— Afortunadamente la quemadura no fue grave, los masajes con agua fría ayudaron a evitar la inflamación de la mano — Dijo el médico. Sentado al borde de la cama con su maletín posado a sus pies. — recomendaría que no expusiera la zona afectada a los rayos del sol y que no se quitara en vendaje a menos de que vaya a limpiar la herida y cambiar las vendas 

— Hasta que el brazo se vea con buenos resultados, no puedo dar una fecha exacta, depende de los cuidados — el hombre posó un pergamino color crema encima de su maletín, posándolo en sus piernas para apoyarse y lograr escribir. — esta es la receta — extendió el mayor con suavidad. SeongHwa la tomó sin mucha más duda, asintió y agradeció con una reverencia ligera.

— ¿Durante cuánto tiempo? — preguntó Dongwoo.

— Dongwoo le dará su paga — Habló SeongHwa, mostrando el camino hacia la puerta cortésmente.

— Sígame — agregó Dongwoo con una sonrisa. Los dos salieron cerrando la puerta y dejando a Yeosang y a SeongHwa solos en la habitación.

— gracias — habló Yeosang finalmente, mostrando una sonrisa media.

SeongHwa negó, sentándose a su lado en la cama. — ¿aún duele?

Yeosang asintió. — un poco, aquella pomada me ayudó bastante, me sentiré mejor para mañana.

— te quedarás aquí hasta que ése brazo esté completamente bien — ordenó SeongHwa.

SeongHwa pasó la mirada por toda la habitación mientras suspiraba. Eran las ocho de la mañana y a penas si había dormido. Pasar parte de la madrugada revisando los corrales y cabalgando le había hecho morir de una manera claramente no literal, le era difícil dormir por el día, mucho más sabiendo que tenía trabajo en todas partes. Los ojos de SeongHwa "tocaron" la esquina de la habitación, después subieron hasta la base de la cama y finalmente de detuvieron a recorrer con cuidado la frente de Yeosang, su mirada bajó hasta sus manos, las cuales se encontraban unidas encima de sus muslos, rozando sus propios dedos con nerviosismo a pesar de que Yeosang tenía un vendaje puesto, la mirada de SeongHwa llegó a la muñeca de la mano no herida de Yeosang, sorpresa se llevó al notar una clase de moretón brusco y una especie de rasguños o cortada creando una curva. — ¿y eso? — señaló.

Yeosang bajó la mirada observando su propia muñeca. — quise acariciar a un gato — simuló una risa. — Mamá Ji-Won me lo advirtió pero...

El mayor asintió, respondiendo a su irresponsable acto de nobleza. — Ni siquiera pudiste acabar de comer — dijo SeongHwa con lo que parecía pena y adoración hacia un Yeosang vulnerable a un accidente. — le pediré a Soojin que te suba el desayuno.

Al oír aquello su espalda enfrió dentro de una terrible velocidad. Negó de inmediato queriéndose parar, SeongHwa se lo impidió con sorpresa y extrañeza en la cara. — No, no, Soojin estaba muy ocupada, no quiero molestarla — dijo con tanta prisa que SeongHwa a penas y pudo entenderle.

— Entonces le diré a cualquiera de las empleadas que te suban la comida hasta acá — SeongHwa se levantó de la cama, apoyándose en el colchón con poca fuerza.

— ¿no tienes hambre? — preguntó Yeosang detrás de él en la cama. — seguramente tampoco has comido nada, ¿por qué no desayunamos juntos?

SeongHwa se giró para mirarle con una ceja levantada. Para ser sinceros era la primera vez que le ofrecían desayunar sin ser socios o una comida casual de negocios. Se sintió de alguna manera más extraño de lo normal. — ¿Desayuno?, ¿aquí? — preguntó, señalando la cama con gracia y un poco de bobería que hizo reír a Yeosang.

— Entenderé si no puedes — habló Yeosang amablemente.

— nunca antes había desayunado aquí.

Yeosang hizo un gesto de cortesía adorable. Dando unas palmaditas en el colchón por encima del edredón. — entonces desayunemos aquí, no quisiera bajar, me duele el brazo.

SeongHwa no dijo nada más y con un poco de duda salió de la habitación, encontrándose con Soojin a unos pasos en el pasillo. — Soojin, ¿podrías buscar a una de las cocineras?

Soojin suspiró con un poco de frustración. — ¿Yeosang está ahí adentro? — habló bajo, como si intentara ocultar una especie de secreto. SeongHwa le miró con suma precaución.

— ¿hay algún problema con eso?

La chica dio una vuelta al rededor de sí misma. — tú dijiste que no lo querías — el mayor se paró detrás de ella en completo silencio, todo su antebrazo y fue impulsandola escaleras abajo, logrando que ambos llegaran a la planta baja sin hacer mucho escándalo. Soojin no puso fuerza pero sí le extrañó mucho esa clase de comportamiento. SeongHwa miró a su alrededor con afán, encargándose de tener la seguridad de que nadie observaba, a base de empujones pasivos la arrastró al salón del piano, en donde había una pequeña sala y claramente un gran piano. La soltó y Soojin se impulsó hacia adelante, la habitación estaba completamente sola y por eso mismo cualquier sonido se percibía , SeongHwa cerró la pesada puerta luego de entrar.

