Camino a la dicha
el destino clava sus flechas asiduas
en corazones sensibles
que laten a diario.

Pernocta el amor entre sábanas
blancas y de luz perpetua,
brazos, muslos y labios se entrelazan
buscando el encuentro.

Que dicha entre solo dos
amantes enlazados entre ternura y furia,
suenan besos y palabras
el universo canta su canto de estrellas.

El amor es terrestre
infinito deseo como grito de un cuásar
distante y desdoblado,
entre el rocío y las ramas.

El mar, nubes y huracanes
revientan se pulverizan
y nuevamente renecen en el trueno
La fuerza del amor es incontenible.