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Ese día fue muy extraño para varias de las personas que trabajaban en Serendipia.
Para empezar, Beomgyu y Soobin sentían más responsabilidad aún por ya ser parte del equipo estable de meseros, y debido a eso se esforzaban mucho más y... también cometían más errores.
Luego de que Soobin rompiera dos platos y Beomgyu, tres tazas, Hoseok les dijo que se relajaran y siguieran tranquilos como desde el principio habían estado.
Por otra parte, Namjoon y Jin, en cuanto entraron al café y se vieron, sólo se saludaron tímidamente y no volvieron a hablarse en todo ese día. Sin embargo, cada vez que uno pasaba al lado del otro, se daban miradas furtivas y las orejas de ambos se ponían rojas, señal de que algo había empezado con ese beso de la noche anterior.
Hoseok había llegado tempranísimo al café y no podía más con su nerviosismo. Hasta que por fin llegó Becky para su primer día en el café. Ella le contó que había renunciado a Mary's con todo el dolor de su corazón, pero también se sentía muy feliz de ser parte de Serendipia.
-Muchas gracias –le dijo a Hobi una vez que terminó de contarle lo de Mary's.
-No debes agradecerme, agradécele a Jimin. Él fue quien propuso todo –Hobi le contestó con una gran sonrisa. Pero aún quedaba un tema pendiente –y... ¿tu novio? –preguntó él aun con el corazón herido al decir la última palabra.
-Pues... está feliz de que vaya a ganar más dinero. Aunque aún no sé cuánto me va a pagar Jimin –quiso sonreír Becky, pero el sólo hecho de mencionar a Pablo, la ponía claramente nerviosa.
-Becky –Hobi tomó sus manos entre las suyas y habló suavemente –no tienes por qué aguantar todo eso. Puedes salir de ahí. Nosotros te ayudaremos.
Ella sólo lo observó con lágrimas en los ojos, pero no dijo nada. Sólo sonrió.
Ese día, Hobi se encargó de mostrarle todo el café, de presentarla a todo el personal y de enseñarle más que nada el lugarcito que compartirían, el cuartito donde estaba el horno y de donde salían las delicias que Hoseok preparaba.
Becky se entusiasmó mucho y empezó a trabajar con Hobi. Ambos compartieron sus secretos y pequeñas recetas ese día. Las risas y carcajadas llenaron el cuartito del horno e hicieron de ese lugar uno mucho más alegre de lo que ya era cuando sólo tenía la presencia de Hobi.
Por su parte, Jimin llegó tardísimo, como era de suponerse. Sus gafas oscuras cubrían las ojeras que tenía bajo los ojos y lo protegían de los rayos del sol que hacían que la cabeza le doliera mucho más.
Entró "discretamente" a su oficina y se sentó en la silla giratoria tomándose la cabeza con las manos.
-Buenos días, jefe –interrumpió entonces Jin, que lo había visto llegar mientras sacaba unos platos para que los meseros sirvieran.
-¡Ay, Jin! No grites que me duele todo –se quejó Jimin visiblemente afectado hasta por el mínimo ruido.
Jin rió para sí lo más despacio que pudo y se acercó a su jefe para susurrarle.
-¿Quieres algo para tu resaca? –le dijo al oído haciendo que el otro se estremeciera. Estaba realmente muy sensible a cualquier toque, ruido u olor.
-No sé qué pueda ser bueno –dijo al fin sacándose las gafas y refregándose los ojos luego.
-OK. Confía en mí. Te traeré el mejor remedio para curar una resaca... pero por favor, no te niegues ni me hagas gestos –le dijo con un dedito levantado en el aire.
-Vale, dame lo que sea que lo tomaré o comeré sin chistar –respondió Jimin sin ganas y Jin salió complacido con su respuesta.
Jimin se quedó echado en su silla con los ojos cerrados intentando que ese malestar se fuera. No supo cuánto tiempo había pasado, pero Jin regresó llevando algo sobre una bandeja.
-OK, Jimin, quiero que te comas esta comida que está muy picante. Eso te hará reaccionar. Y luego quiero que te tomes este vaso de cerveza.
-¡Cerve...! –Jimin se quedó en media palabra cuando vio a Jin subir su dedo nuevamente como regañándolo –OK. Está bien. Gracias Jin. Ahora lo como y lo bebo todo.
Jin salió de la oficina y Jimin se dispuso a comer esa comida caliente y picante que yacía en un bol hondo. Pensó en que no podría estar impresentable esa tarde para Yoongi, así que empezó a comer con sólo ese pensamiento en la mente.
