunto Aspros mientas tomaba sus manos entre las suyas, sin embargo el francés las retiro de inmediato como si el simple roce lo quemara.

Aspros encogió sus manos y no lo volvió a tocar.

—¿Lo sabes ya?—Pregunto Degel, su tono era de agonía como si estuviera sufriendo... Aspros sabía a qué se refería pero aún así no quería aceptar que su amado francés estaba tan disgustado por lo que para el sería su noticia más feliz y el motivo de su vida.

—¿Que cosa?

—Del compromiso...tu...¿No estás de acuerdo cierto? Aspros tenemos que hablar con nuestros padres e impedirles que hagan está locura yo...—Interrumpido.

—Lo sé.

—¿Que... entonces tú?

—Lo sé, lo sé y estoy de acuerdo.

—No...eso no puede ser posible que tú también estés de acuerdo ¿Por qué Aspros?—Pregunto sin entender, no entendía por qué su mejor amigo estaba de acuerdo con esta locura, ellos no se amaban esto no llevaría a nada bueno.

—Degel...eres inteligente, único, amable y hermoso pero también muy despistado, ¿A caso no son obvios mis sentimientos?—Le sonrió con dulzura, bajo la cabeza y comenzó a jugar con las flores de la mesa con nerviosismo mientas hablaba—Tu me gustas...siempre me has gustado, te amo y nunca te he visto solamente como mi amigo, por supuesto que estoy enterado de este compromiso y también estoy de acuerdo.

Degel no lo podía creer...el siempre pensó que Aspros y el compartían los mismos sentimientos, que equivocado estaba, sin embargo a pesar de que adoraba al heleno no podía casarse con el esto solamente los lastimaria a todos, Aspros merecía a alguien que correspondiera su amor y ese alguien no era el por qué su corazón solamente latía por un gitano que lo robaba en las noches.

—Aspros, yo no sabía de tus sentimientos hacía mi pero...lo siento mucho, no puedo corresponderte, te adoro eres mi mejor amigo, la persona con la que puedo pasar la noche entera  hablando y no me aburriría, pero yo no te amó, no nos podemos casar por qué no siento ese tipo de amor hacia tí, tu mereces a alguien que valore y ame la gran persona que eres pero yo soy el equivocado, mi corazón ya tiene a alguien a si que no puedo corresponderte...

Con cada palabra que salia de la boca de Degel, Aspros sentía como su corazón se rompía el mil pedazos, parecía estar escuchando el crujido, con ese dolor insoportable en el pecho pregunto.

—¿Que tiene el que no tenga yo? Solo dímelo y prometo cambiar...yo... necesito que me ames Degel, tu y yo nos vamos a casar y seremos muy felices, anda...di que si por favor, si dices que si prometo prepárarte yo mismo tu comida favorita, leeremos juntos los libros que tú quieras y tendremos muchos hijos Degel, seremos muy felices yo puedo ser lo que tú quieras solo...solo di que si.

Degel cerro los ojos sintiéndose destrozado, ver a su amigo de este modo lo estaba rompiendo pero simplemente no podía amarlo...esto era más fuerte que el, no elijes a quién amar.

—Aspros...ya basta no hagas esto, no te lastimes asi, no nos podemos casar solo nos haremos daño, no quiero lastimarte más por favor déjalo ir.

—¡Tu me estas haciendo daño! ¿Sabes cuántas veces soñe con una vida a tu lado para acabar con esta maldita vida de soledad e infelicidad? ¡Muchas! Degel...mi vida era una mierda antes de conocerte yo en verdad te amo con todo mi corazón no puedes simplemente decirme que amas a alguien más no hagas esto ¡NO ME HAGAS ESTO! Yo no quiero poder, alcaldías, ni riquezas...solo te quiero a tí...di que si, si lo haces...si lo haces seré muy feliz.

Degel lloraba completamente roto, sin embargo su voz siguió firme.

—Lo siento, pero no puedo casarme contigo.

Aspros en un ataque de irá pateó la mesa haciendo que se estrellara con el suelo rompiéndose en pedazos, con las esquinas de sus dedos de las manos contrayéndose en un ataque de ansiedad y con los ojos enrojecidos dijo en tono fuerte y sin emociones.

—Bien...si así quieres las cosas así serán, tu te vas a casar conmigo quieras o no, no voy a cancelar nuestro compromiso.

Se fue de ahí, en ese momento su bonita relación era un cristal que se fragmento para jamás ser reparado...

Por más que Degel intento evitarlo el día de la boda llegó, Kardia le pidió que escaparan juntos pero el joven temía a lo desconocido y no pudo dejar a las personas que amaba no pudo aceptar, se negó a la propuesta del patriarca de los gitanos rompiendo su corazón, para ese año Kardia y Degel se separaron con lágrimas en sus ojos, el gitano volvió con su etnia derrotado...la persona que amaba se estaba casando.

