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21. Sokovia

—¡Astlyr, aunque me gusta tu entusiasmo, no quiero que nos vuelques! —exclamó Natasha, de pie al lado de Clint, mientras disparaba con una pistola en cada mano.

Ella sonrió macabramente y siguió pisando el acelerador, sin importarle la nieve o las rocas. Clint no negaba que manejaba bastante bien, pues hasta ahora no habían chocado, pero se notaba que era de ésas personas que nunca respetan los semáforos, el sentido de las calles, el límite de velocidad o las leyes de tránsito.

—¡No te quejes, Nat! ¡Vamos ganando! —gritó sobre los disparos, dando una vuelta brusca para pasar al lado de un buque que Clint hizo estallar con una flecha-bomba.

Siguió avanzando el todo-terreno, dando patadas sobre la puerta del vehículo cuando algún agente de HYDRA trataba de atacarla. Clint y Natasha continuaron disparando a los agentes y buques, al mismo tiempo en que luchando por mantenerse de pie en el todo-terreno.

Otro todo-terreno se les acercó por un lado. Astlyr quiso chocarlo, pero Thor se adelantó, sacando al conductor y haciendo que el auto se estrellara contra un árbol. Luego se impulsó en el aire con el martillo derrotó a un escuadrón de agentes. Hulk se encargó de los buques y los todo-terreno enemigos. A su izquierda, Steve pasó a toda velocidad en su motocicleta y arrastró a un par de agentes por la nieve.

En algún momento todos se cruzaron y Astlyr derrapó el auto. Clint, Natasha y ella salieron del coche en un brinco, terminando sobre unos agentes frente a ellos. Iron Man voló cerca antes de ir a la base de HYDRA. Astlyr empuñó su látigo láser.

¡Mierda! —exclamó Tony.

¡Lenguaje! —regañó Steve— ¿Jarvis, cómo se ve desde arriba?

El edificio central está protegido por una especie de escudo de energía. La tecnología de Strucker es más potente que en otras bases de HYDRA.

—El cetro de Loki debe estar aquí. Strucker no tendría esta defensa sin él. Por fin —agradeció Thor.

A pesar de tener una mejoría en su entrenamiento y una larga lista de exitosas misiones en SHIELD en su currículum, Astlyr todavía estaba en periodo de aprendiz como vengadora. Así que, como había acordado que haría, se quedó donde Natasha pudiera verla.

—Ese "por fin" está tardando mucho, chicos —dijo Natasha, disparando a diez agentes en menos de cinco segundos.

Sí, y creo que perdimos la ventaja del factor sorpresa. —añadió Clint.

Esperen —calló Stark—. ¿Nadie va a recalcar que el Cap dijo "lenguaje"?

—No sabía que no podíamos decir groserías, o no me habría inscrito —bromeó Astlyr, enredando a un agente con su látigo láser.

Su nuevo uniforme de vengadora consistía en unas botas negras, que le llegaban hasta la pantorrilla y le protegían de altas y bajas temperaturas; el traje era negro, de una pieza y completamente liso, hecho de una tela que le permitía una completa movilidad para llevar a cabo cualquier maniobra o estilo de combate. Para mantenerse ligera, llevaba poco equipamiento: sólo un cinturón para enfundar una pistola y su látigo láser una vez retractilado.

Ya sé —dijo Steve, sabiendo que no lo iban a dejar en paz por eso. Suspiró—. Se me escapó.

—Por cierto, Capi, ¿cuál es nuestra estrategia de escape? —le preguntó Astlyr, lanzando un latigazo para tirar a dos soldados frente a ella.

¿Estrategia de escape?

—Oh Dios —exhaló con los ojos cerrados—. Moriremos todos.

Cuando Astlyr fue electrocutando a su paso, sin rumbo alguno, vio a Clint posicionarse detrás de un árbol y preparar su arco. Luego apuntó a un búnker y disparó la flecha, pero ésta nunca llegó. Frunció el ceño, confundida. Sólo había percibido una ráfaga azul.

