Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14. Familia Buskerud


Bucky sintió un balde de agua helada cayéndole encima. HYDRA quería capturar a las integrantes de la familia Buskerud para hacerlas como él, o incluso más peligrosas, gracias a su gen inhumano.

—Por eso quisiste ayudarme.

Ella asintió.

—Sí, en parte —respondió, medio sonriéndole—. Este archivo explica en qué consistía el programa. Así entendí todo contigo. Supe que yo pude haber sido igual que tú. Y si estaba en mis manos la posibilidad de ayudarte, debía hacerlo, como a mí me hubiese gustado que me ayudaran si hubiera caído en sus manos... o si con mi madre o mi hermana hubieran tenido éxito.

Bucky dudó por un momento si sería correcto o no, pero se arriesgó: estiró su mano y cubrió una de las de ella, tratando de pasarle todo su apoyo y comprensión. Astlyr sintió todo lo que él quiso transmitirle y le sonrió sincera.

—Varias veces, HYDRA mandó a muchos agentes a buscarme y capturarme cuando decidieron meterme al Programa del Soldado del Invierno para ser tu compañera. Todo está aquí —señaló la carpeta abierta llena de papeles—. Sus planes y métodos para entrenarme y volverme una asesina experta que te ayudara en las misiones.

—Supongo que, sin importar qué camino hubiésemos tomado, igual nos terminaríamos cruzando.

Ella rió un poco, aunque con algo de amargura. Para ese momento, el sol ya se estaba ocultando y el cielo empezaba a tornarse naranja. Astlyr se secó las mejillas con el dorso de su mano libre.

—Y lo único que me queda de ellas es una fotografía.

Al decir eso, su labio empezó a temblar y sus ojos volvieron a aguarse. Su herida estaba tan abierta y ahora le estaba echando sal.

De la carpeta de SHIELD sacó una fotografía que ella misma había puesto dentro y hasta al final del montón de papeles. Empezó a sollozar en silencio. Bucky alcanzó a ver la fotografía. Mientras Astlyr veía la foto, se cubría la boca para evitar hacer algún ruido en su llanto. Bucky decidió motivarla a seguir, así como ella lo había apoyado a recuperar sus recuerdos.

Él comprendió perfectamente que Astlyr debía sacar todo lo que llevaba ahí estancado en su pecho. Tenía demasiado tiempo de no haber llorado, pero él tenía algo que la hacía sentir tan cómoda y con tanta paz que no se pudo contener.

—¿Cómo se llamaba?

Ella negó con la cabeza, sin poder pronunciar su nombre. Se mordió el labio, prohibiéndose decirlo. Bucky no quería presionarla, pero pudo verlo en sus ojos: ella quería gritar sus nombres y llorar las muertes como hace tanto que no lo hacía.

—Vamos, dilo —casi suplicó, dándole un ligero apretón con su mano en señal de apoyo.

Astlyr soltó su labio, que estaba rojo, al igual que sus ojos, de tanto sollozar.

—Bera —susurró, con la voz temblorosa—. Se llamaba Bera.

—¿Cómo era ella?

Dio otro sollozo antes de volver a hablar. Tomó aire profundo, intentando calmarse.

—Ella era agente de nivel siete de SHIELD. Le gustaba mucho la jardinería, sus flores favoritas eran las lavandas. Le gustaba poner música vieja todo el tiempo, cantarla y bailarla. Siempre usaba vestidos, aunque fuera invierno, y nos vestía siempre con vestidos también. Ella nos enseñó a bailar y me inscribió a clases de gimnasia. Nunca la vi triste. Nos cantaba para dormir y preparaba un pastel de zanahoria cada vez que regresaba de una misión. En Navidad nos preparaba chocolate caliente con malvaviscos y en nuestros cumpleaños nos dejaba faltar a la escuela. Ella me enseñó a cocinar. Jamás me dejó usar una joya, porque decía que no necesitaba un diamante para brillar, si yo ya brillaba por mi cuenta.

Bucky entendió el por qué de su alta autoestima.

—¿Y ella?

