6.
TaeHyung al salir del auto, se encontró con lo que estaba esperando desde que supo lo que estaba sucediendo. El local estaba vacío, oscuro y cerrado, demostrando que YoonGi ya se había ido, porque tampoco había otro carro allí estacionado. Con un suspiro nada conforme abrió la puerta del auto del cual no se había despegado, para entrar, y cerrarla. Su novia estaba allí, le miró.
—Te dije que no estaba —comentó, algo extrañada. Ella, siendo modelo también, no podía entender el miedo hacia las cámaras, porque desde pequeña había tenido la fascinación de sentirse atraída hacia ellas. Al final de todo, la gente pobre muchas veces aprovecharían estas cosas. Pero bueno, entendía que como decía su novio, al chico no le gustaban para nada esas cosas. Quien no estaba acostumbrado, no podía asimilarlo tan fácil, lo entendía en parte—. ¿Qué vas hacer? No conoces donde vive, ¿o si?
—No, no conozco donde vive. Supongo que puedo venir mañana, pero por la tarde. Jesús, pobre muchacho.
Ella volvió a mirar el local cerrado. Cuando su prometido le había dicho que era un conocido (ya que ella era tantito celosa), había pensado que era amigo de la universidad o algo así, mas cuando le contó toda la historia y lo que había hecho JeongGuk con el chico, no pudo evitar sentirse apenada por él, así que había accedido a ir solo para conocerlo a pesar de que su agenda estaba llena, total, TaeHyung decía que era buena persona, pero a mitad del camino, antes de ir, habían visto la televisión, y allí había salido la foto del castaño y el rubio. Ahí fue que TaeHyung arrancó con ella en el auto y le dijo a mitad de la carretera que aquel era el muchacho con quien había planificado aquello.
—¿Qué se hará con JeongGuk? No puede dejar que esto se siga regando como pólvora —se preocupó la muchacha, mirando su anillo.
—Sí, hay que hablar con él e intentar que las cadenas de televisión no sigan comentando cosas que no son ciertas. Lo peor es que si las fanáticas se enteran de que supuestamente el chico que rechazó a JeongGuk tiene un local, harán lo imposible por cerrarlo a como de lugar. Todo el mundo sabe que las fanáticas de Corea del Sur serán muy fieles y compradoras, pero igualmente son impulsivas.
TaeHyung salió de allí, metiéndose pronto a la carretera y dijo.
—Marca el número de JeongGuk.
Su novia, JiSoo, buscó y marcó el número de su cuñado, y ambos se quedaron en la espera a que este tomara el teléfono. A eso de la tercera tonada, lo agarró y contestó antes de que el otro pudiera hacerlo, apresurado, nervioso.
No me pelees, que yo no tengo la culpa. Ni siquiera sabía ese día que me estaban persiguiendo.
—Ah, qué bueno que sepas que estoy bien informado de todo esto, JeongGuk. Quita toda esta mierda cuanto antes, porque no quiero que esta sea otra de las cagadas magistrales que tienes a tu nombre.
Ya, ya. El mánager se está poniendo al pendiente de todo esto, lo que me temo es que se está haciendo más grande. Entro a internet y sólo están las especulaciones de lo que pudo haber pasado. Mierda, ¡por eso te dije que yo no podía acercarme más a YoonGi! Me acerco y lo único que hago es dañar su vida, pero ahí dijiste tú que no había problema y que tenía que ser un hombre de verdad, ¿no?
—JeongGuk, pudiste haber entrado al establecimiento, ¿por qué lo esperaste afuera? Además, te estoy diciendo algo serio, que seas un hombre y que te enfrentes a lo que hiciste. No me quiero ni imaginar la estupidez que tuviste que haber soltado como para que YoonGi se haya negado. ¡Más tacto, hombre!
¡Pero es que no tengo ni idea de cómo tener tacto! Es la primera vez en cinco años que lo vuelvo a ver y me estás pidiendo que haga esto.
—¡Porque me dijiste que le seguías queriendo a pesar de la burrada que hiciste! JeongGuk, entiende, no puedes ir como Pedro por su casa a buscar cosas que no hay. ¡Sé más paciente!
¡Es que yo no le pedí nada!
—¿Y qué le dijiste entonces?
