🎤📻 13 ☕🍵
Como una manera de relajar los ánimos, luego de cerrar el café, Jimin llamó a todo su personal a reunirse en el piso superior.
-Chicos, chicas, gracias por quedarse un momento más luego del trabajo. Tengo un anuncio que hacerles.
Todos lo miraron expectantes, algunos un poco temerosos, porque no tenían idea de qué hablaría.
-Como ustedes saben, cada cierto tiempo hacemos convocatorias para personal, quienes deben cumplir ciertos requerimientos que van mucho más allá de la habilidad respectiva en sus áreas.
Namjoon entendió enseguida a qué se iba a referir su jefe y amigo y empezó a sonreír complacido. Jin, quien "casualmente" se había parado a su lado, lo miraba de reojo y sus orejas y cuello se encendieron de rojo al ver sus hoyuelos. El sólo estar cerca lo ponía tan débil y sensible.
-Es así que, tras unas semanas de prueba, quiero dar la bienvenida a dos nuevos meseros que han demostrado toda la clase, elegancia y amabilidad por las que nos caracterizamos. Soobin, Beomgyu, bienvenidos a la familia de Serendipia –dijo Jimin dando los primeros aplausos a los jóvenes.
Ninguno podía creérselo. Ambos habían trabajado mucho para estar en ese lugar, no sólo por la paga, porque era bastante para ser sólo mesero por turnos, sino porque ambos seguían siendo estudiantes de secundaria y debían partir sus horarios entre sus turnos y sus estudios. Sin duda, lo habían hecho bien.
-Por eso quiero que ahora tengamos una pequeña celebración como bienvenida. Cafés, bebidas y comida para todos. La casa invita –sonrió Jimin ante los vítores de su personal.
Todos se movieron hacia la cocina, la barra y la cafetería para servir lo mejor que tenía el café. Jimin también fue hasta el bar y empezó a demostrar nuevamente sus habilidades detrás de la barra. La música estaba a lo máximo y todos disfrutaban el momento.
Jin se quedó viendo un momento a Namjoon y se dio cuenta de que si no podía enfrentarlo como se debía, se arrepentiría, así que fue donde su jefe y le pidió el trago más fuerte que pudiese preparar.
-Hey, hey... no quiero que mañana estés con resaca en el trabajo. Te daré algo para lo que necesitas –le guiñó el ojo presintiendo para qué quería tomar la bebida.
Hábilmente y con movimientos elegantes, Jimin le sirvió un vaso de una bebida roja. Jin se tomó el contenido de un solo trago y sintió su garganta arder. Jimin rió ante el gesto que hizo.
-Bueno, muchacho... ¡adelante! – Jimin le dio un empujón amistoso hacia Namjoon, quien estaba preparando unas especialidades en la cafetera.
Jin se tomó un momento más para observarlo mientras hacía efecto la bebida. De pronto se sintió menos cohibido y mucho más divertido que lo normal.
Se acercó a Namjoon con una sonrisa algo boba en la cara y ojitos dormilones.
-Ah, ¡hola Jin! –Namjoon se dio cuenta de su presencia cuando vio su cabeza sobre sus manos apoyadas en la barra al lado de la máquina en la que estaba trabajando -¿Quieres que te prepare algo en especial?
-¿No tendrás por si acaso un Namjoon con leche y chocolate para mí? –dijo Jin en un tono que él quiso saliera seductor, pero sólo sonó como una broma para Namjoon, quien carcajeó divertido.
-Bueno, no. Aún no he inventado algún café con ese nombre, pero... -Namjoon vio el puchero en los labios de Jin luego de que él se riera –podría hacer un café con tu nombre –le dijo tocando juguetonamente la punta de la nariz de Jin con su dedo índice.
-¿Con mi nombre? ¿Y cómo sería ese café? –Jin preguntó tocándose incrédulo la punta de su nariz.
-No sé... por lo que puedo ver tiene que ser dulce, tal vez con toques de chocolate y con café descafeinado, porque ya noté que te hace mal el normal –Jin se sorprendió ante esa confesión. ¿Cómo se había dado cuenta? –También le pondría un toquecito de leche... pero me faltaría descubrir el toque principal... el que te hace ser como eres. Aún no lo conozco... -Namjoon lo miró a los ojos mientras sacaba las tazas de la máquina y las ponía sobre la barra.
Jin se quedó aturdido por un segundo, pero reaccionó ante las palabras de Namjoon y sin siquiera pensarlo apoyó el peso de su cuerpo en sus manos y se impulsó en la barra que lo separaba de él, para juntar sus labios con los de Namjoon cerrando los ojos.
El personal que iba y venía con los preparativos de la celebración, al ver el beso, empezaron a aplaudir y animarlos con sus gritos. Pero más duró la emoción de todos que ese beso, porque Jin chocó las tazas que Namjoon recién había sacado de la máquina y las volteó sobre sí mismo, quemándose las piernas y salió corriendo hacia el baño de personal.
Namjoon se quedó sorprendido por el beso y ni siquiera se movió para recoger las tazas y el café derramado. Él sólo había sido amable y sí, tal vez un poco bromista, pero... ¿había coqueteado con él? Y ese beso... ese beso estuvo muy bien... realmente bien.