Para cuando terminó ese bol de comida roja, sus labios, su boca y su garganta le ardían, pero había sudado y eso lo hizo sentir mejor. Por lo menos ya no le dolía tanto el cuerpo.
Procedió a tomar la cerveza y se fue sintiendo cada vez mejor. La cabeza ya no le martilleaba ni se sentía sensible ante cada sensación alrededor. Jin realmente sabía muchas cosas buenas.
Tras mejorar, Jimin fue hacia la cocina con la bandeja que Jin le había llevado, para lavar el bol y la cuchara y para saludar a todos ahí.
Cuando observó el cuartito del horno, recién recordó que Becky debía empezar ese día. Así que se dirigió a ese lugar encontrándola a ella y Hobi riendo y bailando mientras preparaban pastelillos.
-Buenos días –dijo Jimin con una voz pícara y sonriendo.
-¡Jimin! Buenos días. En serio no tuve tiempo de agradecerte por lo que hiciste ayer. Gracias por esta oportunidad que me das –dijo Becky rápidamente mientras tomaba las manos de Jimin con sus manos cubiertas de harina.
-No me agradezcas. Realmente tienes que pensar si quieres salir de esa vida tan peligrosa que llevas –le dijo seriamente Jimin. Pero tenía toda la razón, y Becky lo sabía, y por eso bajó la cabeza. Jimin y Hobi sólo se miraron con tristeza.
-Estaré trabajando en tu contrato y te llamaré para que quedemos los pequeños detalles, ¿te parece? –cambió de tema el rubio para mejorar el ambiente.
-Gracias –sonrió tristemente Becky.
Las horas pasaban rápido y más valía que Jimin terminara lo planificado pronto, porque debía prepararse para atender las mesas en la tarde, puesto que una en especial estaría ocupada por su querido Yoongi.
.....-.......-........-
Tras verificar con Becky los detalles del salario que le pagaría y demás pormenores, Jimin y ella firmaron el contrato finalmente. Jimin se tomó un pequeño momento para presentarla a todo el personal formalmente, pero sin perjudicar en sus tareas.
Cuando ella volvía al cuartito del horno donde Hobi la esperaba con un pequeño pastelillo de celebración, Jimin revisó las mesas de la planta inferior en caso de que "alguien" ya hubiese llegado.
Sólo encontró a la pequeña Youngmi y su mamá, que lo saludaron de lejos con la mano mientras disfrutaban de un helado, y al cliente asiduo de las buenas propinas, quien, con una sonrisa muy emocionada, también lo saludó de lejos, a lo que Jimin contestó con otra sonrisa y un golpe de cabeza educados.
Jimin terminó de revisar unos asuntos por correo electrónico y se arregló muy bien para salir a atender las mesas. Se puso detrás de la máquina de café vacía al lado de Namjoon y tomó la primera orden que llegó del cliente que acababa de atender Soobin, un café americano helado.
Dispuso los ingredientes y preparó la bebida muy rápidamente. Cuando estaba por dársela a Soobin, éste le indicó que el cliente al parecer esperaba que Jimin se la sirviese.
Jimin miró hacia donde Soobin señalaba y vio al cliente asiduo sonriéndole nuevamente. Jimin accedió, sabiendo que era muy probable que a ese cliente le gustase, pero su profesionalismo estaba por encima de eso... él mismo se lo repetía varias veces al día... aunque había hecho algunas excepciones con Yoongi.
-Acá tienes tu café americano helado –le presentó el vaso grande de una manera elegante recordando que había quedado con él en no llamarlo de "usted" -¿Tal vez algún pastelillo o sándwich para acompañarlo? –consultó sonriendo.
-Lo que tú quieras está bien para mí –le dijo el muchacho sonriendo tiernamente. Se notaba que estaba muy atraído por Jimin.
-Está bien. Enseguida te traigo alguna especialidad de la casa –sonrió Jimin amablemente y se fue hacia la cocina.
-Jin, un sándwich de atún, por favor –le pidió luego de pensar qué le podría gustar a ese cliente, y salió a seguir preparando los cafés hasta que ese pedido estuviese listo.
De pronto, lo vio... estaba entrando al café usando una boina que realmente le sentaba tan bien, porque hacía que todas sus facciones resaltaran claramente.
Jimin suspiró y fue inmediatamente a hablarle.
-Hola, ¿qué puedo servirte hoy? –le dijo con un tono coqueto y sonriendo feliz de poderlo ver nuevamente.
