15. Amor puro.
Canción en multimedia: Do you Feel It? - Chaos Chaos
—Blair...—Alex habla entre beso y beso, pero suena abrumado— si no paramos... um... no me voy a poder detener luego.
—No quiero parar.
— ¿Quién eres y que hiciste con mi novia? —suspira sobre mi cuello.
Sus manos viajan por mis piernas, acariciándolas, subiendo la falda todo lo que puede. En ese momento recuerdo que él aún tiene el jean puesto. Trago grueso. ¿Seré capaz de llegar tan lejos? Quiero sentirlo. Así al menos sabré si seré capaz de llegar hasta al final o si debo parar. ¿Debo quitárselo yo? ¿De verdad podré? Quiero intentarlo. Llevo mi mano hasta el botón de su pantalón y lo desabotono con nerviosismo.
Alex se separa y me mira, sorprendido.
— ¿Segura?
Le digo que sí con la cabeza. Está tan sorprendido como yo, puedo notarlo. Conmigo encima de él logra deslizar sus pantalones fuera, hasta que vuelvo a sentarme sobre él y lo siento con más fuerza. Suelto un gemido. Esto está a otro nivel. Alex también está abrumado, tanto que sus manos viajan de mis piernas a mi trasero por debajo de la falda y me presiona contra él. Suelto un suspiro.
—No recuerdo cuando fue la última vez—dice con una voz extraña—. No recordaba que pudiera causarme esto.
No soy capaz de hablar. Las palabras se han quedado atoradas en el fondo de mi garganta.
—Agárrate a mí con tus piernas todo lo que puedas—susurra en mi oído.
— ¿Eh?
—Quiero apagar la luz, pero no quiero separarme de ti.
Mi corazón se muere de amor por este hombre. Es tan tierno.
—No la apagues—suspiro.
— ¿Segura? ¿No te importa?
Incluso ahora sigue pensando en si no me voy a incomodar. Es que podría comérmelo a besos.
—No. Estoy bien—le digo, dejando un pequeño beso sobre su pecho.
De repente me voltea, dejándome debajo de él y encerrándome con sus brazos. Lo miro a los ojos, son tan profundos como si quisiera atravesar mi alma. De verdad voy a hacerlo. No puedo creerlo. Puedo decirle que pare, sé que lo hará. Pero no quiero. ¿Por qué no quiero?
—No quiero lastimarte—susurra.
Sé a qué se refiere. Nunca he tenido relaciones, así que la primera vez me va a doler. Parezco una niña, incluso está siendo más cuidadoso conmigo de lo normal. Cuida cada paso para hacerme sentir querida y necesitada. Sus manos, sus besos y su amor me llenan el corazón y no quiero dejar de sentirlo. Entre sentimientos tan cálidos no soy capaz de sentir miedo.
Pongo mi mano en su mejilla y la acaricio. Sigue mirándome fijamente.
—Resistiré.
Me da un beso casto en los labios y dice:
—Iré lento, para que te acostumbres.
Sus palabras me asustan por un instante. De verdad voy a hacerlo. Cuando sus besos vuelven a llenarme me rindo a la sensación. Con sus manos explora mi piel como nadie lo había hecho, acariciándola por completo, subiendo por mis piernas hasta llegar a mi estómago y acariciar el espacio entre mis pechos. Con algo de duda finalmente los toma y contengo un ruidito en mi garganta. Me besa para que no pueda decir nada mientras los acaricia con ternura y sensualidad.
Desliza la falda por mis piernas hasta que solo la ropa interior queda entre nosotros. Cuando sus dedos juegan con el elástico de mis pantis cierro los ojos con fuerza, haciendo más presión sobre sus hombros mientras los desliza por mis piernas hasta sacarlas de mi cuerpo. Estoy desnuda. De verdad estoy desnuda. Tengo miedo. ¿De verdad podré?
—Tranquila—lo escucho susurrar con cariño—. Soy yo. Estoy aquí.
—Estoy asustada—admito en un pequeño quejido.
—Lo sé, preciosa—me da un besito en los labios—. Te amo.
— ¿Eh?
¿Lo... lo dijo? Abro los ojos, su rostro está pegado el mío, abrazándome por la espalda a pesar del colchón y juntando nuestros pechos. ¿Me... me ama? ¿De verdad?
—Dejemos de ser un par de cobardes, y seamos un par de valientes—suspira con sus labios muy cerca de los míos. Puedo sentir su respiración acelerada—. ¿Qué dices?
