8. La novia de Alex.
—Lograste engañarnos a todos en esta editorial. Pero no contaste con que yo fuera más astuta que todos en este lugar.
— ¡Vamos! ¡¿Por qué te resistes?! ¡Déjanos ver tu cara, asesina!
Trato de callar las voces en mi cabeza, pero no puedo. Todo lo que veo en Serena es odio y rechazo. Aunque una parte de mí insiste en que puede que en el fondo ella no sea mala o tuviese una razón para hacerlo, mi parte irracional solo siente miedo frente a ella. Como si en cualquier momento, pudiera volver a lanzarme a las garras del lobo.
Tengo que controlarme. Pero no puedo. Así no actuaría una persona normal.
¡¿Por qué soy tan débil?!
Alex trata de darse la vuelta, pero no lo dejo. No quiero que me vea.
Un suspiro vuela en el aire.
—Yo desenmascaré a Blair, pero fuera de eso, dije cosas malas sobre ella cuando era Michelle. Es entendible que esté así... más o menos—le dice a Alex—. Y sé que tú también te molestaste conmigo en su momento por cómo se dieron las cosas.
—Sí, es verdad —dice Alex, algo ofuscado—. Pero... si no lo hubieras hecho, Blair se habría ido para siempre y yo no me habría dado cuenta.
Abro los ojos con lentitud, tratando de asimilarlo.
—Entiendo si ella no quiere hablarme. Pero yo si quiero conocerla. Tenía un estereotipo de que todas las que se acercaban a ti querían lastimarte, pero con ella me equivoqué. Y ahora...
De repente siento frío. Alex se ha hecho a un lado, y Serena me está tomando de las manos. No entiendo nada.
—Sé que eres una buena persona, Blair Johnson. Y sé que es difícil. Pero quiero conocerte mejor. Por tu bien, y por el mío. Así... dejaré de juzgar a gente que no se lo merece.
La miro, sin saber que decir. Alex, a un lado, parece tan confundido como yo. Sin embargo no veo malas intenciones en los ojos de Serena. ¿Estará hablando en serio? De repente, es como si todo el rechazo que ella emanaba comenzara a desvanecerse. Como si de golpe, ya no todo fuera rechazo.
— ¿Me dejarás?
Abro la boca, intentando encontrar las palabras, pero la verdad no sé qué decir.
—Creí que odiabas a Blair Johnson —termino por decir.
—Sí, yo también lo creía —soltó una risita —. Pero al final solo era porque estaba viendo las cosas desde el punto de vista equivocado.
—Serena... Blair y yo vamos a volver a la editorial—le dice Alex.
¡¿Por qué le dijo eso?!
— ¿De verdad?
—Sí.
— ¡Eso es genial! Pero... no quiero que pienses que las cosas serán iguales a la última vez que estuviste aquí, Blair.
— ¿Ah no?—pregunto, algo aturdida. La última vez que trabajé aquí, las personas sentían recelo hacia la mención de mi nombre.
—No—sonríe—. Esta vez serás igual a nosotros.
No sé por qué, pero eso me hace sonreír. Es como si me estuviese diciendo que esta vez, yo iba a ser una persona normal. Sin prejuicios. Y por alguna razón, eso hizo la idea de trabajar aquí algo menos estresante, sino que emocionante de cierto modo. Solo esperaba que tuviese razón.
— ¿Entonces? ¿Qué opinas?
—Yo... creo que estaría bien.
Serena sonríe, aliviada por mi respuesta. Alex también está sonriendo. Y aunque me siento agotada mental y psicológicamente, siento que es la primera cosa que hago bien en mucho tiempo.
Cuando salimos de la editorial, no decimos mucho. Ambos teníamos que volver a la editorial, Adriana estaba involucrada y Serena quería ser mi amiga. ¿La policía nos está buscando? O bueno, parece que está iniciando una investigación. Y aunque el presidente asegure que si nos mantenemos aquí no nos pasará nada, eso no me deja tan tranquila. Todo estaba de cabeza. Creo que ahora mismo solo necesito una cama, o distraer mi mente con algo. Miro a Alex, pero él parece tan aturdido como yo. Vaya par estamos hechos.
—Creo que volveré a mi apartamento —murmuro. — ¿Tú que quieres hacer?
—Blair—Alex mira hacia un lado, algo nervioso —. ¿Y si te quedas en mi apartamento esta noche?
— ¿Eh?
—Bueno, por lo general soy yo quien se queda en tu apartamento. Ven conmigo. Creo que tengo fantasías sobre ti viéndote en mi apartamento.