-Ah... hola... Jimin –le respondió él un poco abochornado y mirando al menú en la mesa rápidamente –yo... sólo haré hora un momento antes de irme y...
-¿Oh... ya te irás? –la decepción se notó en la voz de Jimin –pensé que venías a verme.
-¿Yo? –el otro se sonrojó visiblemente y bajó la mirada –eh... dame un jugo de durazno con agua. Gracias –le dijo rápidamente sin responder a su pregunta y sin aguantarle la mirada.
Todo eso era muy extraño. Jimin sólo pensó que en verdad Yoongi debía ser muy tímido en persona, pero no tanto por audios y mensajes. Así que simplemente aceptó esa parte de su personalidad y sonriendo se retiró para avisar a la cocina sobre ese pedido y recoger el sándwich del cliente asiduo.
Llevó elegantemente el sándwich a la mesa del muchacho que ya lo recibía con una sonrisa alegre.
-Muchas gracias, Jimin. ¿Luego tendrás un tiempo para que hablemos? –le dijo de la nada mientras dejaba a un lado una libreta en la que había estado escribiendo antes de que llegara su sándwich.
Jimin no quiso ser rudo y también le causó algo de curiosidad saber qué quería ese cliente con él. Tal vez si le decía algo sobre su atracción hacia él podría dejar en claro que él no estaba interesado, más que nada porque sólo tenía ojos para Yoongi.
-Pues dentro de una hora podría tomarme un descanso –dijo sonriendo amable una vez más.
-Te esperaré entonces acá –dijo el muchacho muy contento por esa respuesta.
Jimin volvió a su puesto detrás de la cafetera, pero no podía dejar de ver al chico de la boina, quien por nada del mundo dirigía su mirada hacia él. Entonces se le ocurrió una idea para mejorar ese ambiente entre ellos.
Una vez más en esa semana, Jimin tomó una servilleta y escribió un mensaje para el DJ. Recogió el jugo de durazno y se lo llevó, presentando el vaso gigante junto a la servilleta abierta con el mensaje. Sin decir nada más, se retiró con una sonrisa.
"Te extrañé. ¿Y tú?"
Cuando él vio el mensaje no sabía dónde meterse de la vergüenza. Su rostro cobró un tono rojo y sólo pudo tomar de la bebida que Jimin le había dejado.
Jimin jamás se había imaginado que las cosas irían a cambiar tanto de un momento a otro aquella tarde. Mientras preparaba un café para otra mesa, vio cómo un muchacho muy agraciado de pelo algo largo y enrulado entraba en la cafetería, lo miraba con el ceño fruncido y se dirigía a la mesa donde estaba el muchacho de la boina.
Éste lo miró algo sorprendido y quiso esconder la servilleta, pero el recién llegado se la quitó de las manos y leyó lo que tenía escrito. Jimin no pudo escuchar bien por el ruido mismo del lugar, pero vio cómo ambos parecían discutir un poco.
Yoongi al parecer le estaba dando explicaciones y el otro muchacho señalaba hacia donde Jimin estaba viendo toda la escena sin entender nada.
No pudo aguantar más y se acercó para saber qué estaba pasando.
-¿Es él? ¡Dime si es él! –le pedía el muchacho del pelo largo señalando hacia donde había estado Jimin, pero cuando se dio cuenta de que él estaba cerca, lo increpó molesto -¿Tú le has estado escribiendo notitas a mi novio?
-¿No... novio? –Jimin no podía creerlo –pero, Yoongi jamás...
El muchacho no pudo aguantar más la rabia y le pegó un puñetazo en la mejilla a Jimin.
-Para que aprendas a no meterte con los novios ajenos. Vámonos, Taehyung –llamó a su novio, quien dejó unos billetes al lado del vaso de jugo de durazno casi sin beber y caminó rápidamente detrás de él saliendo ya del café.
-¿Tae... Taehyung? –repitió totalmente confundido Jimin.
De pronto, se le acercó el cliente asiduo con una cara muy afligida y le lanzó la libreta en la que estaba escribiendo hasta hace un momento, para luego salir también del café.
Jimin, que aún se tomaba la mejilla con una mano, recogió la libreta y leyó con terror lo que estaba escrito en la tapa.
"Cool FM. DJ ShupD. Horarios e ideas"
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¡Por fin hemos llegado a la parte más importante y más larga hasta ahora de este au!
Qué confusiones ¿eh?
¡¡¡¡Quiero que me cuenten si se la vieron venir!!!!
Gracias por seguir la historia.
Prometo finales felices.
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