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◖ ❄️ ،، Quince

Al escuchar el trote de los caballos, Hyuk, Félix, Taemin y SeongHwa se dieron la vuelta con cuidado al encontrarse cerca del río. Dongwoo había vuelto, montado en su caballo y siendo protegido por dos guardias en caballo, frenaron y Dongwoo fue el primero en bajar con cierta brusquedad. — ¿por qué tardaste?, ¿ah? — señaló Taemin, apuntándole con el dedo índice de forma vacilante. — estamos hablando de cosas importantes, ¿estabas perdido o algo así?

— Estaba...— Dongwoo pretendió ajustar su cinturón con cierta obsesión. — estaba hablando con Ji-won — levantó la vista, riendo torpemente mirando a Hyuk y después a SeongHwa, quien segundos después se dispuso a hablar.

— ¿por qué has venido con dos guardias?, ¿te venían siguiendo? — preguntó SeongHwa, acercándose firmemente.

— Porque me siento en peligro.

— ¿en peligro? — preguntó Taemin. — ¿pasó algo?

Dongwoo miró en dirección a Hyuk, jadeando con cansancio. — No, tonterías mías. Expliquenme todo el asunto.

Taemin se hizo a un lado, abriendo los brazos y señalando hacia el otro lado del río. — Mira eso.

El castaño se acercó, observando con atención. — ¿son huellas?

— Nadie ha venido para acá desde hace unas semanas. Al menos no de la manada — agregó SeongHwa. Dongwoo le observó.

— ¿están intentando robar animales? — dijo Félix.

— No — negó Hyuk. — están estudiando la zona, ¿entiendes que puede ser peligroso no?

Taemin suspiró pesadamente.  — me encargaré de enviar seguridad a los alrededores.

— Iré a hablar con el líder SiWon, ya mismo — advirtió SeongHwa, pidiendo su caballo. Dongwoo le detuvo bruscamente, tomándolo del hombro con ansiedad, Park le miró con extrañeza. — ¿qué?

— Envía a Hyuk y a Félix con un pergamino hasta el sur. Necesito hablar de algo urgente contigo — insistió. Félix se aproximó.

— Hyuk y yo nos encargaremos de eso, pueden irse tranquilos.— Al terminar de hablar, pidió su caballo, incitando a Hyuk a seguirle, cosa que él alfa hizo sin oponerse. Ellos junto con sus caballos se marcharon con prisa, haciendo que sus capas casi flotaran. Taemin también se marchó, necesitaba organizar las guardias correspondientes y sus horarios.

— debí de haber ido yo, soy el líder — se quejó SeongHwa.

— entiendo si no crees lo que te voy a decir — gruñó Dongwoo, mirando a su alrededor y jugando con sus propios dedos, lleno de ansiedad. — necesitas hacer algo respecto a Soojin.

SeongHwa le miró sorprendido, después sólo rió. — Dios, no puedo creer que me haya quedado a oírte sólo para esto, ¿qué importa Soojin en éstos momentos?, ¿eres consiente de que probablemente corremos peligro?

— Mierda, ¡escúchame! — gritó el castaño. — quiere herir a Yeosang.

— ¿qué? , ¿por qué lo haría? — cuestionó SeongHwa sin poder creer más allá. — son amigos desde hace mucho, Soojin le considera su hermano menor.

— ¿de cuándo acá se envenenan a los hermanos menores? — dijo Dongwoo entre risas.

SeongHwa se giró a mirarlo, con el ceño fruncido y sus hombros tensos al momento. — ¿qué dijiste?

— Le puso algo a su comida, lo sé, yo sé que algo hizo.

— ¿cómo lo sabes?, ¿la viste? — dudó el pelinegro.

— Probé la comida — afirmó Dongwoo. — ahora que Yeosang está pasando por su celo, es más vulnerable a acceder a cualquier cosa.

— Yeosang confía en Soojin — aseguró SeongHwa.  — ¿por qué le haría daño?

— está empeñada con la idea de que tú eres su alfa, ¿acaso no le has dicho que eres el alfa de Yeosang?

— Hablé con ella, lo hice y ella sabía de ello antes de que yo se lo dijera — SeongHwa bajó la mirada hasta sus pies. — Que imbécil — dijo de pronto. Dongwoo se sorprendió.

— ¿eh?, ¿por qué? — se quejó.

— no tú — regañó. — Yo. Ya decía yo que era muy extraña la manera de actuar de Soojin cuando sospeché de Yeosang, el día del ataque, ¿lo recuerdas?

— ¿Soojin hizo algo? — preguntó Dongwoo, sintiéndose extrañamente temeroso y curioso al mismo tiempo.

— Dijo que Yeosang me había traicionado, en pocas palabras. Después averigüé que no era así pero nunca pensé que...¿acaso está loca?, ¿hacerle daño a Yeosang?, ¿qué ganaría con eso?

— Seguramente cree que con eso comenzarás a quererla de una forma distinta.