Clint se puso detrás del árbol para protegerse, pero al no escuchar la bomba de su primera flecha, volvió apuntar al búnker. Astlyr apagó y guardó su látigo retráctil en el estuche correspondiente que colgaba de su cinturón, entrecerrando los ojos para enfocar mejor la vista.

De repente, esa misma ráfaga azul tumbó a Clint de golpe. Cuando intentó ponerse de pie, Astlyr vio a un chico acercándose con postura engreída. El atacante lo miró burlón, y habló con sarcasmo y un marcado acento sokoviano:

—¿No lo viste venir?

Justo cuando se alistó para volver a correr, Astlyr salió detrás del árbol en el que se había ocultado y le propinó una patada en el estómago. El sokoviano cayó de espaldas con un quejido.

—¿Y tú sí? —regresó la broma.

Astlyr desenfundó su arma y le apuntó. La bala se enterró en la nieve. Una vez más, el mejorado había sido más rápido. Miró su alrededor, sin bajar la pistola, pero no lo vio por ningún lado. Había huido.

Le puso el seguro a la pistola y la guardó de vuelta en su estuche. Miró a Clint, que seguía en el suelo, y le estiró la mano para ayudarle a levantarse. Cuando tomó su mano y se puso de pie, el búnker le disparó. Dejó salir un grito agudo y se lanzó a la nieve con él. Sin levantarse, lo arrastró detrás del árbol para escudarse. Rápidamente cubrió la herida con ambas manos para aplicar presión, manchándose de sangre.

—Le dieron a Clint. Necesita asistencia médica, ahora —avisó por el comunicador.

Estoy en camino —avisó Natasha.

Tenemos a un mejorado —advirtió Steve.

—Sí, ya nos cruzamos con él —respondió Astlyr con la voz temblorosa, mirando a su tutor poniéndose pálido y jadear de dolor.

—¿Alguien puede encargarse del búnker? —pidió Romanoff por el comunicador, llegando al lado de Astlyr. Dos segundos después, Hulk cayó de un salto y llegó a arrasar con el búnker— Gracias.

Ahora que Natasha estaba ahí para cubrir sus espaldas, Astlyr se empezó a encargar de la herida. Ese conocimiento de primeros auxilios había sido todo un punto a favor al tenerla en las misiones; se movía rápido mientras cuidaba a Clint, y Natasha se encargaba del perímetro.

¡Stark! ¡Tenemos que entrar!

Estoy cerca, Cap —respondió Tony. Un momento después, dejó salir una exclamación de triunfo—. El escudo cayó.

—Está peor de lo que creí, la bala está muy adentro. Necesitamos llevarlo al jet —avisó Astlyr.

Ya voy por él. ¡Encuentra el cetro! —le recordó Thor a Steve.

Y por Dios, ¡cuida tu lenguaje! —burló Tony.

Steve suspiró, oyendo perfectamente cómo Astlyr se reía torpemente, pues estaba demasiado nerviosa por Clint.

—Eso no se olvidará en mucho tiempo —concluyó Steve con pesadez. Ya se imaginaba las burlas que se le vendrían encima—. Nat, ve por Banner. Es hora de la canción de cuna.

Natasha miró a Astlyr, insegura de si sería buena idea dejarla sola con Clint tan vulnerable. Podría protegerlo, de eso no tenía dudas. El problema era ella. ¿Se encontraba estable? Ver a la única figura paterna que había tenido en su vida, perdiendo sangre y con un bala en el abdomen, no era agradable.

—Estoy bien Ve por el doctor —la animó, asintiendo con la cabeza, como si le hubiera leído la mente—. Thor ya viene por él.

En efecto, cuando Natasha fue en busca de Banner, Thor llegó.

—Súbelo. No dejes que se mueva mucho. Debe quedarse quieto o se abrirá más la herida. Clint, sigue haciendo presión y no te duermas. Thor, por favor, no dejes que se duerma —insistió.

El pánico en ella era evidente. Thor sonrió un poco enternecido por la preocupación de la joven.

—Tranquila, Lady Astlyr. Estará bien.

