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◖ ❄️ ،، Once

Desde la ventana de la gran habitación se podían mirar a las cientas de gotas que caían del cielo y que se balanceaban, siguiendo al viento suavemente. El cielo permaneció gris durante toda la noche y los relámpagos solamente inquietaban a Yeosang. Comprendía el noble acto de SeongHwa, pero dormir repentinamente en su habitación le pareció demasiado, sin pensarlo mucho se mudó al sofá de la habitación con una manta caliente cubriéndole. Un trueno proveniente del cielo le obligó a despertarse de un brinco, sorprendiendo a una chica de baja estatura y complexión delgada, cabellos castaños y lacios, quien precisamente se encargaba de ordenar la habitación con peculiar cuidado, eran aproximadamente las cinco de la mañana. En cuanto sus miradas se cruzaron sonrieron.

Los rumores corrieron como cruel ráfaga de viento por todo el pueblo, la noticia de SeongHwa había encontrado a su omega se esparció como un común resfriado. Todos tenían diversas opiniones y puntos de vista, pero la mayoría encajaba con exactamente lo mismo, tomarle cariño a Yeosang no fue en vano, después de todo ya había sido declarado como el omega del alfa líder. — ¿desea que le suba el desayuno? — dijo ella con amabilidad. Yeosang miró a su alrededor y después hacia la cama de SeongHwa.

— por favor — le pidió levantándose del sofá. — no me trates de "usted"

La chica volvió a sonreír, negándose a seguir tratando a Yeosang como un miembro más de la manada — le traeré el desayuno — volvió a hablar, esta vez de una forma más apresurada, levantó el plumero blanco que antes había recostado sobre el buró de noche.

— prefiero comer abajo.

— muy bien, enviaré a que alisten la mesa.

— Sul — llamó Yeosang. La chica volteó antes de salir por completo de la habitación. — ¿sabes en dónde está SeongHwa?

— salió desde muy temprano con la guardia, nada de qué preocuparse — tranquilizó.

Yeosang asintió, permitiendo que Sulie saliera por fin de la habitación. Con sus pies descalzos caminó hasta el balcón, recorrió la ventana, dándose cuenta de que ni siquiera la luz solar era un hecho, continuaba lloviendo y además SeongHwa no estaba. Con él llevaba puesta la pijama que anteriormente le habían ofrecido sin si quiera ser consiente de ello. Su cuerpo exigía un poco de comida, había pasado horas en esa celda y al salir tampoco tuvo el tiempo suficiente para comer, casi podría jurar que sus piernas se romperían en cualquier momento y ante el más mínimo descuido.

Luego de tocar la planta baja, "Suni" le dirigió amablemente hasta el gigantesco comedor decorado con patrones artísticos con toques clásicos. — ¿puedo comer en la cocina? — cuestionó Yeosang con timidez notable antes los ojos de la vieja mujer que dulcemente le sonrió.

— ¡de ninguna manera! — interrumpió Ji-Won. Yeosang la miró con sorpresa, en ningún momento se le pasó por la mente que Ji-Won estaría en la cocina. — tú comerás aquí.

— quiero comer con ellos — insistió Yeosang sin quererse sentar. Ji-Won se aproximó, lo tomó por los hombros firmemente y le obligó a sentarse.

— si estás aquí es porque SeongHwa así lo quiso.

Suni se retiró y Ji-Won marchó detrás de ella.

— Pero- — llamó Yeosang. Ji-Won no se detuvo y se fue por donde llegó, la mujer tenía muchos más asuntos que atender, los cachorros necesitaban de Ji-Won y Ji-Won necesitaba ayudarlos para sentirse completamente llena. Yeosang tragó saliva con dificultad, la cuchara metálica se hundió el en puré de papá con ayuda de la mano del omega. De esa forma no era capaz ni siquiera de beber agua, mirar a su alrededor tampoco resultaba una buena idea, la soledad en el palacio solamente le provocaba escalofríos.

La puerta principal se abrió, permitiendo que una imprudente cantidad de viento se colara y rozara los hombros de Yeosang. — ¡Soojin! — le llamó Yeosang, levantándose inmediatamente de la silla por muy pesada que estuviera. Soojin frunció el ceño al verlo, las puertas detrás de ella se cerraron a la par, creando un eco casi siniestro.

Soojin caminó lentamente sin dejar de mirarlo ni un sólo segundo, se detuvo a unos metros de él, con ella llevaba una canasta la cual aparentemente llevaba leche y diferentes tipos de quesos.

— estoy comiendo solo — añadió Yeosang con una sonrisa.

La chica levantó la canasta y la posó en un lado aleatorio del comedor.

— ¿quieres desayunar conmigo? — preguntó Yeosang. — ¡yo mismo te serviré! — agregó felizmente, encargándose de soltar la cuchara que ya tenía en su mano para devorar el puré de papá caliente junto con la crema de zanahoria de la cual aún salía humo sin parar. Salió del espacio que dejaba la silla y el comedor, corriendo como un niño hacia la cocina, Suni ya no estaba y lo entendía completamente, al ser tan temprano, la mayoría de las y los cocineros se marchaban a recolectar las cosas necesarias para el resto del día o inclusive la semana.

La puerta quedó abierta y Soojin no paraba de mirarle a pesar de la distancia entre su posición y la cocina en donde ahora estaba Yeosang sirviéndole puré de papá y crema de zanahoria, sus dedos ardieron, pues todo estaba recién hecho y se encontraba hirviendo todavía. Con precaución caminó por todo el camino que marcó para llegar al comedor, puso los platos a un lado de él con la intención de que ella se sentara a disfrutar de un delicioso desayuno.

Yeosang se sentó, agarrando la cuchara nuevamente para poder comer. Soojin acarició su muñeca y el menor le miró con una sonrisa gentil. — ¿por qué estás comiendo aquí?

— bueno...— pensó Yeosang.

— ¡por qué demonios estás comiendo aquí! — gritó Soojin, pellizcando la muñeca de Yeosang en una búsqueda exhaustiva de tranquilidad. Yeosang se quejó fuertemente, convinando el dolor con el miedo que había sentido ante el grito de Soojin y bajo el tono de voz que jamás había utilizado o que jamás le escuchó utilizar. — ¡todo el maldito pueblo está hablando estupideces! — continuó gritando. La mano de Yeosang acabó por abrirse, soltando la cuchara y dejando que se cayera al piso, la presión que creaba la chica en su muñeca era demasiada. — ¡explícame! —

— SeongHwa ya sabe que somos-

— ¡no lo digas! — volvió a gritarle, pellizcó más fuerte provocando un grito en Yeosang. Yeosang cayó de la silla de rodillas sin lograr soltarse de Soojin. — ¡eres un maldito traidor! 

— ¡no te hice nada! — chilló Yeosang con lágrimas en los ojos sin siquiera poder mirarle a los ojos.

— ¡no me mientas! — finalmente soltó su mano con evidente frustración, sus ojos mostraban un odio completamente venenoso, incapaz de controlarse. — eres un maldito traidor, ¡jamás debí de confiar en ti! , ¡debí dejarte morir todas las veces en las que tu vida corrió peligro! — gritaba, inclinada hacia adelante con el propósito de intimidar a Yeosang. Su mano derecha tomó con prisa el plato con la crema de zanahoria, dejándolo caer en el brazo de Yeosang, haciéndolo gritar y jadear de desesperación. El plato se rompió , quedando en decenas de pedazos regados en distintas partes del piso.

Las puertas principales se abrieron, dejando ver a Hyuk con su capa en el antebrazo, la escena fue tan escandalosa que dos guardias no pudieron evitar asomarse. Hyuk cerró la puerta detrás de él, observó a Soojin y después a Yeosang, con prisa corrió hasta él para acunarlo. — ¿¡Qué fue lo que pasó!?

— se tropezó.

Yeosang no paraba de llorar y de quejarse, su brazo estaba rojo y empapado. Hyuk le analizó. A lo lejos se escucharon caballos trotar. Las puertas nuevamente se abrieron, Dongwoo, Félix, Taemin y SeongHwa finalmente habían llegado. SeongHwa observó la escena con asombro, corriendo hasta Yeosang.

— Yeosang se tropezó y bueno..— dijo Hyuk.

— ¡Trae al médico! — ordenó SeongHwa. Taemin se encargó de salir corriendo encima de su caballo.

Soojin se alejó unos pasos, después se marchó perdiéndose en la cocina.

— SeongHwa, me duele — sollozó Yeosang, no paraba de temblar.

SeongHwa sacó un pañuelo de uno de sus bolsillos, mirando a todas partes con desesperación. Dongwoo se acercó con un grupo de hielos en su mano, el pañuelo de SeongHwa sirvió con un improvisado costal para los mismos antes de que comenzaran a derretirse. — ¡por qué tarda tanto! — gruñó SeongHwa.

Dongwoo acunó el rostro de Yeosang para intentar calmarlo, mientras que SeongHwa limpiaba la zona de la quemadura. Yeosang sollozó, teniendo la frente húmeda por el sudor que provocó el dolor. Dongwoo sopló su frente gentilmente.

— ¡¿en dónde carajos se metió Hyuk?!

— ¡Te dije que no cruzaras la línea! — gruñó Hyuk, apuntando a Soojin con un fuerte enfado encima.

— ¡se me salió de las manos! — gritó ella. — verlo ahí me hizo querer — sus manos temblaron por la presión que había puesto en ellas.

— ¡no tenías por qué lastimarlo! — devolvió Hyuk.

— ¿tú también lo proteges? — maldijo Soojin.

— ¡Sí! — gritó, haciéndola retroceder. — ¡él no tiene la culpa de tu puta locura! —

— ¿Solamente mía? — preguntó Soojin ruidosamente.

Hyuk enredó sus dedos entre sus propios cabellos, tirando de ellos con frustración.

— ¿tú sabías que son destinados? — preguntó Soojin, Hyuk rió. — ¡responde!

— ¡claro que lo sabía! , ¿o qué? — se burló — ¿acaso creías que alguien cómo tú podría ser la pareja destinada para alguien como SeongHwa? — rió a carcajadas. — Yeosang tiene algo que tú no. Inocencia — La mano de Soojin pegó contra la mejilla de Hyuk. El alfa gruñó, conteniendose para no someterla de la manera más agresiva que su instinto animal le exigía. — podrás pegarme todo lo que quieras, pero muy en el fondo sabes que SeongHwa se siente asqueado cada que te ve.


¿Les gustaría otro cap?

U.U

Gracias por leer ¡! ❤️

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