Trato de no echarme a reír. ¿Qué clase de fantasías son esas? Aunque estar en el apartamento de Alex, acurrucarnos en su sofá, cocinar juntos en su cocina, dormir juntos en su cama... hmmm... hacer otras cosas juntos debajo de una ducha. ¿En qué estoy pensando?
— ¿Qué dices?
—Digo que no puedo esperar. Pero tendría que ir primero a mi apartamento por algunas cosas.
Alex sonríe y me abraza. Su abrazo es apretado, como el de un oso, pero es agradable y cálido. Yo le regreso el abrazo, y lo siento murmurar en mi oído.
— ¿Estás bien con todo esto? ¿Con volver a la editorial? ¿Con Melanie? ¿Con Serena?
—Humm...
—Blair, si no quieres esto no estas obligada.
—Bueno... —trato de encontrar una respuesta que no lo ponga triste, pero que no sea mentira al mismo tiempo —. Quisiera saber cómo se sentiría que trabajáramos juntos, sin tener que esconderme. Como yo misma. Creo que sería bonito.
Lo siento sonreír.
— ¿De verdad?
—Sí.
— ¿Estás buscando inspiración para tus libros, acaso?
—Tal vez.
—Y... ¿podríamos hallar esa inspiración tú y yo un día de estos, en el archivo de la oficina?
—Puede ser —suelto una risita nerviosa al imaginarme la escena—. Mientras no sea revisando papeles.
—Entonces me gusta —dice, y se agacha para darme un corto beso. Cuando se separa me está mirando con seriedad —. Pero esta vez no dejaré que nadie se meta contigo.
Agacho la cabeza. Sé a lo que se refiere. Es como lo que pasó la primera vez que fuimos al gimnasio juntos. No fui capaz de pedir ayuda y terminé haciendo los ejercicios sola. Alex es consciente de que soy mala para defenderme por mi cuenta en ciertos escenarios. Odio ser tan débil.
—Lo siento Alex, por ponerte en estas. Ojalá fuera más fuerte por mi cuenta.
—Y lo serás. Pero mientras tanto, yo voy a estar aquí. ¿Bueno?
Sonrío. Él es adorable.
—Bueno.
Lo miro por un segundo. Se está preocupando mucho por mí, pero a él también debe estarle afectando esto. Quiero decir, su exnovia está aquí, la antigua madre de su hija. Y aunque no llegó a nacer, al final es una especie de lazo que comparten. Fuera de eso, no pude evitar sentirme mal cuando el presidente solo le recriminaba a Alex por el daño que provocó. Sé que está en su derecho, pero igual es doloroso.
—Te preocupas mucho por mí —le digo sonriendo, y muevo mis dedos sobre su pecho — ¿Pero y tú?
— ¿Qué pasa conmigo? —se hace el desentendido.
— ¿Tú estás bien? Vas a trabajar con Adriana... quiero decir, con Melanie.
Aun no me acostumbro a esto de los nombres cambiados. Además era probable que hubiese gente que quisiera irse contra él, ahora que saben lo que hizo. Eso me preocupa un poco.
—Pero voy a trabajar contigo también. Eso lo cambia todo.
—Alex —lo miro seriamente —. Es en serio. Sé que estás preocupado por mí, pero si te sientes mal-
Me calla, poniendo un dedo sobre mis labios. No sé por qué, pero ese gesto se me hace sumamente sensual. Tal vez es por la forma en la que lo hace. De repente solo quiero besarlo.
—Te lo diré si pasa —sonríe, poniendo el dedo sobre mi nariz. Pasa de ser sensual a ser tierno en un segundo —. Te espero en mi apartamento. Si voy contigo no saldré de ahí, y de verdad quiero que vayas a mi apartamento esta vez.
— ¿Hmm? Eso es sospechoso.
—Solo ve mujer —bufa, y yo me río.
Me separa de él pareciendo ofuscado, pero me río porque su forma de fingir es terrible. Le doy un beso en la mejilla y me alejo, buscando el camino de regreso a mi apartamento. Aunque el sitio está solo y por lo general me deprime volver, hoy no me siento de esa forma. Voy a pasar la noche con mi novio en su apartamento.
Es como si por fin, pudiera hacer esas cosas que siempre quise hacer desde hace mucho.
Reed y yo nos tenemos mucha confianza. Tanto es el punto de que yo tengo una copia de sus llaves, y él tiene una copia de las mías. Es algo extraño, pero es más fastidioso ponerme a tocar su puerta y esperar a que me abra. Después de lo que pasó con Colin, Reed consiguió otro apartamento que no queda muy lejos de aquí.