Thor lo tomó del suelo y se impulsó hacia el quinjet con ayuda de su martillo. Astlyr se limpió las manos en la nieve, aunque no pudo quitarse por completo las manchas de sangre, y cambió de forma por la de una paloma blanca. Voló hacia el edificio de HYDRA, tratando de ubicar a Steve.

Cuando lo encontró entrando al edificio por un lado y se dirigió hacia él, aterrizó a su lado y volvió a su persona. Steve se volteó alarmado, pero se calmó al ver que era ella.

—Quédate cerca —ordenó.

Ella asintió. Se introdujeron al edificio y se toparon con un agente que Steve derrumbó con una patada. Al notar la presencia de un agente de HYDRA, Astlyr desapareció a plena vista, transformándose en un ratón. No le había costado ni un segundo reconocerlo: el barón Strucker, ex agente de SHIELD que se encargaba de trabajos sucios que nadie más quería hacer. Nunca le había agradado. De esta forma, lograría atacarlo por detrás.

Steve comprendió su plan al verla correr cerca del muro de piedra, y se concentró en distraerlo.

—El barón Strucker, el matón número uno de HYDRA.

—Técnicamente —ironizó Strucker—, soy el matón de SHIELD.

—Entonces, técnicamente, estás desempleado —regresó la ironía—. ¿Dónde está el cetro de Loki?

—Descuida, reconozco cuando me vencen —admitió sin preocupaciones. Astlyr se dio cuenta de que por un corto segundo miró a un punto en particular—. Espero que menciones que cooperé.

—Lo pondré después de "experimentos ilegales con humanos" —respondió Steve—. ¿Cuántos más hay?

Un haz rojo tumbó a Steve por las escaleras que habían detrás de él. Astlyr volvió a transformarse y sacó sus látigo para electrocutar a la mejorada, pero sólo logró que ésta la lanzara hacia el muro con un movimiento de manos. La mejorada salió del edificio, cerrando las puertas frente a ella. Steve subió rápidamente las escaleras al tiempo en que Astlyr se ponía de pie.

—Tenemos un segundo mejorado. Mujer. No se metan con ella.

Steve miró al barón, quien sólo le dedicó una sonrisa burlona.

—Tendrás que ser más veloz que...

Habría terminado su frase si no fuera porque Astlyr hizo un movimiento de brazo, lanzando el látigo a enredarse alrededor de su cuello. Cayó al suelo de golpe luego de que el látigo lo electrocutara con su máxima potencia. Todavía después de soltarlo, siguió teniendo espasmos involuntarios. Steve la miró con las cejas arqueadas.

—¿Qué? Me estaba hartando —se quejó Astlyr, con tono inocente.

—Atrapé a Strucker —anunció Steve por el comunicador, mirando como éste se seguía removiendo por la electrocución, como pez fuera del agua.

—Técnicamente, lo atrapé yo.

Steve bajó las cejas tan rápido como las subió. Eso era cierto.

Bueno, copito —dijo Tony, con tono presuntuoso y a la vez preocupado—, yo atrapé algo más... grande.

Después de que le pusiera a un suero a Clint y lo acomodara de la forma correcta para que su herida no empeorara, lo dejó descansar y se quedó platicando con Thor. El dios del trueno había llegado meses después de que Astlyr se integrara al equipo. En su gran entrada, se quedó embobada y estupefacta. Por primera vez en su vida, no tenía palabras. Tony la comparó con una niña conociendo a Cenicienta en Disneyland.

—Ella es Astlyr Buskerud, la nueva integrante del equipo. Eh, no te asustes... Está así porque has sido su héroe desde pequeña. Su madre le contaba historias sobre ti cuando era pequeña. Es de Noruega.

Al oír las palabras de Clint, Thor comprendió la reacción de Astlyr y sonrió halagado.

—Es un placer conocerla, Lady Astlyr —dijo con elegancia, tomándole su delicada y blanca mano antes de besarle los nudillos—. Será un placer combatir hombro con hombro a nuestros enemigos.

Astlyr lo siguió mirando fijamente y chilló sin dejar de sonreír, poniéndose roja como un tomate. Natasha se rió por lo bajo. Nunca la había visto tan nerviosa.

