Capítulo único.
—Kardia Hijo de perra.
El caballero dorado de escorpio se rió ante los insultos de su camarada, Manigoldo lo llevaba apoyado a su cuerpo, se les fue encomendada una misión que consistía en indagar por zonas rurales la supuesta energía del inframundo que estaba escapando de sus confines, después de más de doscientos años una nueva guerra santa se vislumbraba
Solo era una misión aburrida de protocolo pero como siempre el caballero de Escorpio fue más allá y se adentro hasta las rupturas para combatir a los espectros. Manigoldo se le unió con estusiasmo, nada que dos caballeros dorados no pudieran controlar, los hicieron añicos pero Escorpio se entusiasmo de más haciendo arder su corazón.
—¿Por qué te enojas? No te vi quejándote cuando entramos al territorio de los espectros —Chasqueo la lengua con fastidio.
—No me quejo de eso, esos malditos espectros nos divirtieron, lo que no comprendo es esa manía tuya de hacer arder tu corazón sin razón ¿Acaso eres suicida? Si tanto te quieres morir yo te hago el favor —Dijo con sorna.
—Por Athena...que alguien traiga una falda a la niña quejumbrosa ¿Pero me mori? No.
—No te moriste pero ahora estás ardiendo y hielitos no está para controlar el fuego.
—Yo conozco otra forma de bajarme la calentura...—Sonrio de lado usando esa voz despreocupada.
El canceriano levantó una ceja—¿Cuál?
—Pasara solo, este corazón no es basura sabes...¿O necesitas que vuelva y te lo recuerde Mani?
—Pense que ibas a sugerir algo interesante —Miro hacía el cielo notando como comenzó a llover—Aqui hay una cueva, descansemos un poco el santuario está muy alejado.
Entraron a la cueva, estaban en una zona libre de población ya que las pequeñas rupturas del inframundo las detectaron en esas zonas.
—¿Sabes que podemos usar la velocidad de la luz cierto? Crustáceo mañoso solo quieres follar—Sonrio de lado mostrando su colmillo.
Kardia tenía veintidós años y Manigoldo veinticinco, desde que el Escorpión cumplió los 17 y en una de sus borracheras terminaron acostándose en una misión se les había hecho una clase de "tradición" darse mutuo placer en sus misiones.
Misión juntos = Follada Segura.
—No será que el que quiere eres tú...yo no he propuesto nada—Paso su lengua por sus dientes en gesto socarrón.
—No soy el caballero de cáncer, no me ando quejando.
—Cancer fuera.
—Escorpio fuera.
Manigoldo de cáncer escaneo de mejor manera a la persona que estaba sentada en la orilla de la cueva con una postura relajada esperando el primer movimiento.
Piel bronceada y bien trabajados músculos, preciosos iris azules con destellos rojos. Sonrió de lado era de su agrado y gusto, y le encantaba follarlo hasta que de esos labios carnosos salen gritos y gemidos que mandan al caño su aspecto de sádico guerrero.
Manigoldo tomo las muñecas de Escorpio y lo besó con vehemencia mientras esté ahogo un grito en la boca del mayor por la repentina intrusion.
La lengua de cáncer recorría fascinada los confines de aquella cavidad, la mano de Manigoldo viajo hasta la dura erección ya despierta de Kardia y la masajeó sobre la tela del pantalón, separó sus labios para tomar algo de aire y un hilo de saliva los mantenía unidos.
Kardia parpadeo para intentar recuperarse del ahínco de su acompañante parece que realmente quería follar, el mayor no le dejo recuperarse pues ya había sacado el duro pene del escorpión.
Se le hizo agua la boca.
Engulló en su paladar el órgano largo venoso de increíble longitud, el de la octava casa gimió ahogado y des tenso sus músculos rígidos disfrutando de esa deliciosa mamada. Mani se encargaba de ensalivar subiendo y bajando con maestría de las bolas hasta el falo ejerciendo más presión de sus labios en la punta brillante, con su lengua tallo vena por vena de ese pene despierto.
—Por los dioses que bien chupas —Hablo el de corazón ardiente entre pequeños jadeos con la voz más ronca.
Su acompañante tenía la boca ocupada para responder, duro un par de minutos manteniendo ese ritmo certero hasta que antes de que se encalambrara su boca sintió un tirón de cabello por parte de su camarada que juntó sus labios en un beso tosco donde chocaron sus dientes y sus lenguas danzaron.
El de la cuarta casa tomo de los cabellos de la nuca a Kardia y se sentó sobre su aún más dura erección.
—Maldita Sea ya quiero penetrarte—Se mordió el labio mirandolo desde arriba. Kardia dio una risita mientras le apretaba de los glúteos—¿Dije algo gracioso?
—Creo que te has confundido hoy.
—¿A qué te refieres?
—Yo hoy te voy a dar.
Kardia cambio de posiciones, su rodilla estaba entre la pierna del de hebras cortas, Manigoldo podría jurar que esos ojos turquesas hasta cambiaron de color a uno más oscuro y se afilaron, El escorpión dorado se deshizo con agilidad de la camisa del mayor y mordió suavemente con intensas succiones las tetillas del cáncer que gemía suavemente por la sensación de estímulo que se las erizaba hasta estar completamente duras. Sentia como ese gran pene que anteriormente estaba degustando rozaba su entrada, el tamaño no era poca cosa.
