Nabi.

Las luces nocturnas de Seúl me bañaban por completo a través de la ventana del taxi. El recorrido se me estaba haciendo eterno y mis uñas ya habían sido atacadas por mis dientes incontables veces. Estaba nerviosa y no recibir algún mensaje de Yunho desde que dejé mi casa no ayudaba en lo absoluto, pero, como si se tratara de telepatía, mi móvil vibró entre mis manos.

Yunho 🐶

Amor

¿Ya vienes?

Te estamos esperando aquí

Con la pizza con piña

Que tanto te gusta

22:13

waaa en serio???

no pensé que me comprarías una

T T

eres el mejor amigo que podría desear

lo sabes???

22:14

Después de pasar más tiempo junto a él, incluyendo sus visitas esporádicas a la cafetería y las preguntas que me había hecho Bora acerca de su personalidad, llegué a la conclusión de que Yunho era totalmente un golden retriever, por lo que el emoji de koala fue reemplazado de inmediato por el único perro que existía en el teclado.

Además, aún no éramos novios, a pesar de estar «saliendo» desde hace más de cinco meses. Incluso, ya se estaban preparando para su nuevo comeback con «Crazy Form» y agradecía eternamente el cabello gris que tenía actualmente Yunho, pero no podía ignorar el hecho de que el no ser algo oficial se sentía como miles de estacas apuñalándome el corazón, sabiendo todos los meses que ya habían pasado desde su anterior regreso.

Por lo que cada vez que podía sacarlo a conversación, lo hacía.

Como ahora.

Yunho 🐶

Nabi...

No somos amigos

Te lo he dicho miles de veces

La semana pasada en la cafetería

El martes pasado en tu casa mientras veíamos Up

Y llorabas porque conmigo supuestamente

jamás tendrías una historia tan bonita

En fin

Wooyoung dice que te apures

Y que la pizza huele asquerosa

22:17

no me culpes

soy ansiosa

si no sé lo que va a suceder en los próximos cinco minutos

me vuelvo loca

no sé cómo logro ser una adulta funcional

y dile a wooyo que se calle

22:18

Al recordar que ese día finalmente conocería el departamento de Yunho mi estómago se apretó de inmediato, perdiendo el apetito de forma momentánea. Incluso la pizza ya no se me antojaba tan deliciosa, porque aquello igual significaba que conocería a los amigos de Yunho, lo cual me aterrorizaba.

Jamás fui buena creando nuevos lazos, perfectamente podría desagradarles por el simple hecho de no saber muy bien qué decir la mayor parte del tiempo. Enterré mis uñas en mis palmas para ver si lograba disminuir la ansiedad al concentrarme en un estímulo físico, pero no funcionó. Para nada.

Yunho 🐶

Te quiero

22:19

creo q llegué

también t quiero

22:23

Cuando el automóvil se detuvo, salí de él, no sin antes agradecerle al chofer y pagar lo que había costado el trayecto. En el momento en que se marchó y me quedé sola frente al edificio con los logos de KQ en él, me sentí pequeña, insegura de si podría afrontar lo que significaba entrar en el lugar.

Tomé una gran bocanada de aire y, mientras lo mantenía retenido en mis pulmones, ingresé por las puertas de cristal, pero lo solté de inmediato en cuanto vi la alta figura de Yunho apoyada en el mesón de la recepción.

Llevaba un chaleco con cuello marrón y pantalón de tela negro, al igual que los zapatos formales que amaba en demasía. Su cabello gris estaba perfectamente peinado a causa de lo largo que se encontraba y me pregunté si le había pedido ayuda a alguna estilista para verse así de guapo. Aunque él siempre lograba que me quedara sin poder respirar.

Siempre.

Su sonrisa me dio una cálida bienvenida y dejé de sentir miedo.

—Hola, Nabillera —me saludó mientras se acercaba para abrazarme.

—Hola, Yunho.

—Qué bueno que ya estás aquí.

La risa de Hongjoong aún era posible de escuchar incluso dentro de la habitación de Yunho, por lo que en cuanto cerró la puerta, el ambiente quedó completamente en silencio.