El silencio gobernó durante esos minutos donde JeongGuk no se atrevió a retomar palabra. JiSoo estaba mirando la ventanilla, pero sabía bien que estaba al pendiente. Al final de cuentas, si había algo que la pareja tenían en común, era el encanto por los chismes, y aunque iban a ser familia, es que estaba interesante la cosa.
Que lo amaba a pesar de todo.
TaeHyung quiso darle un golpetazo de inmediato por tremenda ridiculez. JiSoo negó, queriendo hacer lo mismo.
—JeongGuk, eso es no tener tacto. ¿Sabes seguramente lo mucho que sufrió todos esos años para que fueras a decirle eso ahora? Él no se te iba a tirar en brazos si eso era lo que podías y querías esperar. Está dolido aún.
Y ahora con todo esto... me odia más.
—Claro, tiene razones suficientes para hacerlo —dijo y JiSoo le dio un golpe para que no dijera más—. JeongGuk, te haré una última salvación masiva del culo feo que tienes. Voy a intentar hasta lo imposible porque este tema quede muy enterrado y no importa cuánto tenga que pagar para que eso pase. Sin embargo, tienes que comportarte y comenzar a pensar en tus movimientos, ¿comprendes? Eres artista, todo lo que haces lo notan, lo comentan y te crucifican.
Ya, no me regañes.
—Lo hago para que comprendas. En la boda pensaba sentarte al lado de YoonGi, pero tendrás que irte al otro lado, ¿bien?
Sí.
—Perfecto. Cuando te diga a eso de tres horas, simplemente vas a desmentir en tu cuenta de Twitter todo este romance que se han creado en las redes. Dirás que es un conocido con el cual tuviste unos problemas personales y que ya lo arreglaron en privado, que se están inventando cosas que no son.
Bien, gracias, Tae.
Colgó, suspirando. Además de su carrera, también tenía que vigilar al menor, eso era el colmo. JiSoo le observó, sonriendo un tanto débil.
—Se escuchaba triste —le comentó, y sí, parecía estar triste. A JeongGuk todavía se le olvidaba que siempre había alguien mirándolo, y ahora con todo eso de YoonGi presente, presentía que se estaba culpando de todo lo que le pasaba. Incluso era posible que no saliera de su apartamento hasta el día de su boda, algo que se sospechaba bastante. Seguro que compraría en privado botellas de ron y comida para intentar engordar hasta que tuviese que salir al evento. Así era JeongGuk. Sus penas se resumían en la oscuridad de su apartamento con comida.
Algo que tenía que impedir. Esa manía de ermitaño tenía que quitársela de una buena vez.
—Sí, pero hay una persona que está afectada por él, así que tiene que responder ya que YoonGi no tiene forma de hacerlo y ser escuchado. ¿Vienes conmigo a su empresa o prefieres que te lleve a casa?
La mujer acomodó sus cabellos, acariciando su mano. TaeHyung la contempló por unos segundos.
—Yo... voy a intentar encontrar a YoonGi —dijo—. Tú mantente enfocado en ayudar a JeongGuk. Cuando tenga noticias, me comunico contigo.
El hombre dudó. En realidad no sabía qué podría hacer su mujer, pero asintió, tomando su mano con cuidado. Ella sonrió enamorada, mirando por la ventanilla del automóvil.
***
JiSoo ciertamente es una joven bastante mimada. Había crecido en una familia de exponentes, sus abuelos maternos se habían conocido siendo ambos reporteros y pronto ascendiendo a ser reporteros anclas en la semana en horario estelar de un gran programa bastante visto por el país coreano. Pronto tuvieron hijos, de donde salieron sus dos tíos y madre, quien resultó ser ganadora del mayor concurso de belleza a nivel mundial, y luego se casó con un cantante de banda rock que estaba de gira por el país, era coreano también, pero se había criado en los Estados Unidos. Sus otros dos hermanos tomaron rumbos distintos, el tío mayor era un chef reconocido en el área, y el otro poseía un importante puesto político.
Bueno, exponentes no eran, pensándolo bien, pero sí tenían el billete guardado, y ella, quien había sacado la belleza de su madre, había decidido empezar con el modelaje desde una etapa muy temprana en su vida. Por lo que, pasó la infancia más mimada, era la única niña, y nunca nadie le había quitado la atención mientras crecía.
Estando en la escuela, conoció a par de muchachos que no fueron para mucho, porque o se iban, o eran demasiado malos para su gusto. Y ella se graduó de allí, se dirigió a la universidad para estudiar Artes, sin dejar de lado el modelaje, siendo allí, en una sesión, donde conoció a un principiante, TaeHyung.
Para resumir, TaeHyung se convirtió en un modelo estrella, y sus padres se interesaron en él. Hubo par de peleas entre ellos dos, sin embargo, no fueron tantas para al final conocerse en serio. La cosa se resumía a una linda relación de noviazgo de cuatro años. Él había logrado cambiar varias perspectivas fuera de su burbuja de miel, y por ende, quería hacer algo bueno para que viera que ella sí había cambiado y mucho, y que no solamente era una chiquilla presumida.
Aunque bueno, demostrarlo no era tan necesario tampoco.
Calculando la edad del incidente entre JeongGuk y YoonGi, TaeHyung le había contado que tenían la misma edad, por lo que, era posible que el chico estuviese aún cursando la universidad. También le dijo que tenía el presentimiento de que los padres de este no vivían cerca de su establecimiento, otro buen punto, lo que significaba que era posible que no viviesen siquiera en la misma ciudad y que YoonGi hubiese rentado un apartamento. Y de la nada, mirando a través de su celular, se dio cuenta de que, en vídeos alternativos que salían en su cuenta, el hecho de que al parecer había una débil conglomeración de niñas furiosas afuera de lo que decían que era la casa de YoonGi.
Asustada fue que le indicó a su chófer que fuese lo más rápido que pudiese a la dirección que estaban soltando en los comentarios. Este le comunicó que estaba a unos cuarenta minutos, por lo que como quiera llegarían tarde al sitio. JiSoo comenzó a impacientarse. Las chicas estaban locas, y pedían al otro muchacho salir para confirmar si estaba en una relación con JeongGuk o no.
Tuvo que dejar el celular a un lado hasta llegar al sitio. Tomó su cartera y bajó del automóvil cuando este apenas se detuvo, sin poder estacionarse bien. La mujer caminó decidida hasta al frente, y cuando empezó a pedir que la dejaran pasar, las chicas se quedaron iluminadas por la belleza de JiSoo, futura esposa de TaeHyung, los dos mejores modelos del lugar. Se plantó al frente de ellas, sonando su garganta mientras el chófer, que también hacía de su guardaespaldas, se situaba a su lado. Ella las miró con molestia.
—JeongGuk se comunicará próximamente en par de horas acerca de esta situación. Lo que están haciendo ustedes como fanáticas es manchar la reputación de quien dicen ser su ídolo. De igual forma este muchacho no merece ser acosado por ninguna de ustedes, ni responder preguntas que no tienen nada que ver con él. Si tanto quieren a JeongGuk, deberían enfocarse únicamente en la compra general de sus productos y no en su vida privada. Acosar es malo y pueden ser penadas legalmente si se decide tomar acción. Ahora, desearía que dejaran el revuelo y que se marchen.
JiSoo se quedó de pie mientras era grabada, pero las chicas no se movieron a pesar de su advertencia. La modelo sacó su celular, marcando el número de la policía, y ante eso, la multitud se quedó en silencio.
—Aló, policía. Hay un conglomerado provocando disturbios a la paz y acosando la integridad de una familia. Me gustaría que tomara cartas en el asunto, estamos en la calle xxxxxxx —comunicó. Sacó el celular de su mejilla, mostrando a las chicas que aquello que estaba haciendo era cierto, y lo puso en altavoz. De pronto la voz del guardia diciendo que se encontraría allí en minutos les hizo moverse, yéndose de ahí con rapidez porque no deseaban irse a la comisaría. JiSoo suspiró—. Gracias, se fueron nada más escuchar su voz, aún así, les indico que mantengan vigilada el área. Uno nunca sabe.
Mantendremos vigilando la zona, gracias por comunicarse.
JiSoo apagó su celular, dándose la vuelta. Tocó con timidez la puerta, manteniéndose un tanto lejos. Un pelirrojo le abrió, sonriendo un poco sorprendido.
—Señorita JiSoo, muchas gracias por lo que ha hecho. Eran una molestia —comentó, girándose un tanto. Seguro hablaba con alguien. La modelo sonrió, negando. De pronto, una mujer apareció.
—Gracias, hermosa mujer. ¿Quiere pasar?
—Ah, si no mucha molestia.
Las personas la dejaron pasar con todo y guardaespaldas. HoSeok le observó intrigado, y se encaminaron todos hasta la sala de estar. JiSoo se mantuvo mirando a todo sitio. Era una casa pequeña, algo oscura, pero decente. Al entrar al sitio, se dio cuenta que allí había una melena rubia. Bingo, había dado con la dirección del muchacho como habían dicho las chicas. Lo malo era un futuro su aquel tema no se dejaba quieto. La mujer la invitó a sentarse en un sillón de una sola persona.
—¿Quiere algo de beber? Hice té recientemente —ofreció ella. JiSoo asintió por educación, fijándose pronto en YoonGi, quien dejó de usar su celular para mirarla. La fémina sonrió aún más.
—YoonGi, buenas tardes, es un gusto conocerte.
El otro asintió, incómodo.
—Gracias.
—No es nada, eres amigo de TaeHyung, ¿no?
—Supongo —soltó en un suspiro, haciéndose a un lado cuando HoSeok se sentó cerca—. Aún así, es peligroso de que haya venido sola.
—No, no te preocupes. Vine con mi guardaespaldas y chófer personal. Siempre me protege. Me llamo JiSoo, por cierto. Se me había olvidado decirte.
Pronto la mujer vino con una bandeja que dejó en la mesa del medio. Aceptó con una sonrisa el té y unas galletas que le había dado. Naturalmente no comía de ello para evitar subir de peso, pero estaba en vacaciones, podía bajar lo que subía. Bebió un tanto, sonriendo.
—Muy bueno, gracias.
La señora se sentó, algo avergonzada.
—¿Y para qué viene? —preguntó YoonGi, recibiendo una mala mirada del pelirrojo, quien seguro pensaba que había sido algo tosco de su parte. La muchacha asintió.
—Vine por todo esto que está pasando y ahora que he visto lo que ha pasado acá afuera, creo que... necesitas un poco de protección.
El rubio negó.
—No, eso llamaría más la atención. No soy de querer que me vean.
—Claro, lo entiendo. Pero esas chicas no se iban a ir hasta que salieras, y la mayoría pueden ser peligrosas si se lo proponen. JeongGuk emitirá un comunicado a través de su empresa y eso puede apaciguar la intensidad de ellas, pero siempre hay alguien un tanto desquiciado —comentó, bebiendo de nuevo—. Por lo que, tendrás protección de mi parte por unas cuantas semanas. Cuando la situación vuelva a como estaba antes, no necesitarás de ella.
—Pero... No puedo aceptar eso.
—YoonGi, pueden hacerle daño incluso a tu negocio. Necesitas protección. Siempre y cuando JeongGuk diga lo que estamos pensando, se supone que esas teorías conspiranoicas bajen de tono. Mientras, eres amigo de TaeHyung, y si él se preocupa por ti, es inevitable que yo no lo haga. Además, ellas atentan no sólo contra ti, sino con ellos dos presentes también. De la única forma que quiero me paguen, sería yendo a mi boda. ¿Qué tal?
HoSeok asintió con una sonrisa, recibiendo un zape de YoonGi, quien suspiró.
—No estoy de acuerdo.
—¿No lo está?
—YoonGi, es la última vez que seguro te encuentras con ellos, vayan —dijo la señora—. Esta muchacha es muy amable y quiere que no te pase nada.
—No la conocemos y puede tener segundas intenciones —sospechó el rubio. JiSoo, ofendida, se levantó.
—Pues, ¿sabes qué? Desde ahora vendré todos los días a conocerte entonces. Ahí sí tendré una razón mayor para conocerte y cuidar de ti. A usted le traeré los mejores ingredientes de la ciudad y tú... me parece que te encantan las compras, vayamos juntos mañana por la noche al centro comercial. Así no seré una extraña, eh —dijo, sonriente mientras posaba. HoSeok se quedó extrañado al igual que los otros. Hasta el chófer parecía no conocerla. YoonGi apretó sus manos.
—No es necesa-
—Gracias por aceptar. Nos vemos mañana, pasen bonita tarde. Por cierto, me llevo la taza y las galletas. ChanYeol, contrata un servicio de vigilancia para esta casa.
La mujer se fue de allí, dejando a los tres presentes en silencio.
—¿Hará eso en verdad? —cuestionó la mujer, dudosa.
—Pues espero que no.
Porque YoonGi tenía un mal presentimiento.
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