—Vaya, siéntete halagado, Shakespeare —comentó Tony, dejando salir un bufido—. Esta chica no reacciona así ni cuando se mira al espejo.

—Te amo —murmuró aún en su ensoñación, provocando que todos rieran. Thor sonrió divertido—. Lo siento, no quise decir eso. Bueno, sí quise decirlo, pero... Es que... No lo puedo creer. ¡Eres mi héroe! —exclamó, tratando fallidamente de contener su entusiasmo— ¡Háblame sobre Asgard! ¡Dímelo todo! —suplicó casi de rodillas y juntando sus manos bajo su barbilla en muestra de súplica.

—No te voy a mentir, copito. Me siento un poco herido. Creí que yo era tu vengador favorito.

—Sigue soñando, Stark —respondió Natasha, con una sonrisa ladina—. Después de Thor, Steve es su favorito.

Steve se sonrojó y Tony rodó los ojos.

Desde entonces, Thor le había agarrado un cariño especial. Al principio la miró como una nueva compañera de equipo y su más grande fanática, pero luego de su conversación sobre Asgard, terminó por tomarla como una amiga. Descubrió que la noruega era muy agradable. Disfrutaba de su compañía y estaba con ella todo el tiempo que podía.

A Astlyr le encantaba que Thor hablara sobre Asgard y los demás dioses. Había sido precisamente él quien le había ayudado a entrenar con su látigo láser, para manejarlo tan ágilmente como él con su martillo.

De todos los vengadores, Astlyr se volvió su favorita también, y tenía unas pistas del porqué: para empezar, le recordaba a él cuando era joven, llena de confianza y energía. Veía algo especial en ella que no llegaba a comprender del todo.

Algo en su interior le decía que era importante, o al menos alguien que podía destacar; pero no por sus dones, sino por su forma de pensar y actuar. Sin mencionar que tenían muchos temas en común y congeniaban bien.

En ese momento, Thor la estaba felicitando por cómo había derrotado a tantos soldados de HYDRA con su látigo, diciéndole que estaba orgulloso de que fuera su aprendiz. Astlyr le puso el puño y Thor lo chocó, luego haciendo una explosión al separarlos, justo como ella le había enseñado.

—Thor, informe de Hulk —pidió Natasha.

Thor se volteó con una mirada triunfante.

—Las puertas del Hel están llenas con los gritos de sus víctimas —celebró con el puño alzado y una gran sonrisa. Astlyr le dio un codazo y lo miró con las cejas enarcadas, haciéndole entender su error muy tarde—. No de los muertos, claro, sino de los heridos. Llanto, sobre todo, bastantes quejas e historias de deltoides esquinzados y gota —concluyó con poca credibilidad.

Astlyr rió en voz baja por el terrible intento de Thor de arreglar su metida de pata. Lo miraba negando con la cabeza y éste se veía como un niño que acababa de cometer una travesura.

—Se siente bien haber terminado, ¿no? Buscamos esto desde hace meses, después de que SHIELD colapsó —dijo Tony, llegando al lado de Steve, Thor y Astlyr—. Aunque disfruté nuestras pequeñas redadas.

Astlyr pensó en la gran cantidad de bases que habían tenido que destruir antes de hoy.

—Esto marca un fin —concordó Thor.

—No hasta que descubramos para qué más lo usaron —dijo Steve—. No sólo para armas. ¿Desde cuándo Strucker puede mejorar humanos?

—No lo sé, pero no es la primera vez que HYDRA juega con la genética humana —comentó Astlyr con tono serio y el semblante ensombrecido—. Aunque esos mejorados no parecían estar ahí en contra de su voluntad.

Steve asintió con la cabeza, estando de acuerdo.

—Lo examinaremos antes de que lo lleves a Asgard. ¿Te parece bien? —preguntó Tony a Thor, quien aceptó— Sólo faltan unos días para la fiesta de Astlyr. Te quedas, ¿no?

Astlyr miró a Thor con esperanza.

—Por supuesto —afirmó, mirándola con una sonrisa y pasando su brazo sobre sus hombros para atraerla contra él y abrazarla—. Debemos celebrar que Lady Astlyr es oficialmente una vengadora.