Asiento con emoción. Sí, sí, eso es lo que quiero. Quiero ser más valiente. Estoy cansada de tener miedo, sé que debe haber un mundo mejor al otro lado y quiero descubrirlo. No sé qué nos depare el mañana pero sé que quiero que él esté conmigo. Sé que no me voy a arrepentir.
— ¿Cómo un salto de fe?
—Sí. Como un salto de fe.
—Pero usa protección si vas a saltar entonces—murmuro.
Se ríe. ¿Acaso soy demasiado estúpida por pedir eso? Se supone que es sentido común. Aunque por otro lado nunca he visto en los libros que la protagonista le pida eso al chico en medio del acto.
—Por supuesto—me dice antes de besarme.
Pierdo la noción del tiempo y siento frío por un instante, como si se hubiera quitado. Sin embargo no dura mucho, porque pronto vuelve a cernirse sobre mí, pero esta vez puedo sentirlo. Trago grueso. Me tiemblan hasta los dedos de los pies. No mires su cosita, no mires su cosita. Entrelaza sus dedos con los míos y pone las manos a ambos lados de mi cabeza. Cuando lo conocí nunca imaginé que llegaríamos a estar en esta situación. ¿Esto es hacer el amor? Se siente más que un acto sexual, es como una conexión espiritual.
Lo siento. Está ahí, junto a mí. Comienza a presionar y trago grueso. Tengo mucho miedo. Alex me besa el cuello con sensualidad mientras empuja, y entonces un dolor indescriptible me atraviesa. No puedo evitar gritar y los ojos se me llenan de lágrimas. Empuja un poco más y está dentro, pero no puedo dejar de llorar. Soy una floja.
Sus ojos me miran. No me dice nada, me besa con profundidad y cariño, tratando de que olvide el dolor. Encorvo el pecho hacia él debido a la sensación y se presiona más contra mí.
—Eres un bruto—murmuro, adolorida—. Me vas a partir en dos.
—Shhh, tranquila. Estoy aquí contigo—susurra con tanta suavidad que me conmueve—. Respira.
Alex me susurra palabras bonitas al oído y no se mueve, mientras yo trato de soportar el dolor. Respiro como me ha dicho tratando de olvidar la dolorosa sensación, mientras él reparte besitos por mi rostro. Besa cada una de mis lágrimas, tratando de desvanecerlas. Él es tan dulce.
—Te amo Blair—lo escucho susurrar una vez más.
Basta, voy a llorar como una tonta. ¿Se puede ser así de feliz?
—También te amo.
—Voy a moverme. Estarás bien, ¿de acuerdo? Confía en mí.
Asiento con la cabeza sin saber que decir. Atrapa mis labios de nuevo y empuja una vez más. Suelto quejidos de dolor, pero poco a poco la sensación se va transformando en algo más placentero. Puedo escucharlo gemir con mis labios atrapados entre los suyos, y entonces lo siento. Oh Dios, esto es el paraíso. Es maravilloso. No puedo evitarlo, comienzo a gemir poco a poco y aprieto sus manos con fuerza sin ser capaz de contener la sensación en mi pequeño cuerpo. Siento que me tiemblan hasta los dedos de los pies.
—Alex... ¡ah!
—Te amo... te amo... —jadea sobre mis labios.
Yo también lo amo. Arqueo mi espalda ante la maravillosa sensación, y entonces ya no resisto más.
— ¡Alex!
Me dejo ir y pierdo la noción de todo, llegando al éxtasis. Al poco tiempo Alex también se rinde y cae sobre mí. No puedo abrir los ojos, eso fue demasiado. Descansa la cabeza sobre mis pechos respirando agitado, y me da un pequeño beso en uno de ellos. Llevo mi mano hacia sus cabellos y lo acaricio. Eso fue de otro planeta.
Al poco tiempo me gira, de forma que yo quede sobre su pecho. Me arropa con la cobija con dulzura y besa mi cabeza. Estamos a oscuras, ¿en qué momento apagó la luz?
—Estuviste maravillosa.
— ¿De verdad? —pregunto, algo dudosa—. Mi experiencia es nula.
—No se notó.
—Mentiroso—me río.
—Bueno, si se notó—admite—. Pero no lo cambiaría por nada del mundo.