— no quiero que le dañen — agregó SeongHwa. — no por mi culpa. Le diré a Hyuk que se encargue de su seguridad.

— ¡no! — gritó Dongwoo de pronto, sorprendiendo a SeongHwa. — él...es algo anticuado — rió. — Yeosang es alguien joven, yo puedo ayudarle a no sentirse aburrido.

SeongHwa le observó con un poco de seriedad. — No pienses en traicionarme.

Dongwoo negó. — Sólo por favor, no dudes de mí — SeongHwa le dio una palmada juguetona en el hombro, después subió a su caballo esperando a ser seguido por Dongwoo.

Yeosang tomó cada una de las cosas que Ji-Won le dio. Había formado un nido con las prendas de SeongHwa, su aroma había logrado tranquilizarle mayoritariamente. Los tés y las comidas cálidas de Ji-Won le habían mantenido tranquilo y en cierta parte menos ansioso de lo que ya estaba y de lo que se sentía. No era lo mismo a tenerle cerca, pero entendía que SeongHwa tenía tantas tareas todos los días, que ni siquiera la tormenta le detuvo. Su cuerpo se sentía cada vez más extraño, ¿qué clase de magia utilizaba Ji-Won para calmarle de tal forma?, sin embargo, la sed por SeongHwa no se detenía, pero para eso había creado su magnífico refugio, lleno de su aroma, de su invisible presencia rondando por ahí sin estarlo.

Toc toc

Yeosang abrió los ojos, encontrándose tendido en una cueva echa con ropa de su alfa. Levantó la cabeza, elevando la mirada y buscando ideas.

— ¿puedo pasar? — dijo SeongHwa desde el otro lado de la puerta. Yeosang sonrió.

— ¡sí! — gritó. SeongHwa entró rápidamente, abrumado por el aroma de Yeosang, se volvió tan intenso que le era difícil mantenerse distante.  Después le observó, cubierto con sus prendas, suponiendo inocencia y pequeñez.

Lleno de ternura, caminó hasta el borde de la cama, sentándose lentamente, dándole la espalda al omega desesperado por recibir atención. Yeosang le atacó por la espalda, abrazandolo con la fuerza que se podía permitir. — SeongHwa —  llamó el menor, lleno de entusiasmo.

— ¿hm? —

— hice algo — agregó Yeosang, bajando de la cama, pegando un salto y buscando en medio del desorden algo que no tenía muy claro. Levantó una hoja de papel. — mamá Ji-Won me trajo libros de la biblioteca.

— ¿de verdad? — preguntó SeongHwa, sumándole importancia al asunto con entusiasmo infantil, como si alimentara la hiperactividad de un niño feliz por sus regalos de navidad.

Yeosang asintió muchas veces con su cabeza. — mira — plantó la hoja en los ojos de SeongHwa.  — escribí tu nombre en francés.

SeongHwa tomó la hoja y leyó atentamente, riendo por no creerlo. — ¿tú lo escribiste solo?

— Sí, yo solo — dijo con orgullo, haciendo reír a SeongHwa, completamente enternecido. Después el alfa se puso serio.

— ¿comiste?

— sí, mamá Ji-Won me cocinó carne con tomates.

SeongHwa sonrió, dando una palmadita en su propio muslo, incitando a Yeosang a sentarse en su pierna. Yeosang se levantó del piso, llegando con timidez hasta él y deteniéndose. — venga, siéntate aquí — Yeosang asintió, sentándose sin dejar caer su peso por completo. — ¿por qué no dejas caer tu peso?, sigues siendo liviano

— acabo de comer...comí mucho.

— ¿qué hay de malo en eso?, ¿no te gustaría ganar un poco de barriga? — jugó SeongHwa. — Dongwoo se encargará de cuidarte — dijo de pronto, logrando que Yeosang le mirara.

— ¿Dongwoo?, ¿por qué habría de cuidarme? — bromeó Yeosang.

— Últimamente están pasando cosas muy raras por aquí, él te cuidará, ¿estás de acuerdo?, ¿acaso no te agrada?

Yeosang asintió. — Dongwoo es muy bueno, me cae muy bien, siempre hace cosas buenas por los demás.

SeongHwa sonrió, asintiendo amablemente.

— en algún momento llegué a pensar que eran hermanos, por su cercanía — añadió el omega.

— Dongwoo llegó aquí desde muy joven, tenía doce años — dijo SeongHwa, provocando a Yeosang para preguntarle sobre más con curiosidad.

— ¿y sus papás?

— murieron ahogados en una laguna, muy lejos de aquí.

Yeosang suspiró. — ¿cómo llegó hasta aquí?

SeongHwa se encogió de hombros. — Lo encontramos robando tomates, tenía la ropa sucia y los pies descalzos. Tuvimos que bañarlo a la fuerza entre todos porque era un salvaje — Yeosang rió y SeongHwa también.
— Después de eso, Ji-Won y mi padre se encargaron de enseñarle todo lo que sabe.

— ¿estás orgulloso de él? — preguntó Yeosang con una sonrisa entusiasta.