Analicé con admiración cada rincón de su cuarto en cuanto encendió la luz, siendo sorprendida por lo pulcro y ordenado que se encontraba. Quizá esperaba otra cosa al conocer lo revoltoso que era Yunho cuando se encontraba en mi casa o en mi dormitorio.

Sin embargo, la claridad se vio sepultada en cuanto Yunho apagó la luz nuevamente.

No dije nada en cuanto lo hizo, ya que sabía que probablemente debía estar por decirme algo importante. La mayoría de las ocasiones en donde compartíamos nuestros secretos más íntimos lo hacíamos en un ambiente a oscuras, ya que, según ambos, nos otorgaba más intimidad de la que ya existía en nuestros momentos a solas.

Incluso, la primera vez que compartimos en mi cama más allá de abrazos y besos, sólo lograba divisarle el rostro gracias a las imponentes luces de Seúl que se colaban por mi gran ventanal.

Sus brazos me rodearon la cintura y dejó un beso sobre mi cabello en cuanto me apegó hacia su cuerpo. Miles de estrellas fugaces recorrieron mi piel causándome cosquillas.

—¿Qué tal estuvo la reunión? —preguntó muy cerca de mi oído con voz queda, produciéndome de todo—. ¿Te sentiste cómoda?

— La pizza estaba deliciosa —susurré y volteé mi cabeza un poco para besar su mejilla—. Y me reí bastante, son agradables, más de lo que esperaba —confesé.

—Son excelentes personas, estos cinco años con ellos se han pasado rápido por lo bien que nos llevamos.

—Pero Wooyoung dijo que era una rara por comer pizza con piña —refuté.

—Todos comimos menos él, yo creo que Woo es el raro aquí.

Sonreí. Era increíble como en cada ocasión Yunho tenía las palabras que justo necesitaba escuchar para sentirme mejor.

Sus brazos subieron hasta mi cuello y los encadenó ahí, en un abrazo más cercano, dejando apoyado su mentón sobre mi cabeza sin hacerme daño.

—¿Crees que ya es momento? —inquirió curioso, sabiendo perfectamente que yo entendía a lo que se refería, sin la necesidad de mencionarlo de manera explícita.

—Incluso conoces a mi mamá, hoy me llamó preguntándome si ya eras mi novio —informé, balanceando mi peso sobre mis talones y sintiendo como Yunho seguía mis movimientos sin esfuerzo.

—¿Y qué le dijiste?

—Que no, que seguía esperando.

El silencio se adueñó de nosotros por varios minutos, hasta que lo rompió.

—Pues la espera se acabó.

—¿Eh? ¿Qué dijiste? —no tardé en liberarme de su agarre y en girar sobre mi lugar, para quedar frente a él y poder observarlo con claridad.

—Que la espera se acabó, Nabi —repitió y tomó mis manos entre las suyas, las cuales llevó hasta sus labios, besando cada uno de mis nudillos—. Todos estos meses que estuve postergando la pregunta era porque necesitaba tiempo para conversarlo con mis superiores, no quiero que seamos un secreto —descansó su frente sobre la mía y algo en mi estómago se removió inquieto—. Me haces muy feliz como para mantenerte oculta, no te mereces eso.

—¿Eso significa que...? —balbuceé con dificultad, sintiendo mi lengua pesada y torpe.

—Mañana iremos a firmar el contrato —respondió—. Tendremos algunas cláusulas que cumplir y, si la situación se pone fea, la empresa se encargará de protegernos. Te protegeré de cualquier cosa que pueda dañarte.

Llevó sus manos con inseguridad hacia mi cintura, pareciéndome lo más dulce del mundo; el contacto físico entre nosotros siempre había estado presente en todos los meses anteriores, pero aun así seguía comportándose tímido cuando estábamos solos y a oscuras.

—Somos novios, Nabi —susurró sobre mis labios antes de tomarlos con cariño y sólo atiné a cerrar mis ojos y a enredar mis dedos en su cabello, como tanto le gustaba. Como tanto me gustaba—. Así que jamás me vuelvas a llamar amigo.

Joder.

Si se podía fallecer y revivir al mismo tiempo de alguna manera, aquello era lo que me acababa de suceder y agradecía tener los brazos de Yunho rodeándome la cintura para evitar desplomarme sobre el suelo.