Me aferro a él y me acurruco en su pecho mientras me cubre con sus brazos. Puedo escuchar los latidos de su corazón. Es un sonido hermoso. Ni siquiera me importa estar desnuda, solo quiero estar así con él hasta el amanecer.
Abrir los ojos por la mañana nunca había sido tan glorioso como ahora. Está desnuda entre mis brazos, durmiendo plácidamente, viéndose como la criatura más hermosa del mundo. Anoche se entregó a mí. Aun no puedo creerlo, ni siquiera planeé que fuera de esa forma, me habría gustado organizar algo más especial para su primera vez, pero a ella no le importó. No tenía dudas, sabía que quería hacerlo conmigo. Y me dijo que me amaba. Eso me sacó de base completamente, tuve mucho miedo cuando lo dijo. Melanie me dijo lo mismo y al final su amor no era lo suficientemente fuerte como para considerarme. Tuve miedo, pero ella también tenía miedo de hacerlo, y entonces ambos hicimos un salto de fe.
Y no me arrepiento por nada del mundo. Fue la noche más maravillosa que he tenido en mucho tiempo.
Acaricio su hombro con cariño. Traté de tener el mayor cuidado, no quería lastimarla, pero al final fue inevitable. Aun así, el hecho de que se haya entregado a mí de repente me dejó sin palabras. No quiero que la lastimen, no lo soportaría. Voy a investigar quién puede estar amenazándola, pero por ahora solo quiero estar cerca de ella. No quiero que se aleje de mí.
Blair suelta un pequeño suspiro dormida y entreabre los labios en medio de su sueño. Se ve muy adorable. Me agacho un poco y le doy un beso entre sus labios abiertos. La amo, no tengo dudas de eso. Puedo sentir como me corresponde con lentitud, y cuando me separo sus ojos están entreabiertos. No puedo evitar sonreír.
—Hola bella durmiente.
Su rostro confundido se convierte en una sonrisa tan rápidamente que me remueve el corazón.
—De verdad lo hice.
—Lo hicimos—le digo—. Yo estaba oxidado.
Se ríe.
—Se notó.
—Oye—refunfuño. Se echa a reír— ¿Te parece gracioso?
— ¡Es que estabas tan asustado! —Se ríe—. ¡Parecía que eras tú el de la primera vez y no yo!
No es eso. Simplemente no quería asustarla. Me preocupaba que no estuviera siendo consciente de lo que hacía y se retractara, lo que menos quería es que saliera huyendo. Las cosas habían sido un poco complicadas últimamente, pero a pesar de todo estamos unidos. No quise hacerle daño, pero era inevitable.
— ¿Te duele? —le pregunto mientras enredo mis dedos en su cabello.
—Un poco—se remueve, incómoda. Cierro los ojos. Dios, esta mujer me quiere matar—. Pero estaré bien.
—Y... ¿te gustó?
—Sí—suspira—. Hay que hacerlo otra vez.
Me río. Ni siquiera sé si lo dice en serio o se está burlando de mí, pero este nuevo sentido del humor me encanta. Es como si estuviera descubriéndola cada vez más, como una página nueva de un libro que estás leyendo.
—Por desgracia hay que ir a trabajar —comento, desganado —. Me pregunto si podré reportarme «recién amanecido después de tener sexo» como una excusa válida para faltar al trabajo.
Se pone roja. ¡Que linda! Me encanta burlarme de su inocencia, a pesar de lo que hizo anoche. Verla así de dispuesta a mí me hizo tocar las estrellas. Es verdad que a veces me contenía porque me daba miedo asustarla. Pero ahora lo sé: ella me quiere y yo la quiero a ella. Y eso es lo único que necesito saber.
Sé que debemos ir a trabajar, pero estaría dispuesto a llegar tarde al trabajo si puedo quedarme así un poco más.
Para los de la oficina no fue muy difícil darse cuenta de que irradiábamos un aura diferente. Blair se aferraba a mi brazo, sonriente, mientras que yo no podía dejar de mirarla. Odio la idea de tener que separarnos, ¿por qué diablos nos pusieron en pisos diferentes? Si ella trabajara conmigo yo la ayudaría en todo, nos entenderíamos muy bien además de que sería muy divertido. No como los silencios incómodos o los comentarios extraños que tengo que soportar con Melanie.
El ascensor se abre en su piso, pero no la suelto. No la quiero dejar ir.
—Alex...
—No.
—Tengo que ir a trabajar —se ríe.
Aprieto el botón de mi piso y las puertas se cierran. Blair abre la boca con sorpresa pero junto sus labios con los míos antes de que pueda decir cualquier cosa. Me encanta besarla. A veces quisiera pasarme todo el día besándola, pero la vida real llama a cada rato. Cuando esta mujer se venga a vivir conmigo voy a ser un hombre muy feliz, eso seguro.
Presiono el botón para detener el ascensor y rodeo su cintura con mis brazos.
—Te quiero... —la oigo suspirar.
Yo también, no tiene idea de cuánto. Si pudiera expresar en palabras lo importante que es para mí, pero siento que las palabras no bastan. La beso con más profundidad. Ella me hace esto, me hace tomar decisiones irracionales y le da color a mis días. No puedo explicar lo agradecido que estoy porque ese día haya sido descubierta antes de que pudiera marcharse para siempre, aunque Serena no tuviera el mayor cuidado del mundo al desenmascararla.
Ella hace un pequeño amague por despegarse. Supongo que no podemos huir de la realidad para siempre, ¿no? A regañadientes me separo de ella y pongo el ascensor de nuevo en marcha. Me gustaría decirle que nos vayamos de aquí y pasemos el día juntos, pero no es posible. No cuando la razón por la que estamos atados aquí es por errores de mi pasado.
—Te acompañaré esta vez yo a tu piso —le oigo decir—. Luego volveré al mío.
Sonrío.
—No gracias, no necesito niñera —le digo. Me mira con mala cara y me golpea el estómago con el codo —. ¡Auch! ¡¿Y eso por qué fue?!
—No te vengas a creer el hombre fuerte e independiente conmigo —me mira con burla—. No olvides que fui tu niñera.
Me cruzo de brazos.
—Ya era un adulto, no necesitaba niñera—me burlo—. Eras más una... hmm... una sirvienta. Sí, eso, eras mi sirvienta personal.
Me mira con cara de que quiere matarme. Hasta enojada se ve adorable.
—Sirvienta tu abuelita.
Ruedo los ojos, sus insultos parecen del siglo pasado. Pero hablando de mi abuelita, acabo de recordar el tema de Alice. Es verdad, la última vez que la vi estaba atrapada en un pasado que la lastimaba, pero que no podía dejar atrás. Le ofrecí a ir a terapia y dije que la acompañaría. A lo mejor es algo que debemos hacer ella y yo solos, o me pregunto si Blair debería venir. Es probable que no.
Llevar a mi madre a terapia podría ser incluso más difícil que cuando yo lo hice.
—Bonitas horas de llegar.
El ascensor se detiene. La voz femenina suena incluso antes de que las puertas se abran. Cuando se abren por completo suspiro con hastío. Es ella de nuevo. Antes me provocaba dolor y ahora simplemente me molesta. ¿Por qué me obligan a trabajar con ella?
Melanie mira a Blair con demasiado detenimiento. Luego me mira a mí.
—Tienes los labios rojos.
Me llevo los dedos a los labios, pero Blair se adelanta y los reemplaza por un pañuelo. Por la forma en la que me mira sé que le divierte la situación.
—Sí, es que nos estábamos besando —le dice ella—. Alex besa muy bien, aunque he besado a mejores.
Abro la boca, indignado. ¡Se está vengando!
—Yo sé cómo besa Alex, gracias —Melanie está tensa. De repente Blair también. ¿Qué es esta situación? —. Vamos, se nos hace tarde.
Dejo caer los hombros, resignado. Hasta ahí me llegó la luna de miel. Me agacho para darle un beso a Blair y le digo que la buscaré a la hora del almuerzo. Y así, tan rápido como llegó, desaparece en el ascensor.
Me volteo para mirar a Melanie.
— ¿Cuál es el problema?
—Tuviste sexo con ella—asegura.
¿Qué?
— ¿Cómo dices?
—Te acostaste con ella, ¿verdad?
................................
¡Holaaaaaa! Antes de que quieran matarme, estaba sin internet. No tuve internet por varios dias y no pude actualizar hasta hoy :( ¡Pero lo bueno es que estoy de vuelta, babies! :3
Por cierto, ¿se saben algunas canciones románticas? ¡Necesito aumentar mi repertorio! Además que esta novela también necesitará canciones nuevas, así que si conocen alguna no duden en dejar sus sugerencias. Se los agradeceré con un plato de galletas... invisible, porque no puedo poner uno por internet <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro