【Cinco】
Cinco
Los padres de Aisha debían volver a casa ya que su tiempo en Seúl se había acabado. La castaña se sentía un poco triste al despedirse de ellos, JungKook había ido para despedirse también de sus suegros, estarían en contacto para los preparativos de la boda, no había una feha en específico, pero la pareja tenía que empezar a colocarse manos a la obra. Aisha miró a ambos lados de la calle esperando un taxi desocupado para poder extender el brazo, JungKook supo que era el momento perfecto.
—¿Podemos hablar?—no tuvo respuesta a alguna. Prefirió tomarlo como un sí—Lamento no haberte dicho que hablé con Leyna ese día en el cine, ella...te envidia, si me lo preguntas, dudo mucho que haya estado del todo ebria cuando apareció en el hotel—los ojos de la chica se posaron en su prometido—Yo...antes de conocerte Leyna me parecía una mujer hermosa, no tuvimos nada—se apresuró a decir—Ella sintió algo más por mí y no respondí a sus sentimientos...
—Ahora entiendo porque le molesta este compromiso. Cree que le quité al chico que le gustaba.
—En ese caso debería odiarme a mí por haberme enamorado de ti.
—¿Enserio nunca correspondiste lo que ella sentía?—se mostró preocupada—JungKook, si hubo algo entre ustedes...
—No hubo nada entre nosotros—tomó sus brazos—E incluso si hubiéramos tenido algo, creo que no tiene el derecho a reclamarme—deslizó sus manos a las de ella—Voy a casarme contigo y quiero casarme contigo, quiero formar una vida contigo, ya te lo dije.
Aisha lo abrazó ocultando su rostro en el pecho del pelinegro. JungKook besó su cabeza estrechándola en sus brazos.
Había pasado una semana exactamente desde que los padres de Aisha se fueron, la joven pareja había visitado distintos lugares que servían como opciones para la futura boda, tenían diferentes presupuestos que fueron marcando como posibles o no posibles, si algo estaban de acuerdo era en querer una boda pequeña con las personas importantes para ambos. Debían armar la lista con los invitados, todo era tan frustrante que podía sér agotador tanto físico como mental.
—Con este lugar son diez los que hemos visitado esta semana—Aisha lo marcó de la lista en su libreta. Se dejó caer en el banco más que cansada—¿Y si sólo firmamos un documento y ya?, listo, estaremos casados.
JungKook sonrió divertido negando con la cabeza. Su sonrisa disminuyó al distinguir cierta persona del otro lado de la calle, Leyna se acercó saludándolos a ambos.
—Hola a los dos. ¿Qué están haciendo?
Aisha por primera vez vio su rostro libre de maquillaje, tal vez tenía un poco, pero se veía tan natural que pasaba por ser sencillo. Su cabello caía suelto por sus hombros mientras tenía unas bolsas en sus manos.
—Leyna—Aisha habló. JungKook en cambio mantuvo distancia teniendo un rostro inexpresivo, no le había dicho a la castaña que Leyna había hecho el tonto intento de coquetearle—Estábamos...caminando—Aisha mintió. Se sentía realmente incómoda ahora que sabía de sus emociones—¿De compras?—señaló las bolsas.
—Sí, necesitaba algunas cosas en casa. ¿Ya comieron?—los miró. La indiferencia de JungKook le estaba doliendo un poco.
—Pensábamos ir a casa...
—Comamos algo. No he comido y muero de hambre—se fijó en el chico—¿Te parece?
JungKook miró a Aisha quien tenía una sonrisita incómoda. A diferencia de ella, no se sentía incómodo, se sentía inquieto al saber las intenciones de su supuesta amiga. Si le decía la verdad a la castaña crearía discordia en algo que no quería.
Leyna se sirvió más ensalada tomando bocados de ella luego, los tres comían en silencio disfrutando la comida de aquel restaurante. A esa hora de la tarde estaba un poco lleno, Leyna miró a la pareja sintiendo la incomodidad en el aire, fue ella quien decidió acabar con el silencio.
—¿Pasó algo?
—¿Mmm?—Aisha masticó sin poder responder.
—Están muy tensos, ¿Discutieron?
—No. Estamos bien—respondió JungKook. Bebió algo de jugo para luego levantarse—Iré al baño, ya vuelvo.
—Está bien—Aisha lo miró alejarse. Leyna siguió su mirada haciendo un gesto al rodar los ojos.
—¿Cómo van los preparativos?—atrajo su atención.
—Bien.
—Oye, algo sucede con ustedes dos, los siento muy extraño. ¿Qué pasa?
La chica aclaró su garganta un poco incómoda por lo que diría.
—Creo que...debo disculparme contigo.
—¿Qué?
—Sé que crees que te quité a JungKook, sé que sentías algo por él y te juro que no pensaba intervenir—aclaró. Leyna sonrió de lado sin creer lo que escuchaba—Nunca he querido quitarte nada, Leyna.
—¿Por eso actúan tan raros?
—Ahora entiendo porque te molesta este compromiso.
—A ver, ¿Enserio lo siente?—con su tenedor recogió otro poco de ensalada llevándola a su boca. Aisha asintió y ella anadió como si nada—Termina con él.
—¿Qué?
—Si estás tan arrepentida como dices, termina este compromiso.
—No dije que estuviera arrepentida, estoy aclarando el malentendido que puedes haber pensado...
—No hay malentendido, Aisha—la miró fijamente—Somos amigas, es cierto, también es cierto que JungKook me gusta y me seguirá gustando, desde que llegaste a Corea todo te ha salido de maravilla. Lo menos que puedes hacer por gratitud es romper con él.
¿Debía tomarlo como broma?, si así fuera no se escucharía tan seria, ¿No?, Aisha la miró comer en silencio esperando su respuesta. Ella seguía con esa actitud de superioridad que nunca le gustó.
—¿Cambiaría algo que no me case con él?
—Por supuesto, JungKook no se casaría contigo, es obvio.
—¿Quieres verlo con alguien más?—como respuesta se encogió de hombros—Leyna...
—Dicen que los amigos nunca deben estar con los ex de sus amigos.
—JungKook nunca tuvo nada contigo.
Ante eso, Leyna levantó una de sus cejas. JungKook regresó unos breves segundos después, tomó asiento encontrando mucha seriedad en ambas chicas.
—¿Por qué le dijiste que nunca estuvimos juntos?—Leyna lo había dejado atónito.
—¿Qué estás diciendo?
Aisha se quedó callada mirándolos.
—Tuvimos una relación, JungKook-ah.
—¿Estás loca?, no tuvimos nada. Te dije que no correspondía lo que sentías...
—Aisha, los hombres suelen mentir, ¿Recuerdas?, hablábamos mucho de esto. Cuando se ven en aprietos, inventan cualquier cosa para salvar su pellejo.
—Estás mintiendo. ¿Por qué lo haces?
—Quiero que Aisha sepa la verdad.
—Esa no es la verdad.
—Yo decidiré que creer—Aisha tomó la mano de JungKook—Debemos volver a casa, lo siento, creo que debemos irnos—jaló de su prometido. JungKook dejó que jalara de él pasando a un lado de Leyna, ésta tomó la manga de su camisa, las miradas de ambos se encontraron diciendo mucho.
—Detente—advirtió soltándose de ella.
Ya estamos en la mitad de la historia.
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