Todo el personal disfrutó mucho de esa velada, que, aunque no duró mucho, fue un momento de relajación para todos. En cuanto a Namjoon y Jin, sólo se sonreían y miraban en la distancia, pero sin duda, algo había comenzado entre ellos aquella noche. Sólo necesitaban un empujocito más.
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La mañana del viernes llegó con un dolor de cabeza inmenso para Jimin. La radio ya sonaba, lo que significaba que ya eran más de las seis de la mañana.
Hizo un esfuerzo muy grande por sentarse en la cama y vio que llevaba puesta la misma ropa que el día anterior, pero no sus zapatos, que estaban en su habitación, cerca de una silla.
Entonces recordó que a pesar de que él había recomendado a su personal que no se pasaran de copas, él mismo no había cumplido con esa recomendación.
Su cabeza empezó a buscar recuerdos de la noche anterior y lo último que recordó fue que Namjoon y Jin se habían besado y al sentirse tan feliz por ellos, empezó a brindar con todos los que podía... pero había algo más que no recordaba bien. Sabía que estaba feliz por algo más y que por eso brindó sin parar.
Tal vez su móvil tendría las respuestas. Miró a un lado de su cama y vio a su móvil ahí. Lo recogió y tras comprobar que no tenía ya batería, lo cargó. Espero un momento a que reaccionara, en lo que entró en el baño a intentar despertar por completo y que ese dolor de cabeza horrible se fuera.
Al salir, ShupD hablaba en la radio.
-¡Hola, hola! Ya son las 7:50 de la mañana. Casi es hora de que me despida, pero no sin antes darte el reporte del clima para hoy.
Mientras la voz del DJ llegaba a los oídos de Jimin haciendo que sonriese, por fin pudo encender su móvil. La cantidad de llamadas perdidas y mensajes empezaron a hacerlo vibrar sin parar. ¿Pero qué demonios había pasado?
Jimin empezó por revisar los mensajes. Había varios de Namjoon, otros de Jin, otros de Hoseok y varios también de Yoongi. Entró a la conversación con Yoongi y vio que habían estado mandándose mensajes y audios durante mucho tiempo aquella noche.
Recorrió con el dedo al momento donde todo comenzó y recordó cómo un mensaje de Yoongi había causado la felicidad en él...
SD Yoongi: Hola, Jimin. Por fin terminé las reuniones que tenía. Debo confesarte que no me pude concentrar mucho porque no podía dejar de pensar en ti. Espero que hayas tenido un buen día.
Entonces Jimin recordó que le había contestado enseguida y mientras bebía, le había enviado audios y... fotos.
-La canción que acabas de escuchar fue de Jonas Brothers, What a man gotta do, para que empieces tu día con la mejor onda. La vuelvo a poner por segunda vez esta semana porque tiene tan buen ritmo y si tú tienes a alguien que te traiga loquito de amor, pues se la dedicas.
-Y... quiero... mandar un saludo a Chimmy... espero que la hayas pasado genial anoche ¿eh? –el DJ sonrió al micrófono- Con eso me despido. Son las ocho de la mañana. Te espero el lunes con más de este tu programa mañanero en Cool FM. Soy ShupD, adiós.
¿Chimmy? Ése era el apodo que sus amigos más allegados le decía a Jimin. ¿Ese saludo fue para él? Jimin regresó a su móvil y siguió revisando la conversación con Yoongi.
Entre todo lo que habían hablado, Jimin le había enviado un par de fotografías a Yoongi. Los halagos del DJ no se hicieron esperar en los mensajes y audios.
-Pondré una de las fotos que me enviaste como lockscreen y nadie podrá evitarlo –le decía en un audio el DJ.
-Hazlo, mi viiida –respondió en otro audio un claramente bebido Jimin.
-¿No has tomado demasiado ya? –preguntó Yoongi en el siguiente audio.
-Nuuu... Chimmy no bebe mucho –fue la respuesta del rubio.
-¿Chimmy? ¿Quién es Chimmy?
-Me puedes llamar así si quieres... -Jimin sonaba coqueto
El Jimin resacoso y con ojeras que estaba leyendo los textos y escuchando los audios no podía con su sonrojo al saber todo lo que le había dicho a Yoongi y cómo él le había contestado. Lo bueno de todo era que todo estaba documentado, así que no había lagunas mentales en sus recuerdos.
El chat terminaba con un audio de Namjoon diciéndole a Yoongi que él llevaría a Jimin a su departamento y que no se preocupara, porque Yoongi había avisado que estaba a punto de ir al café a recogerlo.
Después, sólo había dos mensajes más.
SD Yoongi: Buenas noches, príncipe durmiente.
SD Yoongi: Buenos días, príncipe durmiente. Ya me voy al trabajo. Me escribes cuando despiertes.
Jimin no sabía qué hacer. Todo el cuerpo se le estremeció cuando volvió a leer esos "Chimmy" y "príncipe" de los mensajes de Yoongi.
Sólo se animó a enviarle un mensaje para que no se preocupara.
Jimin: Buenos días. Acabo de despertar y estoy totalmente tarde para el trabajo. Pero llegué a escuchar tu mensaje en la radio. Gracias...
Tras unos segundos, la respuesta llegó.
SD Yoongi: Esta tarde iré al café. Ahora estoy entrando a una reunión. Nos vemos esta tarde, dulce Chimmy.
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Me matan de amor estos dos.
Y sí, beber estando feliz pues... suele pasar. jajajaja
Gracias por seguir esta historia.
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