— Dongwoo tiene un gran corazón, es noble y me ha sido fiel durante todos estos años. Me siento orgulloso de él, sí. Así como lo estoy de ti.

Yeosang le sonrió, recargando su cabeza en el hombro de SeongHwa,  quien le acarició el cabello con suavidad. — Cuando yo no esté aquí encárgate de no meterte en problemas, no hagas que Dongwoo te persiga como si fueras un cachorro.

— no, lo prometo.

— ¿estás bien?, ¿te duele todavía?

— no, mamá Ji-Won me dio medicina.

SeongHwa gruñó. — ¿por qué?, le dije que dejara de medicarte.

— Me sentía demasiado mal, llegó a un punto en el que ni siquiera era capaz de moverme, Ji-Won hizo lo correcto. Dijo que los siguientes dos días los pasaré con pocas molestias, así que me quedaré aquí mientras tanto.

— ¡Dongwoo! — gritó Hyuk, encima de su caballo. Dongwoo se giró, teniendo el ceño fruncido. — ¿en dónde está SeongHwa?

— adentro, está con Yeosang, ¿sucedió algo?

El caballo de Félix llegó apresurado, frenandose a tiempo y con brusquedad. — ¿Dónde está SeongHwa? — preguntó ahora el joven alfa. Dongwoo jadeó.

— Está adentro, ¿me dirán que pasa?

Félix y Hyuk se miraron mutuamente.

— Encontramos al ladrón — habló Félix, observando a Dongwoo con mucho detalle.

— ¿ladrón?, ¿se refieren al dueño de las huellas que encontramos del otro lado del río?

Hyuk asintió.

— Iré por mi caballo. Vayan por SeongHwa  — ordenó Dongwoo, marchándose con prisa. Félix marchó detrás de él en un suave trote, mientras que Hyuk bajaba de su caballo con cierta prisa.

— Hyuk — llamó una voz femenina desde la entrada de la casa principal. El alfa se giró, mirándola al comenzar a caminar.

— ahora no, Soojin — exigió Hyuk, pasando de ella para entrar, pero Soojin continúo detrás de él.

— Dongwoo se dio cuenta — advirtió ella. Hyuk la miró.

— ¿qué?

— Probó la comida de Yeosang antes de que se la diera, el idiota la picoteó y me ordenó que la cambiara.

— ¡por qué eres tan tonta! — gritó Hyuk. — ¿cómo se te ocurre querer envenenar a Yeosang? — le sacudió con brusquedad. — ¡te dije que no lo hicieras!, ¡echarás todo a perder!

— estoy cansada de esperar tu ayuda, todo sería diferente si tú no fueras mi alfa.

— ¿me estás culpando de tu maldita obsesión?, ¡no seas ridícula!

— ¡no me hagas enfadar!, o me obligarás a revelar tu pequeño y sucio secreto — amenazó ella.

— Si dices algo, yo mismo me encargaré de que los lobos salvajes te coman viva

— Solamente digo que si ése idiota habla de más, lo ahogaré en la misma laguna que sus padres — dijo Soojin con crueldad, haciendo gruñir a Hyuk como consecuencia. SeongHwa salió de la habitación de pronto, haciendo que Soojin y Hyuk se separaran.

— SeongHwa — Llamó Hyuk desde la distancia. SeongHwa bajó las escaleras, mirando a Soojin con cierto enfado.

— ¿qué sucede? — preguntó SeongHwa , cambiando su atención, llevándola ahora a Hyuk.

— Encontramos al responsable de las pisadas, lo tenemos en una celda

Félix y Dongwoo observaban al hombre, con barba y cabello un tanto canoso. Comía el pan que le habían llevado con cierta desesperación.

— Ya te dimos algo de comer, ahora dinos tu nombre — Amenazó Dongwoo, apuntándole con la espalda. El hombre dejó de comer de ese pan, levantando la vista y mirando a la filosa espada con resignación.

Cuando iba a hablar, llegó SeongHwa y Hyuk, con sus espadas en mano. El hombre rió. — Solamente robé tomates y zanahorias porque tenía hambre, no maté a nadie

SeongHwa le miró. — ¿a qué manada perteneces?

— A ninguna — habló con la boca llena, mordiendo de nuevo a ése trozo de pan — soy un alfa independiente, robaba con tres betas salvajes, pero ellos se perdieron en el bosque hace unas horas.

— Por última vez — amenazó Dongwoo. — ¿cómo te llamas?

El viejo alfa cerró los ojos con cierto cansancio. Tragó. — Hyuk, Hyuk Jang.

Félix rió por la nariz, mirando al otro Hyuk, al bien vestido Hyuk. — Se llama como tú — vaciló y el alfa le miró mal.

— ¿esto te parece divertido? — regañó el alfa. Dongwoo le miró mal.

— No lo regañes — ordenó Dongwoo.

SeongHwa caminó hasta el preso, arrebatandole el pedazo de pan. — Hyuk Jang — dijo SeongHwa.

— Así es mi señor. Hyuk Jang.

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