—Exacto. ¿Y a quién no le gustan las celebraciones? ¿Capitán?

—Sí, no me lo perdería —sonrió hacia la platinada, quien agrandó su propia sonrisa.

Tony asintió satisfecho.

Después de unas cuantas horas, el quinjet por fin llegó a Nueva York y aterrizó en el helipuerto de la Torre de los Vengadores. Astlyr siguió a la doctora Cho hasta el laboratorio y observó en silencio cómo se hacían cargo de Clint con una increíble y avanzada tecnología.

—¿Segura que va a estar bien? —preguntó Natasha, mirando la extraña máquina que regeneraba la piel de Clint— Esto de fingir que lo necesitamos nos une como equipo.

—No puede deteriorarse. La función nano-molecular es instantánea —explicó la doctora Cho—. Sus células ni siquiera saben que se unen con un simulacro.

—Está creando tejido —admiró Banner, mirando a Natasha con asombro.

—Es casi como lo que hago yo —mencionó Astlyr impresionado—, sólo más lento.

—Si lo llevara a mi laboratorio, el Arca de Regeneración haría esto en veinte minutos —casi presumió.

—Se está muriendo —dijo Stark llegando al laboratorio—. Pronúncienlo.

—No, no. Voy a vivir para siempre —contradijo Clint—. Estaré hecho de plástico.

Tony le tendió un vaso con bebida extraña y un popote.

—Ten tu bebida.

Clint aceptó el vaso y le dio un sorbo.

—Estará hecho de usted, señor Barton —lo calmó la doctora Cho, con una sonrisa amable—. Ni su novia notará la diferencia.

—No tengo novia.

Pero sí esposa, pensó Astlyr con ironía, intercambiando miradas con Natasha.

—En eso no le puedo ayudar —contestó la doctora—. Esto es lo que se viene, Tony. Tus anticuados trajes de metal serán reemplazados.

—Ese es el plan —admitió Tony—. Helen, espero verte en la fiesta del sábado. Celebraremos la unión de Astlyr como vengadora.

—A diferencia de ti, no tengo tiempo para fiestas.

Tony enarcó sus cejas, dudoso.

—Thor... ¿va a ir? —preguntó la doctora, tratando de sonar natural.

Astlyr quiso reírse por lo obvia que había sido, pero se mantuvo callada. Entonces sintió su celular vibrando en su mano. Sonrió enternecida al leer los mensajes. Bucky estaba preocupado por ella.

—¿Ya nos vas a decir quién es al que tanto le envías mensajes cuando estás con nosotros? —preguntó Natasha con mirada pícara.

Astlyr bloqueó su celular al terminar de enviarle el mensaje y levantó la mirada. Tony y Clint voltearon también. Básicamente todos sabían que había alguien que traía vuelta loca a Astlyr desde hace tiempo. Alguien con quien se mensajeaba antes y después de las misiones, y que la hacía sonreír estúpidamente a la pantalla del celular.

Sin embargo, nunca lograban averiguar quién era el susodicho. Astlyr, además de no decir nada, tenía al contacto como "RoboCop". Un apodo que nadie logró descifrar.

Ni siquiera Natasha había podido sacarle información, siendo probablemente la mejor espía conocida. Clint no había logrado nada preguntándole y queriendo darle una pequeña charla sobre madurez, relaciones y protección. Astlyr evitó esa plática a toda costa.

Cuando descubrieron una pista del paradero de una base, Astlyr supo que estaría viajando bastante, así que pensó en comprarle un celular a Bucky. No obstante, él se había rehusado a que le comprara algo tan caro, así que terminó por darle el suyo como un regalo y se compró uno nuevo para ella. Era lo mismo, pero así Bucky no se sintió tan mal a como se sentiría si recibía uno nuevo.

—No sé por qué insisten con eso. Ya les dije que no es nadie —mintió.

—Sí, claro, lo que digas —dijo Tony con sarcasmo, retirándose del lugar.

—Nos vemos en la fiesta —se despidió con una sonrisa inocente, se convirtió en una paloma y huyó abruptamente de la Torre.

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