Una lágrima cayó a sus manos en cuanto Bucky señaló a su hermana menor, quien le sonreía a la cámara y estaba siendo abrazada por su madre, ambas sentadas sobre una manta en el pasto de un jardín.

—Romee. Ella amaba peinarme para ir a la escuela. Adoraba los juegos de mesa y jugar en la lluvia. Rescataba a todos los animales lastimados que encontraba y los llevaba a la casa. Cuando mamá no estaba, ella regaba el jardín para que cuando ella volviera, estuviera igual de verde que siempre. Era zurda. Le gustaba dormir con calcetines de diferentes colores para la buena suerte y dormía con la cabeza en donde van los pies para que las pesadillas se le fueran a los pies y no a la cabeza —rió levemente, aún sin dejar de lagrimear.

Bucky admitió en su interior que ya le había agarrado un inmenso cariño, y sintió que vio a través de ella. Astlyr siempre tenía la mejor sonrisa, pero también ocultaba un pasado que cargaba sobre sus hombros con una enorme culpa que probablemente nunca soltaría.

o

Astlyr despertó con la canción de su celular que tenía como alarma. La melodía de Pocketful of Sunshine hizo que abriera los ojos. Se sintió más muerta que viva. Después de haber llorado en el hombro de Bucky, había tomado un poco de té y se había ido a dormir temprano.

Intentó ponerse de pie, pero tropezó bruscamente y se cayó al pisar algo que no era el suelo, perdiendo el equilibrio.

—¡Soldat!

Bucky despertó muy a duras penas: tenía el sueño pesado y apenas había sentido el poco peso de Astlyr. Abrió un ojo, dándose cuenta de que tenía una piernas femeninas extendidas sobre su abdomen. Su trasero estaba levantado y su cara estaba en el piso, mientras se sostenía con sus manos de forma horizontal frente a él. Si no estuviera en pijama y no fuera tan temprano, cualquiera pensaría que Astlyr estaba haciendo lagartijas sobre Bucky.

—Buenos días —dijo, con un timbre de incomodidad por la situación.

Ella bufó y levantó su rostro para mirarlo con las cejas fruncidas.

—¿Qué rayos haces en el suelo?

—No quepo muy bien en el sillón —explicó, llevando sus ojos al techo para dejar de verla.

Astlyr lo miró con la boca abierta y se puso de pie, intentando no apoyarse mucho sobre él. Se acomodó el camisón que siempre usaba para dormir, esperando que Bucky no hubiese visto nada más arriba de sus rodillas. Decidió no pensar en eso, porque sabía que era poco probable. ¡Había caído con el trasero para arriba frente a él!

—¿Por qué no me lo dijiste? Podemos turnarnos. Hoy tú dormirás en la cama y yo en el sillón.

—Eso no va a pasar —dijo, aún mirando el techo. Ella lo miró con los brazos cruzados, pero Bucky la ignoró—. Además de pequeño, es verdaderamente incómodo, no aguantarías más de dos noches, y jamás te dejaría dormir ahí.

—¿Cuántas veces has dormido en el suelo, en lugar del sillón? —exclamó sorprendida, señalando el suelo donde aún estaba acostado. Él se encogió de hombros— Podemos turnarnos la cama y el suelo. Debiste decirme.

—He dicho que no.

—Y yo he dicho que sí —insistió con tono berrinchudo, dando una pisada fuerte. Él rodó los ojos.

—No dormirás ahí. Punto. Olvida lo que dije, ¿quieres? Además, el piso es más fresco.

—Deja de ser ridículo. Dormirás en la cama a partir de ahora. Compartiremos, ¿de acuerdo? Pondremos una barrera de almohadas si te sientes incómodo..., pero si pateas al dormir, dormirás en el baño.

Bucky lo consideró. ¿Correría ella peligro si dormían muy cerca? Ya había pasado un tiempo desde la última vez que apareció el Soldado del Invierno. Parecía estar bastante controlado y ella había demostrado ser capaz de derrotarlo. No era tan mala idea, pero ¿no sería... raro?

—¿Estás segura?

—La invitación estará abierta hasta que la aceptes, soldat.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro