Tan pronto como el alboroto en medio de una tortuosa discusión se hizo presente, el viento pareció tomar aún más fuerza y pronto las voces se volvieron incluso más ruidosas de lo que se esperaba. Yeosang se mantenía en el piso con el corazón golpeando su pecho, provocando que se sofocara al llorar con tal desesperación, sintiéndose atado y completamente forzado a guardar silencio, la expresión dura de SeongHwa no era ningún consuelo, tampoco lo era la colaboración de Soojin  para hundirle aún más.
Soojin seguía plantada en el mismo sitio, mirando con lo que parecía pena a Yeosang, muy en el fondo se sentía tan pesada debido a la culpa pero se justificaba argumentando hacia sí misma que la culpa había sido de Yeosang por mostrarse tanto y tan distinto a ella. — ¡Señor! — retomó Yeosang para suplicar de nueva cuenta, sin muchas expectativas después de haber notado la firmeza de SeongHwa al tomarlo por las muñecas. — ¡Yo no he hecho nada! — volvió a gritar entre el molesto llanto, tirando su cabeza hacia atrás en un intento desesperado porque SeongHwa le mirara directamente a la cara, pero ni siquiera su llanto le hizo cambiar de opinión.

SeongHwa tiró de él, tomándolo con más fuerza por el brazo y obligándolo a caminar o casi arrastrarse. Delante de la casa principal se podían oír gritos tanto masculinos como femeninos, se percibía el choque de espadas y el sonido nervioso de los caballos, estaban buscando a SeongHwa y de eso no había duda alguna. Deseaban cobrarse aquella supuesta deuda, ese rencor de no haber podido conquistar el territorio en su momento, cuando el alfa Park, padre de SeongHwa aún estaba a cargo. Mientras que afuera había un caos total y en todos los aspectos, Park cargó con el lamento de Yeosang en los hombros, lo había llevado con pesadez hasta la prisión con aspecto lamentable, en donde solamente llevaban a los malos pueblerinos o a los traidores como según SeongHwa lo era Yeosang. Para ése punto, Yeosang sufría más por el maltrato psicológico que de daba a sí mismo que el maltrato físico ligero que SeongHwa le estaba dando, quería salir corriendo para buscar a su tan adorada madre Ji-Won, no tenía idea de dónde podría estar y esto le inquietaba cruelmente. — Por favor — pidió en medio del llanto como un niño.

— Ahora — selló SeongHwa, pateando un banco de madera hasta lograr que quedara delante de Yeosang, quien estaba de rodillas dentro de la celda. SeongHwa se sentó dejando sus piernas abiertas y sacando su espada del estuche. — Comienza a hablar.

— ¡Yo no he hecho nada! — gritó con dificultad, pues se ahogaba con sus propias lágrimas — Soojin...— gracias a los espasmos de le complicaba si quiera recitar una sencilla y corta oración. — Soojin mintió, mintió.

— ¿Por qué debería creerte? — cuestionó SeongHwa con obviedad amarga. — ¿por qué debería de suponer que no fuiste tú el traidor? — retomó la pregunta con muchas más crueldad que la anterior. — después de todo esta no es tu manada, ¿no es así? — En la mente de SeongHwa pasaba una historia en donde Yeosang traicionaba a su manada para recibir una clase de recompensa a cambio, era sin duda ridículo o quizás probable, esto según él. — ¡contesta! — él gritó y Yeosang se sobresaltó.

— ¡Incluso si no nací aquí, creí aquí! — devolvió. — yo no les haría nada, ¡no soy capaz!

— Demuéstralo — respondió Park.

— ¿¡Cómo demuestro algo sin siquiera tener pruebas!? , ¡estuve aquí todo el tiempo!

— Ya oí suficiente — sentenció el alfa sin darle más vueltas al asunto, volvió a guardar su espada y con una seña le pidió a uno de los guardias beta que cerrara la celda. Salió a pesar de el escandaloso llanto de Yeosang. SeongHwa tenía que salir a enfrentarse y proteger su manada al suponer que estaban inseguros sin su alfa al mando y luchando para protegerlos. En cuanto sus pesadas botas pisaron la base de tierra húmeda pidió a su caballo con un grito utilizando la voz de mando para reclamar atención y poner orden, el caballo llegó tan pronto lo pidió y junto con él los demás con sus respectivos jinetes, nuevamente elevó su espada y el caballo corrió tanto que incluso daba saltos en la montura de tal fuerza. — ¡SeongHwa! — gritó Dongwoo igualmente montado en su caballo, SeongHwa se giró presionando al caballo con fuerza logrando frenar de forma brusca. — se fueron hacia el río.

SeongHwa gruñó tan fuerte como le fue posible. Dongwoo volvió a hablar. — Te buscaban a ti, al no encontrarte decidieron destruir cada una de las cosas que veían, ¿en dónde estabas?

Park rascó su cabeza con ansiedad. — ¿Supiste la razón del ataque?

Dongwoo vaciló con su mirada, sin saber lo que diría o si lo que diría era lo correcto. — Alguien dio un aviso previo...— pausó. — SeongHwa, alguien te está traicionando, alguien de la manada, era casi imposible que supieran sobre los planes de reubicación, ¿hablaste de alguien sobre eso?

— ¿Crees que soy imbécil? — protestó SeongHwa. — ¡Claro que no lo hablé con nadie!

— SeongHwa, realmente no quiero equivocarme...— murmuró Dongwoo con inseguridad. SeongHwa le miró con el ceño fruncido y con muchas preguntas retandolo. — Los ataques comenzaron desde la muerte del líder Park, antes de eso todo estaba completamente bien y tranquilo, no habían tensiones con otras manadas, aquel lío del poder quedó en un trato de paz cuando tu padre aún estaba a cargo...

— ¿Qué ganas con repetirme algo que yo sé perfectamente?

Dongwoo miró al cielo con desesperación siendo movido por los trotes tranquilos de su caballo. — SeongHwa.... — volvió a llamar. — Después de la muerte de tu padre...— después de notar que SeongHwa no entendía; — Llegaron buscando a alguien más que a ti y sinceramente pienso que llegaron buscando a Yeosang.

— ¿ Por qué lo buscarían a él? — cuestionó SeongHwa.

— Piénsalo, ¿no te parece mucha coincidencia que luego de la llegada de Yeosang...años después cuando ése cachorro es capaz de moverse y hablar...de pronto muera el líder?, me parece demasiado extraño y mucha coincidencia que un alfa con fama de traidor de pronto se encontrara a Yeosang en medio de un peligro inevitable, justo cuando tú estabas cazando en una zona que es considerada de nuestra propiedad...

2/5