Sin tanta preparación previa Kardia entro siendo apretado deliciosamente al instante, al principio sus estocadas suaves fueron tomando fuerza hasta que engulle sin piedad su pelvis en el trasero de su amigo, el de cáncer tenía el rostro pegado al suelo de la fría cueva que se sentía tan calida por la pasión desmedida de ambos caballeros dorados.
Después de minutos de placer el canceriano se corrió en el suelo apretando sus paredes anales dandole al escorpión una sensación tan deliciosa que se corrió en su interior llenándolo de su semen.
Ambos respiraron agitados para controlar su respiración, Manigoldo lo logro primero y tomo fuertemente de los cabellos al escorpión que jadeaba no solo del placer si no también por el calor que emanaba su corazón.
—Yo hoy también te quiero dar.
—Puedes hacerme lo que quieras cangrejito, aquí te espero con las piernas abiertas —Con su lengua acaricio su colmillo tentando a su compañero.
Nuevamente chocaron sus labios con intensidad, Manigoldo se encargo de tantear bien la entrada del griego hasta que lo sintió listo para la intrusión, al hacerlo no solo el placer de ser deliciosamente apretado lo invadió, también el Escorpión estaba sumamente caliente.
El canceriano se puso de pie, escorpio enredo sus piernas en la cintura contraria y sin romper el contacto usando de apoyo la pared de la cueva lo embestia con ahínco, el menor se mordió el labio inferior mientras disfrutaba el vaivén.
La fría cueva se llenó de jadeos y gruñidos, ambos estabas completamente sudados Escorpio los estaba quemando.
Horas habían pasado desde que decidieron "descansar" Eyaculaban, y se profanaban mutuamente, tenían demasiada energía y ninguno quería ceder ante su compañero, en este momento Kardia tenía succionado el miembro despierto del caballero de cáncer mientras que esté hacía lo mismo con el suyo, era una suerte que tenían estaturas similares para hacer la posición cómodamente.
Después de otra oleada de semen por parte de ambos esta vez cayeron rendidos, Manigoldo levantó un poco su cabeza para disfrutar la vista de los redondos y bien torneados músculos traseros del caballero de Escorpio que tenían marcadas sus manos, de seguro los suyos estaban en las mismas condiciones, se dio la vuelta y se acostó a su lado.
—Ya recuerdo porque me gusta tanto Ir de misión contigo —El mayor sonrió y se pego al cuerpo de su compañero de armas que seguía agitado por el sobre esfuerzo masivo —¿Oye estás bien? Creo que deberíamos volver al santuario para que hielitos haga lo suyo.
—¡Estoy bien joder!—Bramo molesto al sentir que lo subestimaba—Si quieres te la vuelvo a meter por un par de horas no trates a mi corazón como basura...ya se cómo eres Manigoldo después de follar solo buscas la manera de huir, sabes que...da igual.
Se puso de pie para buscar su ropa y llamar a Escorpio, el cabello de cáncer frunció el ceño sin entender y también se puso de pie.
—Espera, espera...¿Me estás reclamado algo?—El otro rió con sarcasmo ignorandolo—¡Kardia!
—Al diablo ok.
Cáncer lo volvió a acorralar en la cueva, esta vez ambos estaban vestidos —Que putas te pasa, tu nunca te pones serio, habla ya.
Escorpio lo miro con molestia sin saber que decir, realmente le molestaba que después de cada ferviente encuentro hicieran como si nada pasaba entre ellos, quería que eso fuera diferente...no esperaba de Manigoldo romanticismo, el tampoco quería eso, no eran así que asco...solo quería un poco más, había decidido vivir su vida con intensidad así que esperaba ALGO más.
—Pasa que sigues tratando mi corazón como una basura—Bramo molesto, Lo empujó para quitárselo de encima—Me largo.
—¡Eso no es cierto! Sabes que te respeto y no te subestimo—Dijo confundido.
—No me refiero a eso...tenías que ser un caballero dorado—Rodo los ojos.
—Idiota tu también eres uno.
Escorpio llamo a la armadura a su cuerpo y está atendió su llamado vistiendolo, cuando estaba apunto de irse a la velocidad de la luz volvió a sentir el tacto del canceriano deteniendolo.
—¿Ahora que?—Pregunto rodando los ojos.
Manigoldo respondió con un beso, pero este era diferente a los demás que se habían dado, era suave con una delicadeza de la que no se creía poseedor, en el que le quería transmitir todo lo que sentía: respeto, admiración, camaradería, deseo, añoranza, amistad, complicidad y amor...
—Tu corazón NO es basura para mí, no sueño con amor en esta vida...pero se que en el fondo ambos amamos, maldición no se cómo decirlo yo...
—Tambien te quiero Manigoldo —Escorpio le sonrió no con sorna ni sarcasmo, lo hizo sinceramente y eso basto para despejar las incógnitas de su corazón —Por cierto eso fue cursi.
—Callate.
Las brillantes armaduras de Escorpio y Cáncer se perdieron en el arrebol del anochecer, ambos se entendían y aunque no fueran una pareja convencional, encajaban a la perfección, con una mirada, un gesto, una sonrisa bastaba para dar a entender lo que sus palabras no podían expresar abiertamente.
Para Manigoldo el corazón de Kardia no era una basura.
Para Kardia la vida de Manigoldo tampoco lo era.
Gifer1710~
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