Sin embargo aunque la distancia y un anillo de compromiso los separaba el amor no podía ser arrancado de sus almas, pese a que Degel se casó con Aspros Gemak no pudo dejar de pensar ni por un momento en Kardia.

Aspros lo intento...

Lo trataba con amor y paciencia, hacia sus comidas favoritas y lo presumía con orgullo pero no era correspondido en nada, nisiquiera pudieron volver a hablar como antes por qué ya todo estaba roto, el no respeto los sentimientos del galo y lo acorraló para un matrimonio en el que solamente el era el que amaba, Degel rechazaba sus besos y sus caricias... Y aunque Aspros lo deseaba y ya lo había obligado a casarse y a aparentar aún no podía forzarlo a amarlo...y eso dolía.

Duraron durmiendo en la misma cama sin siquiera mirarse por un año...Degel estaba vacío, Aspros empezó a privarlo de su libertad para que solo fuera suyo, si Degel no lo amaba el lo obligaría a hacerlo.

Pero un día...Kardia volvió.

No le importaba que Degel estuviera casado, el amaba a ese niño rico que era tan ignorante de la vida, lo atrapaba su inocencia y su espíritu, siempre soño con recorrer el mundo pero... ¿que era conocer al mundo si no se tiene a quien uno quiere? Lo busco, libero a Degel de dónde era cautivo y está vez el galo tomo su mano para no soltarlo jamás.

Sin embargo al día siguiente cuando Aspros volvió a la habitación y vio que Degel había huido de él su psique se fragmento.

¿¡Por qué!?

¿Por qué el no podía ser amado?

¿Que tenía ese inmundo gitano que el no?

¿Acaso no dió todo de si mismo?

¿Acaso el no merecía amor?

¿No merecía ser feliz?

El solamente quería a Degel...era su único anhelo en su vida de mierda, está vida que le tocó.

¿¡ENTONCES POR QUE NO TENÍA LO ÚNICO QUE QUERÍA!?

Pero si Degel no era suyo no sería de nadie...el amo con intensidad pero jamás fue notado, entonces lo odiaria hasta que lo notará, le dió todo y no lo valoro así que le quitaría lo que más amaba, si el no tenía lo único que quería entonces ellos tampoco...los haría pedazos, a nadie le importo hacer pedazos su corazón, mataron todo lo bueno que había en el.

A si que los haría pagar mil veces peor.

—Te vas a arrepentir maldito infeliz...nadie me desplaza y mucho menos por un asqueroso gitano, lamentaras el día en que te burlaste de mi Degel—El gemelo partió un espejo con su puño, la sangre se esparcía entre sus dedos como un pequeño torrente carmesí—Sangre...con mi sangre certificó está promesa juro qué tú sangre y la de ese bandido correrá.

Mientras Aspros caminaba entre los cadáveres de los gitanos y pisoteaba los cuerpos sin vida de Kardia y Degel se acercaba lentamente hacia ese bebé que lloraba en desconsuelo, lo tomo en sus brazos y una sonrisa se formó en sus labios...esos malditos tuvieron un bastardo, el haría sufrir a su generación y se encargaría que la generación siguiente sufriera de igual manera eso se juro...

Sin embargo ahora dieciocho años después de ese día que acabo con el campamento del gitano asqueroso de Kardia y mató a la puta de Degel veía el retrato del bastardo del que se encargó de hacerle la vida imposible, las personas que lo hicieron mierda tenían que pagar...

Destruyó a Degel con lo que más le dolía.

Mato a su madre que nunca lo amo y le dió está existencia y destino de mierda.

A su perfecto hermano que nunca tuvo que sufrir su asqueroso destino también lo estaba destrozando con lo que más le dolía, haría trizas al lisiado débil de Asmita para que Defteros sufriera de una vez por todas.

Y a Camus...

Ese mocoso que lo único que hizo mal fue existir lo mantendría cautivo robándole lo que más quería...el seguiría pagando los rencores de sus padres por el simple echo de llevar su sangré, además se parecía tanto a Degel...si no logro tener a ese francés entonces haría que se retorciera en su tumba mientras el tomaba a su hijo como jamás lo hizo con el.

Encontraría a Camus y sería suyo.

Haría a todos pedazos.

Por qué...¿A quien le importo hacerlo pedazos a el?

🔸🔸🔸🔸🔸🔸
GiferRj.




















Por qué un buen villano necesita un punto de partida...

¿Que opinan ahora de Aspros?

Gracias por leer.♥️

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