Nos tenemos tanta confianza que no me sorprende verlo tirado en mi sofá cuando llego. Pero con Blair por aquí, puede que hacer eso no sea tan prudente. Si un día Blair llega a vivir conmigo, puede que ya las cosas no sean iguales.
— ¿Qué haces?
—Viendo el partido—me dice, y me acerco a la pantalla para ver quienes están jugando. Nada interesante —. ¿Y tú que andabas haciendo? ¿Para qué te llamaron a la editorial?
Me siento a su lado y suspiro.
—El presidente nos quiere a Blair y a mí de vuelta —digo con aburrimiento—. Al parecer están haciendo una investigación, y si no estamos ahí podrían judicializarnos. Así que al presidente se le ocurrió la maravillosa idea de hacernos volver a trabajar ahí, como para atarnos de alguna forma.
Reed se reincorpora en su sitio, mirándome como si acabara de decir una locura.
— ¿Me estás jodiendo? ¿Investigación?
—Eso parece. Las consecuencias de esto nunca van a terminar.
Reed se queda en silencio por un segundo, asimilando la información.
— ¿Cómo se lo tomó Blair?
— ¿Cómo crees? Mal. Le dieron la oportunidad de no acceder, pero igual lo hizo. Creo que lo hizo por mí, pero no estoy seguro. Lo peor del asunto es que Melanie está ahí. Al parecer tiene experiencia en casos policiales y el presidente la contrató.
— ¡¿Es una broma?! —Se pone de pie y me mira indignado — ¡Esa mujer es una víbora! ¡¿Cómo puede confiar en ella?!
—Sí, bueno, eso él no lo sabe.
—Blair y Melanie trabajando juntas... viejo, eso va a ser un caos —dice, desplomándose de nuevo a mi lado — ¿Y Blair irá como ella misma o como Michelle?
—No seas idiota —lo regaño —. Claro que como ella misma.
Reed toma una cerveza que quien sabe de dónde la sacó y da un sorbo. Eso me recuerda que Blair está por venir, y con Reed aquí puede que no sea muy romántico que digamos.
—Reed, amigo mío, amigo de mi corazón.
—Ya, dime que me vas a pedir.
—Me ofende que pienses que quiero pedirte algo, yo —me mira con una ceja alzada, y bufo —. Ya, bueno, Blair está por venir y se va a quedar esta noche, así que no creo que sea buena idea que rondes por aquí. Queremos algo que no se si lo has oído mencionar, pero se llama privacidad. Así que mueve tu trasero.
De repente sonríe maliciosamente y se reincorpora en su sitio.
—Claro que lo he oído, por lo general viene con la palabra sexo.
—No me digas —ruedo los ojos —. Pero Blair aún no está lista para eso.
—Eso no sucede cuando estés listo o no. Sucede cuando el momento llega—me dice, y comienza a buscar algo en su bolsillo. Lo miro con confusión, hasta que me entrega un condón —. Por si las moscas.
Lo miro con el ceño fruncido, pero igual lo acepto. Nunca se sabe.
—Me das vergüenza —me dice —, deberías cargarlos todo el tiempo — ¿Quién dice que no lo hago? Pero no le digo nada —. Tengo más vida sexual yo que tú.
Alzo una ceja.
— ¿Ah sí?
De repente Reed se tensa, como si acabara de decir algo que no debió decir.
—Bueno, yo como que me voy —Se pone de pie y se estira —. Si Blair va a venir y van a hacer el delicioso, es mejor que yo no esté aquí.
— ¿Qué está pasando con Diana?
Se tensa de golpe. No soy estúpido, he visto como la mira, y ella también lo mira a él de una manera rara. Algo está pasando entre esos dos.
—Vaya, hola Reed.
Ambos volteamos el rostro en dirección a la puerta, y vemos a Blair allí de pie, llevando con ella una pequeña mochila. No tardó nada. Observo a Reed entre ojos, sabiendo que no puedo continuar el tema de Diana con Blair aquí. Al menos no hasta que sepa más detalles.
—Hola Blair. ¿Y esa maleta?
—A-Ah, pues bueno... me quedaré esta noche.
¿Por qué se hace el idiota? Ya se lo había dicho. Ruedo los ojos, solo está buscando ponerla nerviosa. Blair puede ser bastante utilizable como burla si se mira desde el lado de los nervios. Se sonroja fácilmente, y a veces Reed usa eso para molestarla, pero ella es tan inocente que no se da cuenta.