— ¿Ji-Won te habló de ello? 

Soojin se movió con inquietud. — ¿hablarme sobre qué?

— no intentes hacerme creer que no sabes nada, Yeosang vivirá en esta casa y será mejor que te acostumbres.

— tú sabes que yo estoy enamorada de ti — habló Soojin con melancolía.

— pero yo no de ti.

— ¡tampoco de Yeosang! — gritó.

SeongHwa enredó sus dedos entre sus cabellos, tirando de ellos con frustración y poca paciencia. — ¿cómo estás tan segura de eso?

Soojin giró la cabeza hacia él con los ojos bien abiertos. — ¿cómo? — jadeó, una y otra vez con las manos temblorosas. — ¿qué acabas de decir? — gritó en medio de un llanto inevitable y naciente.

— digo que Yeosang es mi omega, lo descubrí hace poco y la noticia me llegó de sorpresa. Mi primer pensamiento fue negarlo de inmediato y rechazar la atracción hacia su aroma por más que mi lobo desgarrara mi piel con palpante ansiedad — habló firmemente, haciendo que Soojin se sintiera cada vez más acorralada.

— es imposible, el amor no nace de la noche a la mañana, ¡estás siendo absurdo e injusto!

— correcto — gruñó SeongHwa — el amor no nace de un día para otro, pero jamás he negado la ternura que ése niño me causó desde el primer día. Forma parte de mi responsabilidad

— ¡lo rechazaste! , Yeosang siempre te observó a escondidas por temor a que le gritaras, desde que lo conociste lo alejaste, ¡siempre te estorbó! — su voz tembló. — ¿ahora dices que tienes que responsabilizarte de él?

— ¿qué no lo viste? , ni siquiera es capaz de desayunar sin hacerse daño, me es y será imposible dejar las cosas como estaban cuando mi propio instinto me llama a protegerlo

— no estás obligado a encargarte de él — pidió Soojin, acercándose con ambición. — puedo ayudarte con él, le pediré que se quede lejos si eso es lo que te preocupa — agregó, restregándose en el pecho de SeongHwa, mismo que terminó por alejarla, tomándola por los hombros sin ser brusco pero lo suficientemente fuerte como para alejarla con prudencia, el aroma que desprendía le estaba enfadando.

— Soojin — le llamó pacíficamente, sus manos se elevaron hasta el rostro de ella, acunándolo para obligarla a mirarle. — sin Yeosang o con Yeosang las cosas entre nosotros no van a cambiar.

te gusta, ¿cierto? — bufó ella, sin ser consciente de su enfado. Sus expresiones mostraban tal frustración que SeongHwa de inmediato quitó sus manos de su rostro.

— ¿tendría algo de malo? , después de todo es mi pareja destinada —  Para ese punto, SeongHwa ya estaba lo bastante cansado como para continuar discutiendo sobre un tema que también le había pescado de sorpresa, en algún momento tuvo una imagen distinta de Yeosang, solamente que jamás se permitió interactuar con las extrañas sensaciones. Yeosang había permanecido lejos por su culpa y no podía negar que ése rechazo que le había dado desde un principio le había afectado de alguna manera. Su fase de celo había sido tan agresiva y dolorosa, era casi imposible controlarle. — la atención que puedo ofrecerle a Yeosang es meramente paternal

— SeongHwa...

— Y si las cosas cambian — interrumpió SeongHwa — será asunto únicamente de Yeosang y yo.

— ¿Yeosang? — llamó SeongHwa después de volver a la habitación. Yeosang salió repentinamente del cuarto de baño con el cabello húmedo y una nueva pijama puesta.

— cambié el vendaje.

— ¿lo cambiaste? — preguntó SeongHwa, mirándole de arriba a abajo como si quisiera analizarlo más a fondo.

— lo ensucié accidentalmente y Suni me recomendó ducharme y limpiar la herida de nuevo.

— ¿lo hiciste tú solo? — se asombró con cierta preocupación.

— sí bueno, no es la gran cosa, solamente-

— la próxima vez pídeme que lo haga por ti, por lo menos mientras te recuperas.

— está bien, puedo hacerlo solo, poner un vendaje no es tan difícil — Yeosang rió suavemente por nariz.

— me refiero a la hora del baño, después por supuesto — asintió el mayor — ayudarte con el vendaje.

Yeosang miró hacia otra dirección con un suave sonrojo en las mejillas y orejas. — no es necesario, estoy bien.

SeongHwa rió sin ser demasiado escandaloso. — necesitas tenerme un poco más de confianza, las cosas no funcionarán de esta manera — bromeó. — subirán el desayuno en unos minutos — advirtió con tranquilidad, moviéndose por la habitación hasta llegar a Yeosang, en donde estaba un sofá individual, SeongHwa pretendía sentarse ahí pero le fue imposible no rozar su nariz con la nuca del menor, inhalando de su aroma y mareandose por lo embriagador que resultaba.