—Hmm —Reed sonríe de medio lado — ¿Y qué van a hacer?
—P-Pues... —Blair se remueve en su sitio, nerviosa —cosas.
Reed se ríe, y yo la miro alzando una ceja. Eso es tan poco específico que deja mucho a la imaginación. Aunque ya hemos pasado las noches juntos en su apartamento antes, creo que no se siente tan segura estando en mi territorio. O algo así.
— ¿Qué clase de cosas? —pregunta, intentando picar a Blair. Toma un trago de su cerveza.
—Cosas como las que tú haces con Diana —lo pico de vuelta.
Reed escupe la cerveza de un golpe. Entonces si debe ser algo indecente.
— ¿Con Diana? —pregunta Blair, inclinando la cabeza hacia un lado en señal de confusión.
Reed me mira con ganas de matarme, y yo lo reto de la misma forma. Él en su mirada me está diciendo «Maldito desgraciado» y yo le estoy diciendo «Ahora estamos a mano». Él quiere matarme mientras yo le estoy sonriendo con malicia.
Blair mientras tanto solo mira desde la puerta con confusión.
— ¿Pasa algo con Diana?
Reed parece espabilar de golpe.
—Nada, Blair. Solo hemos salido unas cuantas veces con Sabrina.
— ¿De verdad? —pregunta, entrecerrando la mirada hacia él. ¿Blair sospecha algo?
—Sí.
Lo miro fijamente, pero sé que está mintiendo. Él me devuelve la mirada como diciéndome que no diga nada más, que ya me lo explicará todo luego. Ya me da curiosidad saber que si existe algo que hay que explicar.
—Ya veo —concluye ella, quitando la expresión de sospecha de su rostro —. Si estás tan preocupado de que Alex y yo podamos hacer cosas indecentes, puedes quedarte y vernos en acción.
Tanto Reed como yo nos echamos de para atrás. ¡¿Es en serio?! De repente Blair suelta una carcajada.
— ¡Hubieran visto sus caras!
Por un momento me quedo sin saber que decir, y creo que Reed también. Al parecer Blair no es tan inocente como aparenta. Es como si estuviese descubriendo una nueva faceta de ella, y eso me gusta. Después de todo lo que pasó, es como si estuviéramos conociendo cosas impresionantes del otro.
—Gracias por el ofrecimiento, Blair —carraspea Reed —. Pero honestamente no tengo ganas de ver a Alex de esa forma.
—Y yo no tengo ganas de que me veas de esa forma —le digo, entrecerrando la mirada hacia él.
—Bueno saberlo. No quiero que pienses que quiero ver tu trasero.
—Tú te lo pierdes. Un momento, ¿cómo que a mí? ¿Entonces a ella sí?
Blair se pone roja de golpe.
—Pues...
Me pongo de pie y le doy un calvazo.
—No seas idiota.
— ¡Estoy bromeando! Mejor me voy, o acabarán con mi cordura. Sea lo que sea que vayan a hacer, espero que lo disfruten.
Reed nos lanza una mirada cómplice a ambos antes de marcharse, pero sobre todo a mí. Sé que al darme el condón tenía sus propios intereses, pero no quiero presionarla. Claro que tengo deseos de eso, me he llegado a preguntar cómo sería, pero no se sentirá de la misma manera si ella no quiere lo mismo. Una vez que Reed se ha ido, Blair descuelga su pequeña maleta y agacha la mirada, algo nerviosa. Este no es un sitio en el que esté acostumbrada a estar, así que no sabe cómo comportarse. Pero por otro lado es bonito verla ponerse de esa forma.
Aunque si se sintiera cómoda aquí sería mucho mejor.
......................................
Wiu wiu, ¡aquí el servicio informativo de Maria! Avisando: estos capítulos están sin corregir, así que pueden haber errores. Si ven alguno, ¡por favor háganmelo saber! Se los agradeceré :3
Ahora tengo un trabajo -auxilio, me estoy convirtiendo en un adulto medianamente responsable D: -, ¡pero creo que lo estoy llevando bien! No he vuelto a dejar esta novela abandonada desde que volvió y me aseguro de escribir aunque sea un capítulo por semana. Y claro, cuando pasan ciertas cosas mas adelante se pone emocionante y quieres escribir mas de uno :3 ¡Y para que los que se lo preguntan! Corazón de oro se actualizará los viernes, y si algún viernes no actualizo, o aviso en mi perfil o actualizo el sábado.
¡Muchas gracias por darle tanto amor a mi novela! Los loveeeoooo <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro